Revolcándose al igual que un perro peleando con gato yacía en esos dos adolescentes, agarrándose del pelo y tirando con fuerza con toda la intención de dejarse calvos.
El guardaespaldas al percatarse esto busco varias veces la manera de alejarlos, pero cada vez que lo intentó terminó recibiendo más de un puñetazos a la vez en ambas mejillas, e indignando como avergonzado que dos adolescentes como ellos dos, tuvieran tanta fuerza. Llegando a la conclusión que se debía a sus dotes de alfa y porque Kel asiste a clases de karate, y Eros tiene maestros de escrima cómo defensa personal.

Después de salir de la infantería Eros también aprendió que otra cosa ahí, tanto él como los demás de su grupo siempre intentaron ganarle a grupo de Agni. Sin embargo, a pesar de que molestaban y hacían trampas en ningún momento le pudieron ganar.

Angi pese a las dificultades demostró ser el mejor capitán, restregando en sus caras a los contrarios, de que siguiera levantándose así le rompieran sus extremidades pero no se iba a doblegar principalmente ante el capitán de Eros, ese era el que mas odio sin nigún motivo le tenía a Agni.

—¡Eres un maldito entrometido, lengua suelta!—Exclama, lamiendo la sangre de su labio roto.—¿Por qué tenías que hacer algo que no te incumbe?

Kel le había roto no solo el labio inferior de Eros, también le rasguño el perfil izquierdo de la cara al tratar anteriormente de quitarle la navaja suiza. No fue la intensión de Kel darle tan fuerte pero no midió la fuerza en la patada lanzada, él solo quería tirar de las manos esa navaja. Acto seguido se balanceo sobre Eros, dándole un puñetazo en las costillas, pero el contrario le devolvió el golpe al agarrarlo de la cabeza y soltarle un cabezazo, eso provocó una lave herida en la frente de Kel.

Desde que cayeron al suelo los dos han estado luchando por ser el dominante en dicha pelea, pero ambos son alfas y es poco probable que se déjen dominar solo porque sí, al ser alfas también son muy competitivos, uno de los tiene que quedar sin aliento y el otro como vencedor, solo así la pelea puede que se de por terminada.

—Te crees mucho solo por ser amigo de Adair.—Bufo.

Eros dejá de estar abajo para subir arriba de Kel, lanzando puñetazos en la cara del alfa cabello rosa (Kel) pero el ya menciona se defiende usando sus brazos juntos como un escudo.

—Pues no pienses que Adair te va a salvar, maldito.—Busca agarrarlo del cuello pero Kel no lo permite.—Por ser un maldito metiche tuve que vivir un infierno en ese lugar, ¡¿sabes lo horrible que es estár a la intemperie?! ¿Sin aparatos móviles? ¿Sin poder tener un día de descanso?

Tuve que hacer tantas cosas que no quería evitar que molestaran, ¿fue un acto cobarde? Sí, pero eran ellos o yo, y preferí protegerme a mí mismo. Sin embargo, tengo ese maldito arrepentimiento que no me deja dormir, sigo soñando con eso una y otra vez...no le puede pedir disculpas a Agni, a pesar de que no hice nada cuando lo molestaban él nunca me miró feo e incluso me ayudó unas cuantas veces, ¿pero que hice? Nada, fui un maldito cobarde de principio a fin y ahora está muerto.

—No necesito la ayuda de Adair ni de nadie para romperte los dientes.—Tiró bruscamente de esos largos cabellos color menta.—Lo que te pasó tú mismo te lo búscate, y el que se cree mucho por tener una familia prestigiosa ese también eres tú.—Se suponía que nos informarían cuando esté loco saliera de cumplir su castigo.—Fuiste estúpido en pensar que solo porque tus padres tienen dinero, saldrías impune luego de lo que trastes de hacer con esa persona.

Kel no podía decir que no dolían los puñetazos que recibí porque sería mentira, pero son lo suficiente soportables, y está esperando su oportunidad para contraatacar, por eso solo se está defendiendo por el momento, y esa oportunidad no le tomo tanto tiempo en llegar.

—¡¿Acaso necesitas lentes maldición?!—Lo agarra del cabello.—No le estaba haciendo nada más que solo cortejar.

—No me hagas reír.—Se libera del agarre.—No sabía que intentar besar por la fuerza a alguien se le llama “cortejar.”

En menos de un segundo el alfa cabello rosa derribó a Eros, dejándolo debajo sobre él. Haciéndole una llave que consta de sentarse en sus tobillos para luego inclinar su pecho hacia adelante al tiempo que abrazar una de las piernas de su contrincante, subirla sobre su hombro mientras su brazo derecho descansa en la ingle de Eros, este se estremecio a Eros por la presión en su entrepierna, al igual que sintió humillando.

—¡Te enojas por la verdad, por ser un maldito acosador asqueroso!—Pone más fuerza en la llave que le está haciendo a Eros.—Nadie te mando a comportarte de esa manera.—Inclina sus rostro hacia adelante, quedando muy cerca del contrario.—Por tu maldito comportamiento es que a los alfas no nos bajan de bastardos malnacidos...

—¡Quita tu asquerosa cara de mi vista!—Le dejá ir un cabezazo pero Kel tuvo la ligereza de esquivarlo, aunque no del todo porque en eso Eros busca una manera de dañar a Kel, lo que lo llevó a saca sus colmillos y los incrusta directamente en la piel expuesta del hombro derecho del contrario.

—Agh.—Un quejido salió de los labios entreabiertos de Kel, lo que provocó que sus ojos se tornaran oscuros.

—Te lo mereces.—Sonrió ampliamente, creyendo que había ganado.

——Te lo advertí la última vez, Eros.— Ero se tensó al escuchar y mirar la sanguinaria mirada en Kel, fue una clara advertencia que el alfa interior del nombrado tomo el control de la situación.

Que un alfa dominate sea mordido por cualquier otra casta; eso es ser humillado e inaudito (no aplica si asi lo quieren) por lo que el alfa interior reacciona y se hace presente para defenderse y hacer pagar con sangre tal humillación, por lo que Kel también terminó sacando sus filosos colmillos, clavandolós despiadadamente en el pecho de Eros. Era fomo un animal enfurecido con toda la intención de sacarle el corazón a su presa. Sus labios y colmillos no tardaron en mancharse de rojo.

——¡Maldito perro aléjate de mí!—Eros de una sola patada envío lejos a Kel, este solo se quejó al impactar con el suelo, enfurecido al ver la sangre y sentir ese desagradable gusto a hierro.

La parte alfa de Eros también apareció y eso vuelve más complicada la situación, son dos alfas en descontrol y solo estarán satisfecho hasta que uno de ellos quede trozado.

—Te mataré.—Corre una vez en dirección a Eros, este último a penas se había levantado y ya estaba apunto de ser derribado.

—Eso está por verse.—Se pone en guardia con aquélla mirada tan sanguinaria.

—Me disculpó, jovenes maestro.—El guardaespaldas no le quedó de otra más que usar el paralizante que de usa en situaciones como estás.—Ustedes dos me orillaron hacer esto.—Cierra sus ojos para no ver cómo se retuercen.

Desde un principio lo quiso usar pero no quería meterse en problemas, uno es hijo de un juez y el otro de un fiscal recién ascendido. Esa fue una de las razones por la que el padre de Eros no quería que el comportamiento abusivo de su hijo, fuera un tema de conversación para todo mundo. De por sí su imagen ya estaba siendo embarrada en el barro por culpa del comportamiento de su hijo, y si salía de la sala de juicio que el hijo de un fiscal, andaba de abusivo, sería el fin de su carrera como fiscal.

Por lo tanto ese caso se llevó con la mayor discreción, en silencio sin involucrar a terceros. El padre de Kel que era el juez de ese caso; no estaba dispuesto hacer eso pero como su hijo era el testigo clave, cambio de parecer. Aunque Kel le dejó en claro que no importaba salir en los titulares.

Sin embargo el juez tomo la decisión de que fuera un caso solo con los involucrados, fue así como llegaron en un acuerdo con la víctima, eso sí, no se le obligó ni se le amenazó en nigún momento. La víctima solo pidió una compensación por daños psicológicos, órden de alejamiento de toda la familia de Eros.

Es a causa de eso que Eros odia a Kel, este lo vio hablando con esa persona. No le agrado el comportamiento de Eron por lo que fue y le contó a su padre sobre lo que había visto, que serviría como testigo si era necesario con tal de que Eros pagará por querer forza a alguien hacer algo que no quería, principalmente el querer darle un beso al contrario sin ser de su agradó, así como el hecho de querer obligarle ser su pareja.

—Esto es un verdadero problema.—El guardaespaldas se siente culpable de haber hecho lo que hizo con los dos jovenes, lo menos que quería era usar ese paralizante en ellos dos.—Me siento un verdadero inútil por no poder controlar a dos jovenes má pequeños y menos fornidos que yo.—En parte no uso la fuerza bruta porque quién saldría perdiendo al final sería él, así les rompiera o no la cara a ellos dos, el guardaespaldas sigue siendo el mas afectado.

Tras quedar paralizados y noqueados luego de cinco minutos, el guardaespaldas los subió al auto, asegurándose que al despertar no se hicieran daño ni con las palabras. Esperando que a Kel no le tomé mucho tiempo despertar ya que; falta media hora para que empiecen las clases. Mientras que esperaba eso, el guardaespaldas movió la motocicleta en otro lugar no muy lejos de su auto, evitando que se viera sospechoso o que pensaran que la habían abandonado o algo por el estilo.

El guardaespaldas se sentía agradecido de ser precavido por llevar siempre ropa extra en el maletero para su joven maestro, en este caso serviría para que ellos dos se cambien esas ropa manchada de sangre, cubierta de tierra, césped. Haciendo todo lo posible para que los padres de Kiel, y los de Eros no se enteren de la disputa que tuvieron y como terminaron por ello.

El que estaría en graves aprietos sería Eros por ir a buscar a Kel, el padre de Eros ya le había advertido que cuando saliera de cumplir su castigo; evitará molestar o tirarle habladas a Kel, que era únicamente por su bien porque la próxima vez no podría salvarle, si volvía a causar problemas entonces si, estará dispuesto mándarlo a la correción de menores.

Si tenía que elegir su trabajo o Eros eligiría su trabajo porque ya había elegido una vez a su hijo, y este no hizo casó. Es por eso que el guardaespaldas no quiere que su jefe se enteré de lo que Eros hizo al nomás salir de la infantería.

—Solo espero que mi joven maestro me entienda, del porque hice esto.—Tuvo que desabrochar la camisa de Eros, tenía que limpiar y desinfectar la mordida en su pecho al igual que la de Kel en su hombro.

Si Eros terminó en este estado al enfrentarse con Kel, ¿cómo terminará cuando Adair se enteré que en la infantería se metió con su cachorro? No terminará únicamente con una marca de dientes, puede que su cabeza ruede por el suelo. Aunque él nunca le puso una mano en cima a Agni, pero eso no lo hace inocente porque las palabras en la mayoría de veces; son más hiriente que los golpees.

—Mierda esto no se ve del todo bien, tendré que llevarlos al hospital.—Suspira frustrado.

Mientras el guardaespaldas se encuentra en un dilema, pensando seriamente en si debería de cambiar de trabajo. Adair y Agni se encontraban muy íntimamente en la parte trasera del auto. Dándose un muy gentil beso, el cual fue interrumpido por la voz del chófer, haciéndole saber que habían llegado al colegio.

—¿Nervioso?—Pregunté.

—Un poco.—Contesto, sin percatarse que su mano se mantiene fuertemente entrelazada con la del beta.

Adair creyó que Agni se vía muy adorable, como un cachorro con sus orejitas agachadas, nerviosamente e inquietó por el nuevo entorno al cual tendrá que enfrentarse durante los últimos días hasta acostumbrarse.

—Todo estará bien.—Tranquilizó.—No estaremos en el mismo salón.—Lo cuál es una maldita lástima pero no puedo ir contra las normas, bueno, si puedo. Pero si quiero que Agni aprenda y disfrute su estudio tiene que empezar dese cero.—Sin embargo, podremos reunirnos en los recesos.—En realidad quiero esconderlo de todo el mundo.—De seguro Kel también nos acompañará... De igual manera también puedes hacer nuevos amigos.

Quién sea que llegue e intenté ridiculizar tendrá que desaparecer de la vista de mi cachorro, su vida como estudiante tiene que ser la mejor, así como la idea de que tenga amigos. Esa idea no megusta para nada, no quiero que nadie sepa lo excepcional que es Agni, pero así no me guste no voy hacer tan egoísta para aislarlo, no. Solo tengo que esperar pacientemente por ese día, en el que le dejaré claro que nos pertenecemos únicamente a nosotros dos.› Sus ojos brillaron pícaramente, ocultando la sonrisa traviesa en sus coquetos labios.

—Lo tendré en cuenta.

—Joven Agni...

De un segundo a otro varios guardaespaldas rodearon a los dos jóvenes, protegiéndolos de ese repentino hombre que acaba de aparecer y llamar a Agni tan respetuosamente, el cual era nada menos que Jake. Mano derecha de Rei, padre de Agni.