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Definitivamente, tenerlo desnudo sobre mí cama era la mejor imagen del mundo; lo cubrí con las colchas y sábanas y lo deje dormir.
Esos pocos minutos que salí fueron mortales: Sehun despertó, llamó a sus amigos y, con ayuda del demonio, terminé volviendo al lugar con una escusa. No fue un momento para llevar su ropa hasta la lavandería; esos amigos que tiene son muy hábiles, llegaron en minutos.
Saqué la ropa de la bolsa y la colgué, supongo que tendré que quedarmelas porque no tendría idea de cómo explicar eso... Aún así, llevé mi mano a mí verga y descubrí que está dura como una roca. Fue tan excitante. Su hermosa boca tomando mi pene y bebiendo todo. ¿Cuánto tiempo lo hicimos? ¿Cuántas veces fue mío en esa habitación? Sí sus amigos hubieran llegado una hora antes... ¿se asustarían a verte tan dispuesto y caliente? ¿Tan excitado con la verga de un hombre en tu interior? ¿Qué pensarían?
Aún recuerdo la noche que te hice mío; estabas tan hermoso con ese traje azul y ese rostro de adolescente. No te dabas cuenta, pero muchos ojos te observaban, ojos que deseaban tu cuerpo y tu belleza. Otros hombres, no solo yo, te observaban desde la distancia y empujaban sus piezas, cada vez más cerca de ti. Se acercaban a saludar a sus viejos amigos, sentados casualmente a tu lado. Llevaban a sus parejas de baile hasta el centro, tu lugar favorito para brillar. Otros, simplemente, deseaban a lo lejos y de forma pasiva.
Yo no era ninguno de esos.
Puede ser arrogante, pero el rechazo no era una opción para mí. Tus ojos se veían hermosos, tenían un brillo especial; te dije que eras hermoso, no te asustaste, solo te sorprendiste y me preguntaste quién era. Es raro, sin embargo, esa sola palabra llamó tu atención: psicólogo. Estoy seguro de que querías preguntarme muchas cosas, pero solo me dijiste una... ¿Puedes ver a través de las personas? Y me sacaste el contacto de tus ojos y, en ese momento, empecé a mendigar su atención.
Toda la noche te dije lo que veía en los otros y tu sonreías porque te gustaba saber. Finalmente tenía tus ojos en mí. Cometí un grave error. Ellos estaban leyéndome, todo el tiempo, buscando algo que me interesara y desafiandome. Querías que te observara y te viera como nadie podía hacerlo. Tus posturas fueron cambiando durante la noche... caminabas buscando un compañero, alguien que te entendiera. Me crucé en tu camino porque así lo quisiste.
Mientras todos bailaban y se reían en la fiesta; tu tenías con mis penetraciones en el jardín, desnudo y listo para recibirme en cada estocada. Cuando me vine en tu interior, te recostaste en mi pecho y me pediste que te hiciera olvidar.
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