Me encerré en mi cuarto, me tomé una pastilla y esperé a que haga efecto, salí luego de un rato viendo que todos se encontraban afuera haciendo una parrillada, me acerqué pero no llegué cuando vi a Jungkook ponerse al frente mío.

— Tenemos que hablar — dijo sonriendo

— ¿Hablar? — pregunté viéndolo fijamente

— Sí... en privado — dijo agarrándome del brazo, no dijo nada hasta que estuvimos en su cuarto — ¿Qué ocultas Yoongi? — preguntó apenas cerró la puerta

— ¿Ocultar? — pregunté sonriendo algo nervioso

— Yoongi... —

— Para, no sé que quieres decir, pero no todos tenemos cosas ocultas como tú — dije viéndolo fijamente

— ¿Seguro? —

— Muy seguro — dije saliendo del cuarto

Bajé y vi a Taehyung tomar agua, él no dijo nada y solo sonrío, no me gustó en que manera lo hizo. Cuando salí vi a mis tíos reírse junto a mi mamá, Hoseok no estaba ahí, se encontraba más allá con su celular en la mano.

— Yoongi, ¿Tienes hambre? — preguntó mi tía acercándose a mí — te ves muy pálido y delgado, siento que si un fuerte viento pasa te llevará volando — dijo mirándome preocupada

— No tengo hambre aún, puedo esperar, no te preocupes tía — dije sonriendo

Conversaban de negocios la esposa de mi tía y mi mamá, incluso mi tía se veía cansada de siempre lo mismo.

— Iré a dormir un rato, no me siento bien — le dije a mi tía pues mi mamá ni me tomaba atención

Subí a mi cuarto, me cambié pues tenía calor, mi puse un polo con tiras y un short de tela delgada, no quería ponerme más pues el calor era infernal. Me quedé viendo un rato al techo, pensando en todo, pensando en si estaba bien, de tanto pensar mis ojos me pesaron y caí dormido.

Estaba durmiendo plácidamente cuando siento que me mueven, me volteé para seguir durmiendo pero de nuevo sentí un movimiento, al abrir mis ojos vi a Hoseok cubierto de la luz naranja que entraba por la ventana.

— Hoseok... — dije sentándome

— Por fin despiertas — dijo arreglando mi cabello — no bajaste a comer, tu tía dijo que estabas mal y me preocupé — dijo acariciándome la mejilla

— Solo era sueño — dije sonriendo

— Es por la anemia, te traje tu comida, también un poco de fruta y agua — dijo volteándose para luego poner una bandeja adelante mío

— Gracias —

— Yo voy a bajar, vengo más tarde — dijo besándome en la frente para irse

Comí la mitad, no tenía mucho apetito, veía mi celular y no había más que mensajes de Namjoon, no quería hablar con él ahora. Eran las ocho y podía oler de nuevo la carne, eso me dio hambre y empecé a comer lo que me quedaba. Luego de un rato me eché en la cama, al parecer la pastilla ya estaba perdiendo su efecto, rápidamente me fui a tomar una, pero me haría efecto veinte minutos, más tarde. Me eché cerrando mis ojos, de inmediato podía sentir como el short se me mojaba, me movía de aquí para allá tratando de pensar en otra cosa, pero era imposible.

— Yoongi... — escuché la voz de Hoseok, yo no abría los ojos, pero me seguía moviendo

— Mi-i celo — dije poniéndome de costado

De inmediato escuché el sonido de su cremallera y sentí a Hoseok echarse a mi lado, puso su mano en mi cintura y lo bajó hasta mis nalgas.

— Shhh, tranquilo, papi te ayudará — dijo bajándome el short

— No soy tu hijo —

— Shhh, actuemos como una familia — dijo poniendo su pene en la entrada

Cuando estuvo adentro no se movió por un rato, susurraba a mi oido que me quería y se movía lento, sus manos pasaban por mi pecho y estomago, mis manos tocaban su cara.

— Hoseok... — suspiré

— Cada parte de tí es perfecta — dijo besándome el hombro — para mí eres perfecto, siempre lo serás —

— ¿Porqué tan romántico? — pregunté riéndome mientras sentía como se movía dentro mío

— Solo quiero consentirte — dijo riéndose

Las embestidas eran lo más lentas posibles, el único sonido que podía escuchar eran nuestros fluidos, ni el rechinar de la cama, ni mis gemidos eran audibles, Hoseok los tapaba metiendo sus dedos en mi boca.

— Estás poniéndote más apretado — dijo moviéndose un poco más fuerte

— Ho-hoseok... —

— Tranquilo amor, tú solo disfruta — dijo alzando mi pierna

Los minutos pasaban y podía sentir como la cama crujía, pero sin llegar a ser escandalosa, la mano de Hoseok estaba mojada por mi saliva y podía sentir como el pene de Hoseok creía, pronto se iba a correr, al igual que yo.

— Amor... —

— ¿Dime? — pregunté volteando a verlo

— Te amo, demasiado Yoongi — dijo subiendo la intensidad

— ¡Ahg!, ¡Ho-hos...! — gemí haciendo que de inmediato Hoseok me tape la boca con la suya — ¡Humm!, ¡Humm! — era lo único que emitía

— Un día te llevaré a un lugar para nosotros solos, ahí gritarás todo lo que quieras amor — dijo sin dejar de moverse

Nos besabamos tan apasionadamente, podía sentir su cálida lengua dentro de mi boca, podía sentir como sus manos apretujaban mi cintura y el nudo empezó a crecer.

— ¡Humm! — gemí al mismo tiempo que rompiamos el beso, siendo unidos por lilos de saliva

— Mierda — gruñó él viéndome fijamente

— Ho-hoseok — gemí sonriendo al sentir toda su esencia llenarme, sentía que iba a reventar

Nos quedamos respirando de manera agitada ambos, Hoseok dejaba numerosos besos por toda mi cuello.

— Te amo — repitió mientras empezaba a moverse despacio, el nudo no había bajado aún, pero parecía que eso no era impedimento — si pudiera me quedaría las veinticuatro horas contigo, aquí en la cama, dándote placer, me quedaría unido a tí por siempre —

— Eso sería genial — dije sonriendo para voltear a verlo — tú lo eres —

— Sí... te amo — dijo volviendo a besarme, para de nuevo empezar a moverse con más fuerza

Fue una noche hermosa, llena de halagos y caricias, nunca olvidaré todas las cosas hermosa que dijo, me hubiera gustado que así se quedara. Pero a la mañana siguiente parecía que nada sería igual, por alguna razón lo vi muy cerca a mi mamá, ambos parecían pasarla bien, eso me hizo sentir mal, me sentía mal.