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Capítulo 14

Alessandra

Después de alejarme de la casa de Angelo, me dirigí al hospital. Hoy le iban a dar el alta a Alice. Estaba muy contenta por ello. Pero no estaba orgullosa de mi en estos momentos. Primero me acosté con Matteo y luego se la chupé al amigo. Y lo peor de todo es que con uno lo hice por un trato y con el otro estando ebria. Aunque eso no quita que los deseaba a ambos. Una parte de mi se arrepentía y la otra quería experimentarlo de nuevo. ¡Mierda! Me iba a volver loca.

Aleje todos mis pensamientos al llegar al hospital. Como siempre me encontré con el cálido y amable de él Dr Rodrigo. Lo salude como siempre con una sonrisa alegre. Este me correspondió el saludo y me llevo hacia la habitación de mi amiga. Este hombre quería conquistarme. Aunque es un chico amable y guapo, no me atraía como "mis dos jefes preciosos".

- ¡Alessa! Madre mía tía. Me salen canas- chilla mi amiga, como una loca fingiendo molestia.

- Lo siento mi princesa hermosa. Estaba resolviendo cosas del trabajo- Respondí en su mismo tono, apartando su chillido.

-Si, cosas de trabajo.¿ Follarse a tu segundo jefe es tu trabajo? - dice mi subconsciente.

- Que no me lo folle, joder - respondo mentalmente.

- Es lo mismo, se la chupaste.

Ignoro mis pensamientos y me centro en Alice que estaba preparando todo para irse de este lugar "enfermizo", como ella suele decir. Siempre ha odiado los hospitales, según ella le trae un mal presentimiento.

- ¡Listo! - dice ella con una sonrisa.

- Ya vámonos. ¡Perra!

- Claro. ¡Zorra! - estabamos saliendo de la habitación hasta que vimos a Ricardo, hablando con una mujer - Deberías acercarte. Seguro te lo quiere quitar.

- ¿Y desde cuándo el me pertenece?

- No jodas tía. Necesitas a un hombre que te quite la virginidad. ¡Mi dios! - Si supieras.

- Lo que tú digas.

- ¡Rodrii! - gritó, llamando la atención de todos.

Especialmente de Rodrigo. El terminó de hablar con la chica y se acercó a nosotras con una media sonrisa. Su mirada se centró en mi, con una sonrisa encantadora. Le sonreí también con la misma intensidad, y este se sonrojo. Que tierno.

- Espero que no vuelvas aparecer en este lugar, Alice - Dice el, acariciándole el cabello.

- Puede que yo no. Pero mi amiga Alessa, vendrá a visitar ¿Verdad que sí? - Dijo Alice, con esa sonrisa de "Somos perras" .

- Bueno, si. Además también podrías ir a nuestra casa. Para compensarte, por todo lo que hiciste por Alice - Ese compensarte podía tener un doble sentido. ¿Pero qué digo?

- ¡Claro! Fuera de este lugar enfermizo.

- Si, eso me encantaría. ¿Puedo invitarlas a salir el sábado? - Iba a responderle pero mi querida "amiga" se adelantó.

- ¡Por su puesto que si! Estaremos listas. Ha, y nos pasas a buscar en tu coche.

- Pides mucho. ¿Te crees la reina Isabel? - le pregunté con un poco de enojo. Rodrigo ha sido muy bueno con nosotras, no hay que abusar de eso.

- Ella tiene razón. Si yo invito las tengo que buscar. Eso no sería ninguna molestia.

- Bueno. Está bien. Nos vemos.... El sábado - Me despedí de él con un beso en la mejilla. Salimos del hospital y nos subimos al primer taxi que vimos.

...

Ya dentro de la casa Alice fue directo a su habitación. Para darse una ducha, quería quitarse el olor a "Hospital" . Hice lo mismo, puesto que no me habia duchado.

Y como lo ibas hacer si apenas que despertarse saliste corriendo de su casa.

Me metí a la ducha sintiendo como cada gota recorría mi cuerpo. Los recuerdos se apoderaron de mi ser. Lo había echo, joder Me acosté con los dos amigos. Y no sentía ni una gota de arrepentimiento por ello. Quería que volviera a suceder. Como Matteo dominaba mi cuerpo con brusquedad, ese aura peligrosa y agresiva me encantaba. Y Angelo, ese era la copia de su amigo. Frío, agresivos y lo principal "Polla grande". Estos hombres habían sacado una parte de mi que no sabía.

Terminé de bañarme y salí envuelta en una toalla. La alarma de mi celular había sonado. Tenía que estar en la oficina a las 9:00am. Me vestí super rápido. Ya era tarde y Matteo se pondría muy furioso de nuevo. Salí de la casa sin decirle a mi amiga. Tomé un taxi y llegué a la empresa. Estaba desordenada con una rosca desordenada en mi cabello. Un pantalón rosado, blusa blanca y tacones rosas. Antes de entrar choqué con alguien. Era el hombre que Matteo había golpeado en el evento.

- ¡Vaya! Mira quién es. La secretaria de Matteo- Dijo con una sonrisa burlona.

- ¿No eres el que mi jefe goleó? Claro que si lo eres. Seguro te untaste maquillaje para quitarte el golpe ¿verdad? - respondo en su mismo tono burlesco. Si sonrisa se desvanece, pero justo luego vuelve a posarla en sus labios.

- Tú jefe es demasiado débil para mí.

- Ya quisieras tú.

- Deberías preocuparte por tu vida. Quién sabe si vayas a la cárcel por culpa de tu jefe- me quedé confundida por sus palabras.

- ¿De que hablas?

- ¿Ha no lo sabes? El jefe al que tanto defiendes. Tiene negocios sucios. Y cuando el caiga, tú también lo harás.

- ¿Sabes qué? No te creo nada. Solo inventas cosas, porque le tienes envidia a Matteo.

- No es solo el, también su amigo Angelo. Si no me quieres creer investiga por ti misma. Ahora van a encontrarse con gente peligrosa.

- No voy a averiguar nada. Todo eso es mentira.

- Bueno. Si tú lo dices. Después cuando estés tras las rejas no digas que no te advertí - Comentó encogiéndose de hombros. Se alejó de mi con ese aspecto de "Estúpido".

Me quedé pensando en sus palabras. ¿Será cierto o solo es un invento de él? No estoy segura si dice la verdad. Pero ¿Y si tiene razón? No quiero ir a la cárcel. Tenía que comprobar que todo lo que dijo es mentira. Fui hacia el estacionamiento y pude ver a Matteo y Angelo bajar del ascensor. Aproveche y me subí en la parte trasera del coche. Rogué porque no abrieran el maletero. Llegó sentí como se acercaron, entraron al coche y avanzaron.

Dentro de unos minutos, sentí como se detuvieron. Oí hablar a Matteo sobre la mercancía. Supuse que habían más hombres, ya que todos respondían al unísono. Luego se subieron al coche y se pusieron en marcha a lo que se suponía que era la entrega. Llegaron a su destino y se bajaron del coche. Esperé que pasara un tiempo, para poder salir del coche.

Ya afuera me percaté de que habían muchos autos. Estaba escondida detrás del coche. Habían hombres por varios lugares. Y una camioneta negra. Pude ver a Matteo hablar con un hombre. Mientras que Angelo se encontraba al lado de él. Intenté acercarme más evitando que me vieran algunos de esos hombres desconocidos. En cuanto estuve cerca un hombre se acerco a mi sin que me diera cuenta y pego su arma detrás de mí. Sentí como mi corazón se aceleró.

- ¿Que haces aquí hermosa?- Preguntó un hombre realmente feo.

- ¿Yo? He, nada. Vine con...Matteo. Eso, vine con Matteo- respondí casi temblando por el miedo.

- Parece que nuestro socio nos quiso dar un regalito- Dijo el otro más feo todavía. mi dios que hombres tan feos. ¿Acaso fueron echos por el diablo?.

-Yo, no soy ningún regalo.

