capitulo 27
Aquel joven maestro intachable y amable con todo el mundo, que conocía, era como si nunca hubiera existido porque el joven que estaba viendo en estos instantes era mil veces diferente al joven con el cual solía tratar en el colegio. Percatandose del increíble engaño y de lo bien que actúa siendo una persona que no rompe un plató.
Cameron se sentía verdaderamente estúpido por no dárse cuenta que Adair está desquiciado, no era normal para él que el contrario tuviera esa mirada tan sanguinaria, o de como ese color dorado de sus ojos se iba integrando la oscuridad, extraordinario, pero al mismo tiempo aterrador de ver por algo mantienen su mirada en cualquier lugar menos en el rostro de Adair.
‹Esto no puede estar pasando tengo que ir a explicarle a Agni, del porque no le dije nada sobre su nacimiento, el motivo por el cual oculté que no soy su padre. Él tiene que entender, no fue por nigún motivo ocultó solo quería lo mejor para él tal como se lo prometí a mi hermana. Sin embargo, ¿qué quiere decir con que di permiso para enviarlo a la infantería? Nunca hice algo como eso.
Tampoco tendría razones para mentir con respecto a que no recibió las cartas... No es momento de pensar en eso cuando tengo este problema enfrente llamado; Adair Zat. A causa suya no pude ir tras Agni.
—Joven maestro Adair Zat.—Juden se armó de valor para decir unas cuantas palabras, con sus músculos rígidos al escuchar el ruido de la balas siendo agregadas al arma.
¿Desdé cuando los jóvenes de su edad ya pueden manejar una cosa como esa de peligrosa? A causa de su intromisión y retén no logramos ir con Adair, no entiendo porque alguien como este joven debe de intervenir en asuntos que no le competen. Sí, estoy agradecido que haya ayudado a Agni, siempre estaré agradecido pero eso no le da el derecho de amenazarnos, de apuntarnos con esa peligrosa arma.
Es una de las razones por las cuales no me agrada la gente con dinero, se meten donde sea solo porque tienen dinero. Pero mi principal disgusto por ellos es que acusa de alguien con dinero; mi hermana tuvo que pasar por lo que pasó. Sino hubiera conocido a ese bastardo que la ilusionó y embarazo ella todavía estaría viva.
—¿Qué significa esto?—Preguntó cauteloso.—¿Lo hemos ofendido de alguna manera para que nos ponga de rodillas?—Se sienten como dos criminales a la espera de ser decapitados.—Si es así, me disculpo.
—No es conmigo con quién deberías de disculparte.—Mantiene su mirada fija en los balas en la palma de su mano.—Aunque dudo que una disculpa arregle lo que ya está mas que roto.
—¿Está haciendo esto por mi hijo..?
—Correción, sobrino.—Ahora mantiene su mirada en su celular, viendo en vivo lo que estaba pasando con Agni y Rei.—Ni siquiera deberías ser familia de él, me da mucho pesar que tu hermana haya confiado en ti, para que cuidarás a su hijo.—Sus dedos acarician la pantalla de su celular, simulando tocar el rostro de Agni.—Solo te pido una cosa y lo hiciste todo mal, ella debe de estar revolcándose en la tumba...
—¡No le permitió que hable de mi hermana!—Se pone a la defensiva.—Si no sabe lo que ha sucedido entre nosotros no es de su incumbencia el meterse.—Empuña sus manos.—Tener dinero no le da derecho el tratarnos de está manera.—Protege a Cameron.—Con el respeto que se merece y me merezco le pido que alejé toda esta gente para poder marcharnos...
—Es bastante gracioso que hables de respeto cuando ni siquiera sabes respetar las decisiones, opiniones de los demás.—Solto una pequeña risita.
Me gustaría solo incrustar una bala en su cien pero sería una muerte muy simple, quiero que vivan en la desesperación tal como vivió mi cachorro. Que se maten entré ellos por un pedazo de pan.
—En vez de estar pensando en como se siente mi cachorro al saber sobre su verdadero origen, tú prefieres lamentarte de tu situación y culpar a las personas con dinero por tener poder de meterse donde no los llaman.—Es un hombre tan fácil de leer y ver su sorpresa me confirma que sí, si estaba pensando en ello.—Por lo visto solo dos personas tienen cerebro en esa familia, la difunta señora Rosalyn y Agni.
