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Capítulo 63

Meses atrás cuando vivía su vida por vivirla, no lo pensaba dos veces si debía involucrarse en alguna pelea aunque jamás las buscara. Le daba lo mismo vivir que morir porque su día a día carecía de sentido, vivía en un bucle donde parecía repetirlo diariamente aunque algunas personas variaran. Sin embargo ahora, ese ser que se encontraba creciendo ahí donde sus manos cubrían lo hacían temer frente la eminente presencia del peligro. No se sentía capaz de luchar aunque sabía que lo haría con uñas y dientes si tan solo dieran un paso cerca de él y su bebé.

No había controlado sus poderes, ni siquiera sabía cuales tenía y cuales no, la idea que tenía de estos era muy vaga porque no pudo entrenar mucho con Esir a cualquiera de ellos debido a su embarazo. Todo lo que sabía era lo poco que le habían dicho y descubierto por su cuenta. Pero no le importaba, nada de eso lo hacía, si se trataba de su hijo, no había nada que lo detuviera, mismo si el miedo a que sufriera algún daño se lo estaba comiendo.

— Todo saldrá bien y no tienes que hacer nada, simplemente permanece en el vehículo. Tiene todo lo suficiente para mantenerte resguardado temporalmente mientras nosotros nos encargamos de los hedios. Con tu voz podrás activar las armas y utilizar la que desees del panel que se abrirá ante ti. No vayas a bajarte por ningún motivo. — Habló Kook acelerando y alejándose de la avenida principal, esperando alejarse un poco de la urbanización aunque en pleno centro de Seúl, le costaría mínimo una hora llegar a algún lugar así.

Taehyung brincó cuando sintió que algo había caído en el techo, vio una mano con algo que no sabía si era un hacha o una pistola golpear el parabrisas del lado de Kook. Con una rápida maniobra el príncipe lo hizo caer y le pasó por encima, si bien no estaba muerto, por lo menos lo retardaba y ganaba algo de tiempo.

Sus sorpresas no parecían tener fin, cuando vio que sin más la imagen de Yoongi junto a Jimin frente a ellos en una especie de holograma, enmarcándolos como si estuvieran dentro de un cuadro. Era evidente su preocupación al igual que el resto de la familia que murmuraban a sus espaldas.

— Eidon, tuve la alerta de que aproximadamente veinte hedios entraron en este hemisferio hace algunos minutos, posiblemente con tu coordenada exacta o al menos casi exacta, debes estar alerta. Yo ya voy a salir en tu búsqueda, estaba duplicando la seguridad de la casa.

— Ya lo sé fada, me están rodeando y ya entré en contacto con uno, — habló sin mirarlos, con la vista fijada en la autopista — Entre mi suegro y yo podremos resolver esto, quédate an casa protegiendo a los demás, debe haber alguien con poderes para en caso de que reciban también una emboscada.

— El radio orbital de Luna dorada se ha reducido de 400.000 kilómetros a a 220.200, eso quiere decir que está demasiado cerca, puede que Hedas haya encontrado una forma o que por mi ausencia todo esté cambiando. Recibí una llamada de tus abuelos y la capa de protección junto a la barrera que dejé cuando escapé se están desintegrando. Si eso ocurre en su totalidad estaremos expuestos en el universo y ellos podrán mandar un ejército aquí de ser necesario.

Jungkook analizaba fríamente la información recibida de su padre. Si su radio orbital medio había disminuido, lo más probable era que su período orbital sinódico también. Guiándose por sus cálculos, de treinta y cinco días que solía durar ahora quedaba menos para que su período sideral les permitiera en aproximadamente quince días lanzar un nuevo ataque con su localización exacta. Eso sería demasiado peligroso si no tenían el control total de todo.

— ¡Fada, tiene que regresar cuanto antes! — Yoongi asintió, él lo sabía y sus padres también le habían dicho lo tétrica que estaba la situación en Luna Dorada.

