Capítulo 15

Recuerdos del pasado que regresan (La muerte de John)

Caroline se encontraba sentada en una de las tantas bancas que habían en el parque. Se encontraba allí por que no soportaba estar mas tiempo en su departamento. Sus recuerdos la atormentaban el recordar ver el cuerpo inerte de John fue...Shockeante mucho más que cuando su mejor amiga Mary le dio la noticia del suicidio, no eso claramente no era nada comparado con lo que vería después...Suspiro, aquellos recuerdos quería olvidarlos, borrarlos de su mente y poder superar la partida de su primer y gran amor, pero a veces pensaba que es algo imposible de olvidar sin la ayuda adecuada. Recordó que hace unos días atrás Sara su secretaria, le había entregado una tarjeta de presentación de una psiquiatra (más bien Jane le había pedido a Sara que se la entregue). Busco aquella tarjeta en su cartera hasta que la encontró. La observo por un momento, no estaba segura de llamar al numero, comenzó a mover frenéticamente su pierna derecha.

—Si no lo hago ahora, no lo haré nunca—Se mordió el labio inferior a la vez que marcaba el numero de la tarjeta en su teléfono celular. El tono del teléfono llamando la impasientaba.

—Consulta de la Dra. Rose Anderson ¿Quién habla?—pregunto una voz femenina del otro lado, provocando que McKinnon se sobresaltara

—Ho- Ho-la—Tartamudeo—Hola, habla Caroline McKinnon—Dijo con voz firme— Me gustaría que me agende una cita con la Dra. Anderson, por favor

—Claro—se escucho que hacia varias veces click—¿Puede hoy?, justo cancelaron una cita para las tres de la tarde.

—Claro, no tengo problema.

—¿Me puede repetir su nombre por favor?

—McKinnon, Caroline McKinnon

—Muy bien señorita McKinnon, la espero a las tres de la tarde.

—Gracias, Adios—Corto la llamada.

Ya no podía arrepentirse... Pero tampoco tenía animos de hacerlo sabia que lo que había hecho era lo mejor, como John le había dicho un día "Amor, no puedes tapar el sol con un dedo y hacer como que nada a pasado, debes enfrentar los problemas. Eso nos ayuda a ser fuertes cada día" Su amor y ahora "fantasma" tenía razón, debía enfrentar los problemas y para hacerlo debía hablar de lo que ocurrió ese día y de cómo le afecta hasta ahora.

Caroline fijo su mirada en su reloj de pulsera, eran solo las dos de la tarde, su cita sería dentro de una hora, asi que decidió que lo mejor sería ir a un restaurant a comer, ya que su estomago se lo pedía. Camino unas pocas cuadras desde el parque hasta llegar a un restaurant italiano. Le encantaba la comida italiana, las pastas y un buen vino. Se sento en una mesa que se encontraba al lado de una gran pared blanca en la cual colgaban cuadros de paisajes de dicho país. Al cabo de un rato un garzon le llevo la carta y le tomo la orden a McKinnon quien pidió pasta y un vino de cepa chardonnay para ser específicos.

Caroline se encontraba saboriando su comida, hasta que una mujer de su estatura se para frente a ella, interrumpiendo su almuerzo.

—Hola, siento interrumpir—Hablo la mujer—Tu debes ser Caroline McKinnon la psicóloga de Daniel ¿no?

Caroline levanto su vista y la fijo en la mujer. Sí debía ser de su estatura o eso creía. Era rubia y... ¡Claro! Como no lo supo de inmediato, ella era Emma Watson, había trabajado con Daniel en las películas de Harry Potter.

—Oh sí sí, y tu eres Emma Watson ¿no?—La chica asintió—¿Cómo me conociste?

—¿Puedo sentarme aquí?—Pregunto Emma indicando un puesto vacio frente a Caroline. Ella asintió—Gracias. Pues Daniel me a hablado de ti.

—¿Daniel?—Emma asintió—¿Por qué te habla de mí?—Pregunto extrañada.

—Porque eres su psicóloga...o eso pensaba al principio, pero ahora me doy cuenta de que hay algo mas.

—Disculpa, pero sigo sin entender.

—Caroline... Me acerque a ti por que...Daniel es mi mejor amigo, y me e dado cuenta de que él esta muy entusiasmado contigo. Lo sé por la forma en que me habla de ti y de cómo su mirada brilla al hacerlo. Nunca lo había visto así por ninguna chica...Pero a la vez su mirada se ensombrece cuando me dice que tu no aceptas su amor...

—Emma—Interrumpio McKinnon— Si yo no acepto su amor es por que no estoy preparada para volver a tener una relación. Creo que el rechazar su amor es lo mejor, por lo menos por ahora. —arrugo el entrecejo—En estos momentos me estoy preocupando de mi salud psicológica.

—Tambien me comento un poco de lo que viviste—McKinnon se movio incomoda en su asiento—Te incomoda que los demás lo cepan ¿no?

—Sí, un poco—reconoció—Son asuntos personales que debieron haber quedado entre Daniel y yo, si se lo dije es por que confiaba en él.

—Oh no, Caroline, por favor sigue confiando en Dan. Él es una buena persona, me lo conto porque necesitaba desahogarse.—Aclaro rápidamente Watson

—Ya no importa—Suspiro—

—¿Te importa si te acompaño?, no me gusta comer sola—Aclaro Emma

—Claro, a mi tampoco me gusta comer sola—Sonrio de lado.

La hora paso rápidamente y Emma congenio rápidamente con Caroline. Al criterio de McKinnon, Watson era una chica muy dulce y con los pies muy bien puestos en la tierra, características que a la joven psicóloga le agradaron y le fueron suficiente motivo para entamblar conversaciones amenas y por que no poder llamarla en un futuro "amiga".

Caroline al terminar su almuerzo se despidió de Emma, y se dirigió a primera sesión con su nueva psiquiatra. Estaba nerviosa... Siempre le ponía nerviosa ir al medico, y más aún cuando se trata de un psiquiatra, una persona que no conoces pero a la que debes contarle tus problemas...Ahora entendía a sus pasientes. Ahora se daba cuenta por que algunos jugaban con sus manos.

Al llegar al lugar una mujer de cabello castaño y ondulado le dio la bienvenida, a la vez que le indiacaba un asiento al lado de un gran ventanal con vista al centro de Londres.

—¿Caroline McKinnon?—Pregunto la secretaria que hace un momento le había dado la bienvenida

—Soy yo—Afirmo McKinnon a la vez que se levantaba de su asiento.

—La Psiquiatra Anderson la espera, pase—Finalizo con una sonrisa. Y Caroline solo asintió y caminaba con nerviosismo.

Al llegar a la puerta por un momento dudo en entrar a aquel lugar, pero lo hizo. Ya nada la detendría.

—Permiso...—Hablo Caroline con nerviosismo

—Adelante—Dijo la Psiquiatra a la vez que se levantaba de su escritorio y recibia a McKinnon—Adelante querida, Toma asiento—Agrego indicándole un gran sofá, ubicado frente a la ventana. Por un momento Caroline recordó su lugar de trabajo.— Tu nombre es Caroline McKinnon ¿no?—Pregunto Anderson.

—Si así es—afirmo a la vez que movia su pie

—¿Qué edad tienes?—Pregunto a la vez que observaba fijamente a Caroline

—Veinti cinco—La doctora Anderson comenzó a escribir

—Y...Dime ¿A que te dedicas? y ¿por que decisidiste venir?

—Bueno soy psicóloga...

—¿En serio?—McKinnon asintió—Se podría decir que somos colegas ¿no?

—Sí, se podría decir que sí...Y bueno, me decidi a venir por que quiero poder superar una pena que llevo dentro desde hace un año.

—¿A que se debe tu dolor?—Pregunto interesada la psiquiatra.

—Hace un año y un poco más... Murio mi novio de toda la vida y...Su muerte no la e podido superar—Arrugo el entrecejo—Aquello no me a permitido seguir con mi vida. No como yo quisiera.