6. ¿Dónde estas?
Encontrar a los demás, fue una tarea difícil tanto para Louis como para Tomás.
Buscaron en cada rincón de Inglaterra, y solo pudieron encontrar a dos trabajadores.
La pelinegra y el chico de cabello pelirrojo.
-¿¡Ustedes saben qué demonios está pasando!? -les preguntó Louis.
-No sabemos mucho -respondió la pelinegra cruzándose de brazos, cuyo nombre real es Noah-. Solo sabemos que quieren despojar al señor de su poder, o algo así.
-Eso... No puede ser. -murmuro Tomás.
-¿Por qué lo quieren despojar? ¿Qué es lo que buscan con eso? -añadió Louis.
-No lo sabemos -se encogió de hombros Noah. -Tal vez quieren quitarle su poder, y gobernar Inglaterra. O quizás.. están siguiendo ordenes de alguien más. No lo sé, no me preguntes más.
Louis asintió en silencio y pensó, en que es lo que pasará con el duque entonces. Si bien, no le agradaba como era por su personalidad, tampoco lo despreciaba. Alguien tan bueno como Louis, jamás podría desearle el mal a alguien.
-Tenemos que hacer algo. -dijo decidido Louis.
-¡¿Estás loco?! -sentencio Noah-. ¡Son miles, los vampiros, que vienen a por él! ¡Es un plan suicida!
-¿Qué? -Louis se quedó incrédulo-. ¿Dijiste... Vampiros?
-¡Si, idiota! -respondió ella de mala gana. -¡Los vampiros más poderosos vienen a por él!
-Con más razón debemos ayudarlo -agregó Louis.
-¡¿Has perdido la cabeza?! -espeto ella.
-Noah tiene razón, Lou -dijo Tomás-. No podemos arriesgarnos. Es mejor buscar a los demás y seguir con el plan, para que así...
-¡Ni hablar! -lo interrumpió-. Si yo no ayudo a alguien que posiblemente va a morir... Es como apoyar a los criminales...
-¡Pero...! -exclamo Tomás angustiado.
-No me detengas Tomás, si no lo hago ahora y si no ayudo a alguien, entonces moriré como un cobarde. Y estoy harto de hacer todo lo que los demás me dicen -confesó. -No voy a perder. Voy a ganar y a salvar al duque.
-Estás demente -pronunció Noah.
-Demente o no, mi lema no es dejar a nadie atrás.
Tomás sonrió cálidamente y coloco su mano en el hombro de Louis. Por esa y más razones, Tomás se había enamorado de Louis.
Él, lo seguiría hasta el fin de mundo.
***
-Vaya, vaya pero que tenemos aquí -dijo entonces, el rey vampiro más fuerte de todos los clanes hasta el momento. -A nada más, ni nada menos que al duque; Damián Blackthorne. ¿Quién diría que te vería en estado tan deplorable y patético? Por fin, después de tanto tiempo, me puedo vengar de todo lo que más hecho, maldito infeliz. Pero... Aún no es el momento.
Damián abrió los ojos por la luz cegadora y miro con un odio incontenible, hacia su captor.
-William... -pronunció el duque con la voz agotada y cansada. -Maldito hijo de perra...
-Cuida esa puta boca tuya o te la corto -amenazó.
Damián, con su carácter indomable, le escupió en la cara y William, el rey de los vampiros, sujeto del cuello a Damián casi que queriendo romperlo, y luego lo arrastró enfrente de todo un público espectador.
-¿Quién diría que este pobre patético hombre, terminaría estando de rodillas frente a mi? -se burló William, mientras que Damián lo fulminaba con la mirada. -En el pasado este hombre me robó todo lo que más amaba, y ahora puedo hacer lo mismo con él.
Damián apenas y podía mantener el conocimiento, no se ha alimentado desde hace semanas, y aunque si bien no le hace falta como a los demás vampiros, porque es de raza pura, y puede vivir sin sangre por un largo periodo de tiempo, le estaba pasando factura ahora mismo.
-Pobrecito, debes estar sediento.
Damián se alejo del toque de William, su captor, y eso solo logro cabrearlo. Pero no se iba a desquitar, aún no.
-Traiganlos. Es una orden -dijo el rey de los vampiros.
Y al segundo, acataron la orden y trajeron a sus trabajadores.
-Ahora te tocará decidir Damián, si viven o mueren.
-Estás enfermo... Usando a mis trabajadores, para lastimarme, qué lastima me das.
William le lanzo un ataque mental, a Damián, y este cayó al suelo.
-¡Déjalo en paz! -exclamaron los niños que trabajan para el duque.
-Es insólito que hasta tus mascotas te protegan -se burló William. -¡Y patético! -empezó a golpearlo, pero Damián, se levantó con las pocas fuerzas que le quedaban, porque así es como lo habían educado sus padres, que si bien, nunca le dieron amor, le enseñaron a nunca rendirse.
-Estás equivocado, no son mis mascotas -habló él adolorido-. Son mis trabajadores. No te refieras a ellos, así.
-¿Oh si no qué?
-Lo lamentaras -sentencio.
-El único que va a lamentar algo aquí, vas a ser tú -se burló.
Damián, con su poca fuerza, se levantó, y se puso enfrente de sus trabajadores.
Empezó a valorarlos, aunque él antes fuese despiadado, desde que llegó Louis a su vida, empezó a hacer cosas inimaginables para alguien como él.
Todos sus esclavos terminaban en malas condiciones. Pero, aunque Louis no fuese su esclavo, él era su asistente y igual, podía Damián hacer lo que quisiera cuando quisiera con él. Sin embargo, no lo hacía. Y eso quizás era, porque en el fondo le estaba tomando cariño al pequeño.
-Mátame si quieres pero a ellos no me los tocas. -sentencio Damián.
El rey de los vampiros, solo soltó una carcajada y le dijo en su oído:
-Tus deseos son órdenes.
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¡Hola! ¿Cómo están? Deseo que se encuentren bien. 🫂💖
En este capítulo conocemos a nuevos personajes. ¿Qué opinan de ellos?
En multimedia, está William Lexs.
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