— Por ahora concentrémonos y si todo sale bien, mañana nos reunimos.

La llamada terminó y sin decir nada más, Jungkook activó el nitrógeno de su vehículo, sobrepasando ampliamente el límite supuesto para ese modelo de automóvil que él había modificado en su totalidad, dejándole solamente una copia de su carrocería. Por la impresión Tae se aferró a su asiento y cubrió su barriga, sin decir algo que afectara la concentración de su luniano.

Otro luniano cayó en el capó del vehículo, el castaño no sabía de donde salían que lograban caerían acertadamente encima de ellos. Repitiendo la maniobra que lo ayudó a deshacerse del primer hedios, Kook se liberó de ese otro.

Habían transcurrido aproximadamente diez minutos, cuando entraron a un lugar parecido al que usaban para entrenar con Esir y, como si lo estuvieran llamando, el mismo cayó cual cometa encima de ellos y corrió al lado del vehículo igualando su velocidad.

— ¡Estás aquí! — Habló Kook mirando a su ayo.

— Soy tu guardián príncipe, siempre estaré a tu lado, hasta el fin de mis días. — Miró alrededor y cerró la puerta del auto, tirando del brazo de Jungkook. — Ya no estamos solos... ¡Que comience la fiesta!

Usar sus armas de fuego podía ser peligroso, tenían un largo alcance aún cuando impactaban en el camino con cualquier cuerpo viviente. Por ello, para evitar que se dañase cualquier propiedad de las que se encontraban relativamente cerca y comenzaran las investigaciones, decidieron usar el combate cuerpo a cuerpo ayudado por sus propios poderes y una que otra herramienta en las cuales auxiliarse.

Para Taehyung aquello era como haber entrado en una película de ciencia ficción, los hedios lucían relativamente iguales a ellos. Bueno, después de todos eran lunianos que preferían estar bajo el mandato de Hedas no tenían por qué ser diferentes. Aún así, sus vestimentas mucho más raras que las que Jungkook tenía el día que lo vio y el evidente brillo — menos resplandeciente que el de su pareja y Esir — que cubría sus largas cabelleras. Las hacían resaltar pero el color no cambiaba.

Siempre supo de las amenazas y de los hedios pero jamás los había visto, dejando aquello en su subconsciente como si de una fantasía se tratase. Ahora, estaban allí, frente a él, rodeándolos. ¿De a donde habían salido tantos?

Sintió la puerta de su automóvil ser forzada pero pocos segundos después, notó como lo que parecían estacas de hielo clavarse en el cuerpo de la criatura, matándolo al instante. Su vista por el parabrisas divisó a Kook que lo miraba atentamente, quiso gritarle que había uno acercándose por detrás pero su voz no salía. Lo que no supo era que sus pensamientos si fueron escuchado y que justo cuando el hedio se acercó, el luniano se volteó y lo tomó del cuello. Lo siguiente que vio fue, nada, el sujeto desapareció como cenizas en el aire. ¿Qué demonios había sido eso?

Un calor insoportable crecía cada vez más en su interior, su sangre se sentía como lava, sus manos le ardían y su cabeza parecía querer partirse en dos del dolor. Ese era el peor momento para sentirse mal, tenía que estar alerta. Jungkook percibió su preocupación pero cuando corrió hacia el vehículo fue interceptado por otro hedio al que eliminó pero cuando dio otro paso, dos más le impidieron el paso. Negó con su cabeza molesto y caminó en reversa para impulsarse contra estos, alejándolos a su vez de donde su vida se encontraba. Taehyung y su hijo.

Hoseok también combatía ágilmente contra dos de ellos. Tenía poderes ganados gracias a su unión con Kore pero aún así eran menos potentes que el de sus acompañantes. Se tenía que apoyar y ayudar más en los dos cuchillos que empuñaba, su velocidad, destreza y sus excelentes reflejos.

