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Capítulo 75

Taehyung miraba ese hermoso paisaje que por primera vez veía. Donde terminaba la tierra y comenzaba el Mar del Este. Había visto en algunas ocaciones ese sitio por televisor, quizás una que otra foto en algún lugar y, pese a que tardó varios minutos en reconocer el camino, logró descifrarlo.

— ¡Estamos en Cabo Ganjeolgot! Dios, es mi primera vez en Ulsan y es tan lindo como lo imaginé. Aún más hermoso que por televisor. — Comentó Taehyung emocionado mirando el mar y el faro que quedaba a varios metros de la carretera.

Jungkook sonreía frente a las reacciones de su esposo. Sabía que el destino escogido le iba a gustar, no olvidó sus comentarios mientras veían aquel programa de variedades donde un grupo de personas se dedicaban a escoger las mejores locaciones para sacar las mejores fotos. Su esposo en aquella ocasión de había maravillado con todo lo que mostraron de Ulsan, comentando que sería lindo e interesante visitarlo.

Por ello, cuando pensó en un lugar al que pudieran viajar, sin tener que salir de Corea del Sur o ir a los típicos destinos como Busan o la Isla Jeju, ese fue el primer sitio que se le vino a la mente. A él también le había resultado un lugar interesante y quería visitar todos aquellos lugares con su alma gemela. Ahí, donde el sol salía primero, un sitio mágico. Era el destino perfecto para el primer viaje de familia porque, aunque su bebé aún no había nacido, estaba con ellos.

Había preparado todo un itinerario para sorprenderlo, estudió detalladamente toda la ciudad; cafés, restaurantes, lugares de atracciones turísticas. Comenzarían por la casa de las luces, ofrecía una buena vista de toda el área y estaría el famoso y gigante buzón de correos que Taehyung tanto quería ver. Verían el romántico molino de viento y por último visitarían la mansión donde aquel drama que tanto les había gustado fue filmado.

Para un primer día, tendrían suficientes atracciones para desconectar de la realidad, olvidar las cosas tristes que habían estado afrontando los últimos días. Podrían estar en pareja, solo ellos y nadie más.

— Amor, es sinceramente hermoso. Escogiste un buen lugar aunque te confieso que cuando dijiste sorpresa, imaginaba que terminaríamos en algún lugar fuera de este planeta. Príncipe Eidon, no ha excedido mis expectativas. — Bromeó cercándose a él para besarlo, ignorando el hecho de que estuviera conduciendo.

— ¿Realmente te hubiera gustado salir del planeta? — Preguntó mirándolo de soslayo.

— Si no rechazo un viaje fuera de Seúl porque quiero siempre viajar a pesar de no poder, ¿crees que no me gustaría conocer cualquier otro lugar de este universo? Muero por ver de cerca aquellos lugares que solamente he visto a través de telescopios videos y fotografías. — Se volvió a sentar correctamente en su asiento con una amplia sonrisa mientras hablaba lleno de entusiasmo. — Estudié astronomía porque realmente amo cada cuerpo celeste de nuestro universo. Los planetas y sus satélites, cometas y meteoroides, las estrella su materia interestelar, sistemas de materia oscura, galaxias y sus cúmulos.

Jungkook lo escuchó sin interrumpirlo hasta que logró encontrar un lugar donde estacionar su vehículo. Quizás su esposo no sabía que no era del todo humano pero siempre se sintió atraído a su otro lado, su herencia a y su procedencia.

Justo como lo había leído, todo estaba tranquilo y con pocas personas alrededor, solamente durante la espera de fin de año, ese lugar se volvía una locura, haciéndolo tranquilo y relajante el resto del año.

El clima era agradable, el sol brillaba y la temperatura era amena. No había polvo en el aire y las mascarillas tampoco eran necesarias. Aun sin proponérselo, habían escogido el día perfecto. Taehyung se apresuró a tomar su cámara y descendió del vehículo tomando fotos como si el paisaje se le fuera a escapar.

