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Capítulo 29

— Así como lo escuchó profesor Park. Le pregunté qué intereses tiene por Jungkook. Si le gusta permítame decirle que mejor busque a alguien de su edad fuera de la escuela. Me parece una falta de respeto que usted llame a un alumno para preguntarle por otro en el que tiene interés y no precisamente como profesor, sino como hombre. Ust-

— Será mejor que te detengas en este preciso instante Kim Taehyung. Quizás te he dado demasiado confianza como para que pienses que estás en posición de cuestionarme cuando no es así. Mi interés por Jungkook no es de tu incumbencia ya sea su profesor o no, ambos somos adultos, no tenemos que darle explicaciones ni rendirle cuentas a nadie. — Lo vio con impulsos de rebatir sus palabras pero no lo dejó hablar. — Si no eres su padre o su pareja creo que no te queda la reclamación.

Jimin sabía perfectamente que Taehyung iba a sentir por algún tiempo de forma descontrolada todas las emociones que estuvieran asociadas a su hijo, fueran celos, alegría, orgasmos, tristeza, todo lo que sintiera normalmente se iba a multiplicar pero, no por ese le permitiría hablarle de aquel modo.

Tenía claro que el profesor había sido para él el padre que no estaba a su lado, lo quería y siempre lo respetó, mismo así, no lo quería cerca de Jungkook, ni a él ni a nadie. — No soy su padre pero sí su pareja y no quiero que esté cerca de él. Me gustaría que limitara sus tratos a profesor y estudiante. Usted sabe que lo aprecio y le tengo un gran cariño profesor Park, quizás le hablé de la forma incorrecta pero si tiene algún pensamiento inadecuado hacia su alumno será mejor que de un paso atrás y se retire de una vez  porque ese hombre, es mío.

Salió del despacho de Jimin sin mirar hacia atrás, no entendía su posesividad, no era normal que él reaccionara así frente a alguien, sentía que Jungkook estaba jugando con sus neuronas de forma peligrosa. Miró hacia atrás y se quedó mirando el camino que lo llevaba a la oficina del profesor Park. ¿Qué en la tierra había sido eso?

El profesor cayó en su silla dejando escapar un suspiro una vez que el alumno salió. ¿Qué le había ocurrido a Taehyung? Su hijo, eso le ocurrió. Todo eso ponía las cosas más difíciles para él, tronchaba de cierta forma sus planes de ir acercándose a su hijo y ganarse su confianza antes de revelarle la verdad.

Casi todos los alumnos se encontraban en el salón de la siguiente clase, conversando de temas triviales alrededor de Jungkook, principalmente Hara y Minho, quienes parecían luchar por llamar su atención siendo prácticamente ignorados por el luniano. En su mente no había nada más que Taehyung y todo lo que había ocurrido entre ellos.

Nunca pensó encontrar a su alma gemela en la tierra, ni que fuera la primera persona a la que vio cuando llegó al planeta, misma que vio en su universidad, su compañero de clase, ese al que por un momento no soportó por su arrogancia y aires de grandeza cuando el único príncipe era él, ese que indefenso dormía casi a la intemperie, mismo que llevó a su casa y desató toda clase de sentimientos en él con una facilidad increíble, sin necesidad de saber si eran destinados, almas gemelas o no. Ese hombre con el que quería pasar su vida desde antes de saber todo. ¿Cómo le decía a Taehyung todo lo que ocurría?

— Kookie, ¿podemos ir a estudiar mañana? — Hara esperaba alegre una respuesta positiva.

— Creo que tu Kookie no está ahora mismo en la misma sintonía que nosotros, no ves que está perdido con algo más en su cabecita. — Minho agitó su mano frente al rostro de Jungkook y él reaccionó de inmediato.

— Paren ya de hablar, realmente me siento incómodo. ¿Por qué no se regresan a sus puestos? — Respondió serio mirándolos a todos.

— Ya no te molestaremos más Kookie, pero respóndeme. ¿Podremos estudiar juntos mañana?

— Mañana te digo, — la chica asintió y después de darle un manotazo a Minho se alejó. — ¡Hara! — Volteó a verlo junto a las demás miradas que se posaron en él. — No me digas más Kookie, mi nombre es Jungkook.