A espaldas del castaño Esir batallaba mientras peleaba con tres de ellos. No tenía casi fuerzas, estaba cada vez más débil y sus movimientos, aunque procuraba que siempre fueran precisos y contundentes, eran lentos en comparación con su nivel de lucha. Sabía que le quedaba poco y con esa pelea sus energías disminuían en grandes cantidades y a gran velocidad. Contaba a su favor con algo, más sabía el diablo por viejo, que por diablo. Por lo que su extensa experiencia en batallas, siendo de los pocos que lograban ser caballero negro, lo ayudaba en esa situación.

Saltó encima del coche y cuando lo intentaron seguir, lanzó una ráfaga de energía que hizo sus sangres coagularan al punto de reventar sus órganos rápidamente. Logró eliminar a los tres de una sola vez pero cayó al suelo mientras tosía. Miró la tierra que parecía desesperada por nutrirse de la sangre que su tos dejó salir y cerró sus ojos. Respiró profundamente con pesadez, al estar tan débil le costaba controla su sistema, cosa que hacía que se le hiciera difícil respirar en la tierra. Buscó rápidamente entre sus bolsillos el purificador y lo colocó en su nariz.

— ¿Estás bien? — Miró al dueño de esa voz para de forma continua asentir. — Vamos, levántate, yo te cubriré.

Hoseok ayudó a Esir a reincorporarse, con una leve sonrisa se saludaron y encararon a los nuevos hedios que comenzaban a rodearlos.

Taehyung miraba asustado como más enemigos comenzaban a llegar. ¿No había dicho su suegro que había calculado a veinte de esos tipo? ¿Por qué aparecían más? Él estaba mirando todo y estaba seguro que ya habían matado más de esa cifra. Miró como las palmas de sus manos se despellejaban y en su interior su bebé se movía.

— Frijolito, de verdad... Ahora no es un buen momento para que comiences a moverte, estoy feliz pero aguanta un poco. — Habló con su barriga retorciéndose del dolor.

Como en respuesta a sus palabras, como si estuviese protestando con deseos de ayudar a su padre en la lucha, se movió más fuerte dejándolo sin aire por varios segundos. Solamente tenía tres meses de embarazo, ¿cómo podía ser aquello? Buscó apoyo en la guantera con una manos, acariciándose el vientre con la otra, entonces, de repente, notó como su piel comenzaba a cambiar como había hecho la de Kook momentos antes.

Oficialmente se moría del miedo, todo su cuerpo sufría de escozor mientras que sus sentidos se agudizaban. Estaba sufriendo una metamorfosis consciente por primera vez. Las venas de su complexión sobresalían, su respiración cambiaba y sentía como bajo su mano todo se comenzaba a derretir. Una gran angustia lo embargó, preocupaciones hacia su persona y fue cuando se percató que lo que estaba sintiendo, realmente era lo que sentía Kook.

Alzó su vista divisándolo de inmediato, rodeado por muchos hedios, los eliminaba y llegaban más. ¿Dónde estaban Esir y su padre que no lo ayudaban? Recordó como el luniano le advirtió que no se bajara del vehículo pero en ese preciso instante, disculpándose con su hijo por ponerlo en peligro por lo que iba hacer, quitó el seguro de su puerta, saliendo por la misma segundos después.

Jungkook escuchó como se cerraba la puerta de su auto, también los pensamientos de su pareja que no sabía exactamente que hacer. Afincó sus pies y saltó como un resorte varios metros por encima de los hedios, cayendo dos metros más lejos.

— ¡Vuelve adentro, Taehyung! — Gritó asustado deteniendo a todos aquellos que iban en su dirección.

— ¡No! — Respondió en el mismo tono sintiendo su pulso acelerado, a su bebé disfrutando de aquello con un torrente de adrenalina de lo corroía.

— Regresa al vehículo maldita sea, escucha lo que te digo por una vez.

