Capítulo5:"Salida"
Capítulo 5
Salida
Caroline no podía dejar de pensar en la pregunta que le había hecho Daniel un momento atrás antes de que comenzara con la sesión y es que en ese momento Caroline no le había podido responder… Ya que tenía dos grandes problemas, el primero era su trabajo, ya que en el mismo instante en que se titulo de psicóloga también adquirió ética lo cual una de las tantas cosas que le prohibía hacer era mantener una relación con su paciente, pero… ¿Aquello era una relación? No para nada no es una “relación” solo sería una salida ¿o no? Su segundo problema era que hace exactamente un año que no salía con nadie, desde lo sucedido con John nunca se animo a salir con chicos, pensaba que el hacerlo era olvidarse de él para siempre aunque más que eso sentía como si lo estuviera engañando aún estando muerto ¿Qué haría? Nunca había estado tan confundida como ahora y el tener a Daniel cerca no era de mucha ayuda, más bien lo único que hacia la presencia de Daniel era ayudarla a confundirse más… Confusión que no quería que se hiciera realidad por que eso en ella quería decir que aquel chico de veinticuatro años la estaba confundiendo y ella aún no estaba preparada para sentir “algo especial” con nadie. ¿Por qué la vida es tan complicada?
— ¿Crees que debería cambiar ese habito? —Pregunto Daniel y Caroline dio un respingo, lo que provoco que Radcliffe arrugara el entrecejo—Parece que tu mente estaba en otro lugar
—Más bien, analizaba tu comportamiento de la semana pasada—Radcliffe suspiro y Caroline se preguntaba a si misma porque había dicho eso y no haberle dicho que en realidad no había escuchado nada de lo que él decía.
— ¿Y cuál fue tu razonamiento?—Pregunto Radcliffe algo avergonzado al recordar la situación. Se cruzo de brazos
— ¡Guau..!, no me esperaba que te protegieras antes de hacerte saber mi razonamiento—Daniel trato de enarcar una ceja, pero solo consiguió arrugar mas el entrecejo— Lo que quiero decir es que cuando una persona se cruza de brazos es porque se está protegiendo cuando se siente nervioso o inseguro, así como te estás sintiendo en estos momentos. Respondiendo a tu pregunta pues… Analizaba el por qué de tu llamada y viendo tu expediente, creo que lo único que buscabas era alejarte del ambiente nocturno para no caer en la tentación de beber alcohol.
Daniel la observo detenidamente a Caroline y se preguntaba ¿Cómo los psicólogos podían saber tanto? Se sentía frustrado, odiaba que las personas supieran o mejor dicho se dieran cuenta de sus sentimientos y/o pensamientos con tal solo observarlo, pero a la vez eso le gustaba con el solo motivo de que la persona que lo analizaba y a la vez lo aconsejaba era su psicóloga, una persona que al principio era una completa desconocida pero que cada vez se estaba volviendo alguien importante en su vida.
—Sí, esa noche solo quería hablar con alguien para no beber—Volvió hablar Daniel, levantándose de su puesto y dirigiéndose al ventanal de la oficina que entregaba una vista espectacular del hyde park— Lo único de lo que me arrepiento es que hice el ridículo —Soltó una risa. Caroline solo lo observo desde su puesto, para luego fijar su mirada en su reloj de pulsera. La psicóloga suspiro
—Hemos terminado—Agrego Caroline y Daniel bajo los hombros, señal que su cuerpo había estado tenso. — Te recomiendo que comiences a tomar las cosas con calma, no es bueno de que todo el tiempo estés tenso.— Agrego la psicóloga la vez que se dirigía a su escritorio y terminaba de escribir en la ficha de Daniel
— ¿Tenso? — Agrego Radcliffe a la vez que se dirigía al escritorio de Caroline y se paraba frente a ella
—Vamos Daniel, estuviste tenso durante toda la sesión—Daniel solo fijo su mirada pidiendo una respuesta más—Tu expresión corporal te delato.
—A pesar de que eres joven, eres la mejor psicóloga que he tenido—Respondió Daniel, provocando que McKinnon se sonrojara.
—Gracias… Bueno me gustaría volver a verte en tres días más.
—Podrías vernos esta misma tarde ¿no?—le respondió Daniel
—Tenemos algo pendiente ¿no?—Pregunto Caroline a la vez que cerraba los ojos. ¿Cómo se le había olvidado que debía darle una respuesta?
—Más bien, tú me debes una respuesta— le afirmo— ¿Y bien?, ¿Qué dices?
—Pues…—Se levanto de su asiento y tomo su bolso—Tú eras mi último paciente del día así que…Estoy libre
— ¿En serio?—Caroline asintió—Muy bien
Caroline y Daniel se disponían a salir cuando el teléfono de la oficina sonó
—Dime Sara,
—Señorita McKinnon, necesito que me firme unos informes de los pacientes que le dio el alta la semana pasada—Caroline miro a Daniel como pidiéndole disculpas y él solo le hizo señas de que se adelantaría. Ella solo asintió—Muy bien, tráigalos de inmediato.
—No te preocupes, yo me adelantaré y tu firma tranquila esos informes—Daniel le guiño el ojo y salió de la oficina. Por otra parte Caroline con ese gesto se sintió como si estuviera en las nubes.
