Capítulo 23:"Sesiones mas seguidas"
Caroline arrugo el entrecejo y dejo de lado el periódico. Fijo su mirada en el reloj de pared que tenía tras ella, Daniel ya debería estar por llegar pensó y se mordió el labio inferior. Se levanto de su escritorio y se dirigió al gran ventanal de su oficina. Se cruzo de brazos y fijo su mirada en las personas que circulaban tranquilamente, en ese momento llaman a la puerta pase dijo la psicóloga y en la ventana vio el reflejo de su primer paciente.
—Tu secretaria dijo que podía pasar... —Caroline se volteo y asintió. Le indico que tomara lugar en el sofá grande.
—¿Cómo has estado Daniel? —Pregunto Mckinnon a la vez que se dirigía a su escritorio para tomar su libreta de notas y un lápiz, para luego tomar asiento en una silla frente a Radcliffe.
—Bien —Sonrió y Mckinnon fijo su mirada en la de Daniel, a quien un escalofrío le recorrió por la espalda —
—¿Cómo han estado tus días? Hace mucho que no nos veíamos —Pregunto Caroline, a la vez que tomaba nota.
—Pues...Bien mis días bien...Dentro de todo... —McKinnon volvió su mirada a Daniel y este noto que ella quería que dijera más cosas, pero no lo hizo.
—¿Dentro de todo?... —Lo miro extrañada y Radcliffe se ruborizo. Ella lo hacía sentirse como un adolescente.
—Ok..., quieres que te lo diga todo ¿no? —Mckinnon no dijo nada y solo observo atentamente las reacciones de él. —Bien... —Continuo —Ayer cuando estaban en los ensayos de la obra, salí del teatro y me dirigí a un bar...y como sabrás, bebi demasiado y me embriagué. ¡Eso paso! —Exclamo apretando los puños
—¿Por qué lo hiciste? —Pregunto la joven, observando los puños de Daniel y luego fijando su mirada en la expresión de él, la cual era seria, confundido y algo enfadado. Seguramente había un tumulto de cosas en su mente. No lo podía inferir, solo se limitó a seguir escuchando y preguntando.
—Lo hice porque sentía que no tendría fuerzas para un día más de obra...Es demasiado estresante estar todos los días, y todo el día trabajando sin más descanso que cuando llegas a tu hogar y te acuestas a dormir. —Suspiro —Creo que esto me está superando... —Susurro
—Por lo que comprendí... —Arrugo el entrecejo McKinnon y Daniel sonrió levemente. Le encantaba esa expresión en ella —Pensaste que bebiendo tendrías mucha más energía para sobrellevar ese día —Radcliffe solo se limitó a asentir — ¿Te das cuenta que estuvo mal?, más por tu historial de consumos... —Suspiro y su cuerpo se relajó —Solo quiero que te des cuenta que lo que hiciste... — dejo su lápiz sobre su libreta — Estuvo mal y con esto no quiero decir que el beber este mal —negó con la cabeza —Pero para alguien que tiene antecedentes de consumo como tú, lo está y creo que tú lo sabes ¿no?
—Lo sé...Es solo que... —Se tomo la cabeza —Ya te dije, me siento ahogado, cansado... ¡Estresado!
—Tranquilo —le acaricio el hombro y le sonrió —Te ayudare a salir de todo esto...Solo confía en mi ¿sí? —Daniel Sonrió —Eres una buena persona Daniel...Un buen actor o por lo menos eso pienso —Los dos rieron. —Para que todo resulte bien, te daré sesiones más seguidas. Las necesitas, ahora más que nunca.
Radcliffe solo observaba atentamente a Mckinnon y presto atención a todo lo que le decía. Aun no comprendía como no se enfadaba de verdad con él...Tampoco es que esperaba que le gritara o mucho menos, pero ¿de verdad solo actuaria de buena manera? Radcliffe reflexiono un poco, sobre todo...Sobre él, ella, lo que había sucedido, lo que le estaba diciendo en ese momento y....No pudo más, no pudo aguantar más, necesitaba preguntárselo una vez más y necesita besar los labios de su psicóloga. Y sin más Radcliffe de un momento a otro tomo el rostro de McKinnon y la beso como nunca antes lo había hecho, eran besos de amor, de deseo...La necesitaba, había esperado por mucho tiempo besarla y por fin lo estaba haciendo. Se separaron lentamente, ella lo miro estupefacta, se tocó los labios mientras lo observaba perpleja, se levantó de su asiento y se dirigió a su escritorio, dejo sus cosas sobre este y quedo por varios minutos dándole la espalda a Daniel
—Lo siento...Yo... —Comenzó hablar Daniel
McKinnon levanto una mano en señal de que dejara de hablar, aun sin voltearse
—Nos vemos mañana señor Radcliffe —Dijo en un tono frio. —Y lo siento si cerré abruptamente nuestra terapia. —Agrego volteándose y quedando frente a Radcliffe
El día había transcurrido rápido para Shane, después de la universidad se dirigió a su departamento, al llegar dejo sus cosas sobre el sofá y camino hacia su cuarto. Eligio la ropa cuidadosamente y es que para conquistar a Caroline tendría que impresionarla. Comenzó a sacar varios pantalones, hasta que se decidió por unos negros, una camisa blanca y un chaleco gillet negro, un estilo algo semi formal, pero que lo hacía ver diferente a como Mckinnon lo ve. Por un momento dudo en la combinación que había dejado sobre su cama, pero le agrego un detalle y funciono. Sonrió para si mismo. Se ducho, para luego afeitarse cuidadosamente, se hecho loción en el rostro y comenzó a vestirse para la cita que tendría con la chica que vivia en sus pensamientos.
Ya al terminar vislumbro la hora en su reloj de pulsera, aún tenía treinta minutos a su favor y por primera vez recordó que había hecho un pedido el cual lo dejarían en conserjería. Salió de su departamento, tomo sus llaves y documentos para cerrar la puerta tras de sí.
Tomo el elevador y presiono el número uno. Se dio vuelta y fijo su mirada en el espejo que había, acomodo su cabello y camisa para luego volver analizar su vestimenta y sonreír satisfecho a lo que veía. El sonido del elevador lo hizo reaccionar que había llegado a su destino, se dirigió rápidamente hasta donde se encontraba el conserje. El señor ya de una edad no tan avanzada le entrego el pedido que había llegado.Egan sonrió.
Se dirigió al lobby del edificio y espero a Caroline. Volvió a mirar su reloj como lo había hecho anteriormente, solo habían pasado diez minutos desde entonces. Suspiro. Caminaba por el lobby y por un momento se detuvo a mirar hacia los exteriores del edificio. Observaba a un joven padre con su hija de no más de cinco años, se divertían corriendo y riendo. Shane solo sonrió ante aquella escena llena de ternura y amor. Al voltearse vio a su invitada sonriendo frente a él. Ella llevaba un vestido color rosa pálido hasta arriba de la rodilla, zapatos de tacones negros, cartera del mismo tono que el vestido y un bléiser negro con mangas de encaje. A ojos de Shane se veía hermosa.
—Hola... —Saludo Shane —Debo decir que te ves hermosa
—Gracias —Sonrió McKinnon —Tu estas muy guapo, te queda bien —Agrego, mirando a su acompañante, el cual se ruborizo levemente.
—Gracias... —se aclaró la garganta —Esto es para ti —Le entrego una rosa roja
—Eres muy tierno Shane, gracias —Sonrió
—Bueno bella dama —Le ofreció su brazo —La llevare a un lugar mágico.
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