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🦢 30 (parte 2/2) 🦢

🔞 Capítulo con contenido 🔞
























Después de una mañana alocada, divertida y un almuerzo delicioso que compartieron en la cabaña. Ahora cada pareja se fue por su lado, tiendo cualquiera de las cabañas a su disposición.

Jimin y Jungkook decidieron salir a subirse a unos teleféricos y esquiar un poco. El Alfa tiene planeado ganarse el corazón de Jimin, aprovechando que por ese día no debe tratarlo como su jefe.

Mientras tanto, Taehyung pidió se quedaran en la cabaña porque moría de frío. Jin obviamente le concedió el deseo, prendió la chimenea para calentar el lugar, sacó unas cobijas del cuarto y arropó a Tae con ellas cerca de la chimenea.

—Te prepararé una chocolatada caliente, es mi especialidad— dijo Jin dándole un beso tierno en la frente.

Taehyung asintió intentando volverse lo más pequeño posible para que las cobijas lo envuelvan por completo, dejando solamente sus ojitos a la vista.

Jin se fue rumbo a la pequeña cocina, tarareando preparó con rapidez la chocolatada especial, receta complemente suya.

Una vez listo lo llevó hacia donde se encontraba su Omega, encontrándose con una bolita de mantas de dónde sólo salía unos grandes ojos y pestañas preciosas. Su corazón sintió altear como loco, amando un poco más a ese bello cisne blanco.



—Amor ¿Por qué lloras? ¿Hice algo malo?— Jin se acercó más, acunando ese rostro que temblaba entre sus manos, limpiando las lágrimas que rodaban por sus mejillas con las yema de sus pulgares.

—No, tú no tienes la culpa… sólo, sólo me puse a pensar en todo y… no quiero que nos separen Jinnie— sollozó con más fuerza lanzándose a los brazos de Jin.

—Tranquilo, no lo harán. No dejaré que nos separen, confía en mi— susurró Jin en el oído de Tae, acariciando su espalda, arrullando a su afligido Omega.

—Hazme el amor, por favor— pidió Tae de repente, juntando sus labios en un beso desesperado, tomando a Jin por sorpresa.

—¿No prefieres que te lleve a la habitación?— logró preguntar entre besos que Tae esparcía por su cara.

—No, no quiero esperar tanto. Tómame acá ¿O no quieres? ¿Ya no me deseas? ¿No me am…— las palabras de Tae murieron en su boca al recibir un beso demandante de su Alfa.

Jin notó nuevamente ese cambio de humor, al parecer toda esa situación tenía muy voluble a Tae, sus ojos le pedían que le diera amor, le rogaban ser amado y Jin no se iba a negar. Quizás era momento de reafirmar el lazo.

—Mi amor, obviamente te amo y te deseo. Sólo tengo ojos para ti, mi bello Omega— confesó en el oído de Tae, mordiendo su lóbulo, sacando gemidos dulces mezclados con los sollozos del menor.

Pronto en frío que sentía se fue esfumando, siendo reemplazado por el calor que el cuerpo contrario le proporcionaba.

Jin lo recostó sobre las cobijas en las que antes Tae estaba envuelto. Con cuidado fue sacando cada prenda que tenía oculto el bello cuerpo de su Omega, dejando besos en cada lugar, a cada paso que la prenda dejaba el cuerpo ajeno. Las caricias eran más lentas, más llenas de ese amor y admiración por Tae.

El menor jadeaba, abrió los ojos notando que los de su Alfa lo veían con asombro, como si estuviera mirando lo más valioso del mundo. Taehyung se sintió tan amado que volvió a llorar, esta vez de felicidad, la sentir los besos de Jin por todo su cuerpo, esas cálidas manos recorrer su piel. Todo su cuerpo reaccionaba ante cada tacto, su piel conocía a la perfección la piel contraria, su calidez, su textura.

Los labios de Jin volvieron a tomar los suyos, comenzando una danza de sus lenguas, buscando más contacto, embriagados del adictivo sabor del otro.

—Eres tan precioso, mi TaeTae— jadeó Jin al ya no poder resistir la presión de sus pantalones sobre su miembro.

