6
Desperté. Un fondo rojo de tela era lo único que mis ojos tenían enfrente, luego, mis manos que se arrastraban y se apoyaban débilmente sobre el colchón. No sentía mí cuerpo. Arrojé la almohada y apoyé mis pies sobre ella. Había vidrios en el piso y un olor a whisky. ¿Una botella o un vaso? Busqué un camino entre tanto desastre... Mi ropa no estaba; no había nada para cambiarme. Un temblor horrible me sacó de mi ensoñación, revisé la habitación y pude encontrar mi celular y mi billetera, pero nada más.
Me cubrí con las sábanas y solté un grito cuando vi el espejo que estaba frente a la cama.
- ¿Sehun? ¿Cómo estás?
- Hola Kris... por favor, pasame con Tao.
- Ok.
- Sehun...
- Estoy... - miré por todas partes, necesitaba algún dato concreto - en un hotel, se llama PCSeúl.
- ¿Y? ¿Dormirte fuera otra vez?
- No... - mi vos salió cortada.
- ¿Sehun? ¿Qué ocurre?
- Estoy asustado...
- ¿Por qué? ¿Qué pasa?
- Estoy en este hotel, lo leí en las toallas... Pero no tengo idea de cómo llegué aquí.
- Escuchame, no te muevas de ahí. Voy en unos segundos.
Me alejé del espejo, tenía gotas de semen y huellas por todas partes. Con cada minuto que pasaba mi cabeza se iba volviendo loca. ¿Qué hice? Por un instante pensé en bañarme, pero Tao, seguramente por recomendación de Kris, me dijo que no debía tocar nada. Quería irme y no volver a ver ese lugar. Me senté en una silla, en la esquina, y trate de calmarme.
En quince minutos comencé a oir como Tao golpeaba la puerta y me llamaba. La puerta se abrió y, por suerte, no dejó que Kris pasara.
- Sehun... - escondí mi rostro entre mis manos - ¿Cómo?
- No lo sé.
- ¿No recuerdas nada? - Lo vi sacar de un bolso algodones, toallitas húmedas y unos cambios de ropa.
- No... solo desperté aquí. Tengo... recuerdos borrosos, Pero entre en pánico cuando no encontré mis cosas.
- ¿Solo falta tu ropa?
- Sí, - me levanté con lentitud y me acerqué a Tao, su expresión estaba apagada - qué pasa...
- La silla... la silla - miró rápidamente entre mis piernas y me miró - Sehun... hay, hay semen en tu interior.
Palpitaciones llegaron hasta mis oídos y me dejé caer en el suelo... ¿Cómo? ¿Cuándo? Y lo que terminó por desequilibrarme... ¿Fueron varios? Ese pensamiento despertó unas náuseas... Luego, Kris me llevó hasta el baño y Tao encendió la ducha.
- Tenemos que hacer la denuncia Kris.
- Escuchame, cariño, podemos hacerla... pero no tenemos pruebas. La ropa de Sehun no está.
- ¿Y el semen?
- No quiero sonar cruel pero podría llevarnos al culpable o a un callejón sin salida, puede que no esté registrado... Que no tenga antecedentes.
- ¿Y qué se supone qué debemos hacer? Viste como reaccionó; Sehun no está mintiendo. - La voz de mi amigo era desesperante... perdón Tao.
- Lo que debemos hacer es llevarlo a un hospital y que lo analicen...
- Es verdad, las enfermedades.
- Además, los médicos nos darán más información y ayuda.
Médicos. Extrañamente recordé a mí psicólogo...
- ¡Tao!
- ¿Qué pasa?
- Llama a mi psicólogo.
- ¿Por qué?
- No lo sé... - me estaba perdiendo, lentamente - tal vez, el pueda ayudarnos...
- Sehun, podemos confiar en él.
- Sí...
-Pasa cariño, el Dr. Park te espera.
Abrí la puerta y los seis pasos me llevaron hasta la silla. Esa diadema en su cuello atrajo mi atención, era como una hermosa puesta de sol o un eclipse. No estaba seguro.
- ¿Estás nervioso?
- No. - La luz se reflejaba en el metal y apuntaba a mis ojos.
- ¿Cómo has estado?
- Bien.
- ¿Con quién estabas?
- Estaba solo.
- ¿Dónde?
- Afuera.
- No crees que ha pasado mucho tiempo.
- Sí...
- Yo también pienso eso. - Golpeó con su birome el metal de la diadema. - Mirame... No te atrevas a olvidarlo.
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