Bajó su cabeza para apoyarla en la mesa ignorando todos los murmullos que escuchaba a su alrededor por su serio y frío comportamiento. No le gustaba que las personas se le acercaran tanto. Permaneció así durante algunos minutos hasta que sintió como palmeaban su espalda, iba a dar una fuerte respuesta pero al ver el rostro de Tae observándolo fijamente no pudo decir nada.

— Levántate y acompáñame un momento afuera.

Sin preguntar el por qué, hacer o decir nada en lo absoluto se levantó y lo siguió a través de todo el lugar. Eran observados por sus compañeros que miraban extrañados la cercanía de ambos, mismo si siempre se habían sentado juntos casi no hablaban en clases y la mayoría de las veces los veían separados por lo que, notar como estaban actuando y ver a Jungkook seguirle sin más era una sorpresa para ellos.

¡Entre populares e inteligentes se entienden! — Casi gritó alguien del salón.

Taehyung caminó hasta el baño más cercano y esperó a que el luniano entrara para colocarse detrás de la puerta luego de cerrarla con fuerza. Lava corría por sus venas desde que salió de la oficina de Jimin, necesitaba despejar sus dudas lo antes posible.

— ¿Qué hay entre tú y el profesor Park?

— ¿Entre Jimin y yo? — Tae rodó los ojos al escucharlo referirse a él de forma tan informal. — Bueno, ya sabes que nos llevamos bien aunque no creo que tanto como ustedes dos. Es muy buena persona, inteligente y congeniamos muy bien. No somos amigos pero nos llevamos bien.

— ¿Me quieres? — Mordió su labio al escuchar su pregunta, era absurdo preguntar eso. — Es decir, ¿te gusto sinceramente o esto que hay entre ambos es puro sexo?

Jungkook se quedó detallando sus expresiones, para saber de a dónde venían esas preguntas repentinas. Tae sabía perfectamente de sus sentimientos por lo que, no entendía su pregunta.

— Sería difícil estar a tu lado y no hacerte el amor pero podría prescindir de ello mientras que te tenga a mi lado. No sé si eso responda tu pregunta pe-

Taehyung lo abrazó sin dejarlo terminar, tenía miedo de las cosas que estaba sintiendo por él, aún no lo tenía y no quería perderlo. Buscó sus labios con desesperación, como si en ellos se encontraran todas las respuestas que le darían seguridad. — Dime que te gusto Jungkoook... — Volvió a unir sus labios sin permitir que sus lenguas se enlazaran, tratando de sostener los deseos de llorar que le estaban invadiendo.

¿Por qué estaba tan angustiado o temeroso de perder a Jungkook? Estaba ocurriendo justo lo que él temía, se estaba enamorando de ese hombre y sabía que de ahí en más sus sentimientos no tenían un lugar al cual retornar. Se dijo una vez que sus caricias no habían de ser de Jungkook, que en sus brazos no debía estrecharlo pero nada de eso era respaldado por la realidad.

No entendía ese sentimiento tan profundo que tanto reprimió y que en una noche no pudo controlar más. Comenzó soñando puros sueños eróticos, de ahí comenzó a soñar que se querían y de la nada todos esos sueños se volvieron reales para él, con el único punto negativo de no estar totalmente seguro de los sentimientos del luniano por él.

Algo en su interior le decía que aún después de muerto iba a querer estar a su lado, besarlo... ¿Quererlo? Sí, eso también. ¿De a dónde salieron todos esos sentimientos?

Sus abrazos, los besos que se escapaban de su boca cuando lo veía, incluso cuando intentaba controlarlos, estar con él... Existía algo entre ellos dos, esa manera de sentir ya no era de amigos y estaba consciente de ello. Esos momentos en los que conversaban, esquivando miradas como si ambos fueran ciegos y no lo notasen, escondiendo el deseo que se escondía en sus miradas, el fuego atroz de una pasión desesperada e inquietud alborotada poco a poco se fueron convirtiendo en algo más.

Esos sentimientos que eran parecido a algo que la gente llamaba amor eran peligrosos y dulce a la vez, una parte de él se sentía seguro pero lleno de dudas. Jungkook le había devuelto las ganas de vivir, de amar, de entregarse en una relación, a una persona pero él tenía un problema. Estaba condenado a perder a todas las personas que quería y ahora que lo estaba queriendo a él, temía que su vida se volviera un abismo si lo perdía. Por eso, solamente de pensar que podía irse con Jimin o con cualquier otra persona su mente entraba en corto circuito.

