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Capítulo 9

Kao se pasó la mano por la cara, el sol que entraba por la ventana lo había hecho despertar, eso y la presión que sentía en su vejiga, abrió los ojos lentamente siendo más consciente de su alrededor, dándose cuenta que tenía a Gulf con la mitad de su cuerpo sobre él, cosa que no le molestaba sino le causaba gracia porque él mismo lo estaba abrazando posesivamente, como si no quisiera que se apartara de sus brazos, tanto que por un segundo se imaginó despertando todas las mañanas de esa manera, con aquel hermoso pelinegro enredado en su cuerpo después de haber tenido una noche apasionada como la anterior, porque eso había sido, una noche llena de pasión y entrega, la primera vez había sido intensa, salvaje, pero la última todo fue pasivo, reconociendo cada una de las partes de su cuerpo, podría decirse que mágica, suspiro y trato de salirse del abrazo apretado en el que se encontraba, tenía una cosa que atender urgentemente.

—No, quédate—, hablo dormido Gulf no queriendo dejarlo ir.

—Me encantaría, pero hay un llamado de la naturaleza que no puedo dejar pasar—, susurro devuelta quitando el brazo de su pecho.

— ¿Vas a volver?—, pregunto con los ojos cerrados dejándolo libre.

—Puede ser—. Beso su mejilla para meterse en el baño y aliviar su vejiga, al terminar se lavó las manos y se miró al espejo, esta vez no habian mas marcas en su cuerpo pero aun podía sentir el toque de las manos de Gulf en su piel, era como si lo hubiera marcado a fuego, se miró a los ojos y el hombre que le devolvía la mirada en aquel espejo no se parecía en nada a él, había una sonrisa pintada en sus labios que por lo general no estaba allí, miro hacia la puerta y suspiro, por más que quisiera regresar a la cama con su acompañante no podía, debía enfrentar las consecuencias de sus actos, su padre lo más probable es que estuviera despierto y lo mejor que podía hacer era ir hablar con él lo antes posible, asi que se metió a la ducha con la esperanza de que el pelinegro en su cama se diera cuenta de su ausencia y se uniera a él, cosa que no sucedió.

Al salir se encontró con una imagen que lo hizo sonreír como un bobo, Gulf había sustituido su presencia en la cama por una almohada que ahora abrazaba celosamente como si su vida dependiera de ello, dormía tan profundo que no se dio cuenta del momento que se cambió y se paseó por la habitación recogiendo sus cosas, aunque lo cierto es que hizo todo aquello con el mayor sigilo que pudo para no despertarlo, una vez que estuvo completamente listo se acercó a la cama y le susurro en el oído —Nos vemos después mi pequeño Nong—. Beso su mejilla y salió rumbo al despacho de su padre en casa.

El sonido de la puerta cerrándose fue lo que hizo que Gulf por fin regresara de la tierra de los sueños, estaba algo desorientado, pero poco a poco se fue ubicando en donde estaba y que estaba abrazado a una almohada, sin rastro de Kao en la habitación, prestó atención para ver si estaba en el baño y al no escuchar nada se encogió de hombros pensando que quizás había ido por algo de desayunar mientras él dormía, se estiro un poco entre las sabanas y sintió un pequeño dolor en los músculos de su cuerpo, cosa que le recordó todo lo que había pasado la noche anterior, no se arrepentía de nada, la forma en que Kao lo había besado, acariciado y hecho sentir no se podía comparar con nada.

Se levantó de la cama y se dirigió al baño dándose cuenta de que su acompañante tenía poco tiempo de haberse ido, si se hubiese despertado antes quizás lo hubiera acompañado en su baño, se miró la mano y allí aún estaba el anillo que el pelinegro le había dado, era un fin de semana de locos que no estaba siendo como lo habian planeado, todo lo que una vez pensó que sucedería había dado una vuelta de 180 grados, lo que había comenzado como una mentira, se estaba convirtiendo en algo real, estando allí debajo del agua no podía negárselo a sí mismo, sentía algo por Kao, siéndole más que evidente que era correspondido porque si no hubieran hecho el amor de aquella forma la noche anterior.

