Cierre del ciclo
Un grupo de 20 personas se encontraba celebrando el cierre del ciclo. Cierto doncel castaño se mantenía en un esquina, rodeado de algunas mujeres y donceles.
-¿Furimin ya tiene pareja? - preguntó una de la mujeres, era de cabello rosa al igual que sus ojos, bastante voluptuosa.
Nego rápidamente -N-No, Momoi-san.
-Furimin es bastante lindo. Debería conseguirse un novio.
-Asi estoy bien- respondió nervioso y cambio el tema de conversación.
-Me voy- anunció un peliceles al ver a su novio llegar.
-Nos vemos mañana.
El peliceles se acercó al castaño -¿Quieres que te llevemos?
-Oh no. Vayan. No tardó en irme.
-¿Seguro?
-Si- respondió. No quería interrumpir a la pareja. Posiblemente tomaría un taxi.
-Esta bien. Nos vemos mañana.
-Bye- tomo el vaso y bebió hasta la última gota.
Satsuki Momoi tomo su caso y con sorpresa estaba vacío ¿No lo había recién pedido? Levanto la mano y ordenó otro.
Kōki miró inseguro a todos marcharse. La hora del tren ya había pasado y los taxis escaseaban, y los que pasaban iban ocupados.
-¿Furihata-san?
-Akashi-san- volteó sorprendido.
-¿Va a tomar taxi?
-Si.
-Si quiere lo puedo llevar.
-Oh no. Gracias. Pero con un taxi estaré bien- respondió nervioso.
-¿Seguro? No es bueno que un docel ande solo de noche.
Kōki no se sorprendía por la amabilidad del varón. Akashi era el jeje de ellos. Y apesar de que sus padres eran dueños de la compañía, el pelirrojo nunca había sido soberbio o engreído, simplemente era un trabajador más -Si. Voy a ...
La lluvia comenzó a caer y ya no supo que hacer.
-Vamos- el pelirrojo sujeto la mano del castaño y lo llevo con él -. Deje el auto cerca.
Corrieron tres cuadras pero el estacionamiento ya estaba cerrado. El pelirrojo maldijo al ver cerrada la cortina, ya pasaba de la media noche.
-¿Que pasa?
-Esta cerrado. El auto está dentro- se quedó mirando a los alrededores hasta que vio el lugar -Por aquí.
El castaño solo podía correr detrás del pelirrojo pues lo llevaba de la mano. Se sorprendió cuando arribaron al lugar -¿Qué hacemos aquí?
-Los Taxi no van a parar con esta lluvia. No hay metro y mi auto está encerrado. Solo podemos quedarnos aquí.
-Pero... - era un motel de paso.
-Vamos. Yo cargo con los gastos
-Pero...
El pelirrojo se dirigió a ala recepción -. Buena noche. Dos habitaciones.
-Permitame... Oh solo nos queda una disponible.
-Bien. Con esa será más que suficiente.
Tras registrarse la mujer le dió la llave al pelirrojo. Seijūrō jalo al castaño al verlo estático. Kōki miró a la recepción y la mujer le guiño el ojo.
Kōki entro a la habitación después de que el pelirrojo abrió la puerta.
-Sera mejor que tome una ducha o Furihata-san se enfermara.
-Pero no hay ropa.
-Pero si batas- le entrego una bata y una toalla.
-Gracias- murmuró avergonzado. ¿De verdad iban a dormir juntos.
El castaño salio cinco minutos después. El pelirrojo yacía envuelto en una toalla, su ropa estaba colgada en el buró.
-Ya salí.
-Bien.
Kōki desvió la mirada, el pelirrojo tenía un cuerpo bien trabajado. Negó y se encaminó hacia el buró y colgó su pantalón y camisa.
A los pocos minutos el pelirrojo salió del baño, vistiendo la bata y secaba su cabello.
-Mañana a primera hora hay que salir de aquí. Así nos dará tiempo de ir a casa a cambiarnos.
-Si- respondió nervioso ante la idea de dormir juntos.
-Para que Furihata-san este más tranquilo, dormiré en el sillón.
-No. Está bien. Akashi-san puede dormir en la cama. Yo ocuparé el sillón.