— ¡Mírame! — El luniano sostuvo su rostrocon ambas manos y lo obligó a mirarle. — Esto te parecerá raro, incluso loco ya que hace aproximadamente cinco meses desde que nos conocimos, — siete en realidad, sólo que no recuerdas haberme conocido en Hong Kong. — Pero aún así te lo diré... Puedo decirte todas las veces que desees todo lo que quieras escuchar de mí pero lo que siento por ti no es un simple gusto, no te quiero solo para copular y procrear.

— ¿Procrear?

— Es decir para detener sexo, lo siento, me puse nervioso y dije una palabra de más. — Si serás torpe Jungkook. — Lo que te quiero decir es que eres importante para mí. Quisiera decirte mil cosas, eres distinto, único a cualquier cosa que haya visto o tenido antes. Eres alegre, refunfuñón, loco, estresante, tierno, a veces molesto pero eres todo para mí.

— Kook...

— Eres mi talla perfecta, nunca soñé con una pareja perfecta o con encontrar mi alma gemela pero de alguna forma llegaste tú y te convertiste en todo eso y más. Taehyung tú eres mi mundo pequeño, más bello que el atardecer que hemos observado juntos desde la casa y que cualquier cosa hermosa que pueda existir en esta y todas las galaxias. Realmente créeme cuando te digo que eres todo para mí y que quisiera pasar el resto de mi vida a tu lado. — Acercó nuevamente el rostro que había estado sosteniendo y lo besó. — No llores.

¿Cómo podía decirle que no llorara cuando le había dicho cosas que jamás en su vida escuchó de alguien? Las palabras más cercanas a lo que él estaba diciendo las había leído en aquella carta que tanto atesoraba de su madre. Y no eran las palabras en sí, esas las decía cualquiera, sino el sentimiento que esas le trasmitían. No pensó enamorarse de él pero su corazón le estaba diciendo que ya lo había hecho aunque siguiera negándolo y, si algo le faltaba, en ese momento se había completado.

El sonido del pomo de la puerto los hizo reaccionar y él se separó rápidamente, disimulando frente al espejo mientras que aquel desconocido entraba y los observaba con una ceja enarcada. Ambos se dieron una mirada cómplice y regresaron con una sonrisa al salón.

La última clase del día llegó a su fin y todos salían juntos del salón conversando, era viernes e irían juntos a beber un poco a un restaurante que se encontraba cerca del campus.

— Deberíamos aprovechar porque este será el último mes que podremos vernos sin muchas obligaciones, el próximo semestre comienzan las prácticas y todos tendremos que hacer pasantías, no tendremos tiempo ni siquiera para respirar. — Hablaba Youngji tratando de acercarse a Taehyung.

— Tiene razón nuestra Youngji, tenemos que sacarle provecho a esto chicos. ¿Tae, te animas a venir con nosotros? — Preguntó Minho para ver la reacción de Jungkook de soslayo.

— Sí, sería divertido que ambos vinieran, nunca nos honran con su presencia. ¿Por qué no vienen Taehyung y Jungkook con nosotros? — Apoyó Hara.

— Lo siento chicos pero yo tengo que trabajar, quizás en otra ocasión. Vayan y disfruten por mí. — Contestó Tae con una sonrisa.

— Yo tampoco puedo, aún así gracias por la invitación. — Jungkook no miró ninguno de los chicos, simplemente habló sin prestarles atención.

— Por cierto Jungkook... — Minho caminó acercándose a él y Taehyung. — ¿Por qué te dicen Eidon?

Todo los movimientos del luniano se detuvieron al escuchar su nombre salir de la boca de Choi Minho. ¿Podía ser que Minho fuera un hedio? Lo miró con furia, una mirada tan oscura que hizo que éste tragara en seco y se alejara un poco de su lado sin entender qué había dicho de malo para causar esa reacción.

Muchos no prestaron mucha atención a su reacción pero era evidente que tenían curiosidad por conocer la respuesta. En cambio Taehyung si notó el cambio en el semblante de Jungkook, cosa que le hizo arquear una ceja mientras lo observaba.

