Taehyung llegó a su casa sin dirigirle palabra alguna a su madre, estaba enojado, dolido porque para esa mujer parecía sólo importarle su propio bienestar, que preguntar a su hijo si estaba de acuerdo.

Tae-Hee no dejó que Jimin ingresara a la casa, lo despachó diciendo que ya habían estado mucho tiempo juntos. En sí, le molestaba que su hijo oliera tanto a perro pulgoso, que de seguro era culpa de Jimin que se enredaba con cuánto Alfa se le pasaba, sabiendo bien que los lobos eran su mayor debilidad. No quería esas malas influencias, ya lo había soportado mucho tiempo, ahora su hijo tenía un Alfa y no podía aceptar que su reputación se vea dañada por andar con Jimin.

Jimin por su parte, también estaba furioso de que la madre de Tae lo haya prácticamente corrido de su casa. La mujer no le dijo mucho pero en ese tono y en su aroma Jimin comprendió que lo estaba denigrando, esa era la característica de esa mujer tan prejuiciosa.

Jin se encontraba en casa ordenando unos papeles, aún le faltaban cosas para ajustar su nueva vida en esa nueva ciudad.

En ese instante un dolor profundo lo invadió, sosteniendo su pecho del susto buscó dónde tomar asiento.

—¿Qué me pasa?— pensaba asustado, ya desde la mañana se había sentido raro, pero ahora el dolor era más fuerte.

Cerró los ojos, tratando de relajarse, concentrándose en su Omega para lograrlo pues su dulce aroma le ayudaba a sentirse más tranquilo.

Ya más concentrado, con los ojos cerrados, pudo divisar a lo lejos un precioso cisne blanco que parecía sollozar, graznando de dolor por algún motivo.

Su pecho dolió más, su instinto le llevó a tratar de calmar a ese bello cisne, intentaba acercarse pero parecía que algo invisible no dejaba que lograra su objetivo.

—¿Amor? ¿Eres tú?— Preguntó al cisne que aún graznaba de dolor.

—Eres tú, ¿Cierto? Te siento, siento tu dolor. Pero sólo puedo ver a tu Omega—

—Amor ¿Qué tienes? Cuéntame, puedes hacerlo. Si algo te molesta dime, estoy acá para ti. Para protegerte de todo lo que te quiera lastimar—

—¿Jin? ¿Eres tú?— Jin escuchaba la voz temblorosa de Tae y cómo su cisne blanco parecía que al fin notó su presencia, levantando la cabeza que la tenía escondida entre sus alas.

—Soy yo mi vida—

—¿Cómo es eso… posible? Te escucho en mi mente— el menor sonaba alterado y emocionado a la vez.

—Creo que es nuestro lazo, Amor— respondido con dulzura.

—¿Nuestro lazo? ¡O por la Madre Luna!— Taehyung volvía a sollozar, eran muchos sentimientos que su corazón ya no podía manejar.

—No llores bebé, ¿Sabes? Puedo verte, eres un precioso cisne blanco de ojos celestes que me están viendo tan encantadoramente. Pero no puedo acercarme—

—¿Puedes… verme? ¿Cómo se hace? Yo no te veo— sollozaba ya más calmado, tratando de controlarse.

—No lo sé, aún. Sólo sentí mucho dolor en el pecho y cerré los ojos pensando en ti—

—Esto es… tan extraño y mágico al mismo tiempo. Que yo sepa con un lazo sólo puedes sentir lo que tu pareja siente, nunca escuché de que se pudiera hablar así y mucho menos ver nuestra figura animal— Taehyung sonaba ya más tranquilo.

—Debe ser porque nosotros somos destinados, Tae. La Madre Luna nos enlazó mucho antes de llegar a este mundo, ahora que al fin nos hemos juntado. Seremos como un solo ser—

—Dices siempre palabras tan bonitas, me haces mucho bien amado Jin—

—Y tú a mi, amado Tae. Mi bebé precioso, mi Omega, dime ¿Por qué estabas tan triste?—

—Tuve un problema con mi madre, del cual aún no estoy listo para contarte. ¿Podrías esperar hasta mañana? Por favor— Taehyung aún no tenía el valor para decirle la verdad, que su madre lo iba a comprometer con otro Alfa. Tenía miedo que Jin cometa alguna locura.

—Claro que espero mi preciado Omega, esperaría toda la vida si me lo pides—

—Eres tan cursi, Alfa bobo—

—Y te encanta, Omega consentido—
—Pues si, me encanta este Alfa bobo y cursi—

El cisne blanco comenzó a revolotear de alegría frente a los ojos de Jin, quien sentía que su corazón saldría de su pecho. Aún no podía creer que estuviera viviendo algo tan mágico, algo que sólo se escuchaba en los cuentos para dormir a los niños.

Taehyung deseaba poder ver a Jin, pero con sólo escuchar sus dulces palabras y ese sentimiento tan cálido, lo arrullaron por completo. Ese dolor se había ido, ahora sólo sentía paz y un inmenso amor, las lágrimas se le volvían a asomar cuando comenzó a sentir cómo lo amaba su Alfa. Quizás sólo necesitaba un poco más de tiempo para poder verlo como Jin lo veía a él.

Sintiéndose más amados y más en calma, ambos cayeron en un profundo sueño en sus respectivas casas.

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Holaaa pixelitos 💜 les traigo un capítulo nuevo, cortito pero necesario.

Espero les guste 😌💜

Cuídense mucho 🥰 bye 💜