Ese sonido...

—¡Strike!

—¡Buen lanzamiento!

Esos ánimos...

—¡Bien! ¡Asi se hace, Yukio!

—¡Lanza otra asi!

—¡Esto apenas inicia!

Esa armonía de compañerismo...

—¡Yukio, no te preocupes por los jugadores en bases! ¡Nosotros te cubrimos!

—¡Lanza con confianza! Aunque no lo hagas para Asaki.

—¡OYE!

Esa confianza...

—¡Dependo de ustedes, chicos! Déjenme los bateadores a mi.

¿Qué son todas esas emociones?

¿Cómo puede ser tan divertido?

¿Cómo es que logran tener todo esto en uno solo?

¿Por qué incluso mi corazón late tanto?

—¡Ah!

—¡¿Pero qué haces, amigo?!

—Justo cuando Yukio hizo un buen lanzamiento~.

—¡Oi, la pequeñita de ahí, lo siento!

¿Es bueno? ¿Es malo?

¿Cómo debo tomar el bombeo de mi corazón?

—¿Mmm?

El solo sostener y lanzar la bola hace que todo mi ser se sienta diferente.

No es perfecto, sin mucha velocidad, ni siquiera imite bien al que lanzó...

Aun asi...

—¡Oh, buen lanzamiento! ¡Gracias, pequeña!

¡¿Por qué esas palabras resuenan tanto en mi ser?!

—¡Bien! ¡Volvamos al juego!

—¡Contamos contigo, pitcher!

—¡Venga! ¡Lanza lo mejor que puedas!

¡Es divertido!

¡El beisbol es divertido!

¡Yo...

—¡Quiero ser pitcher!