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capitulo 30

Tan pronto Rei y su fiel guardaespaldas entró a la propiedad lo primero que hizo Rei fue, abrazar a su hijo, soltando su bastón que lo mantenía firme para que el brazo fuera mas cómodo, mas cálido. No podía estar mucho tiempo sin sostenerse del bastón pero no sentía que fuera incómodo, aunque así lo fuera porque la felicidad adormece cualquier dolor.

Su pequeño le había llamado papá algo que esperaba que sucedería en unos cuantos años, estaba preparado para esperar para siempre de ha de ser necesario pero fue sorprendido.

—¡Papá, tu bastón!—Se exalto.

Llamarlo de esa manera por segunda vez ya salió más natural, sintiendo un cosquilleo en mi corazón y como si mi cuerpo estuviera siendo inyectado con dosis de alegría una tan indescriptible.

Todavía no sé mucho de mi padre ni como termino con su pierna lastimada, tenemos muchas cosas por hablar, hacer. Pero de lo que si estoy seguro es su cariño por mí, están profundo y genuino que llega hacer abrumador... Él me quiere dar el trible de amor paterna y maternal.

—¿Estás bien?

—Estoy bien, todavía soy fuerte.—Sonríen tras escuchar la preocupación de su hijo.—Solo permiteme darte otro abrazo.—Agni solo asintió.

Jake procedió a recoger el bastón de su jefe y aunque tenía una expresión seria su mirada no podía mentir, esos ojos sonrían al igual que tienen un fuerte brillo. Estaba alegre por su jefe, agradecido con Rosalyn que haya dejado algo tan especial para Rei. Un motivo para seguir viviendo porque aunque Jake quisiera ser ese motivo, no se creía lo suficientemente digno y era consiente que el corazón de Rei nunca le pertenceria. Se había limitado y puesto una línea cual no trazar mucho antes de expresar lo que siente por su jefe.

—Hijo.—Besa la coronilla del contrario.—Mi hijo.—Dice casi entre lágrimas.

‹No esperaba ser llamado de esa manera un día como este, quién debería recibir sorpresas es mi hijo que está cumpliendo años y no yo. Sin embargo, escuche tan perfectamente ese "es mi papá" que no pude controlar mi alegría y solo me a balance a arrullarlo en mis brazos.› Contuvo sus lágrimas.

Hoy, era un día especial y aunque son de alegrías no podía llorar, tienen que sonreír, disfrutar de este día al máximo. Volverlo e inolvidable para su hijo.

—Feliz cumpleaños.—En su voz se percibe la alegría desbordante.—Muchas felicidades.

—Gracias.—Sin duda es el mejor cumpleaños, discreto e íntimo pero cargado de alegría y sin ser la sombra de nadie... Papá, este día también es...

Lo invadió la tristeza sin esperarlo al recordar que este día también murió su madre, pensando en cómo pudo olvidar tal hecho.

—Hoy, es solo es tu cumpleaños. El día en que naciste y viniste a conocer el mundo.—Sé lo que quiere decir.—El día en nació el regalo más valioso de tú madre y mío, iremos a visitarle otro día. Ella estará feliz de solo saber que por fin su pequeño está siendo feliz. ¿Sí?

—Sí.

‹Mi padre tiene razón no es momento de ponernos melancólicos, él más que nadie conoce así de bien a mi mamá. Si ella es esa clase de persona entonces es así...› Los pensamientos de Agni tomaron una pausa al percatarse de la extraña mirada en el silencio Jake mientras veía fijamente a su padre, descifrandola después de unos segundos porque era casi igual de como el señor Anatoly, mira a Sunny. Completamente enamorado.

Cuando Jake se percató y se encontró con los ojos marrones, se estremeciendose. Ya era demasiado tarde para ocultar lo que fue mostrado, hasta un hombre como Jake, serio y feroz podía sudar por el nerviosismo.

—Feliz cumpleaños, joven maestro.—Felicita respetuosamente.

Agni también era un chico con dinero, un joven maestro aunque no siente que vaya acostumbrarse a eso. Y, aún no lo sabe pero su padre ya puso hasta el último centavo a nombre de Agni. Cuando tenga los 18 años podrá disponer en su totalidad de dicha fortuna, por el momento solo le entregará una tarjeta negra, esperando que Agni la reciba.

—Tan hermoso.—Kel no comprendía lo que estaba presenciando pero le parecía hermoso, secando sus ojos y sacudiendo sus nariz.—Es como ver en vivo y en directo una escena conmovedora de película.