— Apúrate Kook, tómame una foto delante de es enorme buzón verde. — Le extendió su cámara sonriendo, sin poder creerse estar ahí y corrió a pararse delante del inmenso buzón. — Saca lo mejor de nosotros. — Jungkook bajó la cámara y lo miró con una mueca que denotaba su falsa incomodidad. — ¿Por qué no me tiras la foto?

El luniano relajó su rostro después de grabar correctamente en sus recuerdos cada expresión del rostro de su pareja. Era lo que en Tellus llamaban una obra de arte. Enfocó la cámara y comenzó a tomar varias fotos, terminando al lado de su pareja, siendo también fotografiado. Dejando plasmado y grabados esos momentos en ese aparato digital.

Podían ver el mar brillar gracias a los fuertes rayos de sol y los barcos que navegaban por él desde un pequeño monumento situado a un lado de la carretera, donde una roca inmensa, avisaban a los transeúntes de la locación en donde se encontraban.

— Me gustaría que nuestro frijolito pudiera observar esto con nosotros. Es tan bonito que parece magia. — Se dejó abrazar sintiendo la brisa agitar su cabello azulado. No había vuelto a cambiar desde dos noches atrás cuando supo que tendrían un niño pero eso era lo que menos le interesaba ahora.

—Quizás no pueda ver el paisaje o admirarlo como nosotros pero puedes transmitirle tus emociones de este momento para que Esir lo pueda sentir también.

— ¿Puedo hacer eso? — Jungkook asintió besando su mejilla y alejándose de él. Hacía demasiado calor para estar tan pegados. — ¿Cómo?

— Concéntrate y dile a tu mente qué hacer. — Posó sus manos en el vientre del terrestre por encima de su camisa. — Tu lazo con él es algo más fuerte pero yo también lo intentaré. — Tomó las manos de su esposo y las colocó debajo de las suyas.

Ambos sonrieron al sentir como su bebé se movía animadamente, como si estuviera contento por el momento, saltando de la emoción al sentir a sus padres tan cerca. El luniano miró al rededor cerciorándose de que no hubiera mucho público y unió sus labios a los ajenos con la comisura de sus labios curvadas hacia arriba. Ese momento era suficiente para mermar cualquier tristeza que afligiera sus corazones.

Un grupo de personas animadas, aplaudiendo en medio de un gran césped, estaban aglomeradas cuando ellos iban caminando juntos cerca de ellos. No sabían bien de qué se trataba pero bajo la insistencia del terrestre se acercaron para ver. Habían varios obstáculos y conos que hacía parecer aquello como un sitio de entrenamiento de mascotas, sin embargo, estaban realizando juegos de parejas.

— ¿Vamos a participar? Creo que hacer algo así juntos sería divertido, nunca hemos hecho algo así. — Murmuró Tae entusiasmado.

— Amor, no creo que sea prudente en tu estado.

— ¿Por qué eres tan aburrido? No creo que ocurra nada por jugar un poco. Mi krok es lo suficientemente resistente como para aguantar más que un juego además, haría menos esfuerzo físico que haciendo ya sabes qué. — Se cruzó de brazos y miró como sacaban varios globos de colores y anunciaban el siguiente juego.

— ¿Estás molesto porque no quiero que te expongas?

Tae pretendió no escuchar sus palabras y se centró en las parejas que iban saliendo a jugar. El animador ondeaba los globos en el aire e informaba de qué se trataba el juego.

— Revelo de globos... El partido se jugará en pareja, mientras un miembro espera en la línea, otro deberá ir hacia él con un globo entre las piernas y otro bajo cada una de sus axilas sin dejarlos caer. Al llegar a la línea de meta deberán reventarlos entre los dos con sus cuerpos. La pareja ganadora, obtendrá dos boletos para ir a una cita nocturna a cualquiera de las atracciones populares de la zona. que tendrán una validez de siete días.

