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1

—¡Hunnie! Vamos o llegaremos tarde.

Me gritó desde la puerta y sacudiendo las llaves en su mano. ¿Qué estoy haciendo? Simple, voy camino a un asesor de parejas. ¿Por qué? Porque Anna y yo tenemos un problema. ¿Cuál? No lo sé. Ella y sus amigas dicen que lo tenemos y no parará hasta que lo solucionemos. Yo creo que ella quiere que alguien me culpe de todo, pero estoy seguro de que hará un drama y la persona nos echará del lugar.

Su amiga le dio dos tarjetas, sin embargo, ella tomó la del hombre porque no confiaba en la psicóloga de su amiga. Tal vez piensa que el psicólogo es un hombre guapo y se fijará en ella; no lo sé. Solo espero no tener que cargar con más problemas cuando vuelva a casa. Ojalá le grité a él y no a mí. No es que sea mala, solo es un poco molesta y confiada.

Nos conocemos desde la secundaria. No sé cómo empezamos a salir, solo sucedió. A mí entender, estamos bien. Bueno, uno nunca sabe.

Ella corre hasta el auto y sube; yo voy a paso lento y subo, la puerta se cierra y mi posibilidad de ver mi programa favorito también.

—¡Dicen que es un excelente asesor! No puedo esperar a conocerlo. ¿Qué dices Hunnie?

—Sí.

—¡Oh! Emocionate más. - me pinchó en el brazo.

—Claro, claro. Vamos a cenar con mi mejor amigo.

—No te estoy pidiendo ese tipo de emoción. Te estoy hablando de nosotros.

—¿Cuál es el problema?

—No nos entendemos; es como si no te importara.

—No es verdad.

—Bien, Porque no quiero que él me demuestre más comprension que tú.

Instintivamente rodé los ojos y volvió a pincharme el brazo. Antes de que terminara de estacionar, ella cerró la puerta y caminó a toda prisa al consultorio; solo suspirar, eso me quedaba. Coloqué la alarma y me dirigí al mismo lugar, ya estaba cansado y no había empezado el día. Me detuve frente al vidrio y arreglé un poco mi cabello y mi ropa; la primera impresión es importante, aunque, me han dicho que esas cosas me salen natural. Termino de inspeccionar y camino hacia la puerta, que está semiabierta. Saludo a los que están esperando y veo como Anna me clava los ojos. Ahora, ¿qué hice?

—El doctor llegó hace unos momentos.

—Que emoción.

—Estabas arreglandote en el vidrio... todos te vieron hacerlo y sonreír.

—Ups, no lo sabía.

—Incluso el doctor.

—¿Qué?

—Te vio. ¿Qué pensará ahora?

—¿Qué me gusta mi imagen?

—Dirá que eres un narcisista.

—No lo soy. Solo me gusta como me veo.

—Solo no hagas nada raro otra vez.

—Anotado.

Esperamos por nuestro turno en total silencio, hasta que una chica me preguntó algo pero Anna le respondió; se veía realmente molesta. Por suerte éramos los últimos en la lista y al final no quedó nadie en la sala de espera.

—Oh Sehun y Oh Anna. —Un golpe en mi hombro me dijo que no pensara mucho y que me adelantara hasta el despacho de nuestro asesor.

—¿Te anotaste con mi apellido?

—Sí, tengo mis derechos.

—No estamos casados.

—Pero vivimos juntos, es lo mismo.

Golpeó la puerta un par de veces y esta se abrió con lentitud. En el escritorio, un hombre más alto que yo escribía seriamente en unos papeles.

—Disculpe. —El hombre levantó la vista y sentí como Anna me presionaba la mano y los ojos de él se centraron allí.

—Adelante. —Se irguió y dejó ver un impecable traje de dos piezas color negro y una camisa blanca. —Pónganse cómodos.

Anna tironeó de mi brazo y nos sentamos en las dos sillas que esperaban junto al escritorio.

—Es un gusto, mi nombre es Park Chanyeol y seré, sí ustedes me lo permiten, su asesor de pareja.

—Sí... —respondió Anna débilmente; bien, suficiente.

—Un gusto Dr. Park, soy Oh Sehun y ella es mi novia Anna —ella también se presentó, pero él no dejaba de mirarme.

—Veo que son muy unidos. ¿Cuál es el problema?

Yo me limité a observar a Anna.

—Bueno... ese es el problema —me señaló—. Nunca dices nada. —Debo decirles que no soy un ángel cuando me siento atacado.

—¿De qué hablas? Dijiste que veníamos a hablar y lo único que haces es culparme. —Ella miró al psicólogo esperando por algo. ¿Un reproche? ¿Aprobación? Entonces lo acorralé a él. —Y tú, ¿no piensas decir nada?

Me levanté de la silla y salí del consultorio; no necesito esto, necesito hablar con mis amigos.

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