Cita del sábado
Aquí les pongo dos outfits porque es realmente necesario.
Trabajo:
Este es para momentos laborales en los que no estoy especificando ropa.
Cita:
Aquí ustedes con su mejor facha.
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Viernes por la mañana, volvieron a abrir la clínica sin problemas, aunque ahora la cosa era un poco diferente, Tom acompañaba a Mumu hasta la puerta y se despedía de ella después de hacerle sin fin de preguntas sobre si estaba bien, haciéndola reír enternecida, por otro lado (t/n) no podía evitar reírse también, claramente emocionada por su cita con Aizawa, extrañando a su compañera con su comportamiento, pero al mismo tiempo, se sentía hasta capaz de oler la razón, una razón en forma de hombre alto con cabello negro y largo que era héroe profesional.
Y sus dudas se confirmaron cuando una mujer de cabello verde entró esa misma tarde.
- Buenas tardes ¿Qué se le ofrece? -Saludó educadamente la bovina viendo como la mujer ponía una jaula con un loro sobre el mostrador.
- ¡Buenas tardes! Necesito con urgencia una rebaja de pico y corte de uñas, además de un chequeo para este galán si sabe a lo que me refiero -Sonrió alegremente mientras reía.
- Ya veo... -Sonrió amablemente mientras anotaba los procedimientos en una hoja- Por favor ponga sus datos y los de su mascota aquí para ir a sentarse, avisaré a la doctora para que venga.
- Muy bien, muy bien gracias -Siguió las indicaciones de la enfermera para devolver la hoja he ir a esperar, el lugar se le hacía lindo.
Por su parte, (t/n) revisaba un par de documentos en el piso de arriba, se le acercaba un congreso y era la oportunidad de su vida para presentar una versión más avanzada del proyecto inicial que anteriormente había sido su tesis. Si conseguía que le financiaran el proyecto eso significaría a largo plazo un par de buenos cambios. Mumu llamó a su oficina, contestando casi de inmediato, no tenía mucho apuro.
- Diga Lola -Escuchó las quejas de su amiga ante su apodo haciéndola reír- Está bien, ya lo dejo, dime qué pasa.
- Tenemos una rebaja de pico y corte de uñas con chequeo para un loro verde de cuatro años.
- Voy no me tardo -Colgó el teléfono y dejó los papeles a un lado, yendo escaleras abajo.
Al notar su presencia, la enfermera llamó- Fukukado Emi -La peliverde se acercó sonriente, llevando a su loro consigo.
- Mucho gusto soy la doctora (t/a) -Estrechó su mano animadamente, recibiendo un saludo aún más enérgico de parte de la contraria- ¿Y este galán quién es? -Sonrió al ave, que emitió un ruido amistoso.
- Bueno doctora, le presento a Pistacho.
- Bueno, mucho gusto a ambos, vengan por favor -Con una tabla de gancho en mano fueron a una de las salas, dónde finalmente sacaron al ave de su jaula- Muy bien guapetón, vamos a verte.
La veterinaria comenzó a tomarse el tiempo de revisar apropiadamente a Pistacho, observando sus plumas, entre sus alas y escuchando su pequeño corazón, la verdad sí se le notaba bastante sano, cosa que su dueña observaba con toda la calma del mundo, inclusive atreviéndose a conversar un poco con la (t/p) mientras esta hacía lo suyo, sacándose un par de risas y chistes de animales de por medio, la verdad, tanto (t/n) como Emi, se sentían bastante agusto en un ambiente bastante simpático.
Una vez listo su chequeo, con los equipos reglamentarios y un poco de ayuda de parte de la dueña, comenzó a pasar la lija eléctrica para rebajar el pico del ave con total cuidado, regulaba los bordes y se tomaba unos segundos de separación para permitirle al ave calmarse un poco antes de proseguir. Una vez terminado procedió a arreglarle las garras, con delicadeza y total calma, evitando que el ave se estresara, más bien se le notaba calmado, cosa que sorprendía mucho a la heroína, puesto que en otras clínicas su mascota se notaba incómoda y siempre solía batir las alas para que no lo tocasen, pero con (t/n) era diferente, más bien era dócil, y conste que Pistacho era manso, pero por alguna razón no le gustaban los veterinarios, encontrándose a (t/n) como única excepción.
- Bueno, este chico guapo está listo -Sonrió la (c/o) ante el resultado, había quedado bastante bien- Está sano y ya se hizo el spa.
- Muchísimas gracias -Emi agitó su mano alegremente, sacudiéndole el brazo a (t/n) como si se tratara de un fideo- Nunca lo había visto comportarse tan bien, es usted una bendición ¿En dónde pago?
- Oh está bien, solo hay que tenerle el cuidado exacto -Rió un poco apenada antes de que la peliverde la soltara- En recepción le cobrará la enfermera Ushi.
- ¡Muchas gracias! -Volvió a meter al ave con total cuidado en su jaula antes de salir, pasar por recepción he irse después de pagar.