El terrestre lo ignoró y corrió hacia él esquivando ávidamente a los enemigos. Cuando su padre y Esir se dieron cuenta de lo que ocurría corrieron en su búsqueda dejando a todos los hedios detrás, quienes con grandes saltos los persiguieron, siendo Hoseok el primero en ser derrumbado. Con fuerza clavó el cuchillo en el cuello de la criatura que tenía encima y con un solo movimiento, lo decapitó.

Se levantó siguiendo a Esir pero cuando se fueron acercando una brutal energía que los hizo doblegar y una luz tan fuerte provocada por altas llamas de fuego que se levantaban le hicieron cerrar sus ojos. Fracciones de segundo después cuando sus cuerpos volvieron a responderles, ambos se pusieron de pie pero lo que vieron los volvió a dejar paralizados.

Taehyung sostenía la mano de Jungkook y juntos irradiaban un brillo, los y energía sin igual, poco a poco iba mermando pero era sorprendentemente hermoso, así como peligroso. No quedaba un solo hedio de pie, todos habían sido incinerados y convertidos en ceniza, incluso algunos árboles también ardían en llama.

El terrestre no sabía lo que había hecho ni como había ocurrido aquello, simplemente se dejó guiar por su instinto cuando corrió hacia él esquivando aquellas criaturas. Kook había sostenido su mano para colocarlo detrás de él y protegerlo pero como si su frijolito le dictara qué hacer, entrelazó sus dedos y dejó de luchar contra el calor que lo había estado azotando. Lo próximo que sintió fue un raro olor a quemado y cuando abrió sus ojos, todos se habían convertido en partículas de polvo.

El príncipe estaba igual de sorprendido y tras ver aquello solamente atinó a palpar el cuerpo del castaño, buscando que no lo hubiera ocurrido nada. Su mano derecha permaneció en su vientre cerrando sus ojos y suspiró aliviado al sentir que su hijo también se encontraba bien.

— ¿En qué mierda estabas pensando, Taehyung? — Cuestionó gritando aún temblando del susto y miedo que lo invadió al pensar que algo les podía haber ocurrido. — Hablé claramente contigo, te di una puta orden, nunca lo hago pero aún así me desobedeciste. ¿Te cuesta tanto hacerme caso por una puñetera vez? Siempre haces lo que se te da la gana.

Taehyung trataba de controlar sus lágrimas sin lograrlo, le dolía que le hablara así, además, todavía estaba bajo los efectos de su preocupación y miedo, con todos los sentimientos a flor de piel. Estaba claro que se había equivocado al no hacerle caso, pero aún así no se arrepentía.

— ¡Te iban a matar! — Le gritó empujándolo, caminando en círculos mientras se agitaba el cabello. — Estabas rodeado de esos hombres, no vi a mi padre, tampoco a Esir, el pánico me cundió y solamente pude pensar en salvarte y así lo hice.

— ¡Pude haberlo hecho solo! — Exclamó dejando salir sin querer energía de más, paralizando a su pareja que no podía reaccionar ante esta, estaba debilitado. El luniano imitó sus gestos y llevando ambas manos a la cabeza tiró de las hebras de su pelo con fuerza y gritó, un grito que resonó hasta en el lugar más recóndito de aquel campo en donde se encontraban. — S-Si les llegaba a pasar algo yo... — Lágrimas comenzaron a caer.

— No nos pasó nada, amor.

— Pero pudo haberles pasado, no te das cuenta de la magnitud de la situación. Yo también podría haber usado mis poderes al máximo pero eso también era un peligro, incluso para ustedes. Si a ti o a nuestro hijo les ocurriese algo perdería la razón.

Caminó hasta él y se dejó caer, con su cabeza apoyada en su hombro mientras lloraba. Logrando moverse, el terrestre lo abrazó y acarició su cabello mientras besaba su cabeza. Lo comprendía, sabía que su reacción era producto del mismo pavor que se apoderó de él cuando decidió salir del vehículo.

— Lo siento... — Suspiró tratando de contener sus propias lágrimas. Ninguno de los dos se había percatado de que estaban solos y de que Esir se había encargado de apagar el fuego de los árboles antes de que comenzara un incendio forestal. — No debí haber actuado así, fui imprudente, pero entiéndeme.