Al terminar de firmar los informes (que tan solo habían sido seis) la joven psicóloga salió rápidamente de su oficina y tomo el ascensor, aparato que en ese momento iba demasiado lento (según su propia perspectiva), al llegar a la salida del edificio Daniel la estaba esperando apoyado sobre un taxi y de brazos cruzados, se veía irresistible y jodidamente sexy, pero que estoy pensando… Él es solo mi paciente y aunque sea sexy, no puedo pensar en él como hombre no siendo SU psicóloga… Caroline se acerco a él y Daniel sonrió al verla.
—Pensé que demorarías más—Le dijo Daniel, abriéndole la puerta del taxi
—No, para nada, solo eran seis informes—respondió mientras subía—¿A dónde iremos?
—Es una sorpresa—Sonrió y rodeo el taxi para subir por la otra puerta. —A la dirección que le dije anteriormente, por favor—el chofer sonrió e inicio la marcha del taxi.
Caroline estaba alucinada, Londres era mucho más bello de lo que se decía en las revistas especializadas en turismo o en las fotos que había visto en algunas páginas de internet, lo grandioso era que en cada calle se podían divisar diferentes parques, pero lo que más le atraía era el gran Big Ben que se imponía en la ciudad.
El chofer siguió manejando por algunos minutos hasta que detuvo el vehículo en un parque que Caroline no reconoció. Daniel bajo del auto y ayudo a bajar a Caroline de este, le pago al chofer y mas por reflejo que por conciencia tomo la mano de su psicóloga lo cual le produjo una pequeña sensación de nerviosismo tanto a Daniel como a Caroline, aun así sus manos permanecieron entrelazadas y caminaron hasta la entrada del parque.
—Bienvenida al Middle Temple Gardens, mi lugar favorito y secreto—Dijo Daniel soltando su mano de la de Caroline y acercándose a una gran pileta que se encontraba en medio del lugar.
— ¿Cómo un lugar tan hermoso y grande puede ser secreto?—Pregunto Caroline a la vez que observaba cada detalle del lugar. Estaba maravillada
—Más bien es secreto para los periodistas—La joven sonrió— ¿Te gusto el lugar?
— ¡Claro!, es maravilloso. —Arrugo el entrecejo—Pero… ¿Por qué compartirlo conmigo?—Pregunto
—Ni yo mismo lo sé muy bien—Caroline lo siguió con la mirada—Desde lo ocurrido en el festival de Sundance sentí algo… Especial—McKinnon permaneció en silencio observando y escuchando cada palabra de Daniel— Tienes que saber que eres la única persona que sabe como soy en realidad.
—En realidad no lo sé Daniel, solo te conozco como mi paciente, una persona que vive estresada y que no sabe como canalizarlo—Daniel solo río— ¿De qué te ríes?
—Ya no estamos en tu consulta, estamos solos en un parque—Daniel se sentó en una banca y le hizo seña a Caroline de que tome asiento a su lado— Solo estamos Daniel Radcliffe—Dan rodo los ojo—Daniel Radcliffe, un hombre de veinticuatro años y tú Caroline McKinnon una mujer de veinticinco años. Nada de “etiquetas” ni análisis psicológico, solo tenemos que ser nosotros mismos.
—Tienes razón—Sonrió—
— ¿Quieres recorrer el parque?—Caroline asintió y comenzó a caminar junto a Daniel
El parque era espectacular, era un oasis en medio de la ciudad según el propio comentario de Daniel y Caroline le encontró la razón era un lugar tan hermoso que a veces se confundía de que lo que estaba viendo era un sueño o realidad. Caminaron por los lugares preferidos de Daniel los cuales coincidían flores de variados colores. Daniel tomo la mano de Caroline por segunda vez en el día pero esta vez ya no fue por instinto ni por una reacción involuntaria si no que por determinación y acto voluntario y muy consciente. La mano de Daniel era como un abrigo para la de Caroline, para ella la mano de él había sido hecha a su medida grande varonil, como a ella le gustaba era tan perfecta que le recordó a la mano de John…Recuerdo que le hizo soltar la mano y alejarse unos centímetros de Radcliffe, acto que él noto y que Caroline se recriminaba por el simple hecho de ser frágil ante los fantasmas de John Feehily La salida podría ser perfecta para Caroline pero con John visitándola en los momentos más inoportunos le era imposible disfrutar de la vida y ante aquellos tormentosos recuerdos las lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
— ¿Por qué lloras? ¿No te gusto el parque?—Pregunto Daniel con un tono de preocupación
—No no es eso—Negó—Es solo que…—Dudo en contarle a Daniel lo que le sucedía en verdad—Problemas personales, solo eso—Trato de sonreír pero sus ojos seguían sin esa alegría de hace unos momentos.
—El día es largo y aún queda la segunda parte de la salida y yo soy muy bueno escuchando a los demás—Sonrió—Más de lo que las personas creen debo decir.
— ¿Segunda parte?—Pregunto Caroline evadiendo las últimas palabras de Daniel, acto que él noto pero que no le importo, si ella no quería hablar le daría tiempo. Pero estaba seguro de que ella se expresaría tarde o temprano pero lo haría… Por lo demás él podía esperar.
—Sí, hay una segunda parte—Afirmo Radcliffe a la vez que se acercaba a un tulipán blanco y lo arrancaba del césped—Una flor para… Una persona linda y especial.
—Gracias—El rostro de Caroline comenzó a dejar atrás esa oscuridad que tenía
—Ahora… Debo confesar que esa flor no debí arrancarla porque aquel guardia nos está observando muy furioso
— ¿Qué insinúas?—McKinnon levanto una ceja
Daniel tomo la mano de la joven—insinuó que deberíamos… ¡Correr!—Los dos corrieron por todo el parque hasta conseguir con la salida de este y perder de vista al guardia
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