Ahora lo que tenían que aclarar era aquella locura de la boda, tenía que saber que había pasado por su cabeza para ocurrírsele esa locura, salió del baño con la esperanza de que el otro pelinegro hubiera regresado pero no fue asi, se quedó un rato pensando en lo que quería hacer ahora mientras se vestía, tenía una conversación pendiente con Kao, una que no podía esperar por mucho tiempo más, debían colocar las cartas sobre la mesa y decir en qué punto estaban, arreglo su maleta dejando todo listo para su partida antes de salir hacia la cocina en busca de algo para el desayuno, en donde una de las chicas del personal le dijo que su ahora prometido estaba en el despacho de su padre, no quería ser entrometido, pero de verdad estaba ansioso por hablar de una vez por todas con él, asi que fue en su búsqueda, al llegar allí vio que la puerta estaba entreabierta, dispuesto a tocar para anunciar su presencia se quedó con la mano levantada al escuchar las palabras que venían de allí dentro.

— ¡Por Dios Kao!, llevas media hora diciéndome mentiras—. Ese era Toon que le estaba reclamando a su hijo.

—Nada de lo que he dicho es mentira, cada una de las cosas que he contado sobre Gulf son ciertas, él y yo nos conocemos desde hace años...

—Pero no habian tenido sentimientos románticos...— Ahora intervino Ann consternada.

—Es cierto, él y yo nunca habíamos dado indicio de tener sentimientos por el otro y lo reconozco... que viniera como mi acompañante este fin de semana formo parte de una farsa—. Admitió por fin Kao, no podía seguir mintiéndoles a sus padres.

— ¿Porque hiciste algo asi?—, pregunto nuevamente su madre.

—Simple, estaba presionado por ti mamá; estabas empeñada en meterme por los ojos a Areeya para que regresara con ella, sentía que no respetabas mi decisión de terminar con ella...

—No culpes a tu madre de tus decisiones.

— ¡Sé que no la puedo culpar!, después de todo ella no sabía cuál era la razón de mi ruptura, pero estaba harto de los avances de Areeya y solo se dio... Gulf hace unos días fue a llevarme unos papeles que había dejado olvidados en loa cafetería de Boun y vi mi boleto de salvación, ese día Areeya estaba allí insistiendo que debía venir con ella, por eso para quitármela de encima le dije que Gulf era mi novio, pero aun no entiendo cómo se dieron cuenta de que lo mío con Gulf no era tal como lo estábamos vendiendo.

—Por el anillo—, contesto el mayor y en ese momento Gulf que había permanecido callado escuchando esa conversación se miró la mano.

—No entiendo...

—Siempre dijiste que cuando te casaras seria por amor—, explico ahora su madre —Y que le darías el anillo que le dio tu abuelo a su esposo cuando se casó...

Después de esas últimas palabras Gulf no pudo seguir escuchando más, era cierto que todo aquello había comenzado como farsa, pero para él todo había cambiando desde el primer día que habian llegado a esa casa, pero... ¿para Kao?, ¿cambio algo?, o solo se trataba de un fin de semana loco lleno de sexo como lo había dicho Gun, ¿acaso se había equivocado con lo que había visto en sus ojos la noche anterior?, en esos momentos se sentía completamente asfixiado, necesitaba saber que era él para Kao, llego a la habitación y se recostó en la puerta tratando de regular su respiración.

Mientras tanto en el despacho, Kao se había dejado caer en una silla y se pasaba la mano por el pelo apesadumbrado por toda aquella situación —Sé que hice mal en mentirles, pero Areeya fue todo un incordio desde que llegue aquí, además iba a decir delante de todos que lo mío con Gulf era una farsa, no tenía pruebas de nada pero lo iba hacer solo por la satisfacción de ganar.

—Y a todas estas, ¿Porque Gulf acepto formar parte de este engaño?—, pregunto Toon intrigado.

—A él lo estaba molestando su jefe, en realidad lo estaba acosando—. Apretó sus manos en puño al recordar la escena que se había encontrado cuando lo fue a recoger —Entonces para ayudarlo hice una aparición en su oficina para dejarle claro que lo dejara en paz, que el tenia alguien que lo respaldara, la verdad es que funcionó muy bien estoy seguro que a Uttsada Panichkul se le quitaron las ganas de seguir haciéndole la vida imposible en el trabajo—. Sonrió recordando la cara asustada de hombre.