Lo hacía, lo entendía pero no dejaba de sentirse débil tan solo con la idea de lo que pudo haber ocurrido. Se irguió y lo guardó entre sus brazos, fundiéndose en un abrazo reclamando sus labios. Apretándolo para así también sentir a su hijo.

— Vamos a casa... — Tae asintió y tomó su mano dejándose guiar hasta el auto, viendo como su padre, quien parecía haberles dado privacidad, ya estaba sentado en la parte trasera.

Eidon sabía que si bien por ahora se había acabado, no era más que cuestión de días para que pudieran volver atacar. Quizás lo hacían o quizás esperaban más tiempo para preparase mejor, pero sin duda regresarían.

Nadie habló, ninguno dijo nada en todo el camino hacia la casa. Hoseok se limitó a pensar viendo como la pareja iba con sus manos entrelazadas, su hijo mirando por la ventanilla y su yerno conduciendo a gran velocidad.

El príncipe le dejó saber a su padre que todo estaba bien, recibiendo por su parte también una respuesta positiva una vez que llegó a su casa, acordando reunirse al día siguiente para hablar no solo de lo sucedido, sino también de lo que ocurriría y las medidas a tomar.

Recibieron también una visita inesperada de Namjoon quien al enterarse y salvaguardar a Jin, corrió ayudarlo, llegando ya demasiado tarde. Kook tranquilizó a su amigo mientras ambos se tomaban una copa de vino luego de ayudar a Tae a bañarse y meterlo en la cama. Para él sería imposible conciliar el sueño en ese momento, todos sus sentidos estaban alerta, aunque intentó parecer optimista, calmado y sin preocupaciones frente a su alma gemela, lo cierto era que nada más lejos de la realidad.

— Regresarán... — Musitó Namjoon. — ¿Lo sabes cierto? Poco a poco irán incrementando su ataque, tanteando el terreno y viendo la capacidad de ustedes. Seguro piensan que dejaste salir tu poder pero si descubren que fue tu alma gemela y que espera un hijo tuyo...

— Lo sé. Estoy consciente de que esto es menos que el inicio y si estuviera solo estuviera tranquilo pero con ellos de por medio, me siento vulnerable. Me dan mucho más fuerza pero también me cohiben mucho, el solo pensar que les pueda ocurrir algo... — Suspiró empinándose la botella que sabía que no le haría efecto alguno pero que al menos lo tranquilizaba o mínimo le daba esa sensación. — Muero con ello si los pierdo.

Nam se acercó a su amigo y acarició su espalda, luego apretó sus manos y lo miró. — No puedes morir y ellos tampoco lo harán si luchas por salvarlos, si estás dispuesto a dejar que incluso Luna Dorada se desvanezca por ellos. Nadie es más importante que ellos, así que quiero que sepas que cualquier acción que tomes la respaldaré. Jin es mi todo e incluso su familia y haría todo por él, no quiero ni imaginarme lo que haría si también esperara un hijo mío.

Son una débil sonrisa carente de fuerza, Kook lo miró, sintiendo un escalofrío recorrerle con sus palabras pero a la vez llenarse de serenidad. Eso era lo que llamaban un amigo, le hacía bien poder hablar de sus temores con alguien. Frente a su padre siempre se mantenía fuerte y tanto a Taehyung como a su mafa, no quería darles preocupación que los pudiera afectar. Hablar con Namjoon era como si purificara y rehabilitara sus pensamientos.

🖤🙊🖤
Hola, hola 👋🏾 ¿Esperaban otro capítulo hoy?
Pues logré terminar ambos hoy así que aquí está. Siempre que me pierdo intento recompensarlos. Espero que lo hayan disfrutado y ahora sí, me iré a descansar. Ya son pasada las 3de la madrugada. Nos vemos en el próximo.
LORED
🖤🖤🖤

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