Mientras se besaban Moana volvió a sentirse mareada y obviamente Maui se dió cuenta. Se separó con la respiración agitada.

— ¿Estás bien ricitos?

Ella asintió jadeando — S-Si, no te preocupes, sigamos

Pero él la detuvo — No, es claro que esto te está afectando, es mejor parar

— Maui...

— No voy a dejar que esto te afecte así, te deseo como no tienes idea pero no creo soportar verte sufrir por hacerlo, tal vez es mejor esperar

La chica asintió poco convencida — Está bien... Pero te había dejado claro que no me importan las consecuencias

— Pero a mí sí, no quiero que por mi culpa pierdas tu inmortalidad

— La inmortalidad no es tan importante como mi amor por ti

— Morirás y no voy a soportarlo... No de nuevo

Le acaricio la mejilla — Debe haber forma de disfrutar lo nuestro sin riesgo

Suspiró y contuvo las lágrimas — No la hay... Es mi culpa

Lo abrazó y lo dejo desahogarse.

Al día siguiente Moana volvió a la cueva con la esperanza de encontrar a Matangi cosa que fue así.

— Moana, ¿Cómo te has sentido al respecto de lo que te dije?

— No es justo, quiero estar con él de... Bueno de esa forma

— Pero puedes morir

— Lo se, pero es un riesgo que debo tomar

— Linda, no es sano sacrificar tu integridad por amor, se que lo amas ¿pero no has pensado en dejarlo ir?

— Eso jamás

— Eres terca

— No soy terca, solo quiero ser amada y amar sin restricciones

Matangi sonrió triste — Son el uno para el otro... Pero a la vez es tu condena

— Pero es una hermosa condena

— ¿Alguna vez has pensado en las consecuencias de esto? Solo piensa, viven su amor, tú mueres y él también lo hará

— ¿Qué?

— Si... No solo es tu condena, tu eres la suya. Maui sacrificó su inmortalidad para salvar a la isla y eso lo llevó a conectarse contigo de una manera increíblemente peligrosa, si tu mueres por su amor, él también lo hará poco después, perderá la cordura, los dioses le quitaran la inmortalidad y... Morirá poco después

No había pensado en eso, pues claro que no lo pensó, solo quería vivir su amor sin restricciones.

Pero aún así se le pudo ocurrir una idea — Y hago un trato con los dioses de dejarnos disfrutar 2 meses de este amor y cuando se cumpla nos dejaremos de ver para siempre

— No es fácil

— No pierdo nada por intentarlo,

Matangi rodó los ojos — Igual de tercos... Les diré a los dioses que quieres hablar con ellos

— Gracias Matangi

Después de hablar con los dioses Moana regresó con Matangi.

— ¿Y que te dijieron?

Moana estaba en shock — Aceptaron... Pero con una condición

— ¿Qué condición?

— Bueno no puedo decirte, pero cambiará el rumbo de mi vida

...

Más tarde en la noche Maui estaba a orilla de la playa viendo las estrellas cuando notó la presencia de Moana, pero no volteó — Ricitos, quiero decirte algo

— Yo también

— Escucha yo... — Al girar para verla casi se le cae la mandíbula al verla completamente desnuda — Moana... ¿Qué haces?

— Disfrutando de nuestro permiso... Para amarnos

Sonrió ante sus palabras y sin más se abalanzó contra ella para besarla, ella correspondió de inmediato, él recorría su cuerpo con un gran hambre y desesperación, la chica gemía ante sus atenciones y pasión.
Se un momento a otro estaban sobre la arena, él sin más entró en ella y al escuchar su gemido de sorpresa la cayó con un beso desesperado.

Le entregó todo su ser en aquel acto carnal, Moana estaba más que feliz de finalmente ser suya en su totalidad... Pero no podía olvidar que los dioses solo le habían dado 24 horas para disfrutar de su amor. Cuando terminaron aquel encuentro Maui se quedó dormido, Moana se vistió de nuevo y sin más zarpó lejos de él, para siempre.

Lloraba desconsolada al darse cuenta de que en efecto su amor solo pudo ser temporal y que se había entregado a quien por siempre amara con todo su corazón. Le esperaban miles de años de soledad cuando sus familiares fallecerian y sin la presencia de Maui, su primer y único amor.