Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cuarenta Y Ocho (*)


ANNA

Los días siguientes al funeral fueron demasiado difíciles para John, William intentaba estar para su amigo tanto como le era posible pero la empresa también necesitaba de su presencia, así que, en varias ocasiones, me pedía que fuese yo quien viniera a ver a su mejor amigo para ver si necesitaba algo. La casa se sentía extraña, es como si miraras alrededor y algo faltase. Y eso era sin duda alguna la presencia de Lucy en este lugar, ella irradiaba luz, alegría y carisma por donde iba, alegraba la casa de una forma que estaba segura ya no podría suceder más.

Lo hacía con gusto, John fue una de las primeras personas que conocí cuando nuestro compromiso aún comenzaba, siempre se portó de una manera tan cordial, que en el tiempo que había pasado desde que nos conocimos, lo había llegado a considerar un buen amigo.

Fue así, que a mi llegad a la casa debido a una de mis visitas, sin planearlo escuché la conversación que confirmaría las sospechas que tenía sobre Kate.

La había observado con detenimiento durante el tiempo que coincidíamos en la casa de John, las náuseas, los constantes mareos y la ropa que parecía tener toda la intención de ocultar algo, me hicieron comenzar a sospechar que Kate estaba embarazada.

Y ella lo confirmó.

La larga insistencia de Kate para que no dijera nada no se hicieron esperar, y tras prometerle que nada saldría de mi boca, pareció estar más tranquila. Evidentemente la obligué a prometerme que le daría la noticia a John tan pronto como le fuese posible.

Él tenía derecho a saberlo.

—¿Has hablado con John? —inquiero cuando William sale de la ducha, con una toalla enrollada a la cintura y dándome una vista excelente de su trabajado abdomen.

Parecía ser que el ejercicio le iba bien, demasiado.

—No respondió mis llamadas —confiesa —no sé si deba preocuparme —añade.

—Es complicado perder a alguien a quien amas —susurro —tiene que enfrentar su duelo. Creo que hemos hecho todo cuanto está a nuestro alcance para ayudarlo.

—En eso tienes razón —confiesa.

—Montserrat vendrá hoy —informo —probablemente se quede a cenar. ¿estás bien con eso?

—Sabes que no tienes que pedir mi aprobación para que venga a la casa —me recuerda con una pequeña sonrisa. —ella es agradable.

—Lo es —concuerdo —me alegra saber que mi esposo y mejor amiga se llevan bien —bromeo.

Él me dedica una mirada divertida mientras se coloca la ropa. Unos pantalones deportivos que se ajustan perfectamente a sus piernas, muerdo mi labio inferior mientras soy incapaz de apartar la mirada de su retaguardia.

Cuando voltea, una leve risa lo invade.

—¿Qué es lo que estás mirando? —inquiere con una sonrisa juguetona mientras se escabulle al colchón.

—¿No puedo admirar un poco? —cuestiono.

—Sabes que puedes admirar todo lo que quieras —confiesa. —Si quieres me lo quito para que tengas una vista mejor. —sugiere tomando la tela del pantalón.

—No alborotes a mis hormonas, por favor —una carcajada brota de su cuerpo en cuanto escucha mis palabras. Dejo caer la espalda contra el colchón, él se acerca hasta mi cuerpo para dejar un rápido beso contra mis labios, y luego se aparta.

—¿Alguna vez lo consideraste? —se deja caer a un costado de la cama. Mirando al techo.

—Considerar, ¿qué?

—Esto, nosotros de esta manera, a punto de convertirnos en padres, enamorada de mí —le dejo un golpe en el hombro cuando dice lo último, logrando que ría un poco. —En serio, Ann. ¿Consideraste que pasaría?

—Siendo sincera, no —respondo en un suspiro —creí que seríamos un matrimonio como mis padres, adultos infelices teniendo todo el dinero del mundo. ¿Y tú?

—Puede que haya pasado por mi mente.

—Claro que no, dijiste que era insoportable —reprocho.

—Y tú que no era un gusto verme ¿o ya lo olvidaste? Yo solamente estaba siendo educado —pronuncia empleando un tono lastimero.

Una risa me invade, recordando la forma en la que se dio nuestro primer encuentro. Técnicamente no fue el primero, pero podría considerarse como tal.

—Es que no lo era —respondo aún entre risas.

—Y tú sí eras insoportable —pronuncia riendo también. —Ninguno mentía en esos momentos.

No respondo, el silencio se hace presente entre nosotros y algunos momentos después, él se incorpora.

