15. Engaño
TOMÁS
Una semana después de todo lo ocurrido, Lou y yo, habíamos formalizado nuestra relación.
Pero aún así, tengo que decirle algo importante, por lo que será en esta noche. Ya lo decidí.
-No puedo esperar a que llegue la noche -me dijo sobre mis labios, mi amado Lou.
-Ni yo, Lou... -respondí y con una sonrisa de mi parte, bese su nariz. -Soy realmente tan feliz a tu lado... Gracias por llegar a mi vida, pequeño Lou.
Él sonrió ante mi comentario y se puso encima mío, mientras comenzaba a besar todo mi rostro.
-¿Ahora eres un pájaro? -pregunte con una gran sonrisa-. Me estás dando picotazos.
Lou se rio y después negó con la cabeza.
-Bobo. Vamos a levantarnos ya.
Con flojera, me levanté y fui al baño un momento después.
Me quite toda la vestimenta y entre a la regadera.
Mientras yo me bañaba, mi pequeño Lou, se encargaba de otras cosas. Y aunque parezca sorprendente, aun no hemos tenido relaciones sexuales. Solo hemos llegado a besos húmedos en el cuello, pero hasta ahí...
***
Posteriormente salí del baño, con una toalla enrollada a la parte baja de mi cuerpo, y cuando Lou me vió se sonrojo.
-V-Voy al baño -dijo rápidamente.
-Te espero.
Y entonces se encerró mientras yo me alistaba.
Pues hoy tenemos una cita y un trabajo pendiente.
.
.
.
Cuando dieron las doce del mediodía, Louis ya había salido.
Y ya estábamos listos.
-Te ves tan lindo -le dije.
-Tú me haces la competencia.
Sonreímos y nos besamos.
Ojalá está felicidad siga así por siempre.
Posteriormente, entrelazamos nuestras manos, y mi celular vibró. Era una llamada.
-Espera, me llaman. -le dije y me aleje.
Camine hasta llegar a un lugar retirado del parque de cerezos, y allí hablé.
-¿Qué paso?
-¿Dónde estas? -me dijo mi líder, Blasking.
-Estoy fuera de casa -le respondí-. Y no puedo hablar, así que...
-Vienes ahora mismo. -me interrumpió con su voz imponente.
-No puedo.
-¿Dices que no puedes? -se río-. Entonces te gustará, cuando le diga a ese estúpido humano, la verdad.
-¡No te lo perdonare si te atreves a...!
-Entonces ven ya mismo, y que sea en este maldito instante. O él sufrirá las consecuencias.
Maldición...
Miré a Louis, y él estaba mirando los cerezos con adoración.
-Lou... Me gustó mucho nuestra cita -le dije cuando me acerque a él-. Pero lo siento, tengo que irme.
-Oh... Está bien... No te preocupes -me respondió. -¿Nos vemos en la noche?
-Sí. Hasta luego, mi amado.
Y entonces lo bese cortamente en los labios y después me fui.
***
Llegué al lugar acordado con mi lamentable líder, Blasking. Y él al verme, nomás se burló de mi.
-Ya estoy aquí. ¿Qué es lo que quieres?
-Calma fiera -más risas. Ya me estoy empezando a hartar-. Te llamé, para que sigas informándome sobre el inepto de Damián.
-Te daré la información, pero después me dejaras irme.
-¿Desde cuándo das tú las órdenes aquí? Maldito imbécil.
-¡Tengo todo el derecho! Siempre trabajo bien y...
Y entonces, me lanzó un ataque mental, que me hizo tirarme al suelo del dolor.
-Siempre ten presente a quien le hablas, maldito incompetente.
-Si, señor... -dije rendido y adolorido.
-Bueno, ya dime todo lo que sepas.
Posteriormente le dije todo lo que sabía de Damián, y justo cuando ya pensaba en irme, me habló:
-¿Y por cuánto tiempo más piensas seguir engañando a tu noviecito, eh?
Apreté los puños y desvíe la mirada al suelo.
-¿Hasta cuándo más le vas a ocultar que eres un vampiro?
-¡No es algo que yo quiera! -confesé. -No lo hago por gusto... Yo...
Y entonces escuchamos un ruido proveniente de la puerta, y cuando voltee me encontré a Louis escuchando todo.
-¿L-Lou...?
-Hasta que llegaste. -dijo Blasking.
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