—Fue un alto precio el que pago él, ¿no lo crees Ann?—. Para ese momento estaba completamente consternado por todo aquello.

— ¿Precio?—, pregunto Kao sin entender.

—Hay hijo que voy hacer contigo, a veces no ves las cosas más obvias aunque estén frente a ti, su corazón, Gulf pago con su corazón—. Lo miro con algunas lágrimas en sus ojos su madre, se sentía un poco culpable por todo aquello, por no saber respetar las decisiones de su hijo lo había orillado hacer todo aquello —Él te ama—. Continuo hablando al darse cuenta que no entendía lo que le estaba diciendo —Se le puede notar en su mirada que tiene sentimientos por ti.

— ¿El qué?—. No podía creer las palabras de su madre, después de años de peleas no podía creer que de verdad Gulf albergara sentimientos por él, desde que se había involucrado más con el pelinegro pensó que iba a tener que hacer un esfuerzo sobrehumano después de ese fin de semana para conquistarlo, porque si, él quería algo más allá de esos dos días que habian pasado en la casa de sus padres.

En la habitación Gulf no sabía qué hacer, ahora gruesas lágrimas corrían por su rostro, se sentía asfixiado, no quería estar más tiempo allí, asi que en un arrebato comenzó a recoger sus cosas y mientras lo hacía a su mente llego un recuerdo desde hace muchos años, uno que pensó había olvidado.

Todo comenzó un día en la calurosas calles de Bangkok un joven Gulf Kanawut caminaba sin ver hacia el frente, estaba más preocupado por la boleta de calificaciones que le presentaría a sus padres, había reprobado dos materias y le tocaba recuperarlas ese verano, adiós a las vacaciones en la playa con la familia, adiós a los juegos de futbol que tenía programados con sus amigos en sus días libres, estaría en su casa leyendo y estudiando como loco hasta que pudiera aprobar esas dos clases y poder pasar de grado.

Tan metido estaba en su mundo de lamentos que no se dio cuenta que iba en dirección de un chico de la escuela rival, con el cual inevitablemente termino chocando, ambos cayeron al suelo, llevándose un duro golpe contra el pavimento.

— ¡Oye fíjate por donde caminas!—. Se quejó el otro mientras se sobaba la pierna.

—Lo siento, pero tú tampoco te diste cuenta que ibas a chocar conmigo, al parecer no era el único distraído—. Lo reto con la mirada Gulf mientras veía como el otro se colocaba de pie y tomaba la boleta de calificaciones que había dejado caer.

—Asi que aparte de ciego, eres poco inteligente—. Se rio al ver las dos materias reprobadas.

— ¡Dame eso!—. Intento quitárselo de las manos Gulf pero el otro fue más rápido y la aparto de su camino.

—No, ¿porque tendría que hacerlo?, además si me quedo con ella no tendrás que mostrársela a tus padres—. Siguió burlándose —Mira que reprobar tailandés, ¿quién reprueba tailandés?, si es la lengua que hablas—. Negó con la cabeza.

Y eso era cierto él había reprobado tailandés, pero él no tenía la culpa de ello, sino esa profesora que daba la materia, nada más comenzar a dar clase su voz le daba un sueño tremendo asi que siempre se quedaba dormido en su asiento y cuando se percataba ya la clase había terminado y él no había apuntado nada.

— ¡Eso no es de tu incumbencia!—. Le quito por fin la hoja de calificaciones y le saco la lengua como un niño chiquito.

Lo que no pasó desapercibido para ambos en ese momento fue la corriente eléctrica que recorrió sus manos con ese pequeño roce que tuvieron, pero no le dieron importancia y cada quien tomo su camino hasta que se volvieron a encontrar gracias a su amigo en común Boun.

Gulf suspiro recordando aquellos días en los que todo era más fácil, en donde solo existían sus peleas tontas por cualquier cosa, y se preguntaba cómo había terminado en esa situación, corriendo nuevamente por las calles de una concurrida ciudad, pero ahora huyendo de su destino y con un pesado anillo en su dedo...

