Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Veintitrés (*)


WILLIAM

Dejo un masaje en mis sienes cuando un dolor punzante se presenta, llevaba varias horas revisando los documentos que se encuentran frente a mí. Me echo para atrás, recargando mi espalda contra el respaldo de la silla.

—William —Lisa ingresa a la oficina —Hay alguien abajo que quiere hablar contigo —informa.

—¿Dejo su nombre? —cuestiono.

—No —centro mi atención en ella —Pero dice que es urgente, y que necesita hablar contigo. —insiste.

—Bien, dile que pase —respondo. Ella asiente, se marcha de la oficina y firmo el último documento que queda frente a mí antes de cerrar la carpeta. Recojo las hojas de los documentos que se encuentran esparcidos sobre el escritorio, porque no quería que algún socio de la empresa entrara y se encontrara con este desastre.

—Esa secretaria tuya es bastante insoportable —elevo la mirada en cuando reconozco la voz. Un malestar se instala en mi cuerpo en cuando veo al hombre entrar por la puerta de la oficina.

—¿Se puede saber qué haces aquí? —cuestiono con molestia.

—¿Por qué tanta agresividad? —Joan García sonríe con suficiencia mientras toma asiento frente a mí de forma despreocupada.

Joan y yo somos primos, nunca hemos tenido una buena relación, desde pequeños había existido cierto aire de competitividad. Los dos buscábamos la aprobación del abuelo y de nuestros padres lo que nos impedía llevar una relación como la de dos primos normales.

Nuestros problemas incrementaron al llegar a la adolescencia, los padres de Joan murieron en un accidente de auto y él quedó al cuidado de mis abuelos, meses más tarde mi abuela falleció y ese suceso fue la gota que derramó el vaso para Joan. Se refugió en los casinos y bares, no había noche que no saliera a tomar y se creó una fama que no ayudaba mucho a la familia.

Mi abuelo hizo todo cuando estuvo en sus manos para ayudar a mi primo, mis padres intentaron hablar con él y yo mismo lo intenté, y no gané más que un par de puñetazos en el rostro.

—Acabo de llegar a la ciudad, y me entero que te has casado —afirma —No me llegó la invitación a la boda. Creo que debería de sentirme ofendido —emplea un fingido tono de reproche, haciéndome voltear la mirada.

—Por favor —me encojo de hombros. —No estabas en el país y dudo mucho que hayas querido regresar solamente porque tu primo menos favorito se casa.

Él posa su mirada en la fotografía que se encuentra sobre mi escritorio. Es la que nos tomaron el día de la boda en donde aparecemos Anna y yo saliendo de la iglesia. Una ligera sonrisa se apodera de mis labios, sin poder contenerla.

—No me subestimes, pude haber tomado el primer vuelo de regreso.

No le respondo. Centro mi atención de nuevo en las carpetas frente a mí a pesar de que ya he terminado el trabajo. Intentando hacerle entender que no hay nada que podamos tratar entre nosotros.

—Al menos es bonita —una mirada irritada es lo que obtiene como respuesta. —Ya veo porque no te costó tanto trabajo casarte con ella. —Toma la foto entre sus manos y tengo la tentación de arrebatársela. —¿Es buena en la cama?

—¿A qué has venido exactamente? —inquiero con fastidio —Deja a un lado tus fingidas intenciones de venir a desearme un matrimonio feliz, y suelta lo que tengas por decir.

—Ya, tienes razón —se inclina hacia adelante. Dejando la fotografía en su sitio. —Solo quería ser amable, pero si quieres que vaya al grano...

—Por favor.

—He hablado con el abuelo, vengo a reclamar la parte de la herencia que me pertenece —pronuncia con firmeza.

Sonrío.

— ¿Qué te pertenece? No me hagas reír Joan. —Hablo incorporándome y llegando hasta su lado —El dinero ahora es mío. Porque a diferencia de ti, yo si se tomar buenas decisiones.

—William por favor. ¿La chica sabe que te casaste con ella para cobrar la herencia? —Una sonrisa se dibuja en su gesto, sé exactamente qué es lo que está pensando.

Está intentando encontrar una manera para hacer que la relación con Anna se quiebre, o alguna otra forma para obtener lo que desea.