Jungkook observaba la cara de decepción en su Ato, maldijo en su interior al sentirse tan vulnerable frente a él. Realmente no entendía mucho la necesidad de ganar un juego o esos boletos cuando podían permitirse entrar a los lugares que quisieran sin problema alguno. No obstante, la mirada de Tae le indicaba que quizás no era solamente eso. Quizás, se trataba de experimentar lo que las parejas humanas hacían, podía necesitarlo o desearlo y él no se daba cuenta de esas cosas aún.

Por eso, sin que el de cabellera azul se percatara, tomó su mano y lo llevó hasta el centro. Sabía que tal vez algunas personas los mirarían extrañados ya que eran la única pareja de hombres presente. Pero, aún así, ignoró cualquier otro pensamiento existente que no fuera disfrutar del momento con su terrestre.

Confundido, Taehyung lo siguió sin rechistar, viendo como era arrastrado por su esposo. Quería preguntarle qué sucedía, su cambio de idea pero dejó todo eso de lado en cuando lo vio sonreírle. ¿Por qué era tan maravilloso?

Era un hecho que los dos ganaría pero no fue el final del juego lo que los emocionó a ambos ni lo que más disfrutaron. El luniano amó ver ese lado de su esposo, como un ave libre que volaba hacia él, su cabello siendo agitado por el viento como el plumaje más sedoso. Una sonrisa genuina, que dejaba de lado cualquier preocupación que hubiera rondado en su cabeza. Para Tae no fue diferente, regocijándose al ver a su príncipe divertirse con algo tan sencillo, como un humano o joven cualquiera. Siempre con esa mirada sincera, brillante y llena de amor que le dirigía.

Cada vez que sus cuerpos se unían para reventar un globo, lo lograban al primer intento, ganándose que los vitorearan y aplaudieran por su excelente química y destreza. Sus risas opacaban cualquier otro ruido que hubiese a su alrededor, porque solamente existían ellos.

— ¿Qué lugar escogeremos para nuestra cita nocturna? — Brincaba Taehyung abanicando sus boletos orgullosos. — Hay miles de opciones disponibles. Ganamos una batalla de parejas juntos, porque somos invencibles y por eso obtuvimos lo mejor.

— Esta noche no podremos ir a ningún lado pero, si escoges el lugar al que deseas ir, iremos juntos mañana en la noche. — Estiró sus brazos para abrazarlo pero a modo de protesta y berrinche exagerado, Taehyung dio un paso atrás. — Sin berrinches, Kim Taehyung, ya planeé la noche de hoy pero te prometo que mañana en la noche haremos lo que desees. No me hagas berrinche por favor, ¿sí? Por favor, hermoso... — Abultó su labio inferior y el terrestre no tuvo más remedio que reír y abrazarlo.

— Te odio y te amo, luniano insoportable. No me voy a molestar por eso, lo que importa es que estemos juntos, ¿no lo crees? — Kook asintió tomando su mano, mirando hacia el océano.

El agua estaba tan clara, tan tranquila, que les transmitía paz y serenidad. Bonito, agradable y relajante, Ganjeolgot era todo eso y más. La presencia de ambos en un lugar tan agradable era una de las causas de esas resplandecientes sonrisas que tenían mientras caminaban a lo largo del paseo marítimo. Mirando el faro, el mar, los verdes céspedes que se encontraban al otro lado de la carretera y la mansión que se veía a pocos metros de ellos.

— Amor, esta es la villa donde se quedó Kim Taejin, el personaje principal de "Llamas del deseo." — Le señaló la entrada principal del establecimiento al luniano emocionado.

Gran parte estaba decorada como una residencia común pero otras eran como pequeños museos que guardaban historias. Paredes llenas de fotos de artistas o personajes célebres. Al final del pasillo principal encontraron un gran estudio fotográfico blanco como si estuviera preparado para celebrar una boda, con un piano, escalera blanca pintada al estilo vintage, hermosas cortinas que adornaban el techo junto a plantas y flores blancas.

— Me encanta este ambiente clásico. — Exclamó Jungkook mirando el entorno.