- La verdad tiene la mano algo pesada -Murmuró la mujer una vez sola, pasando por recepción para verse con Mumu.
Con una jornada tranquila, llegó el fin de su día, aunque durante ese tiempo, (t/n) inconscientemente tenía la sensación de reconocer a Emi de alguna parte, pero no estaba segura de dónde. Así que sin más que hacer, ni ninguna mascota hospitalizada, cerró la clínica y se retiró a su hogar, con la maravillosa emoción de ver a Aizawa mañana, había preparado su ropa la noche anterior, así que estaba más que lista, ya sabía cómo iba a vestirse y arreglarse, quería que todo saliera bien, después de todo, por fin sentía que al menos una salida saldría bien, quería ser optimista, por lo que después de una cena ligera y una merecida ducha, se recostó a escuchar su programa de radio favorito de los viernes, tan solo un par de horas para no desvelarse, y se fué a la cama, más que ansiosa por el día de mañana.
Pasó la noche, y llegó la mañana; con muchos ánimos se levantó temprano como siempre hacía y fué al baño, para que al momento de verse al espejo se notara algo... Distinta, no como algo malo, sino que en lugar de verse como todos los días, se sentía realmente bonita en ese momento, casi como si la belleza le saliera de los poros, con una sonrisa encantada en el rostro, decidió poner un poco de música, con el volumen obviamente moderado, mientras hacía su rutina de higiene, antes de seguir con el desayuno, inclusive se tomó el tiempo de hacer algunos estiramientos en compañía de Sakura, la cual parecía compartir su estado de ánimo, para comer se preparó algo ligero y saludable, cosa que para su sorpresa, le supo mejor que cualquier otro día. Le hizo una ligera limpieza al departamento, organizando un par de cosas fuera de lugar, esa misma tarde llegarían Mumu, Tom y Tomuko para cuidar de Sakura mientras ella no estaba, inicialmente sería solo Mumu, pero debido a la preocupación de Tom, aceptó con toda tranquilidad que este y el bebé se quedasen una tarde allí, igualmente tendrían un par de cosas para hacer, como sacar a Sakura a pasear unos minutos y ponerle un par de vídeos musicales al pequeño para que no se aburriera, porque era un hecho que en un par de ocasiones (t/n) había cuidado de Tomuko, y ellos tenían total acceso a su departamento así que no le daba mucha importancia, pero claro ¿Porqué quedarse a cuidar a Sakura si ella podría cuidarse sola? Bueno, era un hecho que la gata podía ser un poco ansiosa cuando se trataba de su dueña, además de que debía salir a pasear a una hora específica para correr, recibir un poco de sol, convivir con otros gatos y estirar un poco las patas, era una regla de viernes a domingo, sumándole el hecho de que había cierto vecino que era amante de los gatos, ¿Nada malo cierto? Pues en su caso sí lo era, (t/n) ya llevaba un par de ocasiones que lo había amenazado con llamar a la policía por haberlo pillado intentando entrar a su departamento para llevarse a Sakura, así que sí, no iba a mudarse solo por él, pero tampoco atentaría contra la seguridad de su amada gata... Además de que tampoco tenía dinero suficiente para eso.
Después de organizar y descansar un rato mientras jugaba con Sakura usando su caña de plástico, su alarma sonó, debía empezar a arreglarse pronto, así que dejando todo de lado fué a darse una ducha rápida, al volver ya se relajaría en la bañera y se lavaría el cabello, por el momento solo iba a mojarlo un poco. Al salir de su ducha se apresuró un poco en alistarse a tiempo. Y por otro lado, no muy lejos de ahí, se encontraba Shota en su departamento, Mic y Midnight lo estaban ayudando a arreglarse, ella le escogía su atuendo y su amigo los accesorios.
- Más vale que pienses en atarte el pelo Shota -Dijo la mujer mientras volteaba a verlo- Mira, yo digo que este atuendo es perfecto.
- Me parece bien... -Murmuró mientras encendía la secadora, recién se había lavado y solo quería secarlo ligeramente- Ya tengo cubierto todo, así que no entiendo para qué vinieron a parte de cuidar a Yoru.
- ¡Shota please! No sé desde cuándo no sales con alguien, quizás sea la primera vez ¡You have to wear your best outfit! -Mic dejó los accesorios sobre la mesita de noche, mientras que el pelinegro apagaba la secadora.
- Supongo que lo aceptaré solo por esta vez... -Pasó a vestirse, mientras que Hizashi y Nemuri lo esperaban en la sala.
Al poco rato salió de la habitación, traía una vestimenta casual pero nada descuidado, con el cabello amarrado en un medio moño y además traía unos lentes de descanso que... La verdad, había decidido hacer caso a la elección de Mic y los usarlos por combinar mejor la ropa, y vaya que se veía bien con ellos. Tomó sus zapatos y salió de la habitación en dirección a la sala, encontrándose con los rostros sorprendidos de Nemuri y Hizashi, ambos parecían emitir brillos de aprobación mientras aplaudían complacidos con el resultado.
