Feliz cumpleaños, hermanita -dijo Jordan mientras me abraza con fuerza-

Gracias -sonrei-

Sé que esté año en especial ha sido muy difícil para ti... Has estado tan lejos de tu felicidad que entendería que detestaras cumplir años y sé que te sonare muy repetitivo, pero sé que pronto vas a obtener lo que te mereces... Esa felicidad de rizos rubios, ojos azules y que te ama con todo el corazón -dijo sin soltarme-

Me harás llorar... -susurre- gracias por estar conmigo siempre... -me aleje un poco de el y plante un beso en su mejilla-

Haría lo que sea por ti, lo sabes -asenti enternecida- yo solo quiero que seas libre...

Lo seré... En algún momento voy a ser libre, te lo prometo -el asintio satisfecho con mi promesa- ¿Y Milán?

Abajo con Jason, está terminando de alistar todo para tu fiesta y no me dejó quedarme con el bebé -dijo divertido- le dije que no hiciera una fiesta, pero sabes cómo es de terca...

No importa, me gusta la idea de tener una fiesta, no fue mi mejor año... Pero las cosas podrían mejorar -afirme- iré abajo a ayudarla

El asintió y sin más me aleje de él, baje las escaleras y no pude evitar soltar un suspiro cansado cuando vi a Finn acompañado de Jack al pie de las escaleras.

Pero si aquí está mi linda reinita -dijo Finn- ¿Te alegra estar festejando tú cumpleaños?

No realmente -admiti pasándolo de largo, el me tomo de la mano defendiendo mi andar- ¿Que quieres, Finn? ¿No podrías dejarme tranquila ni siquiera hoy?

Tengo un obsequio para ti -afirmo, Jack le entrego una pequeña caja negra y luego el me la dio a mi-

La abrí con fastidio notando el inusual obsequio, es un broche para el cabello con una corona y una espada atraveandola, creo que es obvio que es una amenaza.

¿Que es esto? -pregunte inexpresiva-

Un recordatorio, preciosa -sonrio-

Ay, querido... No necesitas recordarme nada, soy consciente de que me matarías si intento algo que dañe tu perfecto orgullo de macho inútil -me acerque a besar su mejilla- igual gracias por el... recordatorio -mientras Finn se iba con el orgullo herido, Jack se me acercó y me sonrió con sinceridad-

Feliz cumpleaños... -susurro mientras me entregaba otra caja, esta es rosada con un moño plateado-

Gracias -le sonreí ligeramente-

Abrí la caja, me recibió un precioso dije con forma de dos alas y sus palabras sobre que su hermano le cortó las alas a un ángel vinieron de inmediato a mi memoria. Lo mire con los ojos cristalinos, pude ver su sinceridad y sus ganas de que yo encuentre mi felicidad... Su deseo de que recupere mis alas y sea libre.

Es precioso -sin más lo abrace- gracias... -dije no solo por el obsequio-

No es nada, lo menos que puedo hacer es darle sus alas a el más bello ángel que he visto -beso mi mejilla y luego se alejo de mi-

En vez de ir con Milán como era mi plan inicial decidí salir al jardín, ayer ordené que volvieran a plantar algunas flores, no muchas para lo ser tan obviamente, y todo se ve mucho más que precioso... Tan lleno de vida, vibrante y perfecto... La verdad es que extrañaba tener algo aquí que me la recordará... Que me gritará a la cara lo mucho que la amo y lo necesaria que es en mi vida, por qué apesar de que pude vivir sin ella aquí, no sé si eso realmente se podía llamar vida.

Alteza... -mencionaron a mi espalda-

¿Si? -voltee a observar a la chica que me llamó-

Trajeron algo para usted, la princesa Milán pidió que lo llevarán a su habitación -afirmo-

Si, gracias -le sonreí-

Salí casi corriendo a mi habitación más que nada por qué creo saber que fue lo que llegó para mí y la sola idea me pone muy feliz. Entre a la habitación y el dulce aroma de las rosas me recibió, un arreglo de rosas moradas yace sobre mi tocador junto a un sobre negro, lo tome mientras admiraba las rosas, lo abrí y leí su contenido.

«Mi bella Orianna, hoy hace varios años nació la mujer más preciosa de todo el universo... Una hermana ejemplar, una hija que llena de orgullo a sus padres, la gran monarca de un reino, una aliada que todos quieren y la mejor mujer de la que alguien podría enamorarse. Su vida no es sencilla y eso es algo que yo sé, pero agradezco a el universo la gran dicha que significa para mí que usted cumpla un año más de vida... Por qué la amo, si, la amo y sé que así será por un largo tiempo.

Feliz cumpleaños, mi dulce princesa.»

Quise llorar pero logré controlarme por qué aún es peligroso que me vean así. Me acerque a la puerta y puse el pestillo, luego tome mi móvil y la llamé, ella respondió casi de inmediato.

Buenos días, princesa -dijo alegremente-

Hola... -sonrei feliz de escucharla-

Feliz cumpleaños... -susurro con dulzura-

Gracias -me mordi el labio reprimiendo un grito eufórico- ¿Tú las mandaste?

¿Que cosa? -pregunto haciéndose la inocente-

Las rosas -rei ligeramente-

¡Ah! No son mías, son de tu admirador -afirmo divertida- el te ama muchísimo... Jamás ha dejado de hacerlo

Yo tampoco he dejado de amarlo... -admiti-

Espero que tenga un feliz cumpleaños, princesa -susurro haciéndome sonreír-

¿Puedo verte? -pregunte en un susurro-

Pensé que tendría una elegante y enorme fiesta -afirmo-

La tendré, pero no pienso quedarme mucho tiempo... Milán lo entenderá -dije esperando que así sea- quiero verte... No hay nadie más con quien desee compartir mi cumpleaños...

Esta bien... Nos vemos a las once en el invernadero, ¿De acuerdo? -de nuevo quise gritar-

De acuerdo -sonrei- te amo, Becca...

También te amo, Ori -sin más termino la llamada-

Sin duda este será uno de mis mejores cumpleaños apesar de todo lo que me está pasando.