—Lo sabe, Joan —confieso —No hay nada de mi vida que ella no sepa —Mi respuesta parece decepcionarlo. —Así que, si quieres contarle algos sobre mí, adelante. En cualquier caso ¿el abuelo no te dijo que no podemos divorciarnos? Ya nos casamos, el dinero es mío. La empresa es mía.

—No tenemos quince años, William —me recuerda —No comiences con tus estúpidos juegos presumidos.

—Bueno, no he sido yo el que ha comenzado esta vez —respondo restándole importancia —El abuelo fue claro, necesitaba a alguien capaz de conducir las empresas, alguien decente, una persona que no se gastara todo el dinero en casinos. Me eligió a mí, Joan. Si hubiese querido que fueses tú, el matrimonio te lo hubiesen encargado a ti, pero en cambio, vinieron conmigo porque saben perfectamente que yo soy la persona indicada para dirigir las empresas.

—Una parte de las acciones siguen siendo mías —me recuerda incorporándose —podrás ser el socio mayoritario, pero eso no me hace a un lado.

—¿Y qué? ¿Planeas reclamar tu puesto justo ahora? —inquiero. —Estoy seguro que el consejo no lo permitirá, no puedes aparecer y desaparecer como se te dé la gana —reprocho —hay responsabilidades que cumplir, Joan.

—No me importa lo que tú o el consejo digan, soy dueño del veinte por ciento de esta empresa, tengo tanto derecho como tú estar aquí y tomar lo que es mío.

—Nada es tuyo, por Dios —ruedo los ojos, comenzando a cansarme del rumbo que toma la conversación. —Ahora vete, no tienes nada más que hacer aquí.

—No me retes, William —advierte —sabes lo persistente que soy cuando quiero algo.

Tenso la mandíbula, mirándolo con firmeza.

—Adiós, primo —sonríe, se da la vuelta y el sonido fuerte que hace la puerta al salir de la oficina, es todo lo que se escucha.

ANNA

El timbre suena con insistencia por lo que me obligo a levantarme de la cómoda cama en la que me encuentro y pauso la película que se encontraba reproduciendo en la televisión.

Camino hasta llegar a la puerta y la abro. Frente a mí se encuentra un chico que aparenta la misma edad que Will. Su piel morena indica que pasó gran parte de su tiempo en alguna playa o lugar bastante soleado. Tiene unos ojos achocolatados y su brazo derecho está cubierto de tatuajes.

—Hola —Saluda con una ligera sonrisa.

—Hola ¿Buscas a alguien? —Cuestiono imitando su gesto.

— ¿Eres Anna? —Asiento ante su pregunta. —Mucho gusto, soy Joan, primo de Will.

La alarma se activa en mi cabeza. Intento no parecer sorprendida ante su presentación, sin embargo, no creo haberlo logrado.

—He oído sobre ti —Respondo —Will no se encuentra si era a él a quien buscabas.

—En realidad no —confiesa —Vine a conocerte, justo vengo de la empresa, he hablado con Will y conversamos acerca su matrimonio. —Sonríe, si no supiera quien es casi pensaría que está intentando ser amable —¿puedo pasar?

No respondo, una voz en mi cabeza me grita que no lo haga. Que esto es por completo una mala idea. Joan García no puede ser alguien de fiar, según lo que poco que William me ha contado sobre él.

—En realidad no creo que...

—¿Se puede saber que estás haciendo en mi casa? —Ambos miramos en dirección al pasillo en donde William se encuentra. Es demasiado pronto para que se encuentre en casa.

Por alguna razón me siento aliviado de ver que ha llegado. El camina esquivando al chico frente a nosotros y obligándome a retroceder unos pasos, quedando detrás de él.

—Quise venir a hacer una visita de cortesía —responde. —¿Hay algún problema con eso? —inquiere.

—Claro que lo hay, no te quiero cerca de mi familia —Will mantiene los puños apretados a su costado, su tono de voz es firme, sin titubeos —Largo de mi casa, Joan. No me agrada la idea de que hayas venido hasta aquí solo para conocer a mi esposa.

—Por Dios, eres tan estúpido —masculla Joan. —¿Ahora van a fingir delante de mí que se aman y son los esposos perfectos? Por favor.

Tomo el brazo de Will cuando él da un paso hacia adelante. Joan arquea una de sus cejas, adoptando una expresión satisfecha.

—Largo, no me obligues a llamar a seguridad —advierte Will.

