Moana permanecía quieta y nerviosa, esperando un beso... Se había inclinado ligeramente hacia él, preparándose para el beso que nunca llegó. Cuando se separó, se sintió un poco decepcionada, pero mantuvo la calma

— Oh... — Se lamió los labios, aún con ganas de sentir el toque de él — Creí que... ibas a...

— ¿Tienes hambre? Yo si, ahora vuelvo iré por proviciones

Lo miró mientras se alejaba, con la mente llena de dudas y curiosidad — Sólo espero que no estés yéndote a... — Se detuvo, sin poder terminar la frase. Suspiró, luchando contra la creciente sensación de abandono y con las ganas de ir tras él — Bueno aquí te espero

Maui se fue y ella soltó un bufido de frustración, no entendía porque actuó así, solo trataba de pensar en respuestas lógicas.

¿Y si se dió cuenta de sus sentimientos y es una manera de rechazarla? Ese pensamiento le aterraba y no quería que cuando llegara el momento de despedirse para siempre terminarían en malos términos.

Horas después de ese momento Moana ayudaba a Maui a terminar de arreglar el bote, pero había un silencio sepulcral, demaciado incómodo más para la chica.

Maui tenía tantas ganas de decirle la verdad, pero sabía que no podía y probablemente ella estaría muy molesta por lo de hace rato.

Decidió romper el silencio — ¿Estás bien ricitos?

— ¿Si bien te refieres a que me ilusionaste con un posible beso y me estás confundiendo? Pues si estoy muy bien

— Moana yo...

— ¿Estás jugando conmigo Maui? Porque si es así te está saliendo muy bien el causarme dolor emocional

— No estoy jugando contigo

— ¿Entonces que Maui? No entiendo nada

— Olvídalo

— ¿Por qué no puedes darme una maldita explicación?

— No puedo solo eso

— Eres imposible

— Y tu eres tan adorable cuando te enojas

— ¡Esto es serio!

— Se que te gustan los cumplidos inesperados

Rodó los ojos y siguió arreglando el bote.

Cuando la noche cayó Moana se quedó dormida cerca de la fogata, Maui estaba viendo hacia el mar.

— Me envías a alguien que me ayude y luego haces que me enamore de ella y después quieres que me aleje, eso no se hace... Océano

De repente notó al espíritu de la abuela de Moana, esta se acercó a él semidios con un gesto serio — Tu sabes el destino que tienes Maui, y no puedes hacer nada para cambiarlo

— No entiendo porque me hacen esto, yo solo quiero estar con Moana

— No puedes y te estás arriesgando mucho

— No puedo evitar ser cariñoso con ella, ¿Si? Me sale natural

— El querer besarla no es natural de tu parte

— La adoro, solo quiero lo mejor para ella

— Entonces es mejor que te vayas

Suspiró de solo pensar en ese momento — No soy capaz de hacerlo, no quiero romperle el corazón

— Los dioses fueron claros, Moana solo puede ser tu compañera de aventura, lo que sea más allá de eso le traerá consecuencias, incluso podría perder su inmortalidad y morir de la forma en la que pasó la otra vez, ahogada y alcanzada por un rayo ¿Quieres eso para ella?

— Obviamente no

— Entonces déjala ir... Es lo correcto

Maui trató de no soltarse a llorar, arrojó su anzuelo debido a la frustración. Después de mucho pensarlo asintió — De acuerdo... Creo que me iré más pronto de lo que pensaba