Capítulo 6
Jungkook en la mañana se había sentido aliviado de ver que Taehyung no se le acercaba pero a medida que el día fue avanzando su actitud tranquila y callada le causaba interés. No es que quisiera que le hablara pero era sumamente extraño que no le dirigiera la palabra ni una vez y que estuviera cabizbajo todo el tiempo o perdido en sus pensamientos.
En ese momento deseó tener el poder para saber que tenía en sus pensamientos. Lo siguió con la mirada durante todo el día pero ni en solo segundo se cruzó con la suya. Por su mente pasó preguntarle si todo estaba bien con él pero eso hubiera sido muy extraño así que solamente se limitó a observarlo hasta que en la tarde un mensaje le hizo recordar que tenía un encuentro por la tarde.
"Estaré en Kard en aproximadamente una hora, según lo acordado. Muchas gracias de antemano. - Kim Namjoon"
Jungkook leyó el mensaje observando como Taehyung caminaba hacia las oficinas de los profesores, sabía que le ocurría algo y esperaba que se resolviera pronto porque por alguna inexplicable razón no le gustaba verlo así, quizás porque estaba acostumbrado al enérgico y engreído chico que se encargaba de hacerle sus días insoportables. Agitó su cabeza, él no tenía que estar pensando en lo que le ocurría a ese desconocido porque no tenía nada que ver con su persona. Colocó música en su auto y se alejó de la universidad.
— Estabas caminando como un zombi. — Expresó Jimin al ver a que Taehyung entraba en su oficina. — ¿Sucede algo? Sabes que puedes contar conmigo. Cuéntame. — Posó su mano encima de las manos de Tae para confortarlo.
Tae negó con la cabeza, no tenía sentido hablar de sus problemas con el profesor, nadie podía ayudarlo en esas circunstancias, además de que lo avergonzaría que supiera de sus problemas. Sonrió falsamente observándolo a los ojos pero cuando bajó su mirada esta se congeló.
Abrió los ojos como si lo hubieran acabado de asustar y se quedó mirando las manos de su profesor. Esas manos... Parpadeó varias veces para luego agarrárselas y mirárselas detenidamente, cosa que tomó por sorpresa a Jimin puesto que no entendía el comportamiento de su alumno.
Abriendo su mochila con rapidez Taehyung sacó de su interior aquella algo pesada cajita de hierro que no quiso dejar en aquel lugar donde se estaba quedando, podía permitirse perder cualquier cosa menos eso.
Jimin palideció cuando vio al alumno sacar aquella cajita. Su respiración se volvió agitada y sus manos comenzaron a sudar. Eso que Tae tenía en sus manos no lo tenía cualquier persona y no podía entender cómo era posible que él tuviera una.
Tomando la foto que se encontraba en el interior de ese pequeño cofre cuadrado para mirarla detenidamente. ¿Qué extraña sensación era esa? Se levantó para caminar hasta donde Jimin se había ido a refugiar y volvió a tomar su mano colocando al lado de la misma la fotografía.
¿Cómo era posible que las manos de su profesor fueran exactamente iguales que las de su madre? Su forma, dedos, uñas, el lunar en forma de corazón que tenía en la mano derecha e incluso la marca de su dedo anular que simulaba un anillo pero que era una quemadura, eran exactamente iguales. A pesar de que su mente le decía que pensara claramente porque su madre era una mujer que lo tuvo en su vientre, cosa que los hombres no podían hacer, su corazón latía agitadamente.
Totalmente desconcertado y sorprendido, así estaba Jimin ante la reacción de su alumno que no entendía y frente aquella caja que lo estaba volviendo loco. "Ferrum Laurea" Eso era...
Cuando finalmente pudo reaccionar Jimin tomó la fotografía que Taehyung tenía en su mano y entonces pudo entenderlo todo. La reacción de su alumno y otras tantas cosas, ese hombre que salía en la foto...
Los dos se miraban sin entender nada. El móvil del menor sonó, estaba tarde para el trabajo. Esa llamada lo había hecho recuperar la conciencia, le arrebató de las manos la foto a Jimin, tomó la caja de hierro y salió corriendo de la oficina de su profesor para dirigirse al restaurante totalmente confundido por lo ocurrido.