Taehyung estaba con la respiración entrecortada, su pecho subía y bajaba. Al ya no sentir el calor de Jin soltó un quejido, el frío volvía a golpearlo. Levantó la cabeza para ver a Jin, encontrándose con el torso desnudo de su Alfa quien luchaba por sacarse esos blancos pantalones.

Sin dudarlo Tae se incorporó sobre sus rodillas, atacando esa boca de Jin que ya estaba roja por tantos besos intensos que se habían dado, más nunca se casarían de ellos. Las manos de Tae viajaban por el dorso bien marcado de Jin, acariciando cada centímetro de la piel febril de su Alfa, como si estuviera intentando memorizarla.

Jin ya no pudo seguir con su labor de quitarse los pantalones pues Tae estaba haciendo volar su mente con ese intenso beso.

—Déjame hacerlo a mi— pidió con su voz ronca y aireada en el oído de Jin, enviándole una descarga directo a su miembro que ya se movía en desesperado en la prisión de sus pantalones.

Jin soltó un jadeo ronco la sentir el masaje descarado que Tae le hacía a su miembro sobre su ropa interior.

—Es mi turno de consentirte y devorar lo que me pertenece— dijo Tae cambiando rápidamente la posición, lanzando a Jin sobre el improvisado colchón.

—Oh… vas a matarme— jadeó Jin al sentir un soplido sobre su ombligo, su Omega estaba jugando con su paciencia.

Tae bajó los pantalones de Jin en un solo movimiento, dejándolo en boxers. Se acercó hambriento y comenzó a besar ese duro bulto por sobre la ropa interior. Dejando besos babosos, frotándolo más y más cada que los gemidos roncos de Jin aumentaban. Traviesamente pasó sus dientes sobre esa ya húmeda tela, rozando toda la longitud de ese duro miembro.

—¡Joder!— Jin estaba volviéndose loco, haciendo una falsa embestida en busca de contacto con la piel de Tae.

El menor soltó una risita socarrona, se sentía bien tener el control de vez en cuando. Ver a su Alfa rogando por más tacto era totalmente excitante.

Finalmente liberó el miembro de Jin de su prisión dolorosa, que saltó como si tuviera vida propia buscando más atención.

—Que bello y es todo mío— Tae se relamió sus labios y tomó ese duro miembro entre sus manos, frotándolo con delicadeza, depositando besos desde la punta hasta la base. Deleitándose con los jadeos erráticos de Jin, avisando que se acercaba al clímax.

De repente se metió todo lo que pudo de la longitud de Jin, succionando con fuerza, ahuecando sus cachetes provocando más placer en Jin quien puso sus manos en el cabello de Tae, como pidiendo permiso pues estaba muy excitado.

—¿Quieres follarme la boca?— preguntó Tae sacando el miembro de su boca pero sin dejar de masturbarlo con sus manos.

Jin respondía frenéticamente, mirando a Tae, al notar que le dio permiso, posó sus manos en la cabeza de Tae y los enredó entre esas hebras azabache. Comenzando a follar esa boca que lo traía loco, deleitándose con los gemidos de su dulce Omega, un par de estocadas más y se vino dentro de la boca de Tae quien luchó por no perder ni una sola gota de ese líquido blanco.

—Joder bebé, esa fue la mejor mamada de mi vida— habló Jin entre jadeos, sufriendo los espasmos de su orgasmo.

Tae soltó una risita tímida, acostándose al lado de Jin para darle un beso profundo y compartir su propio sabor. Las manos del menor se movieron inquietas nuevamente por el torso de Jin.

En cambio el Alfa bajó la mano directo para amasar ese glorioso trasero, Tae soltó un gemido sonoro se sorpresa.

—Mi turno, bebé. Sube a mi rostro— susurró entre los besos que se daban.

Tae se estremeció con esa orden tan sensual, obedeciendo de inmediato.

—Me siento expuesto— confesó tímido al acomodar su trasero cerca del rostro de Jin.

—Lo estás— dijo Jin soltando una carcajada, Tae se volteó con un puchero de indignación fingida.

Jin lo miró divertido y le dio un manotazo en una nalga, Tae soltó un chillido, volviendo a su posición, tratando de tomar el miembro de su Alfa que volvía a despertar.

