☢️ Este capítulo tiene escenas 🔞 ☢️

Después de haber desayunado y recuperado energías, Jin estaba mirando a Tae con unos ojos negros inyectados de lujuria.

—No me mires así que me desgasto— Tae trataba de sonar juguetón, fracasando en el intento pues esa frase le había salido más a súplica que otra cosa. Las feromonas que salían de Jin lo tenían completamente abrumado y eso que se supone él era el que estaba en celo.

—Vamos bebé, déjame devorarte a ti ahora— Jin apareció al lado de Tae quién estaba sentado en el sofá de su habitación, donde habían degustado del gran desayuno que Jimin les había llevado.

Tae quedó sin palabras, la manera en que llegó a su lado desde el otro extremo de la mesita ratona lo dejó sin poder responder.

Jin lo tomó de la nuca con suavidad y le plantó un beso tan intenso, succionando el belfo inferior de Tae, dándole una mordida placentera.

El Omega sentía que su Alfa estaba consumiendo toda su razón, succionando hasta la última gota del néctar que su boca soltaba, amándolo como nunca se había imaginado alguien lo haría. Jin posó su otra mano en la desnuda cintura de su amado Tae para atraerlo más a su cuerpo y así sentir el roce de su piel con la de su amado.

Tae se estremeció ante el tacto de Jin, la mano en su cintura sentía que emanaba un calor que lo quemaba, toda su razón desaparecía y sólo el deseo de ser consumido por su Alfa llegaba a su mente.

—Tu intensidad… me está volviendo loco…— Tae logró articular palabras luego de que ambos rompieran el beso en busca del necesario oxígeno.

—El loco acá soy yo… siento que todas las células de tu cuerpo me están llamando y pidiendo que te haga mío una y otra vez hasta que estemos sin fuerzas— respondió Jin con la voz más grave y rasposa, haciendo erizar cada bello en el cuerpo de Tae.

Esas palabras habían sonado tan seductoras para Tae, que se sentía ya en las nubes.

—Yo deseo ser tuyo para siempre mi amado Alfa, mi alma, mi corazón y todo mi ser son tuyos— Tae comenzó a acariciar las mejillas de Jin quien había soltado una lágrima, asustándolo.

—Tae… mi vida entera te pertenece, soy tu Alfa…

—Y yo tu Omega…

Sin saber porqué, ambos comenzaron a llorar, sus emociones estaban a flor de piel, se abrazaron y sus cisnes estaban más entrelazados que ellos mismos. El amor que sentían uno por el otro era tan fuerte y tan grande que no pudieron lidiar con todos esos sentimientos, terminando en lágrimas y besos más desesperados.

Ninguno se atrevía a preguntar el porqué de las lágrimas del contrario, sólo se limitaron a continuar con las caricias y besos que sus cuerpos y almas pedían a gritos.

Una vez más se sentían en su propio mundo, uno donde sólo ellos existían y eran felices con cada momento, cada beso y caricia que se daban. Una vez más ambas almas se fusionaban.

—Te amo, te amo como no tienes idea— Jin soltó esas palabras colocando a Tae a horcajadas sobre él.

—También te amo mi bello Alfa, ni yo entiendo lo mucho que te amo— la excitación estaba llegando a su punto más alto, Jin había estimulado cada sentido suyo a la perfección.

Ambos ya desnudos, sintiendo el calor del otro en su piel los hacía arder más en deseo, ese deseo de fundirse en uno solo y amarse así por la eternidad.

Tae comenzó un vaivén tortuoso dónde sus miembros se friccionaban tan deliciosamente que les sacaba gemidos roncos y sonoros a ambos.

—Tae, móntame ya…— pedía Jin sin poder aguantarme más las ganas de fundirse con su amado.

El cisne blanco obedeció de inmediato, tampoco podía seguir extendiendo la agonía.

Tae acomodó el duro miembro de Jin en su entrada y de un solo movimiento se enterró por completo la enorme erección de su amor, sacando a ambos un fuerte gemido.

—Tae… masoquista mi cisne eh?— dijo Jin tratando de volver en si después de sentir cómo la estreches de su amado lo volvía loco.

—Tal vez?... Sólo ya no pude resistir la agonía… sabes que no tengo paciencia…— respondió Tae quien inmediatamente comenzó a montar a Jin, saltando y clavándose a sí mismo una y otra vez contra ese miembro que golpeaba su punto dulce sin piedad.