Según iba caminando su mente se iba relajando y despejando. Había sido un estúpido por reaccionar así, cualquier persona podía tener manos iguales a la de su madre aunque fuera un hombre y tuviera las mismas marcas, forma, aunque fuera idénticas en toda su extensión. Vio la foto de su madre embarazada, con su padre escuchando su barriga y ella había muerto desde hacía veinticuatro años, era una estupidez lo que había hecho. Se regañó a si mismo incontable veces hasta que llegó al restaurante.
Había llegado tarde para cubrir al otro trabajador por lo que se disculpó en reiteradas ocasiones y luego de haberse cambiado se puso a trabajar. Justamente eso estaba haciendo cuando en su restaurante entró Jungkook acompañado de otro chico que no conocía.
Cuando sus miradas se cruzaron ambos permanecieron quietos por varios segundos, Tae no podía creer que ese tipo estuviera también en su trabajo y Kook no creía que su compañero trabajara ahí. Namjoon se adelantó a escoger una mesa y él solamente lo siguió pretendiendo que no lo había visto aunque ambos sabían que ese no había sido el caso.
— ¿Desean ordenar algo? — Preguntó Tae posando su vista en Namjoon.
— Yo solamente voy a pedir vino tinto. — Comentó Jungkook sin observarlo, al menos no directamente. Se sintió aliviado al ver que su insoportable actitud había regresado.
— Para mí un té de cítricos, gracias. — Respondió Namjoon con una sonrisa.
Namjoon y Jungkook se habían reunido a petición del primero que estaba buscando trabajo y aceptó el ofrecimiento por salvarlo que le había hecho sobre si necesitaba algo contactarlo. La verdad era que no había mucho que Kook pudiera ofrecerle pues no dirigía ninguna empresa, solamente tenía demasiado dinero pero sin una vida que lo respaldara. Aún así le dio un sueldo fijo mensual algo elevado para que lo ayudara en lo que él necesitara, cuando lo necesitara, mismo que en el momento no necesitaba nada.
Todo el rato que permanecieron en el sitio fue algo tenso para Tae y Kook, aunque no intercambiaron palabras directamente sus miradas siempre se encontraban. Una hora después Namjoon y acompañante se marcharon del sitio sin embargo Jungkook tuvo que regresar.
—¿Trabajas aquí todos los días? — Preguntó aquel que no pertenecía a la tierra pero... ¿Por qué le preguntó eso o siquiera regresó? Quizás porque estaba interesado en saber si este se encontraba bien. — Te hice una pregunta.
— Yo te he hecho miles y no me has respondido ninguno, así que no entiendo a qué te refieres. — Respondió secando las copas que acababa de fregar. — Estoy en horario de trabajo así que si deseas preguntarme algo de la escuela espera a la universidad.
Él solamente había querido estudiar con él por curiosidad e interés pero en esos momentos no tenía cabeza ni deseos de entablar una conversación con absolutamente nadie por mucha curiosidad que sintiera por ese chico.
Varias chicas que se habían vuelto clientes habituales desde que Taehyung había empezado a trabajar en Kard, entre ellas una que solía tener encuentros nocturnos con él, entraron al local, sentándose como siempre en la barra que quedaba a la derecha de Tae. Sin embargo cuando divisaron a Jungkook todas las miradas se giraron hacia él y las murmuraciones comenzaron, una de ellas incluso le pidió a Tae que le diera una bebida a su gusto de parte de ella.
No solamente en la escuela, también tenía que ir a importunar a su trabajo. No estaba de humor para soportar nada de eso, así que con paso firme se acercó a él.
— Estoy trabajando y si no tienes nada más que decirme te pediría que te marcharas, estás estropeando mi trabajo.
— ¿Estás seguro? — Preguntó dándole una sonrisa a la chica que le había dicho que le diera una bebida, había escuchado todo. — Creo que más bien te estoy aumentando las ventas. ¿No crees que eso sea un buen negocio?
