Anna

William se había rehusado por completo a hablar con sus padres, aun cuando le sugerí la idea de mantener una breve conversación con ellos, él se había negado completamente.

Lo entendía, sabía que el hecho de que nos pidieran algo como eso era demasiado, la ambición de poder y dinero que había en nuestros progenitores cada vez me sorprendía más.

—¿Por qué no te cambias a esta habitación? —pronuncia Will mientras acomoda la ropa en el interior del armario. —Es lo suficientemente grande para los dos.

—¿No sería una molestia? —él se gira, dedicándome una mirada fastidiada al tiempo que lanza la ropa a un costado.

—¿Cómo si quiera preguntas eso? —cuestiona. —serías incapaz de molestarme. De hecho, me sentiría realmente bien si decides cambiarte a esta habitación.

Una pequeña sonrisa se adueña de mis labios mientras lo observo. No podía creer la rapidez con la que nuestra relación había avanzado, lo cierto era que, a pesar de no experimentar un sentimiento amoroso hacia William, había cierto grado de afecto hacia él. Nos habíamos convertido en buenos amigos, pasábamos gran parte del tiempo juntos y parecía comenzar a existir una extraña conexión entre ambos.

—Lo pensaré —una mueca de decepción se instala en su rostro.

—Vamos ¿qué tan difícil puede ser? —insiste —ya has pasado la noche aquí, debes de admitir que este colchón es muy cómodo.

—Sí que lo es, pero...

—Bueno, si no vienes entonces yo me cambiaré a la tuya —afirma.

—Un paso a la vez —le recuerdo.

—Oh, vamos. Llevamos varios meses juntos, no es extraño que quiera que compartamos habitación —coloca una mirada suplicante, sacudo la cabeza con ligereza sin ser capaz de apartar la sonrisa de mi rostro.

Sabía que mi negativa no duraría demasiado, sobre todo si William seguiría estando tan insistente como hasta ahora.

—Bien, de acuerdo —él se apresura a caminar en mi dirección, un grito de sorpresa brota de mi cuerpo cuando rodea mi cintura con sus brazos y me levanta, me aferro a su cuello para evitar caer mientras el sonido de nuestras risas llena la habitación.

—Ya, basta —pido entre risas consiguiendo que él me baje. —Si estás de acuerdo entonces tal vez podemos comenzar a traer mis cosas.

Eleva una de sus cejas, adoptando una mirada divertida.

—¿Y así no querías cambiarte de habitación? —bromea, le doy un leve empujón apartándolo del camino.

—Fuiste tú quien dio la idea, así que ven, ayúdame —pido.

Will me sigue en silencio.

—Hoy no iré a la empresa —informa una vez que llegamos al dormitorio —así que podemos comenzar a llevar tus cosas y pasamos a compartir habitación esta noche de manera oficial.

—No creo que terminemos todo hoy —confieso —aún tengo que ir a la casa hogar en un par de horas.

—Sobre eso ¿qué tal van las cosas? —cuestiona sentándose al borde del sillón —he hablado con algunos socios de la empresa, mi secretaria los ha convencido de realizar algunas donaciones.

Me giro hacia él, sorprendida ante sus palabras.

—¿Estás hablando enserio? —cuestiono —¿Cómo...?

—Puede ser que haya dicho algunas palabras sobre mi brillante y encantadora esposa, y sobre la labor que hace —observo con ternura a Will. Una sonrisa orgullosa adorna su rostro —linda, es lo menos que podía hacer por ti.

Camino hasta él, envolviéndolo entre mis brazos alrededor de su cuello. Will rodea mi cintura, afianzando el agarre y apegándome a su cuerpo.

—No sé cómo agradecerte el que hagas todo esto —confieso —eres tan bueno.

—Solamente hago mi labor como buen esposo —responde elevando uno de sus hombros. —Me alegra saber que las cosas en la casa hogar están mejorando, si yo puedo formar, aunque sea una pequeña parte de eso, estaré completamente encantado.

—Claro que están mejorando. ¿recuerdas al hombre que vimos hace unas semanas? Parece ser que hay una pareja interesada en la adopción —no puedo evitar que mi tono emocionado se deje en evidencia —no hemos tenido muchas adopciones este año, aun cuando hemos hecho todo lo posible por agilizar los trámites para que las parejas puedan formar una familia.

—Aunque sea solo una persona interesada ¿es buena noticia, no es así? —cuestiona con curiosidad.

—Lo es —un suspiro brota de mis labios.

—¿Cómo se encuentra Sol? —me aparto de él, colocándome a uno de sus costados.

—Ella está bien —respondo —ha crecido bastante, y es demasiado inquieta. Los bebés a su edad deben dormir, pero ella parece tener la suficiente energía para no hacerlo. Además, cuando llora es un sonido realmente adorable, y el par de veces que ha sonreído, mi corazón se ha derretido por completo.

—Le tienes aprecio ¿no es así? —inquiere —Le has tomado cariño.

—No suelo hacerlo —confieso —porque evidentemente las adopciones llegarán y el entregarlos...—me detengo por algunos segundos —es difícil, a pesar de saber que estarán en un buen hogar, con una buena familia, entregarlos es algo a lo que aún no me acostumbro, todos los niños tienen un pequeño lugar en mi corazón.

