Narra Neitan.

Los humanos viven su vida de forma tranquila, sin imaginar que entre ellos caminan seres diferentes a ellos, igual en apariencia pero con diferentes esencias.

Pienso en ello cuando una niña se me acerca, sin temor alguno, sin imaginar que podría destrozarla sin esfuerzo alguno, sonrió cuando ella me regala una bella sonrisa cuando yo le devolví la pelota con la que jugaban ella y otros niños.

Los observé jugar alegres y sin preocupaciónes, me gustaban los niños, pero no me creo capaz de ser padre, era demaciada responsabilidad cuidar de otra vida.

Yo me había sentado en la acera en frente de un supermercado, mi grupo y yo habíamos venido en busca de provisiones a la ciudad, ellos entraron al mercado a comprar las cosas y yo me quedé afuera, me gustaba observar a los humanos vivir sus vidas cada que veníamos.

Yo era un lobo Alfa, hijo del líder de una de las cuatro manadas del bosque negro, en el pasado no eran aliadas, pero el peligro que cada día corría nuestra especie, los obligó a unir a las manadas.

Los 4 líderes habían decidido construir una base, para que cada lobo Alfa, Beta y Omega entrenarán
Desde los 13 años íbamos ahí y entrenabamos nuestras habilidades como lobos y nos enseñaban a protegernos también siendo sólo humanos.

Se formaba un grupo de 6 personas y el líder del grupo era el que mejor rendimiento dé en los entrenamientos, yo era el líder de un grupo de 3 Betas y 2 Alfas, éramos en total 5 grupos, dando en total 30 lobos, los nuevos lobos que entran van a otro sector que nosotros, sólo en la hora de la comida es que todos estábamos juntos, ya que sólo había un gran comedor en la base.

Yo me llevaba bien con casi todos los lobos en la base, ecepto con un grupo, la de un Alfa en particular, Aisur Oregón, él y yo desde que nos conocimos nos volvimos rivales, acérrimos enemigos, competiamos por todo, una pelea entre él y yo era normal casi todos los días.

Él era el hijo del líder de otra manada, el mejor amigo de mi padre, también era el líder de un grupo, 2 Alfas, 2 Betas y una Omega, él era el único que tenía una Omega en su grupo, casi siempre los Omegas iban a parar en las cocinas o limpieza, pero esta Omega no, ella siempre dio todo de si misma para pertenecer a un grupo.

Aún puedo recordar el día que escogieron a los líderes de los grupos, todos escogimos rápido a los integrantes de nuestro grupo, era claro que ninguno la escogió, tener una Omega en un grupo era demaciado problemático, Aisur no había escogido a nadie, sólo se recosto en una pared y esperó a que todos lo hiciéramos.

Como era lo esperado, todos escogimos a los mejores, quedando los que no lo eran tanto y la Omega, yo sólo quería burlarme de él, así que lo hice diciéndole que si quería ser un líder mediocre con un grupo débil, era mejor que se preparará para ser el líder que perdiera siempre ante nosotros, ante mis palabras todos se rieron, ese día fue que además de sentir odio por él, lo admire.

Él sólo se había quedado callado ante mis palabras, sus ojos serenos posados en mi, fríos he indiferentes, la Omega comenzó a llorar de rabia ante esas palabras y los 2 Alfas me miraban con ganas de matarme, pero no hacían nada, porque sabían que no podrían ganarme, los 2 Betas sólo miraron con impotencia lo que ocurría.

Aisur los observó y sólo negó con la cabeza, se enderezo y camino hasta quedar frente a la Omega que lloraba, él tomo el mentón de la chica obligandola a que lo mirará.

___ Sandra, has hecho todo este tiempo un esfuerzo sobrehumano para estar a la par de nosotros, nunca te diste por vencida, ¿ Permitiras que personas ignorantes y machistas te afecten con sus palabras? No hagas que ahora pierda la admiración que siento por ti, quebrandote delante de ellos.

Todos nos quedamos callados ante sus palabras, Sandra lo miro con los ojos abiertos, el sonrió y se alejó de ella y miro a los otros 4 que serían parte de su grupo.

___ ¿Son tan débiles que la menor provocación los afectará? Ignoren las palabras mal intencionadas, demuestren que con esfuerzo siempre podemos mejorar y ser mejor de lo que somos, como su líder siempre los defenderé y apoyaré, pero ustedes deben de demostrar que son más de lo que los otros piensen de ustedes.

