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26. Final (Parte dos)

LOUIS

Todo paso tan rápido, que ni siquiera tuve tiempo de reaccionar o hacer algo al respecto.

Damián me había mandado a volar con sus poderes psíquicos, para después mandar a volar a Amelie conmigo.

-¡No! ¡Damián! -grite.

-Cuidense. -nos dió una última sonrisa y con eso dicho se fue a enfrentar a la maldita decena de vampiros que había...

-¡Amelie bajanos!

-¡Eso estoy intentando hacer, idiota!

-¡Qué sea rápido! -exigí.

-¡¿Tú qué demonios te crees que estoy haciendo, idiota?! -repuso-. ¡Pues eso mismo, ahora cállate!

Fruncí los labios, y aunque quise responderle, no podía perder el tiempo peleando con ella. Pues hay algo más importante que hacer.

-¡Bueno, ya está! ¡Damián! -volví a gritar su nombre, al ver cómo varios vampiros lo agarraban de los brazos y otros, lo golpeaban sin parar.

-¡Hijos de puta! -exclamo la condesa.

Seguido de eso, no sé cómo lo hizo Amelie, pero nos bajo del aire. Y entonces...

Yo corrí lo más rápido que pude, hacia Damián, y aunque la gente diga que es enemigo del mundo, ya no lo es para mí. Ya no. Porque yo mismo ví, que es más humano que cualquiera que haya nacido siendo humano. Él me salvó. Sin pedir nada a cambio.

-¡Alejense de él, malditos chupasangres! -grite y sin importarme nada, me abalance contra el primer vampiro que ví. -¡Muérete desgraciado!

Él me miró con desprecio, y después me torció el brazo.

Y ante eso, grite del dolor.

-¡Ahhh! -empece a respirar pesadamente. El dolor que siento, es muy agudo. Pero eso no me va a detener... -¡Damián!

Damián en cuanto me vio, sus ojos rojizos, expresaron varias emociones, entre ellas; dolor, confusión, y pesar. Pero sobre todo, rabia.

-¡¿Quién fue la puta escoria qué se atrevió a HACERLE daño?! -exclamó furioso Damián. Su mirada era sanguinaria.

-Fui yo, maldito imbécil. -respondió el vampiro al cual me había abalanzado. Él, me miró por encima del hombro y me pateo lejos.

-¡¿Fuiste tú maldita escoria?!

-Si, ¿y qué? -añadió el vampiro con chulería. -¿Qué harás, eh? ¿Matarme? En tu estado actual no podrías ni siquiera...

Y entonces, lo silencio con un puñetazo dirigido a su rostro pálido.

El maldito vampiro, se cayó al suelo, mientras yo veía todo tirado en el suelo.

-¡Más les vale quitarse, si no quieren morir! -fue lo último que escuche de Damián, antes de que yo cayera inconsciente.

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