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El último día del celo de Tae estaba por terminar, Seokjin lo había tratado muy bien y follado mucho mejor.
—Amor, no quiero separarme de ti— Confesaba Taehyung mientras se aferraba más al cuerpo sudoroso y agitado de Seokjin quien seguía dentro de él, sufriendo los espasmos de su orgasmo.
Con las piernas cruzadas alrededor de la cintura de su Alfa y la cabeza escondida en el hueco de su cuello, estaba Taehyung dejando besos en la zona.
Seokjin no dejaba de abrazarlo, sentados a la orilla de la laguna, habían decidido fundirse en el otro por última vez en ese lugar tan especial para ellos.
—Tampoco quiero que estés lejos de mi. Pero debemos hacer bien las cosas ¿De acuerdo?— pedía con dulzura Jin a su afligido Omega quien sólo le respondió con un beso lento y suave en los labios.
Después de terminar de vaciar su esencia en Tae, salió de él con cuidado. Lo envolvió en una manta que había llevado para retornar dentro de la casa y evitar pillar un resfriado.
Jin depositó con sumo cuidado a Taehyung sobre su cama y se dirigió a preparar la bañera para su Omega.
—Mientras tú tomas un baño, yo prepararé la cena— dijo al volver a su habitación, vistiendo únicamente unos shorts rosados.
Taehyung relamía sus labios, definitivamente nunca se cansaría de ese Alfa. Era demasiado bueno, en todos los sentidos de la palabra.
Con un asentimiento de cabeza, Taehyung se propuso a levantarse de la cama de Jin, pero un dolor en su espalda baja le sacó un fuerte sollozo.
—¿Bebe? ¿Qué tienes? ¿Estás bien?— Seokjin llegó a su lado a una velocidad inhumana.
—No… no pasa nada. Creo… creo que realmente me jodiste— soltaba una risa con sus mejillas teñidas de un rojo furioso, tocándose la espalda baja con un semblante de dolor.
—Yo… no, lo siento… Tú me pedías más duro y sólo te complacía— respondía Seokjin visiblemente nervioso.
—Estoy muy consciente de que fue mi petición. Pero a veces olvido que tu tamaño me puede dejar partido en dos — reía como podía y Seokjin no sabía dónde meter la cabeza de la vergüenza.
Taehyung estaba maravillado con lo tierno que se veía su Alfa con la cara toda roja— Amor, no tienes porqué avergonzarte. Eres poderoso y sólo mío. Eso es algo de lo que estoy muy orgulloso y lo presumiré al mundo entero— Taehyung le regalaba su característica sonrisa cuadrada.
—Pero, no me gusta lastimarte— Seokjin lo tomaba de las mejillas.
—Se dice que si no duele, no sirve. Así que no te preocupes mi vida. Sólo cárgame a la bañera que no creo poder caminar, o quizás sí, pero sería vergonzoso que me veas caminando como ciervo recién nacido— levantaba los brazos para ser cargado por Jin.
Mientras que la imaginación de Jin había volado con esa información. Su ego de Alfa estaba por los cielos, al imaginar a su Omega sin poder dar un paso por su excelente cogida. Hasta le parecía gracioso, pero eso no le diría porque de seguro se ganaría un golpe.
El baño ayudó mucho a que Taehyung se sintiera más aliviado. Pudo salir por su cuenta, aunque seguía sintiendo ese dolor punzante en su espalda baja.
—Ya no más cogidas por hoy, aunque sí quiero. Pero no, mañana mi madre no me puede ver andando como si llevara un tubo en el culo. Se daría cuenta que ya no soy virgen y quién sabe lo que me haría— Taehyung temblaba al sentir un escalofríos de sólo imaginar lo que su loca madre podría hacerle o a Jin.
Después de cambiarse—sólo pudo ponerse la camisa a rayas de su Alfa— se dirigió a la cocina de donde provenía un delicioso aroma de la carne asada que Jin preparaba.
—Huele muy bien— se acercó olfateando a la cocina, parándose detrás de Seokjin mientras veía cómo asaba esos filetes.
—Bebé, ¿Ya te sientes mejor?— preguntó al apagar la cocina y comenzar a servir la cena.
—Mucho mejor, amado Jinnie— dejaba besos en esa gran espalda que estaba al desnudo.
Seokjin se estremecía al sentir los labios húmedos de su Omega, recorrer su piel.
—Bebé, debemos cenar. No sigas o alguien va a despertar y tu culito va a peligrar— advertía juguetonamente al darse la vuelta y tomar las muñecas de un Tae que puchereaba.
—Puedo lidiar con ello— respondía pícaro.
—Y no lo dudo, pero debemos alimentarnos para estar fuertes. Además tu madre te verá mañana ¿no? Por eso no podemos seguir de calentones. Tu celo ya pasó— Seokjin se separó de Tae y colocó los platos en su pequeño comedor que había al lado de la isla de la cocina.
—Sólo te obedezco porque tienes razón. Mañana debo estar divino. Pero créeme que no necesito estar en celo para desear que me tomes— le guiñó el ojo tomando esa carne entre sus dientes, lanzando una mirada provocadora.
Seokjin casi se ahogó con su comida cuando escuchó esa confesión que le pareció tan sexy y su cuerpo reaccionaba sin su permiso.
Taehyung reía complacido, amaba alterar las plumas de su Alfa.
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Holas pixelitos de mi corazón 💜 les subo esta pequeña actualización para no dejarlas mucho tiempo sin los bellos cisnes 😌
Disfruten estos momentos tanto como puedan 👀
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