Jin comenzó a besar los glúteos de Tae, amasando, mordiendo, chupando. El menor era un desastre de gemidos bajitos, luchando por concentrarse en atender nuevamente al miembro de Jin.

De pronto sintió cómo Jin abrió sus nalgas y su lengua traviesa jugueteaba en su chorreante entrada. Los gemidos de Tae se hacían más fuertes, tratando de callarlos con la polla de Jin en su boca.

Jin estaba saboreando el sabor de su Omega, era tan dulce, tan adictivo que no esperó más y su lengua se abrió paso en el interior de Tae quien soltó un gemido arqueando la espalda, su excitación estaba llegando al tope, necesitaba a su Alfa dentro, de una vez.

—Alfa, ya no aguanto… quiero que me tomes ya— gimió al sentir cómo la lengua hábil de Jin lo estaba follando.

Jin no contestó, siguió con su labor, esta vez masturbando el pene adolorido de Tae. El menor sintió sus piernas flaquear, el placer lo invadía en cada centímetro de su cuerpo.

Taehyung estaba desesperado por sentir a Jin, como no veía intenciones de su Alfa para profanarlo. Se alejó rápidamente, volteando en un hábil movimiento, empalándose él mismo en la dura polla de Jin, sacando sonoros gemidos de ambos por su torpe y atrevido movimiento.

—¡Mierda! Estás masoquista hoy ¿No, cariño?— jadeó Jin al sentir la estrechez de Tae envolverle.

—Te necesitaba, no tengo paciencia— contestó, comenzando a montar a Jin. Gimiendo sin tapujos, feliz de al fin tener a su Alfa dentro, llenándolo por completo.

Jin gemía a la par de Tae, ese día sentía más necesitado a su Omega, juraría que parecía estar en celo. Pero no era así, siguió atribuyendo que era por la situación que estaban pasando. Los movimientos circulares de Tae le sacaban más suspiros, sentía que su miembro se iba a derretir dentro de su Omega que parecía estar ardiendo en llamas.

Jin jaló a Tae del brazo para besarlo, para morder suavemente el belfo inferior del menor, ahogando sus gemidos en ese beso. Sin salir de Tae, Jin cambió la posición, acostando a Tae sobre su espalda y comenzar con las embestidas, poniendo cada pierna del menor en sus hombros, de ese modo llegar más profundo en Tae golpeando sin piedad el punto dulce de su Omega que gemía más y más fuerte, balbuceando palabras que no se entendían.

Ambos cuerpos nublados de placer, llenando la cabaña de sonidos obscenos, sus pieles chocando, sus gemidos roncos y respiraciones agitadas.

Jin se agachó sobre Tae, buscando nuevamente un beso, sintiendo cerca su orgasmo. Ambos degustando del otro, deseando que ese mágico momento no terminara nunca. Unas embestidas más y Jin estallaba dentro de Tae, llenándolo de su semilla, al mismo tiempo que el menor se corría entre ellos, mientras nuevamente unas enormes alas blancas y negras salían de sus cuerpos, envolviéndolos en una especie de cápsula.

Jin cambió de posición, lentamente sin salir de Tae para no romper el vínculo que estaban reforzando, dejando a su Omega dormir sobre su pecho, acariciándolo mientras sentía su cálido aliento golpear su sudorosa piel.

—Te amo— dijo cansado Tae aferrándose más al cuerpo fornido de su Alfa.

—También te amo, bebé hermoso— besó la coronilla de Tae, mientras seguía acariciando la espalda de su Omega, esperando pacientemente a que el vínculo terminara de reforzarse.

Mientras sus cisnes estaban con sus cuellos entrelazados, graznando alegres de tenerse el uno al otro. Celebrando el refuerzo del vínculo que necesitaban tanto, sin saber aún la razón de ello.

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Holas pixelitos de mi corazón 💜 acá les dejo la última parte de esta mini maratón 😌 es para recompensarles que el martes no subí capítulo jeje 🙈

Espero les haya gustado y disfruten mucho esta paz, que saben ocurre antes de una tormenta 👀

Cuídense mucho 🥰 las amito 😘 Bye 💜

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