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° ¿Nuevo integrante? °

Shadow

—¡¿Tienes casa?! —el grito de ese par de tontos, casi perfora mis tímpanos.

Por supuesto que tenía hogar, había alquilado una pequeña pieza días después de mi llegada a esa isla.

—¿Por qué les sorprende? —no pude evitar rodar mis ojos.

¿Qué se piensan? Que soy un animal que vive debajo de puentes o qué.

—Era algo que no nos esperábamos—. Comenta la eriza riéndose. —Espero sea un lugar seguro. —Esto último lo dice dándome una mirada significativa.

Lo había captado de inmediato.

—Eggman no sabe que vivo ahí.

No quería al maldito Doctor metiendo sus narices en mis cosas. Ni a él, ni a nadie.

—Excelente. No queremos que se de cuenta que Metal está con nosotros. —Comenta el mapache.

Al observar a Metal Sonic, se percibía el odio saliendo por oleadas de su cuerpo. Esperaba informarme más a fondo de los sucedido entre ambos.

—¿Te encuentras bien? —tal parece que no fuí el único en darme cuenta.

La eriza toma su mano y lo observa con expresión de preocupación.

—Sí. No debes preocuparte. Ambos —dice señalando a la eriza junto al mapache —deberían irse al pueblo a descansar.

—Metal tiene razón, debemos irnos Amy.

Ella observa a Tails y ambos asienten.

—Tienes razón, además estoy muy agotada.

—Es hora de que nuestros caminos se separen. —Pronuncio observando al par rosa y amarillo. —Ambos deben encargarse que en el pueblo reciban de buena manera a la hojalata.

—¡Oye! —exclamaron al unísono Metal y Amy.

—Tienes razón. Además, hay que hablar con los chicos, y Sticks. —Dice meditabundo Tails.

—Esa será su tarea. Mientras tanto, me encargaré que el Doctor no descubra a Metal Sonic.

—No necesito ninguna niñera —dice Metal observándome fijamente. —Puedo encargarme de mi mismo por mí cuenta.

—¿Quién dijo que te haría de niñera? —pregunté fulminándolo con la mirada. —Créeme, Metal, no me interesa lo que te pase en absoluto.

Esto no era más que por interés propio. Me interesaba saber que planeaba hacer el idiota una vez tuviera cara a cara con el Doctor.

¿Cuál sería su vendetta?

Definitivamente, los próximos meses serán muy interesantes con este conflicto en desarrollo.

—Vamos chicos, no peleen.

Intervino, como no, la eriza.

—Metal, irte con Shadow es la mejor opción que tenemos por ahora —dijo observándonos— cuando hablemos con el equipo, y expliquemos la situación, te vendrás con nosotros.

—Exactamente. Es más, haré un espacio en mi taller solo para ti.

Ambos le sonreían en plan conciliadores.

Rodando los ojos, les doy la espalda, alejándome de ellos.

—Es tu última oportunidad, Metal.

—Por favor, te prometo que después estaremos juntos. —Se podía percibir la sonrisa en sus palabras.

La eriza realmente se preocupaba por él.

—Esta bien —dice el robot resignado —me iré con Shadow.

—¡Siiii!

—Pues apresurate que no tengo todo el día.

—Pero si ya es de noche, Shadow —exclama la bola rosa burlándose.

Que eriza tan exasperante.

Luego de las respectivas despedidas, Metal Sonic se acerca a dónde estoy apoyado.

—Ambos sabemos que no haces esto porque quieras ayudar realmente.

—Es bueno saber que no eres tan tonto como aparentas.

En menos de un suspiro, tenía al robot estrujando mi cuello con fuerza.

—¿Qué mier

—Óyeme muy bien, Shadow. —Dijo acercándose a tan solo unos centímetros de mi rostro. —No eres quien para humillarme. No me interesa qué seas, ni las capacidades que poseas. Lucharé contra ti de ser necesario, para que aprendas a respetarme de una vez por todas.

Después de escupir esa palabrería, me suelta poniéndose en guardia.

Maldita sea, eso me pasa por confiarme y bajar mis defensas.

—Maldito —susurro escupiendo al suelo — tienes suerte que estoy de ánimos.

Esa maldita hojalata me las pagará un día de estos.

—¿Nos vamos? —pregunta con sequedad.

Espero no arrepentirme luego de toda esta mierda.

Amy Rose

Chaos, sentía que mi cuerpo iba a desfallecer en cualquier momento. La caminata desde la cueva a mí hogar se me hizo increíblemente larga, atribuía eso al cansancio físico y mental que tenía. No pude evitar pasar todo el camino pensando en ese par de cabezones.

Espero no se hubieran peleado o algo peor. De ellos me imagino cualquier cosa.

—Ojalá todo esté bien —suspire.

—Nada malo va suceder. —Resopló Tails como por quinta vez.

La verdad, lo estuve molestando con eso en todo el trayecto. El pobre debe estar más cansado, y yo aquí molestándolo.

—Lo siento. No puedo evitar preocuparme.

—Tranquila, te conozco —sonríe— Y... ¡Ya llegamos!

Nos detuvimos justamente en el camino que conducía a mi dulce hogar. Algunas luciérnagas, parpadeaban cerca de mis flores. El pequeño lago, se mecía con el viento.

Esta noche prometía ser fría y acogedora.

—Al fin en casa —dije bostezando— Tengo muchísimo sueño.

—Yo también. —Dijo Tails bostezando de regreso.

A él aún le faltaba para llegar a su taller. No quería que estuviera vagando por ahí, así que decidí invitarlo a mi casa.

—Ven, vamos a entrar —. Dije yendo hacía la puerta. Él me observó extrañado.

—¿Eh?

—Te quedas hoy conmigo. No quiero que estés solo tan tarde por ahí.

—¡Oye, que puedo defenderme! —protestó.

—No me importa. Te quedas. Punto.

Esto lo dije dando mi mirada más amenazante.

Que se atreva a llevarme la contraria...

—Si tanto insistes...

(...)

—Aquí tienes una toalla para que te des un baño. —Dije extendiendo una en su dirección. —El agua está calentita.

—Oh, te lo agradezco.

Él me estaba esperando sentado en el sofá. Está noche se quedaría ahí durmiendo. Le había conseguido un par de almohadas y una sabana con un gran tigre como protagonista.

—Me iré a bañar —dice colgándose la toalla al cuello —. No tardo mucho.

Sonriéndole, levanto el pulgar. Mientras él se baña, aprovecharé para hacer un par de sandwiches para no dormir con el estómago vacío.

Yendo a la cocina, tomo unas rebanadas de pan y las meto al tostador. Mientras eso se hace, busco el frasco de mermelada y un cuchillo para untar.

—Con esto bastará. —Finalicé enroscando la tapa en el frasco de mermelada.

Tomando un par de vasos, los lleno con jugo de mango que me había quedado del almuerzo de ayer.

—Huele a pan tostado —su voz me sobresalta un poco.

—Hice un par de sandwiches para comer.

—Genial.

Acercándose, me ayuda a llevar la comida a la mesita de café en el sofá.

—Ese baño me ha traído de vuelta—. Dice riéndose.

—Te entiendo. Ahora me siento más relajada.

El agua caliente es medicina para el cuerpo súper agotado.

—Bueno —empieza dándole un bocado al sandwich — ¿Qué planes tienes?

—¿Qué piensas que debemos hacer? —pregunto de vuelta.

El próximo paso me tenía algo nerviosa. Hablar con los chicos será un poco difícil, pero con su ayuda, la aceptación de Metal por parte de los lugareños resultará más sencilla.

Sonic, aunque a regañadientes, nos apoyaba. Tan solo faltaba convencer a Sticks y Knuckles.

—Debemos hablar con Sticks y Knuckles —dije respondiendo mí propia pregunta—. La cosa es, que necesitamos a Sonic. Debe estar ahí, para convencerles de que Metal es de los buenos ahora.

Con él todo sería pan comido... O eso pensaba.

—Además —proseguí— sé que se oyerá algo precipitado, pero podríamos integrar a Metal a la reunión.

—¿Qué él este presente? —dijo meditabundo.

—¡Si! Así los chicos verán que hablamos en serio, que Metal Sonic ha cambiado para bien.

—Es algo riesgoso... Pero siento que puede funcionar.

Por Chaos, ojalá que funcione.

—Haremos lo siguente: Tú buscarás a Sticks y la llevarás a mi taller a eso de las 02:00 PM. Yo me encargaré de convocar a Sonic y Knuckles a esa misma hora. Nos sentaremos y le platicaremos sobre lo ocurrido —todo iba bien hasta ahí, pero debía protestar—. Tranquila, no contaremos lo que sucedió en la cabaña, eso quedará entre nosotros y Sonic —eso me aliviaba. —Una vez contado todo, les presentaremos al nuevo Metal Sonic y planearemos como obtener su aceptación en el pueblo.

Chaos, se escuchaba tan fácil. Ojalá que así fuera.

—¡Me parece perfecto ese plan!

No podía evitar emocionarme. Al fin podríamos darle la vida que se merece a Metal Sonic.

Platicamos un poco más, hasta que el sueño nos venció a ambos.

—Buenas noches, Tails —me despedí bostezando. —Descansa. Ten dulces sueños.

—Igualmente, Amy. Hasta mañana. Descansa mucho y sueña con los angelitos. —Se despidió con los ojos entrecerrados.

El pobre estaba a nada de dormirse.

Entrando a mi cuarto, veo mi cama y me dejó caer en ella. ¡Chaos, que sábanas más suaves y almohadas esponjosas!

Fue tocar mi cama y caí rendida. Mi último pensamiento iba dirigido a Metal. De corazón, deseaba que mañana todo saliera bien.

Tails

—Entonces, todo salió bien.

Sonic meditaba frente a mí sobre lo que le había comentado. Hace rato lo llamé para que viniera al taller y ponerlo al corriente, eso sí, obviando la ayuda que nos proporcionó Shadow. Aún no era momento de decirle que el erizo vetado también se encontraba involucrado.

Paso a paso.

—Sí, te lo digo. Metal Sonic ya no será un problema.

—¿Quién me asegura eso? —era entendible las dudas que tenía.

—Metal Sonic no volverá a trabajar con Eggman. No después de lo ocurrido —negué—. Además, retire de su base de datos cualquier archivo y/o programa que hiciera que Metal nos viera como sus enemigos.

—Entonces Metal no volverá atacar al Team Sonic.

—En lo absoluto. Podría atacar si se sintiera amenazado, pero eso ya es en defensa propia, no será porque nos vea como sus rivales o algo parecido.

Metal Sonic ahora tenía libre albedrío. Puede hacer lo que sea, en base a lo que piensa, siente, y observa de su alrededor.

Era como cualquier Mobiano.

—Mmm, ¡me convenciste! Te ayudaré con esa reunión —dijo guiñando un ojo—. Me da curiosidad este nuevo Metal Sonic. Será interesante integrarlo al equipo. Eso sí, estaremos alerta por cualquier eventualidad.

Solo faltaba que llegara Amy junto con Sticks. Knuckles ya venía en camino.

Amy Rose

Toc, toc.

Me encontraba en la entrada de la casa de Sticks. Era la tercera vez que llamaba, y ella aún no me abría la puerta.

—¡Sticks!

—¡¡Ahhh, los aliens invaden mi hogar!!

Cayendo del cielo, la tejón me incapacita en el suelo.

Todo sucedió tan rápido, que ni me dió tiempo a reaccionar.

—¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Acaso estás loca?!

Demonios, eso me había dolido.

—¡Eres tú, Amy! Pensaba que eras una doble malvada que quería comer mi cerebro —parloteó mientras ayudaba a levantarme.

¡Esta tejón está loca!

—Estas loca, Sticks —. Grité mientras sobaba mi cola.

—Lo lamento, eriza. No te volveré a confundir con un alien.

—¡Más te vale!

—Y, ¿a qué se debe tu visita inesperada? —cuestionó.

Rápidamente le comenté que tendríamos una reunión en el taller de Tails para dar un gran anuncio de suma importancia.

—¿Qué es el gran anuncio? —pregunta curiosa.

—En unos minutos lo sabrás —respondí algo entusiasmada.

Sticks siendo Sticks, empezó a especular sobre lo que podría ser.

—¿Será que por fin descubrieron que todos en el pueblo son agentes encubiertos? —negué— O, qué el calentamiento global es un invento del gobierno para asustarnos —ay, esa Sticks—. ¡Ya sé, uniremos fuerzas con nuestros enemigos para vencer a los delfines y evitar que invadan nuestro mundo!

Gritando, corre como loca hacía el taller de Tails. No pude evitar reírme de sus disparates.

Aunque en la última tuvo algo de razón. Uno de nuestros enemigos, ahora se convertirá en un gran aliado.

De tan solo pensarlo, me embarga una extraña felicidad.

Tails

—Caballeros, señoritas. Los he convocado ya que quería darles un importante anuncio a todos ustedes.

Hace rato que las chicas habían llegado, ahora nos encontrábamos sentados en mi pequeño mueble observando a Sonic mientras daba su discurso.

—Quería anunciarles que el día de hoy un nuevo integrante se suma al equipo —dijo observando a cada uno de nosotros—. Grande va ser su sorpresa cuando vean quién es, ya que es alguien que conocemos desde hace muchísimo tiempo.

Expectativa inundaba el ambiente. Amy y yo nos observamos algo nerviosos, pronto él haría su entrada triunfal.

—¿Quién puede ser? —cuestionó Knuckles rascando su cabeza.

—Pronto lo verás mi estimado equidna.

Es decir eso y el transmisor de Amy parpadea.

Metal Sonic estaba aquí.

—Creo que debes abrir la puerta. —Dijo Amy mirando significativamente a Sonic.

Carraspeando, se acerca a la perilla.

—Team, les presento al nuevo integrante —anunció abriendo por completo la puerta —. ¡Tachán!

—¡¡¡Metal Sonic!!!

Gritaron al unísono Knuckles y Sticks lanzándose a atacarlo.

—¡Chicos, no! —Gritó Amy corriendo a detenerlos pero era muy tarde.

Knuckles había alzado su gran puño.

(...)

¡Holi!, ¿Cómo están?

He vuelto con un nuevo capítulo. Les agradezco por el gran recibimiento que tuvo el anterior, me hace feliz que les guste mí obra. ❤️

Espero este capítulo también sea de su agrado, sí así lo es, no olviden darle a la ★ también estaré atenta a sus comentarios, quiero saber que les va pareciendo.

Sin más que agregar, servidora se despide. Nos vemos en otra ocasión. ❤️

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