- ¡Pero mira que guapo has quedado! Seguro que termina cayendo ante tus encantos -Rió la mujer junto al rubio.
- ¡This is the moment! Seguro que vas a lucirte -Ambos le dieron pulgares arriba, haciendo que rodara los ojos.
- Como sea, me voy, no hagan nada que me deje endeudado -Fué a la puerta y se puso los zapatos, saliendo del lugar.
- Me debes una botella de sake si se besan -Se apresuró Midnight, haciendo reír a su compañero.
- Y si no hacen nada, me debes unos audífonos nuevos -Estrecharon las manos, sellando el trato.
Mientras que al otro lado de la puerta, Aizawa los había escuchado con toda claridad, suspiró cansado antes de subir al ascensor he ir hasta la planta baja, donde emprendió su camino hacia la residencia de (t/n), ya tenía todo planeado, irían a un restaurante pequeño de comida Italiana, después a un café de gatos dónde tenía un sitio reservado y luego saldrían de paseo, en parte estaba ligeramente emocionado, por otra, no iba a decir que iniciaría una fiesta de la emoción, sino que, simplemente era alguien que le interesaba he incluso la encontraba agradable, aunque lo segundo se vería en el trascurso del día, hasta podría llegar a gustarle, le parecía una buena oportunidad para conocer a alguien, y aunque no era el tipo de persona que se enfocaba mucho en esos temas, sería mentira si dijera que no pensaba en ello de vez en cuando.
Apenas llegar al departamento de la (c/p) tocó la puerta, siendo recibido por el mismo hombre toro que se había aparecido en la clínica el día del asalto, este le saludó amablemente invitándolo a pasar mientras le indicaba que (t/n) estaba casi lista, y bajaría en cualquier momento. Dicho y hecho, la mencionada salió de su dormitorio y bajó las escaleras, parecía recién salida de una revista de moda, a lo que abrió ligeramente los ojos, sorprendido por el estilo que (t/n) lucía. La luz de la sala iluminaba los accesorios que traía dando la impresión de que destellaba, sumándole un contraste de una suave iluminación en su piel (t/p), sus ojos brillaban con encanto, incluso su sonrisa se veía diferente, con un ligero maquillaje natural que realzaba sus agraciadas facciones, además de que el conjunto que vestía parecía haber sido hecho solo para ella; sin duda estaba hermosa, no mejor dicho preciosa, es más, se veía realmente bellísima, y no iba a aceptar una opinión opuesta a la suya.
- Hem... Hola -Su tono ligeramente avergonzado lo sacó del trance, que aún así lo mantenía con su típica inexpresividad- ¿No ha esperado mucho?
- No... No realmente, acabo de llegar -Aunque, inconscientemente se le escapó una pequeña sonrisa- Se ve muy bien.
- Gracias... -Escucharon un maullido, y la gata se trepó a los hombros de su dueña- Oh Sakura lindura, hoy no sales conmigo, por eso llamé a Mumu -Con cuidado cargó a su mascota, brindándole un par de caricias- Pero no te preocupes, no tardaré, por favor compórtate.
La gata dejó salir otro maullido antes de bajarse de sus brazos- No te preocupes (t/n), Sakura no saldrá de nuestra vista -Le sonrió confiado Tom, mientras que Mumu se apoyaba en la escalera desde arriba.
- La vigilaré como si se tratara de Tomuko.
- Cuento con ustedes -Se agachó a acariciar a su gata, la cual ronroneó gustosa- Nos vemos lindura -Se levantó y tomó su bolso junto con sus llaves- Nos vemos al rato.
- ¡Diviértete! -Hablo la pareja al mismo tiempo antes de que la puerta se cerrara.
Sin más que decir dieron comienzo a su salida, siendo que solo uno de los dos tenía auto, ambos estaban de acuerdo en irse caminando, aunque Aizawa por preferir la comodidad de (t/n) le había dicho que podía llamar un taxi debido a su calzado de tacón mediano, que en realidad a ella no le importó mucho, ya estaba acostumbrada a usarlos durante largos períodos de tiempo, además de que tenían plantillas hechas especialmente para ello, después de todo, más de una vez había tenido que permanecer horas usándolos, alguna resistencia debía desarrollar. Con el tema cerrado fueron directo al lugar que les esperaba, claro ambientando un poco el trayecto con una ligera conversación acerca de lo que habían hecho durante los días pasados, un poco del día a día y el como le hacían frente a su manera.
Entre la charla y su caminata finalmente llegaron al lugar planeado, cómo era de esperarse el lugar no estaba muy lleno, pero si había una cierta cantidad de personas cómodamente sentadas mientras comían. Una mesera de mediana edad los guió a su mesa, estaba al fondo pegada a una pared, la iluminación estaba algo reducida, pero seguía siendo más que suficiente, por lo que con toda calma y educación Aizawa le acomodó el asiento a su cita antes de sentarse al frente suyo.