Ahora recordaba que desde aquel primer momento había existido una chispa entre ellos, por eso necesitaba alejarse, necesitaba pensar en cuáles eran sus sentimientos, por eso había tenido el arrebato de tomar sus cosas y salir de esa casa.

Para Kao nada de lo que estaba pasando tenía sentido en su mente, no podía creer que su lindo y peleador Nong tuviera sentimientos por él, después de tantas peleas e insultos no podía aspirar a formar parte de su corazón, ¿o sí?, ¿de verdad tenía una oportunidad de ser feliz con él?, porque él siempre lo había tenido claro, desde aquel momento que se tropezaron en Bangkok Gulf lo había cautivado, pero después no supo proceder, por eso se le hacía más fácil discutir con él, esa era la única forma que podía sentirse cerca, lo cual también era la razón de que sus relaciones no duraran, Gulf siempre estaba en el medio.

— ¿Porque te cuesta tanto aceptar que Gulf puede estar enamorado de ti?—, pregunto suavemente la única mujer en aquella habitación.

— ¡No lo sé!, él y yo nos conocemos de años... nunca se me ocurrió que él pudiera quererme...

—Por lo que veo el sentimiento es mutuo—. Le palmeo la espalda su padre.

— ¿Y que se supone que debo hacer ahora?—. Se pasó las manos por la cara.

—Fácil, vas a ir allá arriba, le dirás que lo amas, que quieres pasar el resto de tu vida con él y le cambiaras ese anillo que le distes por el de tu abuelo—. Lo levanto de la silla Toon empujándolo hacia la puerta.

—Pero...

—Pero nada, no lo hagas esperar más, tú mismo lo has dicho se conocen desde hace años, no tienes nada que esperar, solo tienes que ser feliz y punto.

Esas palabras de su padre fueron las que le dieron la fuerza para caminar por el pasillo y subir las escaleras hacia su habitación, al entrar la encontró vacía, la cama estaba perfectamente arreglada pero no había rastro del pelinegro —Gulf—. Lo llamo pensando que estaba en el baño, pero al revisarlo se dio cuenta que no era asi, salió y se paró en medio de la estancia y se dio cuenta que faltaban algunas cosas y no había que ser un genio para darse cuenta que se había ido, ¿que había pasado?, ¿porque lo había dejado sin avisar?

Salió de allí y se encontró con su hermano e inmediatamente le pregunto: — ¿Has visto a Gulf?

—Bueno...

— ¡Por Dios habla ya!, ¿lo has visto?—. Lo tomo del brazo preocupado.

—Yo estaba en el jardín cuando lo vi salir con su maleta.

— ¿Con su maleta?

— ¡Kao!, ¡Suelta a tu hermano lo estás lastimando!—. Y es que en su desespero no se había dado cuenta que estaba apretando más de la cuenta a Win.

—Lo siento—, dijo para dejarse caer en la escalera.

No sabía cómo sentirse, no sabía si estar molesto, decepcionado, salir a buscarlo, todo era tan confuso, si de verdad lo amaba ¿porque lo había abandonado?, ¿porque se había ido así sin despedirse?, ¿acaso estaba equivocado?, ¿porque se había ido así sin saber lo que sentía por él?

Gulf había conseguido llegar a la estación de autobuses y ahora desde la ventanilla de su asiento miraba la carretera, pensando en que nadie se había dado cuenta del momento en el que se había ido, no quería hacer un escándalo, tampoco quería enfrentarse a Kao en esos momentos, no después de haber escuchado todo aquello, lo de ellos había sido una farsa, una en la que no había podido evitar mezclar sus sentimientos y eso es lo que más le dolía, le dolía el no saber en dónde estaba parado, pero tampoco creía que era el momento y lugar para hablar de aquello, tenía que poner distancia, debía pensar, debía clasificar sus emociones y sincerarse consigo mismo acerca de lo que sentía por el otro.

Debía de salir de la niebla de pasión y amor en la que se había sumergido esos días, ¡fueron tan solo 2 días los que estuvieron juntos!, pero parecían toda una eternidad por todo lo que había pasado entre ellos, era como si una bomba hubiera explotado en medio de ellos y ninguno pudo evitarlo.



Ambos se dieron cuenta de sus sentimientos, pero ninguno tuvo la fuerza y la franqueza de hablarlo ¿como terminara todo esto?

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