Nos miro a nosotros y sus ojos cambiaron a rojos, Aisur era temido y respetado al igual que yo, nadie le había ganado hasta ahora en una pelea o duelo y cuando éramos nosotros 2 los que nos emfrentabamos, nunca lograbamos ganarle al otro, porque siempre nos separaban antes de lograrlo.

Era obvio que cuando nos miro con esos ojos, varios retrocedieron, él me miro a los ojos y yo como respuesta hice que mis ojos también fueran rojos.

___ Haré que tragues cada una de tus palabras Betancurt, te demostrare que la fuerza de voluntad, es más fuerte que todo.

Después de sus palabras sólo se dio la vuelta y se retiró de la arena de entrenamiento y su nuevo grupo lo siguió, yo me quedé mirando su espalda, me fue inevitable no admirarlo, era indignante para mi que él sin esfuerzo siempre logrará sorprenderme.

El cumplió sus palabras, su grupo no era menos que la de nosotros, casi podría decir que era el mejor grupo, Sandra se había convertido en una mujer segura de si misma, nunca se dejaba doblegar por ningún Alfa y en un duelo podía ganarle incluso a un Alfa, ellos no eran sólo un grupo, eran una familia.

Perdido en mis pensamientos, percibí un olor, podría reconocer ese olor donde fuera, olor de menta mesclada con tierra mojada, Aisur Oregón, nuestras miradas se encontraron, los suyos, azules como un mar con reflejos del sol, los míos negros como una noche sin luna.

Él y su grupo suponía habían venido a lo mismo que nosotros, por provisiones, la duda era para cual de todas las manadas, porque también él era el único que su grupo no pertenecían a una sóla manada, sólo uno lo era.

Él quedó afuera y su grupo entro al supermercado, él desvió su mirada de la mía y la centro en los niños que jugaban a lo lejos, yo no quite mi mirada de él, aún recordaba como si fuera ayer el día que lo conocí.

Antes de saber que él era Alfa, el me pareció el niño más hermoso que había visto, sus ojos azules con un brillo único, sus cabellos negros y su piel blanca, cuando mi padre me lo presentó, teníamos 6 años.

Él me miraba con sus ojos llenos de ilusión ante la pregunta de si podíamos ser amigos y yo quice serlo, pero cuando iba a decirle que si, mi padre dijo que él como yo, era un Alfa y en ese momento sentí repulsión ante eso, no se porque, pero saber que él era un Alfa, me hizo rechazarlo.

Aún recuerdo sus ojos, antes brillantes de pura ilusión con la más pura de las inocencia, en ese momento se empañaron de un velo de aguas cristalinas, verlo así, me hizo querer abrazarlo y pedirle que no llorara y ese pensamiento me aterro y lo heri más con mis palabras, él sólo corrió lejos de mi y desde ese día nunca más vi esa mirada llena de ilusión dirigida a mí.

El de niño era más pequeños que todos nosotros apesar de tener la misma edad, eso le ganó muchas burlas y maltratos, pero él nunca se doblegó o mostró debilidad ante ellos con el tiempo él se convirtió en un Alfa más fuerte que todos, pocos se metían con él, su carácter era pacífico y sereno, pero cuando se enojaba, era peor que un mar enfurecido.

___ ¿Quieres que té de una foto mía, Betancurt?.

Su pregunta me trajo de nuevo a la realidad, él no me miraba, pero si notaba mi mirada en él, mirada que llevaba clavado en él desde un buen rato, parpadee algo desconcertado y sin poder evitarlo me sonroje, desvíe mi mirada hacia la misma dirección que él la tenía.

___ Si, así podría poner tu foto en la huerta y asustar a los cuervos.

___ ¿Por qué simplemente no te paras ahí? Tu cara da más miedo que una foto mía.

Yo bufe ante sus palabras, pero ya no dije más, ambos nos quedamos en silencio, observando a los niños jugar, cada uno metido en sus pensamientos, los míos en recuerdos del pasado, las de él, siendo sólo un enigma para mi.

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Un momento en la vida puede cambiar toda una vida entera.
Una palabra, puede ser la destrucción o la salvación de una persona.