Agni después de todo no está solo, tiene quien lo proteja de esos horribles parientes, también ser liberado de las garras del lobo con piel de oveja, ese que se llama Adair. La tendrá difícil si llegase a querer robarse a Agni, es más. Puede que se vaya hoy mismo con su padre...

—¡Ay!—Frota su nuca.

Fue tan repentino ese manotazo que por poco lo tumba al suelo, girando su rostro a un lado. Mirando desconcertado a su mejor amigo el cual actúa como sino fue él, quién le acaba de pegar.

—¿Qué?—¿Leyó mi mente? ¡Qué miedo!

—¿Qué?—Responde lo mismo el beta.

—No te hagas.—¿Soy tan expresivo sin decir una palabra o solo Adair me conoce bien?

—Ignorélo después de la estricta educación de su padre, un juez.—Resalto eso último como si quisiera que Rio, sea consiente de dicha amistad con un juez.—Suele soñar dispierto para olvidarse de sus regaño qué es el código penal.

Tiene que pensarlo dos veces antes de que trate de alejarme de mi cachorro, lo verdadero frustrante el hecho de que, no puedo averiguar casi nada de este hombre. Es por eso que se lo pedí a mi padre, el sigue siendo mas competente en esa área...

—Deja de mencionar a mi padre o se aparecerá...

—¿Así que tú eres el hijo de Santh?—En sus labios se pintó una leve sonrisa mientras observa a Adair, "no eres el único que tiene tal amistad." es lo que Rei le dio entender a Adair.

—¿Conoce a mi padre?—Kel preguntó lo que quería saber Adair.—¿De dónde?

—Es una historia para otro día.

—Estoy de acuerdo.—No importa si se conocen, Agni no se ira a ningún lado. —Deberíamos entrar, no hay nadie a quién seguir esperando.

Los de seguridad entendieron al instante en que hicieron contacto visual con Adair, de no dejar entrar a nadie y si eso llega a ocurrir tendrán que ir preparándose para el castigo que sería desear estar en el infierno.

—Sí.

Ellos que entran y confetis cae sobre la cabeza de Agni seguido de un "Feliz cumpleaños." en la sala únicamente estaban los empleados que eran amables y trataban bien a Agni. Era Rocío la sostenía un pequeño pastel de tres leches, pequeñas cerezas yacian formando un corazón.

—Tal vez no sé compare con los que mando hacer el joven maestro Zat, pero lo hice con mucho cariño. Feliz cumpleaños.—Felicitó una vez mas.

—Gracias.

Quería llorar, ella recordó lo que dije días después de ingresar a la familia Zat. Ni siquiera lo dije para que lo tomará en cuenta, solo pensé en voz alta mientras veía en la televisión un comercial de pastel, uno de tres leches.

—Lo disfrutaré.—Sonríe.—Definitivamente estará sabroso.

—Puedes guardarlo y comerlo después.—Sugiere Adair.—Sé nota que quieres comerlo tú solo.

—Eso no es así.—El sonrojo en sus mejillas lo delató.

—Es su preciado regalo puede hacerlo, no tienes porque compartir.—Comento Rei

—¿Dije lo contrario?—Hay una fracción peligrosa en sus miradas dejándose en evidencia ante los demás, temerosos de ser quemados por las chispas.

—Lo guardaré, con permiso.—Rocío no quería sofocarse con la tensión en el aire.

—Jaime, enciende la música.—Pide Kel con la esperanza de aliviar el ambiente.—Ya que estamos dando los regalos, este es el mió. Feliz cumpleaños.—Era la llave de una motocicleta alta gama.

—¡No puedo aceptarlo es demasiado caro!—¿Quién en su sano juicio regala algo así? Es mucho.—Puedes de volverla y tomar el dinero, gracias pero no puedo aceptarla.—Le entrega la llave.

—Seguro estaba en oferta, ¿verdad?

—¡Sí, Adair esta en lo correcto!—Solo son casi 17 mil dolares, nada caro.

—De igual manera no creo que...

—¿Cómo le hacemos si no aceptan devoluciones?—Suspira.—Estará aquí en unos minutos, no se puede rastriar el modelo entre otras cosas por si un día quieres huir de ... Jajaja.—Sonríe rígido al sentir la guadaña de la muerte en su nuca.—Estoy bromeando.—Evade la mirada de Adair.

—Ya que es un regalo que te hace sentir abrumado no quedara de otra qué regresarlo.—Comenta Adair, enviando un par de mensaje.—Ya esta.

"Que no se note el verdadero motivo por el cual estuvo de acuerdo en regresarla, si no hubiera mencionado sobre el imposible rastreo no hubiera hecho nada." pensó Kel.