Taehyung cerró sus ojos lanzando un suspiro.
Kim Taehyung contrólate por favor. No te dejes provocar por ese sujeto, recuerda que debes cuidar tu trabajo, ni siquiera tienes donde dormir y gracias a este sitio tienes comida que llevarte a la boca. No te dejes provocar por favor, respira profundamente. — Se decía a si mismo.
Abrió los ojos y con una sonrisa volvió a mirarlo. — Tienes razón. ¿Deseas quedarte y beber algo?
— ¿Estás bien?
¿Qué era esa pregunta tan repentina? Ese tipo ni siquiera respondía a sus saludos y ahora le estaba preguntando si se encontraba bien. Se veía muy normal para parecer que estaba pasando por alguna crisis o que era bipolar pero de no ser así no encontraba ninguna otra explicación lógica.
— Ni siquiera sé por qué me hablas sin honoríficos. Te pregunté si querías beber o comer algo, si no vas a consumir retírate porque me estás quitando tiempo y eso es dinero. — Se apoyó en el bar y lo observó fijamente.
— No fui yo quien comenzó a preguntar y hablar sin parar en la universidad dejando de lado los honoríficos así que por qué tendría que utilizarlo cuando es a mí al que le deben respeto. — Respondió.
¿Era a él a quien le debían respeto? ¿Y quién era él, el príncipe de Inglaterra o el presidente de Corea del Sur? Observó como él parecía ni inmutarse por lo que había dicho y lo miraba fijamente, se puso algo nervioso y lo único que pudo hacer fue reírse.
— ¿Qué desea su alteza real? — Su tono jocoso era evidente sin embargo cuando escuchó esas palabras Jungkook se tensó completamente.
— ¿Quién eres realmente? — Preguntó tirando de su camisa hasta él, sorprendiendo a todas sus espectadoras. Solamente si era alguien de Luna Dorada podía reconocerlo.
— ¿Qué te pasa, te has vuelto completamente loco? ¡Suéltame!
Jungkook observó su mano, viendo como toda su fuerza estaba a punto de despertarse y como todo el restaurante los observaba y lo dejó caer percatándose del error que acababa de cometer. Sacó de su cartera 100 000 wones y los dejó sobre la barra para salir del lugar a toda prisa sin mirar atrás.
Taehyung no entendía nada de lo que había ocurrido segundos antes, al parecer Jungkook sí era una persona bipolar. Primero le preguntaba cómo estaba y hablaba casualmente con él y después lo alzaba de la camisa como nadie nunca había hecho, como si fuera un muñeco de paja que no pesaba nada. No pudo dejar de notar el dinero que había dejado atrás, seguramente se había confundido por lo que lo tomó, quería devolvérselo en la universidad y así saber lo que había pasado.
El príncipe del reino de la Luna Dorada condujo maldiciendo en su interior por su torpeza, no pudo ver en el momento que se trataba de una broma y había entrado en modo defensa sin pensárselo dos veces. Llegó a su casa y se deshizo de toda su ropa, remplazándola por una deportiva, necesitaba correr por horas para liberar toda la tensión y energía que tenía en su cuerpo.
Ya Jungkook llevaba cuatro horas corriendo cuando se decidió a volver a su casa, ya más calmado, pensando en una forma en la que se pudiera disculpar con Taehyung por lo que hizo cuando lo divisó a la distancia. A pesar de que estaba oscuro su vista estaba perfectamente acoplada a la oscuridad aunque no hubiera la más remota luz. Uno de los privilegios de vivir en un planeta donde toda la luz que hay es artificial la mayoría del tiempo.
Le pareció sumamente extraño ver a donde se dirigía a esas horas de la noche, solo y con la luz de la linterna de su móvil prendida. Lo miró detenidamente siguiendo su recorrido y se quedó parado esperando a que este saliera de aquel vagón pero una hora entera pasó y eso no ocurrió. Algo preocupado y también curioso Jungkook se acercó al sitio pero lo que vio lo dejó frío.