El chico frente a nosotros eleva las manos, nos dedica una sonrisa antes de darse la vuelta. William no ingresa al departamento hasta que se ha asegurado de que Joan ya se ha marchado.

—¿Qué fue eso? —Inquiero cuando él cierra la puerta. —No dijiste que su relación era tan mala.

Él suspira. Lo observo aflojar la corbata que lleva puesta antes de quitarse el saco.

—No creí que hubiera necesidad —confiesa —pero no me agrada que esté cerca. No hay ninguna relación entre nosotros. ¿Puedes creer que ha aparecido reclamando el porcentaje de acciones que le corresponden? —cuestiona con molestia —necesito hablar con mi abuelo sobre esto.

—¿Sobre las acciones?

—Sobre el hecho de que hora esté reclamando algo que me pertenece —masculla —No hice todo este sacrificio aceptando el matrimonio para que el venga e intente reclamar algo sobre los cuales perdió derechos.

Algo se remueve en mi pecho cuando lo escucho mencionar nuestro matrimonio.

—Ellos fueron claros —continúa sin mirarme —Yo me casaba y todo pasaba a mis manos.

No sé exactamente qué es lo que debo responder a eso. Es decir, sabía sus razones para aceptar el compromiso, pero que las recordara tan firmemente provocaba un sentimiento extraño en mi pecho.

—¿Por qué te molesta tanto el hecho de que él haya aparecido ahora? —cuestiono. Will me observa, mantiene su mirada en mí por algunos segundos antes de responder.

—No puede pretender aparecer de un momento a otro, e intentar disfrutar de todo lo que he conseguido trabajando, de lo que todos hemos conseguido. Él solamente está interesado en que el dinero entre en su cuenta bancaria, jamás le ha importado la empresa, seguramente ahora está haciendo todo esto porque pretende tener una parte de la herencia.

—¿Y eso no es posible?

—Anna, sabes perfectamente que, si me casé, fue para que no pasara a sus manos —me recuerda —que él consiga eso sería haber hecho todo esto en vano, no tendría sentido.

—Oh, bueno, gracias por dejármelo saber.

Él suaviza la mirada.

—Linda, sabes que no me refiero a eso —murmura.

—No, claro que te refieres a eso. Estás tan enojado porque si Joan consigue lo que quiere, el haberte casado conmigo supondría un sacrifico mayor ¿no es así? Porque tendrías que tolerar el matrimonio sabiendo que no valió de nada.

—Anna, joder, estás confundiendo las cosas —reprocha —No hablo de que estar contigo se aun sacrificio, es decir, te quiero ¿sí? Te quiero y ahora sería incapaz de pensar en esto como una tortura. Mira, es como si tu padre ahora destruyera todas esas asociaciones que tienes ¿Cómo te sentirías? ¿No le reprocharías el hecho de que te obligaron a casarte con un desconocido y no sirvió de nada? ¿No estarías odiándome por eso?

Me mantengo en silencio.

—Supongo que sí. —susurro.

—Ahí lo tienes. —se acerca hasta mí —No estoy diciendo que me arrepiento de haber aceptado, solo que quiero que eso haya valido la pena, aunque...—una sonrisa se dibuja en sus labios, da un par de pasos en mi dirección, entrelazando nuestras manos. —El haberte conocido, solo eso, ya hace que todo esto valga la pena. No creo haber sido capaz de encontrar a una mujer tan increíble como tú, Ann. —el susurro dulce que brota de sus labios, la forma en la que me llama, me provocan un vuelco en el corazón.

—Sí, puede que al inicio consideré que eras bastante insoportable, pero...—golpe su pecho cuando emplea un tono juguetón —pero ahora creo que no quiero apartarme de ti.

—Bueno, yo tampoco quiero hacerlo —confieso colocando mis manos sobre sus hombros.

—¿Aun cuando quede en la ruina luego de que Joan se quede con todo?

Una carcajada brota de mis labios ante su repentina suposición.

—No creo que algo como eso suceda —respondo entre risas —pero ante esa suposición, si quedamos en la ruina, aun así, no me gustaría apartarme de ti.

Él sonríe, se acerca a mis labios y en cuestión de segundos elimina la distancia existente entre nosotros. Enrosco mis brazos alrededor de su cuello, profundizando el beso y así, justo así, sé que esto ha valido por completo la pena. 

________________________________________________________________________--

Twitter: Mariza Cntk. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro