9. Conflicto
Tras haber entrado al lugar, donde estaba el conflicto, Louis, no se imagino lo que estaba por suceder.
Al entrar, vio a su líder, en muy malas condiciones.
-¿S-Señor? -habló entonces Louis incrédulo. Jamás creyó que llegaría a ver así al gran duque.
-¿Hamilton? ¿Qué demonios haces aquí? Es muy peligroso. -respondió entonces aquel ser.
-Necesitaba asegurarme de que está bien -contesto Louis y rápidamente corrió hacia Damián, para ayudarlo a caminar. -Vámonos de aquí.
El duque, no podía sentirse menos, permitir que un humano le ayudará, para él, era lo peor. Pero que lo hiciera, su asistente lo era el triple.
-¿Qué fue lo que pasó? Si se puede saber -se atrevió a preguntar el muchacho.
-Me emboscaron -respondió el duque-. Me atacaron entre diez los muy malditos.
-¡Qué cobardes! -expuso Louis.
-Como sea, gracias.
¿El señor Damián Blackthorne en verdad estaba agradeciendo? Eso es algo que no se ve todos los días. Pero Louis le regaló su mejor sonrisa, y ante eso, Damián, sintió su corazón pálido latir.
Louis asintió y llegaron a una zona, a solas.
-Debo curar sus heridas -dijo entonces Hamilton.
-¿Ahora vas de niñero? -preguntó con una carcajada Damián. -Adelante.
Y esas palabras terminaron por sorprender a Louis.
El muchacho un segundo después fue por un botiquín y cuando lo encontró, regresó hacia el duque y empezó a curarlo.
-Tus manos son tan cálidas -dijo el duque.
-¿En serio? -respondió él sin darle importancia.
-Si, es como sentirte en tu hogar -añadió el duque.
Louis sonrió y entonces comenzaron a hablar como si no fuesen un asistente y jefe.
Cualquiera que los viera, pensaría que solo son dos personas normales, hablando entre si.
Con nada de secretos de por medio.
-Yo perdí a mi mamá por esos monstruos -confesó Louis. -Ellos... Me quitaron a mi mamá, y a mi felicidad... Por eso odio a todos los vampiros. Y haré lo que sea para destruirlos.
El duque lo miró con seriedad y después respondió:
-¿Hace cuánto paso eso?
-Hace 13 años... Yo tenía cuatro años, cuando esas bestias me arrebataron a mi mamá... Y aún sigo teniendo pesadillas con ellos. Pero... Desde que estoy con usted, señor, me he sentido mejor. Tal vez, no nos llevemos bien, pero me alegra que sea transparente. Porque así, sé que estoy con una persona que jamás me va a fallar.
Tal vez la culpa, no fue de Hamilton, por haber confiado tan deprisa en su verdugo.
Pero si fue culpa de Damián, por ser lo que era. No precisamente por ser un vampiro, sino por su forma de ser. ¿Pues ahora que hará?
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