—Puede pensar lo que quiera pero no me dejó llevar por el enojo, antes de culpar a alguien tienes que tener pruebas.—Comentó.
—¿Qué mas pruebas quieres cuando te lo dijo tu sobrino?—Se pone de pie.—¡Quieres ver cómo lo maltratan para al fin poder creer en él!—Exclamó al mismo tiempo que impacto su pie con toda su fuerza en el pecho de Juden, este último se quedó sin aire, tosiendo todo encorvado.
—¡Adair!—Grito esperando que se detenga.
¡En serio Agni no es mi hermano! no nacimos de la misma persona, eso quiere decir que el lazo sanguíneo entre los dos que indica que somos familia es uno muy delgado. Solo somos primos, ¿verdad? Es por eso que no nos parecíamos... No, Agni sigue siendo mi hermano, él tiene que volver con nosotros, su familia. Sobre lo de mi papá, es Seguramente una confusión, tiene que haber una explicación para eso. Mi papá no trataría mal a Agni, nunca.
—No sé que te traes entre manos pero no creas que voy a permitir que sigas engañando a mi hermano.—Seguimos siendo hermanos sin importar que no hayamos nacido de la misma persona.—No voy a permitir que te lo lleves lejos de nosotros, Agni tiene que regresar.—Dejo ver su postura y lo decidido que está para recuperar a Agni.
Ya decía yo que el comportamiento de Agni era muy extraño y todo es por culpa de este joven maestro, ¿qué quiere hacer Adair con mi hermano? ¿Lo quiere para realizar juegos perversos que suelen realizar los de su clase?
—Y el no es un perro para que le llames "cachorro."
—Primeramente.—Pisa la mano de Cameron.—No somos iguales, no me llames tan casual que es repugnante.—Mueve su pie como si estuviera limpiando la suela de su zapato.—¿Qué harás para impedirlo si eres un don nadie?—Cuestiona con arrogancia.
Cameron solo arrugaba su rostro pero no soltó ningún sonido mientras intentaba quitar el pie de Adair, logró liberarse hasta que Juden le ayudo.
—Podría matarte ahora mismo y nadie me culparía o desconfiaría en mí.—Sonríe gentilmente.—"Como alguien tan amable, justo, que lo tiene todo querría deshacer de una persona que no tiene nada y que solo conocía en su casa." Eso es lo que pensaría las personas si en su momento alguien me señalará como posible sospecho.
—¡Joven maestro!
—Cierra la boca.—Abofetea la cara de Juden con el guante que estaba por ponerse en su mano.—¿No les enseñaron que es de mala educación el interrumpir cuando alguien está hablando?—Vuelve a tomar asiento, cruzando sus piernas.—Como estaba diciendo, le puedo decir cómo se me venga en gana a mi adorable cachorro, porque es mío.—Resalta, dándole una mirada de advertencia a Cameron.
El ya mencionado se estremeció al ver la locura y posesividad en los ojos de Adair, era una mirada que infunde terror e incluso te podría hacer ver lo que te pasará si miras a Agni ya sea de forma lasciva o codiciosa.
—Creí que eras más inteligente Cameron pero veo que no es así. Solo eres un niño que sigue durmiendo con su madre...
—¡No hables de mi madre!—Se exalta.
No quiere creer en nada de lo que escucho anteriormente y está escuchando ahora, que su madre es una especie de un malvado ser.
—Yo habló de quién se meda la gana.—Posa la suela de su zapato en la boca de Cameron.—No hables si no te he dado la autorización.
Cameron se volvió rojo escarlata pero no de la vergüenza simo por lo enojado que se encuentra, quiere hacerle lo mismo o cosas peores a Adair. Pero, ni siquiera puede levantarse cuando hay guardaespaldas a sus alrededor mientras lo obligan estar de rodillas. Juden no estaba lejos de sentirse igual, impotente, solo podía quitar el pie de la boca de Cameron y cubrirlo con su cuerpo para que no le siga humillando.
—¿Por qué no eras así de protector cuando ese omega le hacía la vida imposible a Agni?—Preguntó, había hielo en su tono de voz.—¡¿Sabes cuántas veces estuvo Agni de morir de hambre o de las golpizas que tu amada esposa le daba?!—Grito.
—¡Eso no puede ser posible!—Sigue en la negación.—¿Por qué mi esposa haría algo como eso?—Es absurdo.—Él más que nadie a cuidado con devoción a mi hijo, Agni.
—En verdad que eres un estúpido o solo finges por tu propio bien.—Estira su mano para que su personal le entregué un látigo de equitación.—Te daré un poco de lo que él tuvo que pasar.—Vuelve a ponerse de pie.—Les haré sentir lo que es vivir en el infierno.
—¡¿Qué piensas hacer?!—Se asustó.—¡Dejá a mi padre en paz!
—Solo ten paciencia que pronto será tu turno porque eres el principal culpable de todo.
—¡No le haga nada!
—No te dí permiso para hablar pedazo de basura, tal vez después de esto seas un poco mas inteligente y te pongas a pensar del porque tu esposa es una escoria.—Balancea el látigo en su mano contra Juden.
—¡Padre!—Exclamó horrorizado al ver la potencia de esos azotes.
Adair tenía una mano tan pesada que con solo balancear su mano una sola vez rompió la piel de Juden, pero lo mas escalofriante de ver era el sadismo en su rostro. Él estaba disfrutando escuchar los quejidos de dolor y como Juden se retorcía al igual que un gusano.
—¡Aléjate de mi padre!—Se fue encima de Adair pero este levantó su pie cayendo sobre el contrario, empujando con fuerza al grado de hacer retroceder a Cameron más de un metro.
—Te dije que tuvieras calma pero por lo visto te mueres por recibir tu parte.—Tira el látigo al suelo para agarrar el arma.—Ahora vamos a jugar un juego.—Sonríe.—En está preciosa cosita hay únicamente dos balas.—Frota su rostro en ella.—Si jalo el gatillo y no te atravesó entonces podrás irte.
—¡Espere!—Juden como pudo fue hasta donde Cameron y lo cubrió con su cuerpo.—Apunteme a mí y no a mi hijo si alguien es culpable de todo esto, ese no es otro que yo.
—Solo aceptas tu incompetencia y poco interés por tu sobrino cuando se trata de salvar a tu hijo, en verdad que no se merecen el cariño de mi cachorro, ese ser tan puro e inocente solo quería ser visto por ustedes aunque sea una tan sola vez.—Jalo el gatillo.
—¡Ah!—Antes de darse cuenta un gritó ahogado ya había salido de sus gargantas.
‹¡É-Él no está bromeando! ¡É-Él acaba de jalar el gatillo sin ninguna culpa en su mirada mas que solo satisfacción.› Pensaron ambos, padre e hijo al ser apuntados con esa arma.
Cameron y Juden se quedaron helados tras escuchar en ruido de ese gatillo, con sus piernas temblorosas al ver que no salió ninguna bala y sus cuerpos siguen intactos.
—Que suerte tan innecesaria.—Chasqueo su lengua.
—Tal como dije pueden irse.—Hace entrega del arma a uno de sus guardaespaldas.—Limpien todo antes de regresar.
—¡Sí, joven maestro!
Adair antes de cruzar la puerta se giro un poco mirando directamente a las dos personas que significa en shock, temblando sin poder abrir la boca así quisieran decir mucho.
—Antes de dormir, deberían de cerrar bien las puertas y ventanas porque como está el tiempo cualquier vándalo podría entrar.—Aconseja.—También revisen debajo de las camas.—Sonríe todo travieso.—Que tengan buen día.—Sale de la sala.
‹Ya debe de ser hora que envíen lo que le pedí a los demás... justo a tiempo.› Revisa el correo, en sus ojos se reflejan las enormes llamas de ese incendió.
Adair solo dejar salir una escandalosa carcajada, imaginándose a Juliano gritando con desesperación enmedio de esas llamas. El beta había enviado a encender la cafetería únicamente con el Omega a dentro. Sin embargo, no tenía que dejarlo morir solo era asustarlo hasta que le diera terror ver una pequeña flama de fuego. Porque nadie que haya hecho sufrir a Agni se irá fácil de este mundo, no. Tienen que sufrir el triple.
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