- Me sorprende que escogiera este lugar, ha pasado mucho desde la última vez que vine -Sonrió alegremente la (t/p) mientras observaba el lugar.
- ¿Ya había venido? -La contraria asintió.
- Pero fué hace casi un año, en mi cumpleaños 27, vine sola como... Un regalo personal -Se encogió de hombros ante la explicación que daba, no le era extraño hacer aquello ya que siendo sincera, su únicos amigos eran Mumu y Tom.
- Ya veo... -La mesera volvió, sirviéndoles agua, pan de ajo y dejando los menús antes de volver a retirarse- Gracias... Bueno, yo no había venido antes así que confío en su juicio.
Se le escapó una risita ante su comentario, aunque Shota mantenía su típica expresión indiferente pero relajada- Bueno, el Fettuccine de espinaca es especialmente bueno, pero si quiere algo más fuerte puede pedir el de tinta de calamar.
- Confiaré en su opinión -Una ligera sonrisa apareció en su rostro, antes de darle un sorbo a su agua- ¿Usted bebe?
- Socialmente... Pero en lo personal me gustan los vinos suaves, aunque a veces me decanto por los tintos, depende de lo que coma -Tomó una de las piezas de pan para darle una pequeña mordida, estaba delicioso, inclusive había cerrado los ojos con gusto.
- Ya veo... -Imitó su acción de probar el pan, y sí, estaba realmente bueno, no tardó en terminarlo y limpiarse la cara para volver su vista al menú- No sé si le interesa una entrada.
- Ensalada ligera con pollo si no le molesta -Respondió una vez terminó con el aperitivo.
A los pocos minutos la mesera volvió, ahora con una libreta- ¿Desean ordenar ya o aún les doy unos minutos más?
- No, está bien -El pelinegro desvió su vista a su cita la cual asintió- Primero una ensalada Yo pediré el Fettuccine de espinaca.
- Yo los Ravioles de langosta con salsa por recomendación -Con un gesto algo sorprendido la mesera anotó ambas órdenes.
- ¿Desean algo para beber? Las sugerencias para pasta son vinos, tenemos tinto, blanco y rosa.
- Usted es la experta ¿Puedo dejarlo en sus manos? -la (c/p) lo miró con una pequeña sonrisa retadora, bien, lo haría a su manera.
- Vino blanco de treinta años, de su segunda mejor selección, si tiene botellas Luna mejor -Con los ojos bastante abiertos la mesera asintió, llevándose los menús.
En lo que transcurría el tiempo siguieron conversando un poco más, claramente no tenían gustos iguales, pero si algunos parentezcos, los gatos por ejemplo, pero como tema principal tocaban la labor de (t/n) como veterinaria, el como se manejaba y la novedad de proyecto que quería desarrollar, inclusive estaba planeando dar charlas para personas con mutaciones animales, siempre había unas cuantas personas que no podían manejar alguna enfermedad correspondiente a su mutación, ya fuese por ser común en perros, gatos, aves o incluso reptiles también pasaba respecto a su dieta, aunque la segunda no era gran cosa la verdad. Al poco rato les llegó la ensalada y disfrutaron en silencio, aprovechando que una suave música empezaba a sonar, daba un buen ambiente así que era agradable, al terminar les retiraron los platos y les entregaron la comida, además de servirles el vino.
Tal y como era lo esperado, la comida resultó ser un éxito, después de pagar salieron del establecimiento, yendo en dirección al café de gatos que se ubicaba en la plaza comercial Umetsu, la reservación estaba programada para las cinco, así que aún tenían tiempo para llegar, por lo que aprovecharon un poco más para seguir conversando, ahora con la confianza y ligera cercanía de que (t/n) se sujetaba del brazo de Shota, no había excusa de parte de ninguno, simplemente él lo había ofrecido y ella aceptó, por lo que ahora más que nunca se notaba la comodidad entre ambos, se trataban con confianza pero sin dejar de lado ciertas formalidades.
Disfrutaban de observar las tiendas y las cosas que estas ofrecían, entrando a una que otra, captando la atención de diversas personas, algunas murmurando, otras observaban en silencio y unas pocas que no ocultaban sus risas enternecidas, sería mentira si dijeran que no parecían sacados de una película. Al acercarse la hora se fueron en dirección al café, habían bajado la comida gracias a la caminata, y ahora se les antojaba algo un poco más apropiado para la tarde, por lo que emprendieron su camino a dicho lugar, llegando en pocos minutos, para ser recibidos por un joven con aspecto similar a una hormiga.
- Sean bienvenidos ¿En qué puedo servirles?
- Tengo una reservación a nombre de Aizawa -El chico comenzó a revisar una libreta, buscando el nombre.