El silencio llena la habitación en la que nos encontramos, la sola idea de considerar que alguien pudiera escoger a Sol hacía que mi corazón se aplastara con violencia. No quería separarme de ella, pero no había nada que pudiera hacer al respecto.

¿O sí?

—¿Qué piensas? —la voz de Will me hace mirarlo. Me observa con curiosidad al tiempo que cruza una de sus manos detrás de mi espalda.

—Oh, en nada —respondo intentando restarle importancia.

—Mientes —Me observa con los ojos entrecerrados y una ligera mueca en sus labios. —anda, dime que te tiene pensativa.

Sabía que era algo descabellado, demasiado, a decir verdad. Llevábamos unos pocos meses casados y no podíamos considerarnos un matrimonio estable. Esto sería una locura.

—Ana...

Tomo una inhalación, cerrando los ojos por un par de momentos antes de atreverme a confesar la idea que comenzaba a llenarme la mente.

— ¿Qué opinan de adoptar a Sol?

WILLIAM

La incredulidad al escuchar la pregunta de Anna me invade por completo. No encuentro una respuesta para dar, lo intento, pero mi mente no es capaz de formar ninguna frase coherente. Una risa me invade, debido a la incredulidad que me produce esto. ¿En qué estaba pensando?

—¿Es en serio? —cuestiono con la esperanza de que la respuesta sea afirmativa. —Anna.

—Lo sé, lo sé —responde —sé que es una idea completamente descabellada, pero ¿no sientes esa conexión con Sol? ¿Cómo si de cierta forma estuviese destinada a llegar a nosotros? Cuando estoy con ella es como si olvidara todo, el deseo de que se quede a mi lado es inmenso, Will, quiero que esté con nosotros.

—Hey, respira —pronuncio cuando comienza a hablar con rapidez. —No es una decisión que podamos tomar a la ligera. ¿si quiera recuerdas algo de nuestra conversación sobre este tema?

La idea de que ella esté haciendo esto por lo estipulado en el contrato me invade, una molestia persiste en mi pecho mientras considero la posibilidad.

—Esto no tiene relación con el asunto del contrato ¿verdad? —ella parece ofendida al escucharme preguntar aquello. Se incorpora del colchón para plantarse frente a mí.

—¡Por supuesto que no! —exclama —Hago esto porque...porque realmente quiero que esté con nosotros. Creí que sentías lo mismo.

Sol y no me he dado cuenta de cuánto lo hago hasta hace algunos momentos.

Cierro los ojos con frustración, intentando mantener la compostura.

—Nena, te entiendo —me incorporo para conseguir posicionarme frente a ella. Coloco mis manos a los costados de su cuerpo inclinándome con ligereza hacia ella —Estamos hablando de un bebé ¿sabes todo lo que eso conlleva, no es cierto? No podemos solo pensar en cuanto la queremos. Ni tu ni yo estamos listos para convertirnos en padres.

—Tal vez yo si —afirma apartándose —No hables por mí, William.

—¿Hablar por ti? —cuestiono elevando una de mis cejas —¿Esto en serio? Esa decisión me involucra también, Anna.

—¡Entonces deja tus inseguridades a un lado! —grita. —La confusión me invade mientras intento comprender que ha dicho.

—¿Mis inseguridades? ¿Qué tienen que ver en esta conversación? —cuestiono —¡Absolutamente nada! —exclamo —estoy intentando que entiendas que no podemos tomar la decisión de adoptar a sol con facilidad. Ni siquiera somos un matrimonio estable, Anna. Por Dios ¿Cómo vamos a criar a esa niña?

— ¿Por qué no quieres hacerlo William? Si no quieres hacerlo eres libre de decirlo —Miro al techo en un gesto desesperado. ¿De verdad estaba tomando esa posición?

Claro que quería a Sol y estaría más que encantado con que ella fuera parte de nuestra vida, sin embargo, también estaba consciente de que no sería nada sencillo, y no estaba preparado para ello. No estaba preparado para convertirme en padre, no ahora.

— ¡Anna entiende! ¡Se trata de una bebé! No podemos dejarnos llevar por la emoción del momento, tenemos que pensar las cosas claramente para poder tomar una decisión que sea la correcta.

— ¿Y tú no entiendes que quiero ser su madre? ¡Que mis padres no me hayan tratado de la mejor manera no quiere decir que no quiera convertirme en madre algún día! —Intento hablar, pero Anna no me lo permite. —Pero al parecer al que le afecta que sus padres no lo hayan querido es a ti.

Sus palabras se sienten como un golpe, como un fuerte y crudo golpe que me aturde por un par de segundos mientras intento comprender que es lo que ha dicho, mientras intento convencerme de que Anna en realidad no ha usado ese argumento en contra mía.

—¿Así que ahora vas a usar eso en mi contra? —cuestiono, el reproche está inmerso en mi voz. —Recuérdame no volver a confiar en ti.

Me había abierto con ella, le había compartido una parte de mi vida y no imaginé que pudiera ser capaz de utilizarlo como método para convencerme de hacer algo.

—Will...Will yo no...

—No intentes arreglarlo —mascullo —No voy a estar de acuerdo con esa adopción, Anna. Que eso quede claro —sentencio mientras cruzo por su lado para salir de la habitación en la que nos encontramos.

No quería explotar, no con ella. No quería que, debido al enojo y resentimiento, fuera capaz de decir algo que la hiriese. Así que simplemente salgo de ahí.

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Twitter: Mariza Cntk