Ambos estaban locos de placer, Tae era tan intenso con sus movimientos que apenas les daba tiempo de razonar.

La habitación resonaba en gemidos y ruidos obscenos provenientes del choque de sus pieles sudorosas.
Jin sentía su miembro aumentar de grosor, el clímax se acercaba.  Tae al sentirlo más grande dentro suyo hizo que su propio miembro comenzara a gotear.

En un ávido movimiento Jin cambió de posición, colocando a Tae sobre el sofá colocando sus piernas sobre sus hombros y volviendo a entrar, esta vez con más fuerza, sacando un gemido intenso de Tae por haber machacado sin piedad su punto dulce.

—Jin, me vas a partir si sigues así…— Tae sentía las piernas entumecidas, el aviso de su clímax acercándose.

Jin seguía con las estocadas, ahora aumentando la estimulación de Tae al bombear su miembro.

Tae se deshacía en gemidos, el clímax estaba tan cerca.

—Ah… Jin… Alfa… me… me vengo…— fue lo único que pudo articular, pues Jin lo estaba follando tan bien, que sus cerebro no podía razonar ni generar más palabras.

—Córrete para mi— Jin se acercó sobre él sin dejar de estimular el miembro de Tae, soltando esas palabras con la voz más seductora y rasposa que Tae había escuchado, sentirlo en su oído y cómo Jin lo succionó luego de decir esas palabras fue el detonante que hizo a Tae estallar en las manos de Jin, bañándose a sí mismo y a su amado con su esencia.

Jin se levantó y continuó con las estocadas, lamiendo su dedo que estaba bañado con la esencia de su Omega.

—Eres tan delicioso— dijo después de degustar el sabor de Tae de una manera muy sensual.

—No… no digas eso, no hagas eso— respondió un Tae lleno de vergüenza tapando su rostro.

—Es la verdad, eres delicioso y sólo mío— Jin volvió con las fuertes estocadas, obligando a Tae a descubrir su rostro.

—No me vuelvas a privar de ver tu bello rostro ni de escuchar tus gemidos— ordenó Jin tomando a Tae de la cintura para tener más firmeza al momento de hacer las estocadas más profundas.

Sacando guturales gemidos de Tae quién ya no pudo seguir reprimiéndolos.

—Así, así me gusta escucharte…— los gemidos de Tae hacían crecer más el lívido de Jin.

Un par de estocadas más y Jin volvía a derramar su esencia dentro de Tae, una vez más se habían funcionado.

Sus cisnes danzaban nuevamente, reafirmando su lazo aún más, ese lazo que los haría inseparables.

—Jin, te amo— Tae fue lo único que dijo antes de volver a fundirse en un beso más lento, uno lleno de satisfacción y amor.

—También te amo, bebé— Jin tomó a Tae de la cintura y éste entrelazó sus piernas alrededor de la cintura de su Alfa.

Jin estuvo a punto de salir, pero Tae lo detuvo.

—No, no salgas aún, necesito seguir unido a ti — pidió Tae con la voz tan aterciopelada que le envió una descarga inmediata a Jin hasta su zona sur.

—Vaya, ya estás duro otra vez— dijo Tae después de soltar un pequeño gemido al sentirlo crecer nuevamente dentro suyo.

—No puedes culparme, no puedes venir con esa frase tan seductora y ¡pedirme que no me ponga duro!— Jin escondió su cabeza en el hueco del cuello de su amado.

Jin había entendido a la perfección la confesión de Tae, aunque no haya sido explícita, entendió que Tae había aceptado su deseo de engendrar un polluelo, y esa era la muestra, pues luego de soltar su esencia un cisne necesitaba permanecer un tiempo dentro de su Omega para tener más probabilidades de preñarlo.

Por eso esas palabras lo habían atacado sin piedad, directo a su ego de Alfa.

Ahora permanecían abrasados, mimándose el uno al otro hasta cumplir el tiempo requerido y comenzar otra ronda, pues ambos no estaban saciados y se deseaban tanto que era palpable a tal grado, que sus feromonas se sentían hasta las puertas de entrada al ala de los dormitorios.

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Holas pixelitos de mi corazón! Al fin después de milenios he vuelto con un nuevo capítulo.

Espero que no me hayan olvidado 🥺🤧 lamento la desaparición, pero al fin regresé y espero sigan apoyando mi trabajo 🥺

Las amito 💜