- Ajá, Aizawa Shota, mesa para dos, sígame por favor, los guiaré a su mesa -El chico cerró la libreta, permitiéndoles entrar.
Caminaron a una de las mesas laterales que se encontraban cerca del ventanal de la entrada, viendo como todo tipo de felinos se movían por el lugar, algunos trepándose a los postes de arañar, otros metidos en cajas, se les veía también corriendo, jugando u observando desde las repisas, mientras que unos pocos simplemente dormían con toda comodidad mientras eran acariciados por los pocos clientes que habían. Tomaron asiento, siendo (t/n) ayudada por el chico de personal que había acomodado su silla, les entregó los menús y volvió a su puesto en la entrada, no sin antes decirles que al ordenar alzaran la mano y alguien iría a atenderlos, explicando que usaban este método con tal de no alterar a los felinos con algún ruido extraño.
- Es un lugar precioso ¿Cómo se enteró?
- Me lo recomendó una compañera, pensó que podría venir y... Creí que a usted le gustaría, ya que le gustan los gatos -Dijo esto último con una pizca de vergüenza, sacándole una sonrisa a su cita.
- Pues ha sido una idea maravillosa, además de que se me hace que a usted también en le gustan los gatos, es un poco obvio por su comportamiento.
- No niego la verdad -Se encogió de hombros con una sonrisa apenas notable, parecía que (t/n) le sacaba mucho esa expresión.
- Bueno, pidamos algo en lo que alguien se... -Repentinamente, un gato negro se subió a su mesa, dejando salir un tierno maullido- Se nos una -Rió con suavidad, acariciando el cuello del gato, haciéndolo ronronear.
- Si... Y no creo que se vaya pronto -Comentó con cierto toque divertido al ver cómo el felino se recostaba de panza arriba en la mesa- Parece ser simpático -Acercó su mano, siendo recibido por las suaves patas del animal, jugando con él.
Se pidieron algo sencillo, (t/n) una rebanada de pastel de (s/f) con un té Royal Darjeeling caliente, mientras que Shota solo pediría un café americano caliente con un rollo de manzana. Ahora era turno del pelinegro sobre ser el tema de conversación, a la (c/p) se le notaba genuinamente interesada en su labor de héroe y profesor, especialmente en la historia de la cicatriz bajo su ojo, quedando bastante impactada al saber que esta había sido ocasionada por un Nomu que había peleado contra el retirado All Might, pero ciertamente lo que más la sorprendió pero al mismo tiempo llegó a conmover, fué la parte en la que a pesar de estar todo herido, se forzó a si mismo con tal de salvar a su estudiante de Shigaraki Tomura, eso sin duda había sido un gran acto digno de un Pro Héroe, más de uno se habría congelado del miedo, pero se le podía notar que no era para presumir, sino más bien, era como si supiera leer su lenguaje corporal y se tomara el tiempo de responder todas sus preguntas antes de siquiera poder decirlas.
Parecían entenderse a la perfección con solo una expresión en el rostro.
En menos de veinte minutos su peludo acompañante se estiró y se fué, dándole paso a su pedido, el cual llegó recién hecho, o al menos las bebidas, pasando ahora a seguir con su charla pero mientras disfrutaban el postre.
Todo parecía ser totalmente perfecto... O al menos hasta que el pánico se desató en toda la plaza. Un toro enloquecido destrozaba el lugar, la gente huía envuelta en pánico, el primer instinto de la veterinaria fué levantarse, la situación era riesgo y las cosas podrían empeorar de forma seria, Aizawa le sujetó la muñeca al instante, haciendo que volteara a verlo.
- Si alguien puede necesitarme debo estar ahí... Eso no es algo que pase solo porque sí, ellos no son así.
- Tampoco puedo permitir que se lastime -Al igual que ella se levantó, sin apartar la mirada- Por eso iré con usted.
Encargaron sus pertenencias al chico hormiga de la entrada, dejando sus cosas como un seguro para volver, incluso sus teléfonos estaban allí. La menor se apresuró en correr y rodear la zona, firmemente agarrada a la mano de Aizawa, mientras más se acercaban peor era el pánico, el bovino se notaba alterado pero no la ira, estaba más bien... Asustado, por no decir aterrado, se movía contra la gente de forma amenazante pero sin llegar a realmente lastimar a quien se apartara de su camino.
- ¿Se le ocurre algo?
- Tengo una idea pero es un poco... Muy arriesgada ¿Puede apoyarme?
- Depende de su idea.
- Necesito que me acerque a ese toro, él no está bien y requiere ayuda, conozco una forma de calmarlo, pero solo tengo un intento ¿Se atrevería?
Dudaba, no le gustaba aquel riesgo pero si ella le decía que podía manejarlo, entonces en realidad sería la mejor capacitada- Es posible... En ese caso la ayudaré, pero si está cerca de fallar, nos retiramos de inmediato.
- Cuento con usted, sé cómo y dónde hacerlo, lo he hecho antes.