— A mí también. Hace que quiera tomar fotos con tan solo mirarlo. — Tomó en sus manos una de las enredaderas artificiales que adornaban el instrumento musical.

— Quédate justo ahí, hermoso. Te tomaré una foto. — Retiró la cámara de sus manos y le hizo señas para que se acomodara.

— ¿Qué opinas de esto, me vería bien si lo utilizo? — Le mostró una diadema de flores que estaba allí situada para hacerse fotos. — Creo que luciría aún más hermoso, ¿qué opinas?

— Te verás hermoso como sea. — Acomodó un mechón de cabello tras su oreja y enderezó la diadema.

Se sentía como si estuvieran tomando las fotos de boda que no hicieron antes. Con un ramos de flores en sus manos, la pequeña corona de su cabeza, su atuendo, el lugar, era como un hada que llegaba al reino humano. Al menos eso era lo que pasaba por la mente de Taehyung, lo mismo que hacía a Jungkook reír, no obstante, no podía diferir de los pensamientos de su esposo.

— ¿Desean tomarse una foto juntos? — La dulce y clara voz de una de las guías y trabajadoras del lugar, sonó tras ellos haciéndolos voltear. — Clientes, si desean puedo tomarles varias fotos.

El luniano dudó un poco pero el mafa de su hijo no tardó en arrebatarle la cámara para entregársela a la señorita que paciente y sonrientemente los esperaba. Tomaron varias fotos juntos, sentados en los pequeños escalones que tomaban forma de escalera, en la típica escalera de madera recreando a Romeo y Julieta, selfies, y otras tantas más. Reían como bobos, como típicos recién casados y la fotógrafa temporal reía con ellos. Agradecieron su esfuerzo y tras despedirse de ella miraron lentamente las fotos.

— Borra esa. — Señaló Tae. — No me gusta, me veo gordo.

— ¿Gordo? No, te ves hermoso, tu rostro luce muy inocente y feliz, me gusta. Si deseas después puedes recortarla y ocultar el resto del cuerpo.

— Ah, entonces aceptas que estoy gordo...

— ¿Qué? No, no dije eso, solamente dije que si tú quie-

Taehyung se burló de su leve tartamudeo y nerviosismo, le parecía demasiado tierno que se tensara por esa pregunta. La verdad era que no le importaba verse gordo mientras tuviera a su bebé en su krok, ya después podría estar en forma.

— ¿Te estás burlando de mí? — El peli-azul asintió. — Eres un mal esposo.

Amaban reírse por esas pequeñas cosas, por boberías sin sentido que solamente ellos dos podrían encontrar divertidas. Subieron hasta la planta alta y desde uno de los balcones apreciaron abrazados la hermosa vista que desde allí tenían, del sol, de la brisa y del delicioso clima.

— Creo que una hamaca estaría bien, tengo incluso deseos de leer un libro contigo. Todo es tan relajante.

— ¿Un libro en un lugar como este?

— Cualquier lugar es perfecto para leer. ¿Sabes en qué pienso ahora? Recuerdo el libro del Principito. En él, un piloto se encontraba perdido en el desierto del Sahara después de que su avión sufriera una avería, conociendo a un pequeño príncipe proveniente de otro planeta. Tú eres mi príncipe de otro planeta que me encontró cuando mi vida sufría la avería más grande. Solo y abandonado en un lugar que nada le envidiaba al desierto, me rescataste.

—No he leído ese libro, creo que lo leeré.

— "No se ve bien sino es con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos." Ahora entiendo realmente su significado. Lo aprendí a tu lado. Tú también deberás hacerte responsable para siempre de este chico descarrilado que has domesticado. — Jungkook enarcó sus cejas intrigado y lo besó. — Tú eres mi rosa y con el tiempo te hiciste más y más importante para mí. Gracias por llegar a mi vida Eidon.

...