-Bien. Decidido- el castaño sonrió - . Compartiremos la cama. Pero para que Furihata-san este acomodo, la dividiremos con la almohada.
Le pareció buena idea.
Así que ambos terminaron compartiendo cama y con dos almohadas haciéndolo de barrera.
Su corazón latía rápidamente. Era la primera vez que compartía, aunque fuera para dormir, con un varón.
Lo peor es que no era cualquier otro varón, sino Akashi seijūrō. El pelirrojo era sumamente atractivo y no solo eso, también era inteligente. Admiraba el trabajo del pelirrojo.
Su corazón salto al escuchar el crujido de la cama, de seguro se había cambiado de posición. Soltó un suspiro y cerró los ojos, lo mejor era dormir.
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Seijūrō escuchaba la leve respiración del castaño, la luz de la esquina estaba encendida para calentar la ropa por lo que podía apreciar la figura curvilínea del doncel.
Furihata Kōki era un doncel muy lindo, era muy tímido y solían abusar de él en el trabajo.
Un año tras lo había conocido, y desde entonces no había dejado de observarlo. Por los chismes de sus compañeros sabía que no tenía novio, aunque si varios pretendientes. Pero el castaño no les había caso... Y eso lo incluía.
De pronto el castaño se giró abruptamente y abrazo una de las almohadas, y con su otra pierna Tiro de la segunda almohada de la cama.
La bata se había semi abierto, logrado apreciar un de sus rosados pezones que constrataba con su piel canela.
¿Y si le manda un mensaje directamente? El cortejo no había funcionado, así que mejor actuar.
-ghmmhh ~ aghh.
El doncel gimió suavemente y se giró quedando con su espalda en la cama.
Lentamente abrió los ojos, todo era desenfocado hasta que volvió sentir algo en su pectoral. Miró en esa dirección y se sorprendió -¿Qu..ahhh.
-Al fin despiertas.
El castaño intento alejarse pero el peso del varón no le dejó -Noghhh.
Seijūrō centro su atención en el pezon, lo chupo y mordió levemente haciendo gemir al doncel. Era música para sus oídos.
-A-Akashi-san.. esp-espera- sus labios fueron atrapados en un rudo beso.
-llevo esperando un año- dijo antes de guiar su mano al miembro del doncel. La erección comenzaba a crecer -... y no te soy indiferente.
-Para-dijo entre gemidos- cubrió su boca para acallar sus gemidos. Se removió al ver las intenciones del varón.
Pero de nada sirvió, el pelirrojo engulló la erección. Con la mano disponible apartó las manos del castaño para escuchar.
El castaño solo pudo dejarse llevar y gritar el nombre del pelirrojo cuando se corrió.
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Se le hizo tarde. El metro lo había dejado y tuvo que abordar un taxi pero.el tráfico era pesado y llegó 20 minutos tarde.
-Llegas tarde Furihata.
Se erizo -Yo...
-Anda a trabajar. No tenemos todo el día.
-Si, Akashi-san- dijo ya aliviado.
Llegó a su estación de trabajo y encendió la computadora.
-are~ así que anoche te divertiste.
-¿Qué?- entro en pánico ¿Akashi les había dicho?
-Aqui- la pelirosa toco justamente la nuca -. Tú novio te dejo varias marcas. Y decías que no tenias novio.
La pelirosa dejó de molestar al castaño cuando lo vio volverse rojo, tan rojo como la sangre.
Kōki corrió al baño y allí estaban... Marcas de besos.
-Furihata.
Se asustó al escuchar la voz del pelirrojo.
-Siento lo de Satsuki... Yo ..
-Solo alejarse de mi- dijo antes de regresar a su lugar.
Akashi solo pudo apretar los puños.
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Era muy noche y llovía. Se habían quedado más tarde de lo normal.
Un auto se detuvo a su lado -Sube.
-No.
-Sube. Prometo que no te haré nada. Oh vamos. Solo es un auto.
Era mejor ir. El taxi no pasaba.
-Esta bien. Pero no quiero que haga algo en el auto.
-Por supuesto. Lo prometo. No sucederá nada en el auto.
Confiaría en su palabra.
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