La mejor rescatista
Outfit de hoy:
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Ese día empezaba con total normalidad, o al menos así parecía, levantarse, ir a la U.A y hacer algo papeleo antes de ir a dar clases, desde hacía un tiempo que no se estaba quedando en los dormitorios, la verdad solo lo hacía cuando parecía ser necesario, además de que tener un lugar para si mismo siempre le había parecido una buena idea al momento de buscar privacidad, aunque tan para si mismo no era porque Mic casi siempre se colaba, o tenía que cuidar de Eri por una u otra razón ya que la pequeña se la pasaba con él, Mirio o en su defecto Izuku, claro también había enfermeras que cumplían con esa labor, pero la niña prefería pasar el tiempo con ellos.
En sus planes estaba el quedarse dormido el resto del día después de dar clases, un examen y entrenamiento de resistencia, pero claramente sus planes se vieron frustrados durante el entrenamiento, les habían asignado un compañero de forma aleatoria, por lo que simplemente se sentó a observarlos, debía estar atento y dormirse no era una opción cuando Bakugo y Midoriya estaban acelerados.
Se tomó un momento para mirar su teléfono, no se atrevía a escribirle algo realmente importante a (t/n) desde su cita, ni siquiera él podía procesar sus propias acciones, después de todo, sus actos habían sido completamente espontáneos. Aunque por otra parte, sí recibió un par de preguntas respecto a lo sucedido, se desentendió con todos menos el director, sus amigos y claro que con Vlad, el cuál le había expresado con total sorpresa el como se había quedado al ver a su compañero y su "estricta", al menos en aquel entonces, ex... ¿Semi novia? Era complicado de explicar, pero también era un hecho de que el profesor principal de la clase B, estaba evidentemente celoso, Aizawa la había hecho sonreír y sonrojarse en unos días más de lo que él había podido en meses ¡Incluso se habían besado! Eso había sido un golpe bajo en su orgullo, después de todo, lo más cercano a un beso que se habían dado eran los típicos piquitos en la mejilla o la frente, que mayormente habían sido de parte de (t/n) cuando Sekijiro se lo pedía.
Por otra parte, lejos de la U.A, la mencionada se encontraba en su vehículo atendiendo algunos asuntos pendientes, desde visitas a domicilio hasta la búsqueda de un par de insumos que hacían falta, aunque no parecía ser gran cosa y estaba estaba segura de que terminaría pronto, sus consultas en casa se extendieron un poco más, y terminó saliendo apurada, más que nada por la falta de tiempo, había estado fuera por el envío de su proyecto para el congreso veterinario de Japón, si conseguía esa aprobación, tendría la oportunidad de presentarla frente a veterinarios de todo el país, incluso del extranjero, lo que la ayudaría con los cambios que tanto anhelaba para su clínica, una instalación más grande y mejor equipada, además de que podrían permitirse ayudar a estudiantes universitarios con sus pasantías, que aunque al inicio sería complicado, una vez agarrasen el truco, ella podría relajarse un poco.
Aunque sus pensamientos se vieron frustrados al ver cómo un hombre de cabello rubio se sujetaba la cabeza y corría dentro de un callejón. Algo preocupada aparcó el vehículo y se aproximó a la ubicación del desconocido, viendo como hablaba solo y se retorcía en el suelo, sacó una máscara de su bolsillo y antes de poder ponérsela esta se rompió, haciéndolo entrar en desesperación, algo temerosa se acercó con cuidado, preguntándole si necesitaba ayuda, pero él parecía muy en su mundo, claro que al percatarse de su presencia se tiró al suelo sujetándole la bata con una mano y su cara con la otra, pidiendo ayuda para justo después amenazarla con que se largara. Sin más opciones, la veterinaria recurrió a la mejor idea que se le ocurrió en ese momento.
Le sujetó la cabeza firmemente, dándole un par de manotazos al hacerlo, y enrojeciendo su piel- Señor, no sé quién sea, pero no se preocupe, lo ayudaré en lo que pueda.
Pasmado, Bubaigawara miró a la mujer frente a él, la forma de sus ojos, su sonrisa gentil y el como el sol cubría su espalda dándole un toque celestial a su imagen ensombrecida, ella era un ángel- Jin... Me llamo Jin.
- Muy bien Jin-san, venga conmigo ¿Quiere que lo suelte?
