° La Cabaña °
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Pov Normal
Amy caminaba por el bosque, llevaba una canasta donde traía algunas bayas que utilizaría para preparar una tarta para todos sus amigos, tarareaba una canción muy feliz ya que las bayas que ella traía eran muy difíciles de conseguir y tuvo que pasar por muchos obstáculos para obtenerlas. Paseaba tranquilamente por el sendero que la llevaría al pueblo donde vivía, pero de la nada empezó a sentir que alguien la observaba; ya saben esa sensación donde te da un escalofrió y se te erizan los vellos de la nuca. Amy de inmediato se puso en alerta mirando hacia todo lados agudizando el oído por si escuchaba algo acercarse, pronto escucho el sonido de las hojas secas al ser pisadas y volteo hacia la izquierda pero solamente era un conejo que pasaba por allí.
- Oh amiguito me asustaste - Dijo la eriza soltando un suspiro de alivio, entonces el conejo se acercó lentamente a Amy moviendo tiernamente su naricita - Aww que lindo, oye quieres una baya - Al decir esto Amy se arrodillo en el suelo sacando algunas bayas de la canasta y extendió su mano hacia el conejo que empezó a olfatear las bayas, la labor del pequeño animal paro bruscamente cuando empezó a escuchar algo ya que se levantaron sus orejas y las movía de un lado a otro.
Amy de nuevo tuvo la misma sensación de que alguien la estaba vigilando pero esta se intensifico aún más, entonces a lo lejos se escuchó un sonido de algo siendo arrojado al suelo con mucha potencia, además el sonido era metálico lo que asusto al conejo que salió huyendo perdiéndose entre los arbustos dejando a la eriza completamente sola en aquel lugar. Amy trago saliva pesadamente se estaba empezando a asustar así que recogió la canasta decidida a salir de ese bosque.
- Ojala no hubiera venido sola - Se lamentaba la eriza, ya que antes de salir Sonic le propuso acompañarla, pero esta le rechazo diciendo que lo quería hacer sola.
Reanudando su marcha Amy volvió a caminar por el sendero solo dio unos cuantos pasos cuando por su visión periférica vio pasar una sombra a lo que rápidamente volteo a ese lugar y se encontró con que no había nada, "Me estaré imaginando cosas" pensó la eriza. Al ver que no había nada siguió caminado, esta vez lentamente y estando al tanto por si captaba algo, después de algunos pasos vio el mismo conejo que había visto antes.
- Tu de nuevo - Le dijo la eriza.
El conejo no hizo más que observarla, Amy vio que el animal parecía asustado igual que ella; pronto la eriza sintió una gota impactar contra su nariz y al levantar la cabeza vio grandes nubes grises lo que significaba que estaba empezando a llover así que viendo que el conejito estaba solo y como no quería que se mojara se acercó lentamente al animal que empezó a retroceder.
- Tranquilo amiguito, no te haré daño - El conejo al ver que Amy no suponía un peligro se acercó, esta feliz lo cargo y haciendo un espacio en su canasta metió al conejo allí y con una pequeña manta que traía para cubrir las bayas cubrió al pequeño animal - Te llevare a mi casa te va a gustar y tendré muchas zanahorias para ti.
La eriza al ver que el conejito estaba cómodo empezó a caminar rápido ya que no se quería mojar procurando siempre que el conejito no se saliera de la canasta, pero a medida que avanzaba lo empezó a hacer la lluvia que se empezó a intensificar, así que la eriza agarrando fuertemente la canasta empezó a correr por el bosque saltando por los charcos que se formaban y procurando no resbalarse con las hojas y caer, a lo lejos la eriza empezó a divisar de entre los arboles una especie de construcción pero no lo sabía a ciencia cierta ya que el velo de la lluvia no la dejaba ver bien.
- Oh caos, espero y sea la casa de alguien.
A medida que se iba acercando la misma sensación que tuvo anteriormente estaba surgiendo de nuevo, pero está ignorándola diciéndose a si misma que eran paranoias suyas siguió adelante y al hacerlo diviso una Cabaña que estaba en mal estado; ella al verla sintió una energía extraña emanando de ese lugar. Por fuera la cabaña daba la impresión de estar abandonada era una construcción que se veía que en algún momento se iba a derrumbar, la madera se estaba pudriendo y en algunos lugares se le vio reemplazada por láminas de zinc intentando tapar claramente el hueco que había dejado la madera al pudrirse y caerse, en el techo también se veían algunas laminas y la lluvia al caer sobre esta creaba un sonido que para Amy le pareció un poco relajante.
- Bueno no es una casa, pero servirá de todos modos - Se dijo Amy que empezó a subir los escalones del porche que se hundían con cada paso que daba - Espero, deje de llover pronto.
Amy al subir los escalones se detuvo ante la puerta y antes de tocar verifico si el conejo estaba bien, al levantar la manta vio que el animalito seguía en donde lo había dejado comiéndose unas cuantas bayas, tapándolo nuevamente con la manta ella decidió tocar la puerta para ver si alguien vivía allí .
- Hola - La eriza empezó a tocar - Por casualidad, ¿alguien vive aquí?
Amy seguía tocando y con el impacto de su puño vio como algunos trozos de madera podridos caían al suelo.
- ¡Ups! Espero que nadie se moleste - Murmuro por lo bajo - ¡Hola!
La eriza al ver que no recibía respuesta alguna intento girar el pomo de la puerta para entrar pero este estaba atascado y no giraba.
- ¡Demonios! - Amy dejando la canasta con cuidado en el suelo, agarro el pomo con sus dos manos y lo empezó a girar - ¡Vamos! ¡Ábrete!
La eriza empezó a sudar por la fuerza que empleaba para hacer girar el pomo o eso creía ella ya que al levantar la vista gotas de lluvia caían desde el techo por pequeñas grietas que habían allí, mojando su rostro.
- Genial - Murmuró sarcástica.
Intento nuevamente girar el pomo, pero empleo tanta fuerza que este se salió de la puerta.
- Esto. Es. Simplemente. Increíble - Amy grito fuertemente tirando con rabia el pomo de la puerta al suelo - No puede ser, yo solamente quería resguardarme de la lluvia, es acaso eso tanto pedir ¡ah! Estúpida lluvia, estúpida cabaña y estúpida puerta - Al terminar saco su martillo y golpeo fuertemente la puerta, pero esta por increíble que parezca no salió disparada de su lugar como lo había planeado.
Amy grito nuevamente de la rabia seguiría golpeando la puerta hasta que esta cediera, pero al bajar la vista vio que la manta de la canasta se estaba moviendo así que se acercó y al levantarla diviso al conejo que trataba de hacerse bolita en una esquina al ver su pequeño rostro ella vio que estaba asustado por todos los gritos que ella había dado.
- Oh, amiguito - Ella con su mano toco las orejas del animal y empezó a frotárselas - Tranquilo, no te voy hacer daño.
El conejito poco a poco volvió acercarse a Amy y al tenerlo completamente cerca lo cargo.
- Lo siento si te asuste - Dijo la eriza - Perdí la cabeza por un momento.
Ella que estaba arrepentida por asustar al conejo y resignada a que la puerta no se abriera volvió a meter al pequeñín en la canasta no sin antes acariciarlo un poco lo cubrió con su manta y se preparó para correr y mojarse camino a su casa. Amy empezó a bajar los escalones con cuidado para no resbalarse y romperse la crisma, cuando oye un chirrido tan agudo que se quedó paralizada en el lugar y al voltear lentamente vio como la puerta de la cabaña se abría lentamente.
- Q-que.
La eriza no lo podía creer, y estaba empezando a asustarse de verdad.
- ¿H-ho-hola? – Pregunto claramente asustada.
Pero al ver que nadie le contestaba supuso que la puerta se abrió por el viento, pero ella sabía que eso era mentira ya que si no pudo abrirse con el golpe de su martillo no podría haberlo hecho con el viento.
- Lo bueno es que ya no nos vamos a mojar - Dijo riéndose nerviosamente - Vamos Amy tu puedes - Se dijo a sí misma y empezó a subir lentamente los escalones deteniéndose frente a la puerta abierta.
Ella volteo hacia atrás esperando que por arte de magia la lluvia haya acabado pero al hacerlo vio que seguía lloviendo y esta vez más fuerte, así que dirigió su mirada al interior de la cabaña donde todo se veía como boca de lobo, se dijo unas cuantas palabras de ánimo a sí misma, agarro fuertemente la canasta, respiro hondo y se adentró lentamente a la cabaña.
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