25. Esperanza
DAMIÁN
Incluso en esta situación, escuchar la voz de Louis, era algo precioso. Pese a que probablemente, sea la última vez que la escuché.
-¡Damián! -volví a escucharlo gritar con desesperación.
-¡¿Qué hace ese maldito humano aquí?! -espetaron varios vampiros al ver a Louis.
-¡Manténlo también! -dijeron entonces otros vampiros.
-¡Y a la maldita condesa igual! -farfullaron. ¿Amelie también vino?
No me sorprende.
-Vayanse -hablé yo debilitado-. No quiero que me vean en este estado, quiero seguir siendo el gran duque para ustedes....
-Lo sigues siendo, Dami -respondió Amelie. -Venimos a salvarte.
Una chispa de esperanza se incendio en mi ser.
-¡¿De verdad creen que lo van a salvar?! -espeto Blasking con una carcajada cruel. -¿Ustedes dos? ¡No me hagan reír!
-Callate de una puta vez, Victor -lo amenace.
-¿Y tú quién carajos te crees que eres para callarme? -repuso él. -¡Solo hacen que me ría!
Cerré los ojos, y aunque trate de liberarme, sé de antemano, que no podré hacer mucho. O más bien, nada. Porque, son más de cien vampiros de raza pura, los que yacen aquí. Y los demás, son de rango medio y bajo, pero igual, estoy acabado.
-¡Tienen que irse! -grite yo-. ¡Entiendo que quieran salvarme y se los agradezco...! Pero yo... Ya estoy acabado. Y no quiero que sufran por mi. Tienen que irse...
-¡Damián tienes que vivir! -entonces todas mis dudas se dispersaron con la voz de Louis-. ¡Por favor! Vive...
Sonreí y saque fuerzas.
-Ahora verán al duque en acción.
Mis ojos emitieron fuerza interior y empecé a forcejear para liberarme, a lo cual, lo logré casi de forma inmediata. Y después, de liberarme, todos emitieron un sonido de sorpresa. Probablemente, por mi aspecto demasiado débil y demacrado, fue lo que les sorprendió.
-Sabía que podías -dijo Louis con una sonrisa.
-Te estabas tardando idiota. -refuto Amelie.
-Sí, sí, qué conmovedor pero hasta aquí llegaste -pronunció el maldito de Blasking. -¡Muérete!
Uso sus poderes mentales conmigo, y eso me debilitó.
Pero no me iba a rendir tan fácilmente.
-¡Eso no fue nada! -le dije con una sonrisa burlona.
Mi comentario lo descolocó y saboree el momento.
Blasking me golpeó pero me apresure a coontratacar.
-¡Vámonos! -les dije.
Pero...
Entonces apareció la escoria de Lewis.
-¿En serio creyeron que podrían irse así como así? -nos dijo con burla en su voz-. ¿Qué podrían ganarnos? No son más que unos estúpidos incompetentes.
Y posteriormente, aparecieron todos los vampiros de raza pura enfrente mío.
Fue bonito mientras duró...
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