Taehyung ni siquiera se había quitado la ropa con la que lo había visto trabajando y estaba dormido con todo y zapatos arriba de una especie de colchón y una maleta. No podía simplemente irse aunque quisiera, un príncipe, principalmente él no podía dejar a alguien pasando trabajo si puede ayudarlo, sin embargo por su mente jamás pasó que él pudiera estar atravesando por esa clase de problemas.
— ¡Taehyung! — Lo agitó levemente y este quien a penas y había logrado dormirse después de batallar por más de media hora para dormirse abrió los ojos, sorprendiéndose de verlo frente a él.
Miró a su alrededor para conversarse que estaba en el mismo sitio y como en efecto lo estaba pero no entendía que estaba haciendo allí.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — Cuestionó Tae acomodándose el cabello.
— Esa debería ser mi pregunta ¿Qué haces aquí? Tan solo, en un lugar como este que parece un calabozo. — Preguntó serio Jungkook inspeccionando el lugar.
Algo avergonzado y maldiciendo por ser precisamente la única persona con la que no se llevaba en la universidad la que lo encontrara ahí, en esa precaria situación, se sentó para encararlo, no pensaba dejar que se burlara de él ni lo humillara.
— Eso no es problema tuyo, puedes irte por donde regresaste.
— No me iré sin ti. Vámonos. — Tiró de él hasta tomarlo en sus brazos y colocarlo en el suelo.
Todo ocurrió tan rápido que Taehyung a penas y reaccionó. — ¡Suelta mi brazo! No puedo dejar mis cosas aquí.
— Estoy seguro que nadie se imaginará que en este sitio están tus cosas. — Aunque no se llevaran bien no iba a dejarlo ahí.
— Espera... Al menos permíteme tomar algunas cosas conmigo.
— Dime qué necesitas y yo iré por ti. — Finalmente soltó su brazo. — Yo lo recogeré más rápido de lo que podrás hacerlo tú.
— No sabes donde está nada, además son mis cosas. Yo iré por ellas.
— Kim Taehyung, no es momento para esto, puedo prometerte que no te gustará verme enojado en esta situación, ya quiero irme a mi casa y tú lo estás haciendo difícil. Dime las cosas más importantes que necesitas ahora y que podamos llevarnos juntos, las demás las recogeremos mañana.
Su mirada era firme y su tono lo hizo tensarse. Su parte rebelde quería responderle pero no se atrevía y si se era sincero deseaba con locura salir de aquel sitio. Alzó la vista para encontrarse con unos ojos que por unos instantes le parecieron brillantes. Pestañeó para rectificar pero ese azul brillante se desapareció. Definitivamente estaba falta de sueño.
— Necesito mi móvil, mi mochila de la escuela y una bolsa que dejé al lado de donde estaba acostado, esa es la ropa que debo llevarme para mañana.
Cuando Jungkook llegó al vagón recogió todo rápidamente pero al tomar en la mano la mochila de Taehyung sintió algo raro que no supo cómo explicarse, aún así lo ignoró y regresó rápidamente.
No era posible hacer que Taehyung corriera hasta su casa así que lo más sensato fue tomar un taxi para llegar más rápido. Los dos se sentaron en el asiento trasero en un completo silencio, no habían dicho palabra desde hacía varios minutos y parecía que ninguno de los dos tenía intención de romper ese silencio.
Tae había escuchado el rumor de que Jungkook era millonario pero ahora que miraba esa inmensa mansión frente a la que estaban parados no podía cerrar su boca, eso lo confirmaba. No entendía como alguien podía necesitar vivir en un lugar así de inmenso. Siguió callado al dueño del lugar hasta el interior del mismo, observando con asombro todo a su alrededor, principalmente la tecnología que veía.
Todo tenía la más alta tecnología, incluyendo los telescopios que vio por toda la casa. No eran de aficionados, claramente se podía observar que habían sido mandados a construir especialmente ya que se veía sin necesidad de probarlos más potentes que los de la mayoría de los observatorios oficiales. Ya esos habían dejado las típicas categorías de reflector o refractor, mínimo eran Catadioptricos, Dobsonianos y otros por ese estilo. Él tenía su propio observatorio profesional en casa como si de cualquier adorno se trataran.