- ¡No! -Ante su exclamación la mujer se sobresaltó- Si me suelta... ¡Lo pagarás caro! Solo... Necesito arreglar mi máscara.
Su expresión no la extrañó mucho, ya había visto estos casos, parecía ser un trastorno de personalidad- Tengo una idea para ayudarle un poco.
Lo guió hasta su vehículo, permitiéndole sentarse en la parte trasera, rápidamente tomó uno de los rollos de gasa que había comprado hace poco, envolviendo su cabeza con cuidado, viendo como poco a poco se iba relajando, hasta que quedó completamente cubierto, únicamente con la parte baja de su nariz destapada, siendo una buena solución temporal, puesto que se le notó más calmado una vez que su cabeza terminó cubierta por el material, mientras que la mujer (c/o) se tomaba un tiempo para buscar entre sus pertenencias un pequeño kit de costura, y revisar qué tanto trabajo necesitaría el accesorio, y aunque sería más fácil conseguir una nueva, unas cuantas puntadas la harían resistir hasta adquirir otra.
- Hum, se ve un poco mal pero puedo coserla -Se sentó a su lado con cierta distancia, poniéndose manos a la obra.
- ... No tiene porqué ayudarme, pero lo hace de todos modos.
- No tengo razones para querer hacerlo, simplemente fué una de las decisiones diarias que tomé.
- ¡Es una locura, es exagerado! No lo creo -Habló gesticulando con su característico de tono.
- Son cosas que pasan, todos los días tomamos decisiones, algunas veces creemos no tener elección, pero siempre las tenemos, porque es muy diferente decir "tengo que hacerlo" a "podría no hacerlo, pero lo haré porque así quiero", lo mismo aplica con el no puedo, no es lo mismo decir "no puedo hacerlo" a "puedo hacerlo, pero no lo haré porque no es recomendable o conveniente para mí".
- Me gusta esa forma de pensar ¡No le busques vueltas al asunto! -Inevitablemente la mujer rió, captando la atención del villano.
- He de decir Jin-san, que es todo un personaje -No se llegó a notar gracias a las gasas en su cara, pero el rubio estaba ligeramente sonrojado, tenía una risa tan bonita.
Entre una y otra conversación, la veterinaria terminó su trabajo con la máscara, dándole las puntadas finales para echarle un vistazo a la tela, estaba bien cosida, agradecida con una de las muchas exigencias que le tenían en su niñez y adolescencia, sin mencionar que ya había cosido animales antes. Le entregó el objeto a su dueño, no sin antes quitarle las gasas y tirarlas en una bolsa, ya luego las echaría a la basura.
- Gracias por su ayuda... -Murmuró el rubio una vez se puso dicho accesorio- Fué agradable hablarle.
- No hay problema, espero que su máscara no vuelva a romperse -Se levantaron al mismo tiempo, permitiéndole cerrar las puertas del vehículo- Cuídese.
- ¡Espere! -Antes de volver a subirse, se detuvo, volteando a verlo- ¿Cree que pueda verla otra vez?
Miro hacia el cielo un poco pensativa, antes de chasquear los dedos- Si un día quiere verme, vaya a este sitio -Le entregó su tarjeta de presentación, no había segundas intenciones- O puede ir al Río Donkō, el del puente de piedra, no siempre es bueno dar este tipo de información pero... Me gusta ir ahí los domingos por la tarde.
- Entonces la veré el domingo por la tarde ¡No te creas que iré! O tal vez sí -Se puso una mano en el mentón, posando con excentricidad.
Una ligera risa se le escapó, captando su atención- Bueno, yo estaré ahí si deseas ir, adiós Jin-san -Hizo un gesto de despedida, antes de subirse a su ban negra he irse.
El enmascarado se quedó por unos minutos observando el camino por el que se había ido, no era de los que precisaban obsesionarse rápido con alguien, sino que... Esa mujer tenía algo, era ciertamente alguien que le había resultado interesante, además de atractiva, se sentía innegablemente atraído por ella, quizás no era nada realmente serio y solo era por la adrenalina del momento, pero después de haber conocido a Toga, realmente alguien le transmitía paz, aunque esta se sentía como una paz diferente. Con su compañera rubia era la sensación de estar en un hogar, un lugar cómodo en el cual podía sentirse tranquilo ya que nada le pasaría ni a su máscara ni con su Kosei.
Pero ella, ella era como sentirse en aquel hogar abrazado a la comodidad, mientras su corazón latía acelerado con un aroma dulce en el ambiente, mientras su música favorita inundaba el ambiente con suavidad.
En otras palabras, era un sueño.
Se dió media vuelta, entrando a un callejón diferente iría al bar a verse con Toga, si se lo contaba, seguramente ella lo ayudaría, después de todo entre mujeres se entienden ¿No? Podría darle consejos he incluso intentar ser su amiga, a Toga le encantaba la idea de hacer amigos nuevos.
Mientras que a medida que se alejaba, la (c/p) se preguntaba si realmente había sido buena idea contarle sobre aquel sitio a Jin, aunque tampoco era gran cosa, el sitio era medianamente transitado así que no había nada de raro en que fuera una persona más. Pasó unos minutos más conduciendo, al menos hasta que hizo una parada para comprar algo de comer y unos cuantos postres, se estaba debatiendo lo que pasaría en su segunda cita con Aizawa, pese al caótico momento de la primera, no había sido mala realmente, solo algo... Peculiar.
Estaba de regreso cuando se topó con algo bastante inesperado ¿Qué demonios hacía Eri sola en plena calle? Detuvo el transporte y bajó yendo con la pequeña albina, quien miraba en distintas direcciones tratando de pensar en algo que hacer; aunque sus pensamientos se esfumaron al toparse con la cara conocida de la mujer ojos (c/o) quien se agachó a su altura algo preocupada, claro que fué incapaz de decir algo ya que apenas acercarse lo suficiente, la niña se lanzó a sus brazos, evidentemente asustada, la pobrecilla temblaba de miedo, al parecer un poco más confiada de mostrar como se sentía.
- Ay por Dios Eri ¿Qué sucedió? -Le regresó el abrazo a la pequeña mientras acariciaba su cabeza- No deberías estar aquí sola.
- N-no sé... No sé -Su voz temblaba, parecía que iba a llorar, por lo que en un intento de calmarla la tomó en brazos, dando suaves palmaditas en su espalda.
- Está bien Eri no pasa nada ¿Con quién andabas? -Miró entre la gente, tratando de encontrar una cara conocida.
- U-una... una e... Enfermera, la enfermera Saitosaki -Tomó aire, tratando de hablarle con claridad- Se fué como hace una hora.
- Ya veo... Llamaré a Aizawa, seguro vendrá por tí -Subió al vehículo con la niña, para que una vez a puertas cerradas empezara a marcar el número del mencionado.
Uno, dos y tres tonos hasta que cayó en la contestadora, lo intentó un par de veces más pero el resultado fué el mismo, suspiró derrotada, aunque casi al instante el sonido sincronizado de su estómago y el de Eri las hicieran sonrojar notablemente.
- Creo... Que hace algo de hambre... -Una risita nerviosa se le escapó, calmando un poco a la menor- No debería estarte llevando sin avisar, pero no tengo mucho tiempo para estar fuera... ¿Hay alguien más a quien pueda llamar?
Pareció pensarlo unos momentos, inclusive se puso a buscar en el bolso que traía, sacando una libreta- Aquí hay varios números.
- Perfecto.
Intento tras intento marcó a todos los números que allí había, "Tío Hizashi", "Mirio", "Deku" hasta el que decía "Director Nezu", pero ninguno respondía ¿Acaso todos estaban de acuerdo en no responderle? Por un demonio; cansada de la situación se decidió a dejarle unos cuantos mensajes a Aizawa sobre la situación con Eri, ella no podía estar sin comer y no le quedaba más tiempo para estar fuera.
- Bueno Eri no me gusta la idea de llevarte así sin más pero tendrás que venir conmigo, no puedo dejarte sin comer y yo tengo que trabajar.
Arrancó en dirección a la clínica, lo único provechoso que podría hacer sería dejar a Eri con Mumu y Sakura para que la cuidasen y no se aburriera, tenía una cirugía programada dentro de media hora y aún no comía, además de que Eri debía comer también. Al llegar a su destino un enfermero comenzó a bajar los insumos mientras ella pedía un domicilio, sería más rápido en lo que veía que más podía darle.
Por suerte la pequeña se lo tomó bastante bien, aunque un poco tímida, se interesó ante la idea de una gatita rosa y una simpática mujer con cuernos, incluso le había dicho que parecían hermanas, haciendo reír a la infante. Apenas les llegó la comida se llenaron el estómago, y vaya que para ser tan pequeña, tenía buen diente, una vez terminada la cirugía le serviría postre, la (c/p) dejó a su amiga y mascota encargadas de la niña, quien se notaba claramente interesada en cada animal que tenían internado, escuchando atentamente las explicaciones de la enfermera bovina, desde porqué estaban allí hasta como (t/n) se había lucido en sus tratamientos o curas, haciendo crecer la curiosidad y emoción de la infante respecto a la mencionada.
Después del procedimiento y dejar al animal en reposo absoluto, la veterinaria volvió con Eri y su amiga, encontrándose con que veían caricaturas, al verla la niña de ojos rojos se acercó a abrazarla, emocionada por mostrarle el show que estaban viendo, se trataba de chicas mágicas espaciales que trataban de adaptarse a una vida en la tierra y el como usaban sus poderes para combatir espíritus malignos y otros alienígenas, aprovechó de llevar unos postres con té, emocionando aún más a la menor; pasaron un rato comiendo y divirtiéndose no solo con la tele sino también jugando y enseñándole sobre los animales que había tratado ese día, y como era de esperarse después de tanta actividad, finalmente Eri terminó profundamente dormida, quedando cómodamente recostada en un futón mientras que Sakura le hacía compañía, durmiendo al lado suyo.
Por otro lado, no muy lejos de allí en la U.A, acababan de salir de una reunión de profesores de último minuto, por ello habían dejado sus teléfonos en silencio, ahora con el tiempo de revisarlos. Grande fué la sorpresa que se llevó Aizawa al encontrarse con cinco llamadas perdidas y también cinco mensajes de (t/n), primero molestándose al leerlos para luego suspirar un tanto aliviado aunque sin dejar su molestia de lado, no hicieron falta más que un par de segundos para que Mic quisiera ponerse gracioso respecto a la cantidad de llamadas perdidas que tenía, para que justo en el momento en el que quisiera abrir la boca su teléfono se encendiera mostrando una llamada entrante, al contestar lo único que oía eran los balbuceos de la enfermera que debía estar con Eri, la mujer parecía ahogada en pánico, pero vaya hora en la que se dignaba a llamar ¡Eri estaba con (t/n) desde hace más de tres horas! Y eso era nada más en la clínica.
Suspiró harto de sus excusas, ya se había enterado de lo que realmente pasó y la mujer andaba inventando cosas- Enfermera cálmese, ya sabemos donde está Eri y ella está bien, por cierto está despedida -Y colgó, dejando a Nemuri y Hizashi algo desubicados- Las llamadas eran de... (t/n) con quién salí el otro día, la enfermera que estaba con Eri la descuidó y aunque trató de llamar no pudo hablar con nadie así que se llevó a Eri a su clínica, tengo que ir a buscarla permiso.
Ambos se quedaron viendo como Shota se iba en silencio, de ser otra persona su voz habría sonado un poco más molesta, pero esta mujer parecía ser que era la que se podía tomar con toda la calma del mundo, rieron un poco sorprendidos, murmurando cosas sobre que claramente a Aizawa le había gustado la tan famosa (t/n), y no cualquiera corría con la suerte de ser del agrado del profesor más serio de la U.A, a lo mucho su clase además de ellos, y eso que no lo demostraba.
Por otro lado, Aizawa se había decidido a ir caminando, sabía que si Eri estaba al cuidado de (t/n) no le pasaría nada, y no sentía que fuese válido reclamarle algo, intentó contactarlo y dejó un aviso antes de tomar la decisión de llevarse a la niña consigo, además no solo a él, también había intentado llamar a Midoriya, Mirio, Mic he inclusive el director Nezu, bueno, ahora solo quedaba preguntarle a la principal involucrada su versión de los hechos ¿Qué haría una niña de seis años sola en plena calle cuando debía estar siendo vigilada? Vaya que esa enfermera lo pasaría mal con el director apenas se enterara.
No tardó mucho en llegar, entrando silenciosamente y siendo amablemente recibido por la compañera de (t/n), quien le indicó que ambas féminas debían encontrarse aún en el piso de arriba, cosa que el mayor agradeció antes de ir en la dirección indicada, encontrándose una escena que lo sorprendió bastante; Eri dormía cómodamente sobre un futón, mientras Sakura dormía a su lado en el suelo bajo la ventana llevándose de lleno el calor del poco sol que había, mientras que al otro lado, la mencionada veterinaria se encontraba con los ojos cerrados tomando la mano de la pequeña de forma inconsciente, y la verdad Eri se notaba... Feliz, casi como si una vaga memoria que desconocía se estuviera manifestando en ese momento.