—Kel, no es necesario un regalo estoy contento con el hecho de que estés aquí.

—Tan lindo...quiero decir que te lo daré después.—Si sobrevivo porque ya estoy marcado por la muerte.

—Agni.—Le llama su padre.—Quiero darte tantas cosas pero al final gano esto.—Muestra una brillante sortija de oro rosa.

Es una bonita sortija; tenía un corte rombo con pequeños y finos zafiros como gemas incrustados. En medio tenía dibujado dos pequeños corazones, unidos.

—Un regalo que tú madre y yo enviamos hacer con la esperanza de convertirlo en reliquia familiar.—Sonrío con nostalgia.—Con el le pediría matrimonio y después se lo daríamos a nuestro hijo, cuando tuviera grande para que él o ella se lo entregará a su futura pareja.—Se posiciona enfrente, evitando que su pequeño volteara a ver al de ojos casi dorados.—Te lo entregó, cuídalo pod los dos.

—Lo llevaré siempre conmigo.—Tenia pensando en agregarlo en una cadena, que ande siempre cerca de su corazón.—Gracias, papá.

‹Tengo un recuerdo que le pertenece tanto a mamá como mi padre, por la manera en que se expresa se nota cuan especial es para él y entregármelo es igual que cumplir los deseos de mi mamá... Soy tan feliz.› Tarde o temprano no podra seguir reteniendo sus lágrimas, son muchas emociones que no esperaba experimentar.

—¿Esto...?—Tiembla sus manos al sostener la libreta y leer el título, "Bebé, mamá está esperando a conocerte."—¡E-Esto... Esto es de mamá!—Se quebró tanto en voz como lágrimas.

—Sí, perteneció a tu madre.—Cada página ahora tiene las lágrimas de su madre como su padre, sollozo hasta minutos después de haber terminado de leerlo.—Al leerlo te darás cuenta te amo y te seguiría amando.—Jala a Jake.—Es gracias a su gran azaña puedes sostener y logré yo también sostener esa libre. Todo gracias a Jake.

—Solo hice mi trabajo no es necesario el darme el creído...—El sudor helado que sentí en mi espalda no fue un broma, no tengo que darme la vuelta para saber que es causado por el joven Adair.

Seguramente está molesto porque le gane a su gente, aunque fue pura casualidad que lo encontrará mientras me adentré a la propiedad de Juden el tío de mi joven maestro...

—G-Gracias.—Las lágrimas solo salen no puedo impedirlo.—De verdad... Muchas gracias.—Abraza con fuerza la libreta, convirtiéndose en su tesoro.—Estoy bien, solo son lágrimas de felicidad.—Sonríe al ver las preocupaciones de las personas a su alrededor, principalmente esos ojos casi dorados. Esa mirada que lo ve con amplias ganas de abrazarlo.—Si el día de ahora puedo disfrutar de esta felicidad todo es gracias a usted.—Fue valiente siendo él, quién se escondiera en los brazos de Adair.

Si mi joven maestro no se hubiese bajado de su auto y ofrecido su mano no sé dónde estaría, sí, tal vez mi padre me hubiese encontrado pero con un corazón demasiado dañado y desconfiado como para aceptar lo que le gustaría darme de corazón. Sin embargo, conocí a este joven y a su familia unas personas tan cálidas que sin importar el estatus me trataron como si igual.

—Unos cuantos años tardes pero la vida te está recompensando.—Mira a Rei sin miedo mientras enreda en sus dedos el cabello de Agni, acercando a su nariz los mechones marrones.—No era necesariamente que te encontrará yo precisamente, estoy seguro que si lo hubiera hecho otra persona de igual manera serías feliz...

—¡No!—Niega firmemente.

—Agni...

—Este es mi límite no puedo seguír viendo mas.—Aleja a su pequeño de las garras de Adair.—Esa cercanía no la veo tan necesaria.

Vuelven a salir chispas de sus miradas mientras que Kel solo disfruta del espectáculo, no sé sabía con exactitud cuando sacó esos lentes o en que momento fue por las palomitas.

—Jajajaja.—De la nada Agni sonrió a carcajadas o solo quería presumir, hacerles saber a todos lo feliz que se encuentra.

Las nubes grises se han empezado a despejar su cielo azul, aún quedan muchas pero pronto podrá ver el resplandor de ese azul que será iluminado únicamente por ese color amarillo entre dorado.

Ellos felices en cuanto su tío con su familia se encuentra en el hospital, cuidando de Juliano. No ha despertado desde ayer que fue ingresado con quemaduras no han graves pero lo suficiente para dejar cicatrices.

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