— Me encanta este lugar. Es perfectamente hermoso y armoniza muy bien con Ganjeolgot y todo lo que hemos visto en el día. Me enamoré en cuanto entramos. Es muy diferente a nuestra casa tan amplia y tecnológica. Es como un refugio de amor, un nido hecho solamente para nosotros dos.

Estaban a penas con los pijamas luego de tomar una ducha, sentados en un pequeño sofá de la terraza. La luces que adornaban la pared del exterior se encontraban encendidas, iluminando el lugar, y haciendo lucir a las enredaderas, aún más hermosas.

— ¿Te gustaría que tuviéramos una casa como esta para nuestros escapes futuros?

— No lo necesitamos, luniano que todo lo quiere comprar. Es más que suficiente con que el día que deseemos venir a un lugar así, hagamos lo mismo que ahora. Rentamos un pequeño espacio y tenemos momentos únicos como este.

Jungkook meditó unos segundos antes de abrazarlo y dejar que las suaves caricias de su terrestre lo estremecieran. Se sentía protegido en sus brazos así como deseaba protegerlo a él. Quería que su vida siempre fuera igual de hermosa y tranquila como ese día que aún no culminaba pero, sabía que eso era algo imposible.

— Vamos a cambiarnos de ropa, ya es hora de marchar. — Rompió el silencio de forma repentina.

— ¿Eh? ¿Marchar a dónde? — Interrogó confundido poniendo algo de distancia entre ellos.

— Te dije que no podríamos usar los tickets ganados hoy en la noche porque ya tenía algo planeado. Ya llegó la hora, así que ve a vestirte en lo que yo llamo a mi mafa un momento.

Taehyung dudó por un momento pero se levantó, lo besó y se fue hacer justamente lo que le había dicho. No sabía qué lugar visitaría o que atuendo sería el más ideal pero esperaba que con un pantalón y camisa estuviera acorde para ingresar a cualquier establecimiento o sitio. Era algo que podría combinar casi con cualquier ocasión. Minutos después el luniano también entro a la habitación, abrió su maleta y de ella sacó un conjunto algo parecido al de su pareja, solo que era totalmente en negro. Pantalón y camisa, algo sencillo que se ajustaba bien a su cuerpo.

El terrestre tocó sus bolsillos controlando que tuviera todo lo que esa noche pudiera necesitar y se dirigió hasta el portal donde su esposo ya lo esperaba.

— ¿Estás listo? — El mafa de Esir asintió esbozando una sonrisa. — Luces hermoso como siempre.

— Tú luces precioso. — Entrelazó sus dedos, pellizcó sus mejillas y lo besó. — ¿A dónde iremos, es también una sorpresa?

— Sorpresa...

Se sorprendió cuando cuando su humano le sacó la lengua apretándole el trasero pero, devolviéndole el gesto ya más relajado, terminó abrazándolo para ocultar su nerviosismo. Permanecieron unidos en ese abrazó durante largos minutos. Taehyung estaba perdido en su pecho, respirando su aroma y disfrutando su abrazo, sin embargo, había sido demasiado extenso.

— Amor, se nos hará tarde. ¿No dijiste que ya debíamos irnos?— Musitó acariciando la espalda ajena sin poner distancia de por medio. — Mejor vamos ya porque sino llegare-

¿Qué estaba ocurriendo? Sus palabras se esfumaron en el momento que miró a su alrededor. Hasta hacía minutos antes la vista era totalmente diferente. Apartó lentamente a su esposo y miró detenidamente a su alrededor. Una intensa tos se apoderó de él y sus ojos comenzaron a lagrimear.

— ¿Q-Qué sucede? ¿Dónde estamos? — Llevó las manos a su garganta y después fijó la vista en su esposo. — ¿Kook?

— Fuera de Tellus. Estamos en Satillian, Titán como le dicen en la Tierra.

Hola mis lunianos, espero que estén bien.
Aquí les dejo un nuevo capítulo que espero que disfruten y sí... Nuestros niños no están en Tellus 🙈😘
Nos vemos en el próximo capítulo.😘
💜LORED💜

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