—Iré a ver a John —informa —No me responde las llamadas ni mensajes —masculla con una mueca.

—Si no supiera que me amas, estaría celosa de él —Will me observa con extrañeza.

—¿Celosa de John? —inquiere —¿Por qué?

—Porque hacen casi todo juntos, e interrumpe nuestros momentos de intimidad, o porque sabe la mitad de nuestra vida privada —él ríe.

—Sí, bueno, es algo así como un psicólogo personal —confiesa. —no te pones celosa de los psicólogos.

Lo observo cambiarse la ropa por una más presentable, aun cuando el pantalón deportivo le quedaba bastante bien.

—¿Montserrat vendrá a cenar entonces? —inquiere.

—Sí, lo hará —informo.

—Bien —cuando se ha cambiado por completo y se ha colocado los zapatos, se inclina hacia mi cuerpo para dejar un beso en mis labios y luego otro sobre mi vientre.

—Te llamo cuando esté de regreso, si necesitas algo, avísame —pide.

—Claro, adiós —me hace un ademán y lanza un beso en mi dirección cuando se encuentra en la puerta. Hago el ademán de captar el beso imaginario y el ríe antes de marcharse.

Cuando se ha marchado le envió un mensaje a Montserrat para confirmar nuestra reunión en la casa y tras recibir una respuesta afirmativa, me quedo en la cama haciendo absolutamente nada.

WILLIAM

La visita a mi amigo no resultó tan bien como hubiese esperado, Kate aún estaba en su casa, y lo cierto es que aún no conseguía entender el porqué.

Anna me había enviado un mensaje hace una hora aproximadamente, informando que Montserrat se había marchado así que decidí volver a casa.

—¿La visita no resultó como esperabas? —Anna cuestiona con curiosidad apenas abre la puerta.

—No —confieso —Kate sigue ahí, en realidad no sé por qué. No me sorprendería el hecho de que estuviese intentando acercarse a John nuevamente.

Ella hace una mueca.

—¿Qué?

—William, tú amigo es lo suficientemente grande como para decidir qué hacer —masculla. —No debes interferir. Él no lo ha hecho contigo, se mantiene al margen siempre.

Ruedo los ojos.

—Esto es diferente, cuando estás enamorado y esa persona te rompe el corazón necesitas a alguien que te haga abrir los ojos porque de lo contrario...

—Kate está embarazada —lo pronuncia con rapidez, consiguiendo que detuviera mis intentos de encontrar algo para comer en el refrigerador. Cierro la puerta de la nevera mientras me giro hacia Anna.

—¿Qué?

—Está embarazada, me lo confesó cuando visité a John —informa.

¿Kate estaba embarazada? Esto tenía que ser una jodida broma. En verdad esperaba que así fuera.

Suelto una risa debido a la incredulidad.

—¿Qué es gracioso? —Cuestiono con confusión. —es un tema serio.

—Tienes que estar bromeando —mascullo —Ann, eso es...

—No estoy bromeando —el gesto serio que coloca al responder me hace saber que dice la verdad.

—Joder —dejo un golpe contra la barra de la cocina antes de pasar las manos por mi cabello. —¿Estás segura?

—Ella misma lo dijo —sentencia —Y es de John. Va a decirle, ella prometió hacerlo.

—Bueno, eso en realidad es lo mínimo que esperaba —pronuncio con molestia —solo faltaba que quisiera esconderle a su hijo.

—Hey —Anna toma una de mis manos —No tienes que ser tan duro con ella, es cierto que se equivocó, pero ¿Quién está exento de cometer errores? Ni tú ni yo sabemos porque ocurrieron las cosas, simplemente sabemos los hechos por terceras personas.

—Eso no quita lo que intentó hacer —Insisto. —No es una equivocación, intentó dañar a una niña pequeña, Ann, ¿has considerado siquiera que eso puede repetirse? ¿Qué pasará cuando Sky la haga enojar de nuevo y esta vez John no esté para defenderla?

—William...

—John está enamorado, es evidente que la ama y eso no va a cambiar tan rápido. Pero debería ser más inteligente y pensar en su hija.

—Lo sé, pero nosotros no podemos hacer nada si John quiere estar con ella nuevamente. Además, ahora viene un bebé en camino, deben pensar en su bienestar.

—Pero si John se entera de la llegada de ese bebé intentará estar con Kate, y si eso no es la realidad lo que quiere va a terminar por joderle en vez de darle un bienestar.