Confiando en su palabra se las ingenió para conseguir una ruta, la sujetó de la cintura con fuerza, avanzando entre la gente, apenas conseguir el espacio libre que había estimado, literalmente la lanzo hacia allí, con la fuerza suficiente para no hacerla tropezar. Apenas caer la veterinaria se puso manos a la obra, captando la atención del animal con un fuerte silbido, se apresuró antes de que pudieran detenerla, acercándose con seguridad y firmeza, para que una vez listo para embestirla, el animal quedase rígido después de un rápido golpe en la cabeza; los transeúntes lucían bastante impresionados por la situación, mientras que la mano de la mujer permaneció en su lugar, convirtiendo el contacto en una caricia, al que una vez reaccionó, el cornudo animal respondió con total tranquilidad, casi analizando que la persona que lo tocaba, buscaba cualquier cosa menos lastimarlo.
- Quién lo diría... Eres el toro Ferdinando -Sonrió tristemente, al ver cómo el animal olía las flores en su falda- Te hicieron daño, pero estoy aquí para ayudarte.
Más de uno se notaba impresionado, dejando la zona en un silencio casi absoluto, segundos antes todo era descontrol y pánico, pero de un momento a otro la situación se había solucionado en su mayoría, aquella mujer posiblemente loca se había lanzando contra un toro de quizás media tonelada, le asestado un golpe en la cabeza y ahora el animal se comportaba como un manso animalito, dejándose acariciar y abrazar. De entre la multitud Aizawa se acercó parándose a su lado, dándole paso a una abrupta llegada de control de animales, la policía he inclusive el héroe Wash con... Uno de los estudiantes de Aizawa.
- Señora, necesitamos que suelte a ese peligroso animal de inmediato -Habló el líder de la policía, con control animal listo para disparar.
Instintivamente (t/n) se paró a la defensiva, tratando de cubrir al animal con ambos brazos extendidos- No es un animal peligroso ¡Es una vida torturada!
- Señora ya conocemos ese discurso sobre ser vegetarianos, está claro que usted no...
- ¡Los que se equivocan son ustedes! ¡¿O acaso van a ir contra la palabra de un médico veterinario?! -Las expresiones de los funcionarios cambiaron ligeramente, aunque nada les aseguraba que dijera la verdad.
- Aunque diga la verdad, nada asegura que usted sea realmente lo que dice ser, mejor váyase -Esta vez control animal tomó la palabra, una mujer demente no iba a llevarles la contraria.
- Sino me creen pueden ir al establecimiento Cat-tea, allí están mis pertenencias, entre ellas mi gafete de veterinaria
En un intento de llevarlo en paz, respondieron a su palabra, llegando el chico hormiga a entregar su bolso, demostrando la verdad- Está bien, la escuchamos.
- ¡Este animal presenta signos alarmantes de maltrato, grandes heridas cicatrizadas, ojos irritados, signos de deshidratación, inestabilidad al mantenerse en pie, le faltan dientes y sus pezuñas están totalmente descuidadas, se nota que batalla al moverse, y como veterinaria legalmente autorizada, lo protegeré! -Respiraba con pesadez, tratando de no perder la calma- ¡Si alguien debe ser apuntado con armas no es él, si no los responsables de su condición!
- Señora, usted no puede simplemente decirlo y hacerlo, hay leyes.
- ¡Exacto, me baso en esas leyes al sostener mi posición! -Si de algo le había servido ser tan estudiosa, era el siempre memorizarlo todo- ¡La ley número cinco de la sección de protección animal, brinda total autorización a un médico veterinario experimentado la posibilidad de poner bajo su protección a un animal en condiciones alarmantes! -Ante su declaración, buscaron dicha ley, encontrándola tal y como había dicho- ¡Así que como guardiana de este animal, les pido que se retiren!
Fué una situación difícil, si bien la policía trataba de hacer que se moviera, (t/n) no daba el brazo a torcer, control de animales no podía disparar puesto que no podían arriesgar a un civil, y el héroe allí presente no podía hacer mucho, puesto que el realmente necesario era Koda, y claramente el chico no solo se mantenía callado por su profesor, sino que también la mujer que era considerada una loca según la policía, tenía un buen punto a su favor, se supone que su Don trataba con animales ¿Y arriesgar a uno así? No podía, porque era un hecho de que si se lo llevaban, lo iban a sacrificar, aunque... Podría haber una solución.
- ¡Esperen! -El chico alzó las manos, captando la atención de la policía- P-Por favor, p-permítame hablar con ella.
- A ver si puedes lograr algo ¿Qué se te ocurre?
- V-voy a necesitar una chaqueta... -Se la arrojaron de inmediato, dejando que se la pusiera para acercarse sin alterar al animal- Señorita... No dudo que usted haga lo correcto, pero hay que llevarse lejos a ese toro.
Guardó silencio unos segundos, siendo siempre consciente de la situación- Lo sé, pero si me muevo, le harán daño a este chico... Confío en que eres un héroe y vienes para ayudar... Dime ¿Podrías ayudarnos? Conozco una forma.
