Capítulo 12

No quiero volver a enamorarme

El termino de la jornada laboral había terminado y Caroline se encontraba en su departamento descansando. La televisión no mostraba nada entretenido y las noticias... No eran muy positivas en ningún aspecto, por ende decidió que lo mejor sería salir a caminar y aprovechar de conocer los alrededores en donde vivía, ya que desde que llego no había tenido tiempo ni siquiera de conocer la panadería que había frente a su edificio. Se puso sus botines, tomo su chaqueta de cuero burdeo, su bolso y salió de su departamento.

Las calles londinenses estaban expeditas, ya que la mayoría de las personas ya se encontraban en sus casas aunque aún había otras que su jornada laboral aun no terminaban o en el último caso recién comenzaban. Camino por las calles iluminadas y se acerco a un bar. En la puerta de este la recibió un guardia del local que le exigio su identificación. Caroline busco en su bolso y luego de un momento se la entrego al hombre quien al ver la fecha de nacimiento de ella se avergonzó por haber pensado que era menor de edad.

El lugar estaba casi vacio salvo por lo menos diez personas que se encontraban esparcidos por el bar, ya que aún era temprano. Caroline se acerco a la barra y pidió una cerveza al chico que se encontraba en la barra.

—Aquí tienes—Le entrego la cerveza a McKinnon—No debes ser de por aquí—Continuo el barman—Nunca te había visto.

—No, llegue hace poco—Respondió Caroline—Vivo a unas cuantas calles de aquí—Se sentó y quedo frente al barman—

—Disculpa, no me e presentado, mi nombre es Shane—Le extendió la mano

—Caroline—Le extendió su mano también. Bebió un gran sorbo de su cerveza—

—Vaya, eso indica que eres una mujer con problemas de amor—Caroline lo miro extrañada y el chico solo rio— Llevo años trabajando como barman y sé cuando una persona pasa por problemas de ese tipo

—Yo no tengo problemas de amor...—Arrugo el entrecejo— Creo que te equivocaste en el diagnostico.

—Déjame ver...—La observo como si la estuviera analizando con rayos X y luego de un momento agrego—Tienes razón, no son problemas, más bien estas confundida—Caroline casi escupe la cerveza que tenía en la boca— ¿Ves? Tengo razón. —Sonrió con suficiencia y siguió agitando la coctelera que tenía en sus manos.

—Puede ser...—Comenzó a jugar con el borde de la botella y luego de dudar si hablar o no prosiguió— ¿Alguna vez te a importado una persona con la cual no puedes estar?

—Primero... Creo que si esa persona te importa deberías luchar por estar con él, sí no lo haces quiere decir que no te importa en absoluto—Sirvió el trago de la coctelera que había estado agitando hace un momento en una copa y se le entrego a una chica rubia. Shane solo le sonrió

—No es tan fácil...—arrugo el ceño—Si estoy con él puedo perder mi trabajo.—dijo cabizbaja

—En el amor no hay peros—decía mientras buscaba tres cervezas y las destapaba una tras otra—Si en verdad te importa esa persona tienes que jugártela—Agrego mientras entregaba las cervezas a un joven alto quien se dirigió a una mesa con dos chicos más.

—No lo sé...—Dudo—

—A ti no te importa el trabajo—Por primera vez Shane dejo de prestarle atención a los clientes y se concentro en Caroline—A ti te da miedo que de esa futura relación (por así llamarlo) nazca el amor...Tienes miedo a enamorarte

Caroline suspiro derrotada, aquel barman Shane a pesar de ser un desconocido sabia analizar muy bien a las personas y ella pensó "Porque una persona como él no está trabajando como psicólogo, se le da bien analizar los problemas de las personas" . Pero por otro lado tenía razón, ella tenía miedo a enamorarse nuevamente ¿Por qué? Toda respuesta volvía a una persona John, de nuevo su fantasmita personal y por primera vez pensó en hacerle caso a Jane y retomar su tratamiento psiquiátrico para que de una vez pueda recuperarse de esa pena que lleva dentro y poder rehacer su vida. Pero por otro lado, ella sabía que podía salir de eso sin fármacos ni nada, pero necesitaría la ayuda de alguien que la apoyase en todo momento.

—Sí, tienes razón...—Shane estaba limpiando su lugar de trabajo y solo le guiño el ojo— Aquí Tienes Shane, guarda el cambio—Agrego Caroline , dejando el dinero frente a Shane—Y gracias por todo—Le guiño un ojo

—Gracias...Espero volver a verte pronto—Hablo Shane

Aquella conversación con Shane, le hizo darse cuenta y afirmar lo que pensaba. Ella Caroline McKinnon no estaba preparada para comenzar una nueva relación con nadie...Ni siquiera con el actor más deseado, Daniel Radcliffe. Sí, porque Caroline no era tonta sabía que Radcliffe era uno de los actores más populares y deseados de Londres y porque no decirlo del mundo. Pero cuando una persona no se siente preparada para estar con alguien como él nada de eso importa, o por lo menos ese es el pensamiento de McKinnon.

Caroline siguió su camino sin un rumbo fijo, las luces del centro de Londres iluminaban gran parte de las calles y les daba una sensación de calidez al paisaje. McKinnon suspiro y se detuvo en seco. Fijo su mirada en una pequeña librería, pero no se detuvo por un libro, si no que su reflejo le llamo la atención. Ya no era la misma Caroline alegre, y atractiva, ahora veía a una mujer que reflejaba tristeza, cansancio y que a pesar de estar maquillada no se sentía para nada atractiva y no es que en algún momento hubiera sido la más linda de Liverpool ni mucho menos, pero su autoestima estaba al cien por ciento y ahora, se podría decir que estaba al cincuenta por ciento.

Siguió su camino por el centro de Londres para así despejar su mente y olvidarse de todos esos sentimientos confusos que la seguían.

El centro era muy atractivo, tanto para una chica de Liverpool como para los visitantes extranjeros y la noche lo hacía especial. McKinnon se detuvo en una esquina y a lo lejos podía observar el big ben iluminado en su totalidad y ante eso sonrió. Aquel monumento que fue hecho por el hombre le daba una sensación de paz y lo hacía atractivo ante los ojos de las personas. Su mente comenzó a trabajar y recordó cuando su madre le mostraba fotografías justamente del big ben y le contaba cuan maravillosa fue su luna de miel en ese lugar con su ahora ex marido. Caroline sonrió, a pesar de que nunca había visto a sus padres juntos o por lo menos no tenía ningún recuerdo de aquello, pero sabía que ellos habían sido felices y con eso le bastaba.

Observo su reloj de pulsera, ya eran casi las once y media de la noche, así que decidió que lo mejor sería volver a su departamento. Ya le tenía una respuesta a Daniel y sabía que era lo mejor que podía proponerle y si Radcliffe no aceptaba su respuesta pues entonces sería por que el destino les tendría algo mejor para los dos, pero ya no pensaría mas en eso. Ahora volvería a su departamento, se iría a la cama y dormiría plácidamente para mañana hablar con su paciente acerca de lo que estaba sucediendo entro ellos dos.