El primer hombre que me habló, se acercó a mí de una forma peligrosa. Su arma seguía en su mano. Solo imaginarme ser tocada por los ogros estos, me daba náuseas. Le di una patada en su entrepierna cuando intento tocarme. Al otro le di un puñetazo en su nariz. Saqué mi celular y llamé a la policía no pude decir nada porque otro hombre me arrebató el celular dando un empujón. Caí al suelo y el se tiró encima de mi. Le pegué con una piedra en su cabeza y luego lo tiré hacia un lado. De un momento a otro, empezaron los tiros por todos lados. Me escondí detras de una cajas.

Sentí unos pasos acercarse hacia donde estaba. Era Angelo me miró con el rostro confundido. Pero luego apuntó hacia mi y disparó. Estaba asustada sentí mi cuerpo desvanecerse. ¿Me había desmayado o Angelo me disparó?.

...

Me desperté en un lugar desconocido. Miré hacia mi alrededor, que estaba una señora con una venda en sus manos. Toqué mi cuerpo buscando algún dolor. ¿Angelo no me había disparado? ¿En donde me encontraba?. La mujer me miró con una sonrisa, para luego salir de la habitación. Estaba asustada por todo. Era verdad, ellos eran unos ...

Matteo interrumpió mis pensamientos dando un portazo a la puerta. Sus ojos estaban llenos de furia. Acto seguido Angelo apareció, su mirada con la misma intensidad de su amigo. Un escalofrío recorrió por mi cuerpo.

-¡Dime qué coño hacías allí, Alessandra!- explotó Matteo echando humo. Me sobresalte. Me había quedado sin palabras. Estaba muy asustada.

- ¡Responde, Alessandra! ¿Nos seguiste? ¿Qué demonios hacías ahí? - Pregunto Angelo con la misma intensidad.

- Yo...yo - balbuceé, las palabras no me salían de mi boca. Mis ojos se cristalizaron al ver en la boca del lobo en donde me había metido.

- ¡Deja de llorar y responde! - gritó Matteo - ¡Responde la maldita pregunta!

Las lágrimas comenzaron a recorrer mi rostro.

-¡Alessandra! -espetó Angelo , su voz tan dura como el acero-. ¿Sabes lo que has hecho? ¿Sabes lo que hemos perdido por tu culpa?

- No, no lo sabe. Y nunca lo sabrá. ¡Todo se ha ido a la mierda, Alessandra! ¡Todo!

- Habla, Alessandra -dijo Angelo, esta vez más despacio, pero con una frialdad que me tensaba- ¿Por qué nos seguiste?

- Un hombre... me dijo que los siguiera... que descubriera su lado secreto... - por fin busque las palabras adecuadas para gesticularlas.

- ¿Quién?. ¿Quién fue, Alessandra? - exigió Angelo.

-¡Te pegaré un un tiro en la cabeza si no hablas ya! -gritó Matteo. El miedo se apoderaba cada vez más de mi.

- Déjame solo con ella, Matteo - le pidió Angelo a Matteo. Luego se acercó a mí.

-Ahora, Alessandra. ¿Quién fue?

- Fue... Enzo. El chico que Matteo golpeó en el evento- solté inmediatamente.

Angelo apretó los puños.

- Quédate aquí- me ordenó, para luego salir de la habitación.

Mis nervios solo aumentaban más. No quería estar ni un segundo más aquí. Salí rápido de la habitación, ignorando a la señora. Cuando estuve fuera de esa casa, comencé a correr como una loca. Un carro se acercó y subí rápido en el. Le di la dirección de mi casa, y avanzó. Mis pensamientos solo rondaban en lo que vi. Era verdad lo que dijo Enzo. Seguro estaban traficando droga y otro tipo de negocio ilegal.

En cuanto llegué a mi casa. Abrí la puerta con los nervios de punta. Al entrar vi a mi amiga mirado la tele. Ella me vio y se acercó a mí. Ella notó mi nerviosismo y se preocupó.

- ¿Te paso algo? ¿Que tienes?

- Te cuento luego.

Subí hacia mi habitación. Necesitaba asimilar la situación. Tenía que irme de la empresa. No podía quedarme un minuto más allí. No quería ir a la cárcel por culpa de ellos.

Me recosté en la cama para poder pensar mejor. Estaba agobiaba y asustada por lo que había sucedido. Me quedé dormida enseguida.

...

- Ahora si cuéntame ¿Por qué llegaste así? - Pregunta Alice seria. Antes que todo debía de contarle a ella todo lo sucedido con Angelo y Matteo, exceptuando lo del dinero.

- Antes de eso te diré una cosa.

- Vale. Dime.

- Es que yo...me acosté con mi jefe, Matteo. Entonces después lo hice con Angelo- Alice se quedó con la boca abierta sorprendida por mi confesión.

- ¿En serio? ¿Te follaste a los dos amigos?

- No. Bueno si. En realidad folle con Matteo. Y se la chupe a Angelo.

-¡¡Ahh!! ¡Eso significa que ya no eres virgen! Diosito gracias por escuchar los plegarias - me reí de sus ocurrencias - ¿Como la tenía?. ¿Osea como las tenían?

- He...grande, gruesa y... Basta no tengo que decirte cómo la tenían.

- ¡Eres mi ídola! Ya no eres una santa. Eres peor que yo.

- ¡Cállate!

- Si yo fuera tu también lo haría. Matteo es un tipazo y el Angelo, es otro mangote.

- Ellos son mafiosos - Solté de golpe haciendo que ella se quedara en chock.

- Esto es tan.... Increíble. Mi sueño ha sido ser follada por un mafioso - definitivamente está mujer está loca de remate.

- Como puedes decir eso. Son muy peligrosos. También son unos asesinos.

- ¿Y eso qué?. Los hombres peligrosos son los que te sacan el orgasmo con solo tocarte.

- Yo los seguí y descubrí que eran mafiosos. Ambos se enojaron conmigo- Hablé imaginándome esa escena- Arruine todo. Empezaron los disparos y ya sabes.

- ¡¿Acaso estás loca?! ¿Y si te hubiesen disparado? Me quedaría sola en este patético mundo - El enojo era notable en sus palabras. Ella tenía razón, no tenía que haberme metido en eso.

- Tienes razón. Ellos están súper enojados conmigo.

- Y como no estarlo. Seguro estaban en algún tipo de contrabando, y con tu presencia todo se fue a la mierda.

- ¿Qué hago para compensarlo?

- Follar.

- ¿Qué?

- Si. Tienes que provocarlo sensualmente y ya está. Te lo follas y remedias un poco su enojo.

- Tú solo piensas en follar. Madre mía, mujer tienes que parar. Te haz vuelto adicta al sexo.

- Bueno. Tú haz lo que quieras. Ya te di mi consejo.

Estábamos en su cuarto, así que me acosté a dormir ahí mismo. Ella agarró su celular y empezó a chatear con alguien. Yo me quedé pensando en sus palabras. Quería sentirlo de nuevo. No había podido olvidar a Matteo desde el evento. Sus labios, sus caricias. Todo en el era perfecto. Y Angelo, ese es otro moja bragas. No, no puedo pensar en ellos. Debo alejarme. Saqué los pensamientos de mi mente, hasta que el sueño me invadió.


∞∞

Después de tener la conversación con Matteo y Angelo me quedé atónita. Más bien fue una advertencia No podía creer lo que me habían ordenado. Tenía que ser cómplice de un delito ilegal. No quería ir a la cárcel, pero tampoco que le hicieran daño a mi amiga. Todo sería más fácil si no me hubiera metido en nada de eso. ¿Por qué diablos los seguí? Por qué eres estúpida- dice mi subconsciente. Por primera vez estamos de acuerdo - me respondí mentalmente.

8:00pm

El tiempo había pasado, me encontraba terminando de revisar los informes de un contrato. Aunque mi mente estaba en otra parte, hice todo lo posible para centrarme en el trabajo. Cuando finalmente terminé, arregle todas mis cosas y salí de la empresa. El aire frío de la noche golpeaba mi rostro dándome paz y serenidad. En ese momento vi a Matteo, estaba fumando un cigarrillo. Luego lo lanzó al suelo y lo pisoteo. Tenía que remediar mi error de alguna manera. Cuando se iba a subir a su coche, me acerqué y entré.

- ¿Qué haces? ¿Me quieres volver a seguir? - preguntó, su voz distante y fría.

- No. Solo quiero hablar - respondí tratando de mantenerme firme.

- Yo no tengo nada de que hablar contigo. Fuera de mi auto.

- Pues yo si. Quiero pedirte disc....- intenté hablar pero este me interrumpió.

- ¡No quiero escuchar nada! ¡Vete!

- ¡No quiero!

- ¡Que salgas del auto! O sino te mataré - Sus palabras tensaron mi cuerpo, pero no podía demostrar debilidad, no ahora.

- ¡Pues hazlo!

- ¡No me colmes la paciencia!

- No voy a salir del auto y punto.

Matteo me lanzó una mirada asesina, pero luego se dio por vencido y nos alejamos de la empresa. De pronto comenzó a ir más rápido. Estaba muy oscuro y tenía mucho miedo. No quiero morir ahora Intenté mantener la calma, pero el no ayudaba. Después fue disminuyendo la velocidad gracias a dios . Mi mente recordó las palabras de Alice, según ella "follar" era la forma de remediar mi error. Tenía que parar esto, estaba decidida. No podía soportar esta tensión.

- ¡Para el auto! - grite, llamando su atención.

- ¿Para qué? ¿Te quedarás aquí?.

- Solo hazlo.

Dio un gran suspiro y detuvo el auto. Si mirada se posó en mi.

- ¿Y ahora que? Me hiciste parar el auto por nada. Ya me tienes hasta...- antes de que terminara lo que iba a decir lo besé.

Al ver que mi beso había sido correspondido, pasé a la segunda fase. Me subí encima de él, sintiendo el roce del cuero frío contra mi piel. Tomó mi cintura con fuerza, acercándome más a su cuerpo, y nuestro beso se tornó tan apasionado y agresivo que por un momento me olvidé de que estábamos en medio de la nada, rodeados solo por la oscuridad de la noche.

Con un movimiento brusco, él rasgó la blusa que llevaba puesta, dejando al descubierto mi piel. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero en lugar de asustarme, encendió una chispa de deseo ardiente. Sus labios se lanzaron hacia mí nuevamente, pero esta vez con más dominio y agresividad.

En un impulso, le quité la camisa, dejando su torso expuesto ante mí. La intensidad en su mirada era casi hipnótica; sus ojos reflejaban un frío que me erizaba la piel, como si no le importara nada más que el momento que compartíamos. A pesar de esa frialdad, había una fuerza en su toque que me hacía quererlo más.

La atmósfera se volvió tensa en un instante cuando el sonido del celular rompió la conexión que habíamos creado. Matteo, con sus ojos aún fijos en mí, se apartó un poco, dejando que la realidad interrumpiera nuestro momento. Mi corazón latía con fuerza mientras maldecía al desconocido que interrumpía nuestra intimidad. Yo seguía encima de él mientras el contestaba la llamada. La ira se dibujó en su rostro y sin pensarlo dos veces me empujó con brusquedad. Su reacción me tomo por sorpresa, como si hubiera cruzado una línea que no sabía que existía. Cuando finalmente colgó, su expresión era como una tormenta apunto de estallar. Sin decirme alguna palabra arrancó el coche a toda velocidad. ¿Que estaba pasando? ¿A dónde me llevaría? ¿Quién lo había llamado? Muchas Preguntas invadieron mi cabeza, buscando respuestas, pero me limité a no preguntar. No quería empeorar las cosas, aunque la curiosidad me consumía.

...

Lamento mucho dejar este capítulo así, pero a veces las palabras se quedan cortas. Quiero agradecerles de corazón por su atención y apoyo constante. ¡Ahora va a empezar lo mejor de lo mejor! No se vayan, porque lo fuerte está por venir.

No tengo palabras suficientes para expresar cuánto amo a Matteo; él siempre será el papi manda en mi historia. Ahora, me encantaría saber, ¿vosotros por quiénes votáis? ¿Tim Matteo o Tim Angelo? Estoy ansiosa por conocer sus opiniones.

Los amo, mis maravillosos lectores. ¡Tim Matteo siempre! 💖

🌷stararis_m6。⁠◕⁠‿⁠◕⁠。

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