- Si tiene un plan, con gusto la ayudaré -Una sonrisa apareció en el rostro de la mujer, la cual asintió animada.
- Necesito que hagan un cordón humano para poder llamar a alguien que puede llevárselo sin problemas.
- Si ese es el plan, estoy con usted.
- Y supongo que yo también -La voz profunda de Aizawa llamó la atención del adolescente, sorprendiéndolo.
- ¡E-está bien!
Tanto Aizawa como Koda copiaron su acción, aunque el primero se encontraba de espaldas, haciendo lo posible porque nadie más lo reconociera, no quería reprimendas del director. Ahora con ellos asegurando un poco más al animal, pidió que le regresaran sus pertenencias, sin saber muy bien lo que hacía uno de los miembros de la policía se las acercó, observando con total atención sus movimientos, aunque solo iba a sacar su teléfono, llamando a uno de los pocos contactos que tenía.
- ¿(t/n)? Que raro que llames ¿No estabas en tu cita? ¿Pasó algo? Puedes decirnos -Se escuchaba la tele de fondo, parecían jugar a la consola mientras tanto.
- Eh hola Tom, la verdad es que sí pasó algo, pero es más... Necesito tu ayuda ¿Tu padre aún recibe animales?
- Sí todavía lo hace, aunque de momento no está, los recibe mi tío -Puso el juego en pausa, ahora intrigado- ¿En qué te metiste?
- ¿Puedes llamarlo? Si vienes la situación se explica sola.
- Supongo que está bien, dame un minuto -La llamada se colgó.
Koda, ahora un poco menos nervioso miró a la veterinaria- ¿Tiene lo necesario?
- Casi todo, solo queda que venga un amigo -Guardó el teléfono en el bolsillo de su falda, volteando a ver al chico- Gracias por tu ayuda.
No se notaba por su máscara, pero estaba sonriendo- No se preocupe, es el deber -Regresó con la policía, aclarando la situación, ahora podían resolverlo sin ningún problema.
Aunque las autoridades no se retiraron, (t/n) y Aizawa tampoco lo hicieron, una por responder a su deber, el otro pues no iba a dejar a su cita a su suerte, debía aceptar que aunque no estaban en buena posición, debía admitir que tenía un comportamiento bastante serio aunque quizás un poco sentimental, pero a ver, poniéndose en su posición, no solo se trataba de un animal maltratado, sino que sus mejores amigos eran bovinos, posiblemente estaría viendo algo de ellos en él, o quizás era por ellos que le tenía una empatía bastante especial.
Aunque fué algo tardado, finalmente llegó un camión con el logo de una granja, de allí bajaron cinco personas y una bola de pelo rosa; Tom en compañía de sus parientes, junto con Mumu que cargaba con Tomuko y Sakura con su respectiva correa. Ayudados por el estudiante del pelinegro y (t/n), subieron al animal a la parte trasera del camión sin complicaciones, aunque sería mentira si dijeran que el animal no se notaba algo triste de dejarla, pero ella no lo dejó marchar sin antes darle un gran abrazo, ahora sí, dejándolo marchar junto con los parientes de su amigo, permitiendo a las autoridades irse, no sin antes disculparse con la mujer por su forma de hablarle y que claramente buscarían a los causantes de todo, causando un gran alivio, no solo en las personas permitiendo que volvieran a circular con normalidad, sino también en la (t/p), la cual suspiró aliviada al verse libre de tan mala situación.
- Gracias por la ayuda, lamento las molestias -La pareja sonrió, más bien ellos se lamentaba internamente por lo sucedido, aunque ninguno era culpable.
- No pasa nada (t/n) más bien llamar fué la mejor opción -Tom le restó importancia al asunto, recibiendo una afirmativa de parte de Mumu.
- Si aún tienen tiempo sigan con lo suyo, nosotros nos vamos -Su amiga le guiñó el ojo disimuladamente con una sonrisa- Aprovecharemos para que Sakura camine un poco más.
- Se los encargo ¡Gracias de nuevo! -Ambos le hicieron una seña antes de irse, perdiéndose de su vista al poco tiempo, sacándole un suspiro- Aizawa-san yo... Lo lamento, usted planeó todo tan bien y...
- Lo que haya pasado no es su culpa -La mujer lo miró fijamente, algo sorprendida- Decidió hacer algo por como su ley de veterinaria le dijo, no rompió ninguna ley y evitó civiles heridos... Me atrevo a decir que hizo lo que una heroína profesional haría.
Volvió a sonreír, ahora inconscientemente sonrojada- Bueno, supongo que haber estudiado en la U.A fué una buena opción.
- Y me atrevo a preguntar -Dijo retomando su camino al café- ¿Dónde aprendió a dar ese golpe?