Estaba emocionado con lo que veía, sabía que esos telescopios no eran para usos generales sino personalizados, a la vista podía distinguir que algunos eran para ver cielo profundo, planetaria y para astrofotografía. Siempre había soñado con tener uno de esos últimos porque amaba las estrellas y muchísimas eran tan débiles que no se logran ver por muchos aumentos que uno tuviera y para eso deseaba sacar fotos con exposiciones larguísimas que pueden tardar días en ser tomada. Justo como las del Telescopio Espacial Hubble que tiene una exposición de más de veintiocho días para lograr ver esas galaxias lejanas.
Por un momento se olvidó de que no estaba en el mejor observatorio del mundo sino en la casa del ya no tan insoportable Jeon Jungkook. Cuando entraron a la tercera planta casi se desmaya. El telescopio más grande que cualquiera pudiera tener estaba seguro que era ese. Solamente el espejo según sus cálculos era de dos metros.
— ¿Qué ocular y aumento tiene este telescopio? — Preguntó Tae acercándose al aparato, casi lo tocaba pero su mano fue sostenida.
Todo su cuerpo se tensó y luego estremeció frente a ese tacto, no pudo evitar tragar saliva cuando sus miradas se cruzaron y vio el rostro estoico que tenía Jungkok.
— Tiene un ocular de tres milímetros. — Soltó su mano. — Su aumento es de 2500X, es capaz de observar objetos de más de 6.000 millones de años luz de distancia.
— ¡Dios del cielo esto es increíble! — Exclamó sin poder ocultar su entusiasmo.
Por primera vez Kook volvió a ver en él a alguien mucho más agradable que el Taehyung que lo había ayudado en Hong Kong. No pudo dejar de mirarlo sonreír como nunca antes lo había visto y en su rostro también se dibujó una sonrisa que desapareció cuando se percató que el nuevo huésped se iba a voltear.
— Hoy ya es tarde así que hablaremos con calma mañana. No obstante desde ya te informo, podrás estar aquí el tiempo que necesites, sin pagarme pero deberás seguir mis reglas y estas son inquebrantables. Puedes usar el cuarto que duda a tu izquierda, este tiene su baño que podrás usar sin problemas. Me gusta la organización por ende lo que riegues lo recoges, principalmente si es en la cocina, podrás encontrarla en el piso de abajo. No puedes traer a nadie a la casa. Prohibido terminantemente invadir mi privacidad, nada de preguntas personales, solamente me podrás molestar si es para algo relacionado con la universidad o necesario. Los telescopios no son juguetes, por lo tanto no te acerques o juegues con ellos. El código es el Apoastro de La Tierra, eso es todo.
Tae lo miró tratando de contener una carcajada que finalmente salió.
— ¿Qué te causa risa? — Cuestionó Kook con una ceja enarcada.
— Lo siento es que... — siguió riendo y Jungkook esta vez con una mueca en el rostro enarcó ambas cejas. — Tu fanatismo por la astronomía está a otro nivel, no hablo porque en tu casa hayan más telescopios que muebles o que tu poca decoración sean todas planetas y estrellas pero incluso poner de código en la casa el Apoastro de La Tierra, eso ya es demasiado. — Mordió sus labios tratando de evitar volverse a reír pero fue imposible.
— ¿Entendiste las reglas? — Kook ya estaba algo molesto de ver a Taehyung burlándose de él. ¿Por qué era eso raro?
— Entendido... — Iba a decir su alteza pero al recordar lo que había ocurrido la última vez que dijo esto prefirió omitirlo. — Todo queda entendido.
Ferrum Laurea: Laurel de Hierro
Apoastro: Es el punto de una órbita elíptica más alejado de su centro gravitatorio.
Quiero recordar que yo me encuentro viajando así que por favor no se incomoden si me demoro unos días en actualizar, he estado haciéndolo lo más seguido que puedo. 🙈 Hoy publiqué dos capítulos porque posiblemente hasta el martes no vuelva a publicar... Espero que les siga gustando mi historia y no se me aburran 😂😘 Un besito
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro