(Cinco días después)

Estábamos en casa de Hoseok, era incómodo, pero lo soportaba, debía de dejar en claro que ésto terminaba.

— Tu tía está mal... — dijo Nancy bajando de su cuarto — voy a irme la tarde a verla —

— ¿Qué le pasó? — pregunté poniéndome de pie

— Un ataque... no sé como es que salieron tan desconsiderados — dijo riéndose mientras se acercaba a mí — todo por culpa de su regalado hijo Jungkook y el bastardo adoptado de Taehyung —

— No entien... —

— Dejaron una nota diciendo que estaban juntos y se iban a casar — dijo riéndose — pero que mierda, espero que los maten o algo, malagradecidos de mierda —

— No digas eso — dije viendo como ella simplemente me ignoró para acercárse a la refrigeradora

— Son unas putas, mi hermana cuidó bien de Taehyung, si hubiera sido yo los hubiera quemado vivos, en serio que asco, espero que un camión les pase encima... espero que les vaya mal en la vida —

— No tienes derecho para juzgarlos — dijo Jimin con gracia — no eres la mejor madre que digamos, seguro tampoco fuiste la mejor hija, no tienes derecho a decir nada —

— Mira niño mejor sal del tema, es un asunto de familia, tú no formas parte — dijo ella viendo mal a Jimin

— Jimin vamonos... — dije volteando para agarrarlo de la mano

— Seguro Yoongi te es infiel con cualquiera, es una gran puta, que no te sorprenda si se va de pronto — dijo haciendo que me detenga — te aconsejo que no tengas relaciones con él, seguro tiene miles de jermenes, incluso enfermedades, eres muy bueno al casarte con él, pero te estas condenando a una vida infernal —

— Pero que mala madre eres al hablar así de su propio hijo — dijo Jimin soltando mi mano — usted no merece ser llamada madre, pobre la criatura que nazca, no merece una madre así, nadie —

— Jimin... — dijo Hoseok regañándolo

— ¿No vas a defender a Yoongi? — preguntó Jimin viéndolo

— Es su madre, si lo dice es por algo... seguro es cierto —

Hoseok había estado siendo así de cruel los últimos días, de vez en cuando él también decia cosas así, me estaba dañando, era molesto sentir mi pecho doler de esta manera, él no se daba cuenta del daño.

— Pero que padre más lindo eres... — dijo Jimin riéndose con amargura — vamonos Yoon... —

No terminé de escuchar lo que dijo porque subí a mi cuarto y me encerré, ahora no solo era Nancy, ahora también era él, era cruel.

— Yoongi... — escuché la voz de Jimin detrás de la puerta

— Estoy bien Jimin... — dije suspirando, él se preocupaba mucho por mí, no quería que lo haga — solo quiero estar solo, necesito dormir un poco —

— Iré a dar una vuelta, debo de llevarle flores a mi mamá... vuelvo —

Cuando tuve hambre bajé, no vi a mi mamá, seguro estaba en su trabajo, cuando llegué a la sala todo estaba vacío, no vi ni a Hoseok. Me sentía mejor sin nadie, me cociné algo pequeño y empecé a comer, estaba por terminar pero de pronto vi a Hoseok entrar con una botella en su mano, no dije nada, solo miré mi plato y me levanté para ir a lavarlo.

Sentí sus manos en mi caderas que rápidamente me hicieron reaccionar, quería separarlo de mí, pero él era terco y fuerte, de inmediato empezó a tocarme.

— Sueltame — dije intentando apartarlo, olía a alcohol

— Eres mío... — dijo besándome el cuello

— ¡DÉJAME! — grité tirándole una cachetada, viéndo como él retrocedió algo impactado

— Eres una puta... — lo escuché decir, no respondí, no estaba de humor para sus cosas y aún estaba algo alterado — eres una maldita puta —

— Que bien, pero aún siendo así no me vas a tocar... — dije intentando avanzar pero se puso adelante mío

— Nadie te hará sentir como yo, yo solo puedo hacerte sentir placer, yo solo puedo hacerte gemir como perra — dijo señalándose — tú eres mío, todo de tí es mío... — dijo señalándome

— Hoseok ya bast... —

— No debiste meterte con él..., ¡Es mí hijo por la puta madre!, ¿¡Cómo se te ocurre meterte con él!? — exclamó agarrándome de los hombros

— Déjame... —

— Eres una perra asquerosa — dijo viéndome fijamente

— Tú me propusiste iniciar esto — dije intentando soltarme — fuiste tú, tú hiciste todo esto, tú Hoseok... —

— Y me arrepiento... no vales nada Yoongi — dijo viéndome fijamente — ¡Solo eres una perra! — exclamó agarrándome del pelo

— Déjame Ho-hoseok, duele —

— Más duele lo que haces — dijo sin soltarme — ¿¡PORQUÉ LO HACES!? —

— ¡HOSEOK DÉJAME DE UNA BUENA VEZ! — exclamé empujándolo — ¡DE IGUAL MODO NO TE HUBIERAS SEPARADO DE ELLA!, ¡ESA NUNCA FUE TU IDEA!, ¡SOLO PONÍAS EXCUSAS BARATAS! —

— Tienes razón — dijo sonriendo — nunca fue mi idea, eres estúpido si lo pensaste, nunca dejaría lo que tengo por un mocoso, ¿Cuanto podría durar tu amor?, ¿Cuanto te darías cuenta de lo viejo que estoy? — preguntó acercándose a mí — no me pienso arriesgar, tengo todo Yoongi, una esposa, un trabajo, y ahora un hijo, ¿Crees que lo dejaría por tí?, ¿Crees que me arriesgaría a perder todo por la calentura? —

— No lo hagas Hoseok, nadie te pide eso — dije riéndome con amargura — solo déjame, deja que me case con Jimin... y has tu familia, deja que me vaya —

— Eres un asco — dijo viéndome mal — ¡Eres una maldita perra! —

— ¡Ya lo sé! — exclamé empujándolo — ¡Soy una maldita perra que se mete con todos!, ¡No valgo nada!, ¡Ni lo valdré!, ¡Ya lo sé Hoseok! — exclamé empezando a golpearlo, daba repetidos golpes en su pecho — no-o valgo... pero no tengo toda la culpa — dije sintiendo las lágrimas bajar

— Eres un asco, ojalá te mueras Yoongi, todo sería mejor sin tí, todos estaríamos mejor sin tí, muérete de una vez, eso sería mejor — dijo apartándome de él

— ¿Eso crees? — pregunté intentando aguantar las lágrimas — bien... ojalá así sea... tal vez tienes razón, Jimin no se merece eso —

— Nunca debí pedirle a Nancy que vengas, me arrepiento de haberte conocido, daría lo que fuera para cambiarlo —

Dolió mucho escuchar eso, era como si miles de cuchillos fueran incrustados en mi cuerpo, era como arrancarme la piel, porque a pesar de todo yo no me arrepiento, yo no quiero olvidar los buenos momentos, pero él no parece querer lo mismo, me duele tanto amarlo.

Hoseok se fue a su cuarto y yo me quedé solo en la sala, no sabía que hacer más que ver el reloj, Jimin volvió y me hablaba animadamente, quería hacerme sentir mejor, pero eso no sería posible pues de pronto el sonido de la puerta siendo fuertemente cerrada nos alarmó, era mi mamá, se veía mal, sus ojos estaban rojos.

— Mu-murió — dijo viéndome fijamente — mi hermana murió... —

No estaba listo, no estaba listo para nada, tal vez esto sea el karma, tal vez nunca debí fijarme en un hombre casado, en un amor prohibido.