—Cariño, esos dos se adoran. Si deciden o no estar juntos es algo que no nos incumbe a nosotros. Y estoy segura que John tomará la mejor decisión tanto como para ellos como para sus hijos.

Suelto un suspiro, me apoyo contra la barra mientras observo a la mujer frente a mí.

—¿Por qué siempre tienes que tener la razón? —Cuestiono elevando una de mis cejas. Anna suelta una risa mientras niega, extiendo una de mis manos para que ella la tome y la atraigo hacia donde me encuentro.

—Las mujeres siempre tenemos la razón, incluso cuando no la tenemos —bromea.

—Oh, eso es una mentira —debato entre risas —los argumentos deberían tener fecha de expiración.

Ella ríe un poco más antes de golpear mi pecho.

—No hemos visto las cosas para la habitación de nuestra hija —me recuerda —el tiempo se agota.

—Ann, tenemos el tiempo suficiente —afirmo —podemos hacerlo con calma.

—Con tus ocupaciones en la empresa, lo dudo en realidad —se aparta de mi cuerpo, toma su cabello para formar una coleta alta, y luego camina hacia el refrigerador. —No hay helado.

Ruedo los ojos, al mismo tiempo que tomo una inhalación.

—Y déjame adivinar, ¿quieres que vaya por helado?

Una sonrisa inocente es lo que obtengo como respuesta, así que, sin más remedio, tomo las llaves del auto y me encamino para conseguir ese deseado helado.

(...)

—¿Se puede saber porque me has estado visitando con tanta frecuencia? —inquiere John mientras observa a su hija jugar con Chloe, la niñera.

—No he venido con demasiada frecuencia —objeto.

—Bueno, pues envías a Anna en tu lugar —pronuncia con diversión —no quiero decir que me moleste, solo que es...extraño.

—Sí, bueno, estábamos algo preocupados —confieso y eso no es del todo mentira. —solo queremos asegurarnos de que estés bien.

—Estoy en proceso de estarlo —responde.

—Me alegra escuchar eso —una leve sonrisa aparece en su rostro, pero no dice nada más. Se limita a permanecer en silencio mirando a su hija antes de incorporarse.

—Iré a dormir un poco —informa —Si Sky necesita cualquier cosa, dile a Chloe ¿quieres?

Asiento levemente. Lo observo encaminarse a las escaleras y sube sin voltear. Me acomodo mejor en el asiento, una leve sonrisa aparece en mis labios cuando Sky corre y tropieza con sus pies, antes de caer al suelo.

Llevábamos cerca de veinte minutos en casa de mi mejor amigo. Era un alivio que Kate no se encontrara aquí.

El sonido del timbre llena la sala, aguardo y al mirar que nadie tiene intención alguna de abrir, termino por incorporarme para dejar entrar a quien sea que se encuentre del otro lado de la puerta.

Kate aparece en mi campo de visión en cuanto lo hago, ella parece tan sorprendida como yo en cuanto me ve, permanezco en silencio mientras me aparto de su camino, para dejarla pasar al interior de la casa.

—¿John está en casa? —Cuestiona.

—Está en el piso de arriba —Informo —Pero antes quiero hablar contigo.

Soy consciente de la manera en la que la sorpresa se adueña de su rostro por un momento fugaz, pero termina por recomponerse.

—¿Qué pasa? —El timbre nervioso de su voz no me pasa desapercibido. Miro a mi alrededor para asegurarme que John no se encuentra cerca, no quería arruinarlo todo.

—Anna me ha dicho lo que ocurre —ella cierra los ojos, al mismo tiempo que acomoda su cabello detrás de sus orejas. —Me ha dicho que estás embarazada.

—William...

—¿Cuándo planeas decirle? —inquiero —Porque debes hacerlo, él tiene que saber lo que ocurre.

—Justo ahora —confiesa —Eso vengo a decirle.

—¿Decirle qué a quién? —John se encuentra a mitad de las escaleras, Kate y yo compartimos una mirada antes de voltear hacia él.

—Nada —murmuro. —Tengo que irme, amigo. —informo —Anna me espera en casa.

—De acuerdo, adiós —no me pasa desapercibida la mirada interrogativa que John me dedica, sin embargo, no es suficiente para hacer que me quede.

Porque no quería estar presente cuando Kate le diera la noticia, ni tampoco decepcionarme de mi amigo si él no reaccionaba de la forma en la que todos esperábamos que lo hiciera.

__________________________________________________________________________


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro