Capítulo 3
Conozco a Ferrán como la palma de mis manos, sé que le será difícil, sé que es quien tardará más en reponerse. Mamá ya ha enfrentado la muerte de mi padre, y aunque nunca será lo mismo, se obligará a ser fuerte por Paloma... es lo que hacemos las madres. Naomi también lo hará, buscará la manera de estar allí para Paloma y eso la distraerá de su dolor. Paloma es fuerte, siempre lo ha sido, además hemos pasado mucho tiempo juntas en los últimos tiempos y he sido capaz de hablarle claramente sobre todo lo que sucedería, de prepararla para el futuro y para enfrentarlo sin mí.
Pero Ferrán... él no ha logrado aceptar ni siquiera la enfermedad y ahora tiene que lidiar con la muerte. Será difícil para él, sé que le llevará más tiempo del que debería.
—¿No hay nada que yo pueda hacer? —inquiero. Sé que Uriel está cerca, lo puedo sentir.
—Ahora no —responde él—. Más adelante puede ser...
—¿Qué quieres decir?
—Cuando llegues a cierto nivel, tendrás permiso para traspasar... podrás ir a sus sueños de vez en cuando... Mucha gente encuentra tranquilidad cuando sueña con sus seres queridos fallecidos —comenta.
—¿En serio? —pregunto y recuerdo la vez que soñé con papá luego de su muerte, había pasado como diez meses y yo lo sentí real.
—Ya lo descubrirás más adelante —comenta.
Uriel es un tanto enigmático, pero espero ver de nuevo a papá y poder preguntarle.
Me sumerjo en el silencio y observo mi cuerpo. Fui muy feliz en esa vida, no me puedo quejar, fui amada, pude amar, me convertí en madre, disfruté de las flores, de la naturaleza, de la lluvia y el sol... Disfruté del amor de Ferrán, de sus besos, de sus palabras y su apoyo incondicional.
—Gracias por tanto —le digo aunque sé que no puede oírme—. Yo sé que te duele mucho, pero estoy aquí, a tu lado... como siempre. Te doy las gracias por haber sido el amor de mi vida y por haberme ayudado a ser mejor persona, porque gracias a ti he descubierto el amor de verdad y porque me has acompañado hasta el último momento. Eres una gran persona y yo necesito que seas feliz y que sigas adelante, todavía tienes mucho camino, Ferrán, yo siempre estaré...
Hago lo mismo con mi madre, le agradezco por haberme dado la vida y por haberme enseñado todo lo que sé, por haber sido la mejor madre y por su amor incondicional. También con Naomi, le digo que la amo, que es mi complemento perfecto y que nunca estará sola.
Miro a mi pequeña, la abrazo y la beso, aunque ella no pueda sentirme. Le susurro al oído que no olvide nada de lo que hemos hablado y que nunca estará sola, que sea feliz.
Paseo entre la gente que viene y que va, agradezco la despedida que me regalan algunos, las lágrimas que derraman, las palabras de aliento para mis familiares, los abrazos y el apoyo que les brindan. Pienso en las palabras de mi padre, ¿todas estas almas son personas importantes en la comunidad de almas a la que pertenezco? ¿Nos hemos elegido? ¿Estaremos siempre juntos?
Siento que algo en mi interior se enciende, es como un fuego que arde y que calienta mi alma. Ahora tengo una certeza, sé que todo estará bien, no sé cuándo ni como, pero todo rastro de dolor se va de mi ser y comprendo que lo que estoy viviendo ahora es mucho más grande e importante que lo que pasó en mi vida, y no al revés... De pronto siento que ese dolor que ellos experimentan es finito, pero el amor que nos tenemos, no lo es.
Quiero abrazarlos a todos, decirles al oído que los amo y que estarán bien, que estoy bien. No puedo hacerlo, pero cierro los ojos e imagino que lo hago. Pienso con intensidad en ellos, como si quisiera mandarles una energía enorme capaz de atravesar el hilo que divide ese mundo del que ahora estoy, un calor intenso me envuelve. Es como si pudiera sentir el amor de ellos también, como si tuviera en mis manos el corazón de Ferrán, de Paloma, de mamá, de Naomi, de la tía, de los primos. El calor se hace más intenso y yo me siento plena...
Me aman, los amo, eso es eterno.
Abro los ojos y veo que ya no estamos en el velorio, ahora me están enterrando. Cada uno deja un poco de tierra sobre el cajón, la gente se va, solo queda mi familia. Mamá y Naomi se abrazan al tiempo que Ferrán y Paloma dejan una camelia sobre mi tumba. Ambos están llorando, Paloma abraza a Ferrán y él la carga en sus brazos.
Puedo ver que sufren, pero yo ya no puedo sentir dolor. Camino tras ellos en silencio, mis manos comienzan a brillar, observo el brillo subir por mi antebrazo y tomar todo mi cuerpo. Es como si tuviera un halo de luz alrededor, casi como el de Uriel, pero el de él brilla mucho más.
—¿Qué sucede? —pregunto.
—Estás lista —dice él.
Ferrán sube al auto y los demás también. Yo sé que debo decirles adiós y no tengo miedo. Los amo demasiado y tengo la sensación de que desde aquí los puedo envolver con ese amor.
—Me impresionas —dice Uriel y yo me giro a verlo.
—¿Por?
—Brillas más que la mayoría —responde.
—¿Eh?
—El brillo refleja la intensidad del amor que te habita —responde—, normalmente la gente en este momento aún no brilla mucho. Solo un poquito, lo suficiente para avanzar... sin embargo tú...
—Los amo mucho... muchísimo —digo viéndolos marchar.
—Yo lo sé... acuérdate que he estado a tu lado todo el tiempo. He visto la manera desprendida en que los has preparado para este momento, me he sentido orgulloso de ti —añade—, pero este es un momento en el que la mayoría de las almas se aferra a su vida y al dolor de los suyos... les cuesta despegarse de eso... Es difícil porque aún no lo entienden todo, y el amor que conciben los humanos es así, un amor que no se quiere desprender, un amor un tanto egoísta... En cambio, tú... lo haces con naturalidad, con la confianza de alguien que sabe que los suyos estarán bien y que el amor los envolverá a todos...
—Eso es exactamente lo que siento —admito—. ¿Acaso no me has dicho que todo estaría bien?
—Te lo he dicho, pero no todos lo comprenden tan fácil. El alma que viene de la vida en la tierra trae muchas cosas pegadas, dudas, desconfianza, celos... sentimientos y emociones que corresponden al mundo terrenal, no a este... Son difíciles de dejar de lado, pero es imposible avanzar sin soltarlos.
—Mi enfermedad me llevó a aceptar que no controlo nada y que es mejor confiar... Solo quiero que sean felices, y sé que, para ello, por ahora, deben continuar sin mí...
Uriel sonríe.
—Eres especial, Abril, estoy seguro de eso —afirma.
Yo sonrío y lo miro con dulzura, todavía me cuesta pensar que ha estado allí toda mi vida. Desde chicos nos inculcan la historia del ángel de la guarda, pero no somos realmente conscientes de que hay un espíritu allí, velando todo el tiempo por nosotros.
—De pronto te siento muy cerca —digo y él asiente.
—Siempre lo hemos estado, yo te he elegido —comenta.
—¿También eres parte del mismo grupo de almas al que pertenezco? —pregunto y él asiente—. ¿Eres un alma como yo? ¿Puedo decidir ser ángel de la guarda de alguien? —inquiero.
—Muchas preguntas —dice con una sonrisa—. Sí soy un alma como tú, pero mi nivel de consciencia es superior. Cuanto más te aproximas a la fuente de luz, más brillas.
—Hablas de amor... —digo y él asiente.
—Hay niveles de consciencia distintos, grados de comprensión del amor perfecto. Cuando alcanzas cierto nivel, puedes ser un ángel de la guarda...
—¿Qué hay arriba de eso? —pregunto.
—Otros niveles angelicales —responde.
—¡Wow! Me encanta —admito.
—Nadie me había preguntado estas cosas antes...
—¿Tienes muchas almas a cargo? —quiero saber.
—Una a la vez, pero ya te había dicho que el tiempo no es igual aquí que allá —repite—, treinta años en la tierra son un par de minutos para mí.
Yo sonrío al imaginar todo lo que he vivido en un par de minutos.
—¿Volverás por otra alma ahora? —inquiero.
—Probablemente —responde.
—¿Cuántas almas pertenecemos al mismo grupo? —pregunto.
—Muchas... pero eso ya lo comprenderás más adelante —explica—. Me alegro de haber sido tu cuidador —comenta—, ahora estás lista para continuar.
—¿Nos volveremos a ver? —inquiero y él sonríe.
—Siempre... —responde con certeza.
Su seguridad me anima a seguir y entonces siento como si comenzara a flotar. Algo me estira hacia arriba y yo me siento muy liviana. Estoy feliz, muy muy feliz... siento mucha paz.
Hay muy poca gente por aquí, pero espero lo estén disfrutando.
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