Y casi como si lo hubiera sentido, la mayor se despertó, levantándose con cuidado de no perturbar el sueño de la pequeña, bostezando de manera silenciosa, se acomodó un poco el cabello mientras trataba de soltarle la mano, siendo esto en vano al ver como inconscientemente su agarre se hacía ligeramente más fuerte.
- Parece que ya se ha encariñado -No se notó muy sorprendida, simplemente volteó la cabeza, haciendo un gesto de saludo.
- Solo quería acompañarla, antes parecía estar teniendo una pesadilla pero... -Desvió la mirada en su dirección viendo como se ponía de lado- Ahora parece estar mejor -Comentó mientras le acariciaba el cabello.
El pelinegro se agachó a su altura, viendo como la menor se acomodaba- No quisiera despertarla, pero tenemos que irnos... Si no es molestia ¿Podría venir? Al menos para Eri no se altere.
- Yo... E-estaría bien -Se había sonrojado un poco, pero no debía dejarse consumir por los nervios- Sus zapatos y su bolso están en mi oficina.
- Claro -Se levantó en dirección a dicho lugar, la puerta estaba abierta así que las cosas estaban a simple vista.
Lograron levantar a Eri con el cuidado suficiente para no despertarla, inconscientemente se abrazó al cuello de la (t/p), para recostar su cabeza sobre su hombro. Emprendieron camino de regreso a la U.A, conversando con total tranquilidad.
- Si no es grosero preguntar... ¿Porqué no respondía? Asumí que debía estar ocupado o sin batería.
- Un poco de ambas, dejé mi teléfono cargando y cuando lo recogí tuve que entrar a una reunión y lo dejé en silencio, todos los profesores estábamos igual -Explicó sin dejar de mirarla- Y yo podría saber... ¿Qué le dijo Eri?
- Oh, me la encontré de regreso a la clínica seguro lo dije por mensaje -El mayor asintió- Dijo que llevaba una hora sola, estaba con una enfermera llamada Saitosaki o algo así, no tuve muchos detalles, se veía asustada, casi estaba llorando.
Suspiró con molestia- Tenía un solo trabajo -Murmuró un tanto fastidiado mientras se pasaba una mano por el cuello.
Ella también suspiró, aunque no conocía toda la historia de Eri, sabía que debía ser difícil- Solo espero que siga bien.
- Agradezco lo que hizo cuidándola, verla tan tranquila fué... Sorprendente.
- No pasa nada ahora -Acarició su espalda con cariño, sintiendo como se ajustaba su agarre- Solo espero que no sea difícil acostarla.
Al llegar a la institución (t/n) observaba todo con detenimiento, aquel edificio no había cambiado mucho en todos esos años, por lo que en compañía del pelinegro se dirigieron donde el resto de profesores, incluso Mirio he Izuku se encontraban allí; aliviados al ver como la niña dormía sana y salva no dudaron en hacer una pronunciada reverencia, agradeciéndole por su amabilidad. Algo avergonzada trató de restarle importancia, pero siendo sinceros, Eri era alguien muy importante para la U.A.
Al intento de que dejara sus brazos, Eri parecía aferrarse con más fuerza a la veterinaria, con una risa nerviosa volvió a intentarlo con suavidad solo para recibir el mismo resultado; suspiró un tanto resignada, tratando de pensar en como hacer que la soltara sin ser brusca.
- Creo que habrá que esperar a que despierte -Susurró al no poder pensar en una solución más rápida.
- Supongo que tomará un poco esperar... Pero supongo que podría preguntarle... ¿Le gusta la comida coreana?
- Bueno... Sí, me gusta mucho -Pese a su ligera sonrisa y la expresión indiferente de Aizawa, con tan solo verlo, se notaba agusto con ella.
Tanto como para que un cierto par de profesores y estudiantes se sorprendieran con lo que estaba pasando a la distancia.
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Que la vida me dure hasta que pueda seguir, milenios sin actualizar y la universidad cayéndome a patadas.
Por suerte estoy de vacaciones por Diciembre así que quizás saque unos capítulos más.
Y sí, Twice se verá involucrado de cierta forma con la (t/n).
Como me estoy aburriendo sale timeskip.
Bye bye, manotazo en la kola.
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