- Oh ese golpe... Bueno ¿Conoce la técnica de Masutatsu Oyama? Fué un artista marcial reconocido por su técnica de matar toros de un golpe -Ante sus palabra la mirada ligeramente curiosa de Aizawa se fijó en ella con total atención- Aprendí a hacer algo similar cuando estuve viendo clases extracurriculares, no es igual, pero con fuerza suficiente sirve para hacerlos entrar en un shock que después los lleva a calmarse, es algo extraño que es muy difícil de explicar, pero la he usado antes.
- Debe tener mucha fuerza para eso.
- No realmente, no hace falta tener mucha fuerza, solo saber dónde dar el golpe.
Volvieron al café, disculpándose con el chico de la entrada por irse abruptamente sin pagar, claro tras aclarar la situación pudieron volver a su mesa como si nada hubiese pasado, una charla amena, postre delicioso y uno que otro gato que los acompañaba, no iban a dar su cita por arruinada, solo pasaría si alguno acababa en el hospital, pero estaban ilesos.
En cuanto estaban listos para empezar la diminuta discusión sobre quién iba a pagar, sorpresivamente les habían dado la noticia de que la casa invitaba, aunque con cierta protesta de su parte (t/n) terminó por dejarles su tarjeta de presentación, en caso de que alguno de los gatos pudiera necesitarla. Se retiraron del lugar, yendo en dirección al departamento de la (c/p), tomándose su tiempo para volver, tampoco era tan tarde, alrededor de las ocho, pero siendo sinceros era mejor que Aizawa volviera a su residencia, tenía suerte no verse en la necesidad de estarse quedando en la U.A.
Apenas llegaron al edificio el mayor acompañó a la mujer hasta su puerta, en parte por ser educado, y por otra... No iba a decirlo abiertamente, pero quería quedarse un rato más con ella, así fuesen unos pocos minutos nada más, le había parecido una maravilla de persona, sus intereses, sus ambiciones y la forma tan apasionada en la que se refería a su trabajo, y después de tal hazaña en la que no se había perturbado en lo más mínimo, siendo dura pero a su vez gentil, vaya que era una mujer increíble, y como no mencionar lo atractiva que era, al menos para él.
- Fué... Fué un día muy interesante -Allí estaba de nuevo, esa amable sonrisa que resaltaba con sus ojos- Me gustó mucho.
- Digo lo mismo... Y si no es molestia... -Se rascó la nuca tratando de sacarse las palabras de la boca, era ahora o nunca, y por una vez, quiso hacerle caso a Mic- Me gustaría que volviéramos a vernos otro día.
Solo hizo falta ver el como abrió sus ojos con sorpresa, pero claramente esa era la respuesta que quería escuchar- Yo... Me encantaría ¿Afinamos los detalles luego?
- Me parece excelente, nos vemos pronto.
- ¡Nos vemos! -Al instante se tapó la boca, se le había salido de la emoción- Perdón, he... Mejor me regreso a... -Antes de cualquier otra palabra que pudiera considerarse una posible embarrada, se podría decir que Midnight ganó la apuesta.
- Me aseguraré de que todo sea perfecto, descanse bien -Susurró sobre sus labios antes de irse.
Y antes de que (t/n) pudiera salir del shock, el pelinegro se retiró tan rápido como pudo sin llegar a parecer desesperado por escapar, a ver, que sí había sido un acto impulsivo por dos razones, una, que abandonara la vergüenza que sentía por lo que había dicho, que no había sido nada malo en realidad, y dos, en parte también había sentido algo de nervios por la situación, hasta él se estaba quedando sin palabras y no quería terminar de forma incómoda, aunque esperaba no haber salido mal de ello. Y apenas llegar a su departamento, veía a sus amigos echados en el sofá frente a la tele, una bolsa de comida a domicilio en la mesa de centro con un par de latas de refresco, apenas entrar ambos le saltaron encima preguntándole por lo sucedido, no solo por lo del animal que había salido en las noticias, sino también del momento en el que fué a dejarla a su residencia.
El resultado fué Nemuri bailando de felicidad mientras que Hizashi golpeaba el piso derrotado.
Por su parte, (t/n) apenas entrar a su casa fué recibida por Mumu, quién al momento de preguntarle cómo le había ido, se sorprendió al ver cómo su amiga pegaba la cara en la almohada de su cama en la sala para ahogar el agudo y prolongado grito que soltó, explicándole todo lo sucedido con aquel acto.
Las dos parecían un par de adolescentes enloquecidas con el volumen apagado, había que ser consideradas, el bebé estaba durmiendo.
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¡Al fin terminé! Este capítulo salió más largo de lo normal pero bueno, me gustó escribirlo.
Conste que será normal si me invento alguna ley o algo así de repente, solo trataré de que tenga sentido.
Por otro lado, tengo un par de sorpresas planeadas con Ms. Joke, cálmense, no habrá infidelidades ni verguizas.
Peeeero, también tengo planes con Vlad juejuejue.
Adiosito.
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