—¿De dónde sacaste eso Minho? — Lo interrogó sin importarle mucho como lo miraban los demás por su tenebrosa voz.

— L-la otra vez cuando te caíste en la escalera, el profesor Park te ayudó y le oí gritarte Eidon mientras iba realmente rápido hacia ti, apenas y se le veían los pies. — Rió, por el nerviosismo más que por lo que había dicho.

Las memorias de ese momento vinieron a su mente, recordó que ese día a él también le pareció escuchar en su nombre, mas lo ignoró pensando que había sido solamente una ilusión creada por su subconsciente. Sin embargo era real, el profesor Park conocía su identidad.

¿Park Jimin era un luniano, era un hedio? ¿Lo que sintió desde el momento en que lo vio era porque estaba frente a alguien de su mundo? Su cercanía que iba en aumento de buenas a primera, sus constantes miradas, todas sus preguntas cada vez que se encontraban... ¿Lo había estado estudiando e informando a Hedas? ¿Fue él quien reveló su paradero?

— ¡¿Jungkook?! — Taehyung lo zarandeó mientras los demás los dejaban solos, Minho quiso quedarse, la curiosidad lo estaba matando pero no quería arriesgarse con la mirada que le había dado el luniano y luego Tae.

— Voy hablar con el profesor Park.

— De acuerdo, vamos juntos...

— ¡No! — Exclamó Kook sobresaltándolo. — No, necesito hablar con él en privado, mejor espérame en el auto y si me tardo demasiado puedes tomarlo e ir a tu trabajo, yo me regresaré en taxi a la casa.

— No te pienso dejar aquí. ¿Qué sucede que tienes esa reacción tan extraña? — Ese que estaba frente a él no era Jungkook.

—¡Te dije que me esperaras en el coche! Aquí tienes la llave, si te quedas o te vas ya eso es decisión tuya.

— ¡Jungkook! — Gritó Tae dándose por vencido mientras lo veía alejarse con fuerza. Nuevamente el profesor Park... Resopló con pesadez mirando la llave en su mano.

El luniano echó a correr totalmente cegado por la rabia y la preocupación, siempre pensó que iba ser capaz de reconocer a los enemigos porque se le había dado bien en el pasado pero esta vez había fallado. Había depositado cierta confianza en él y le había permitido acercársele de buena manera.

Fue a su oficina pero no lo encontró, miró sus horarios y se percató que él debía haber terminado en esos momentos su última clase en el tercer piso de ese edificio. Subió con rapidez, controlando no activar sus poderes ni dejar ver que no era humano. Corrió por todo el pasillo hasta el final donde se encontraba el aula pero no quedaba nadie ya. — ¡Agggg! — Gritó de frustración alborotándose el cabello, pateó la pared y se volteó, viendo en ese momento a su objetivo. Su labio superior temblaba dejando ver el nivel de enojo tan grande que tenía.

Corrió, esta vez sin contener su fuerza hasta llegar a donde estaba Jimin, lo tomó de su brazo y tiró de él, metiéndolo nuevamente al baño del que estaba saliendo, con su antebrazo derecho en su garganta haciendo presión caminó con fuerza hasta que lo incrustó en una pared, rompiendo a su paso la puerta del cubículo en donde se encontraba.

Todo el cuerpo de Jimin tembló al ver a su hijo, al notar el estado que se encontraba y sin saber qué estaba pasando. ¿Por qué su hijo lo trataba así? Era notable el temor y el desconcierto que estaba mezclado en su mirar.

— ¿Quién demonios eres Park Jimin?

— ¿D-de qué e-estás hablando? — Logró preguntar pese a que casi no podía respirar debido al brazo de su hijo. Sí que era fuerte.

— No intentas jugar con mi maldita paciencia. ¡Habla! — Gritó sin controlar la potencia de su voz haciendo que las luces del baño se apagaran. ¿Quién te mandó a seguirme? ¿Cómo sabes mi verdadero nombre?

¿Cómo sabía Jungkook que él conocía su identidad? Procuró cuidadosamente acercarse a él y no dejó jamás ver que lo conocía o cometió algún error. ¿O sí?

— Dinksee... ¡Tur Dorkia! ¡Sproch! ¡Naaa!

— C-creo que estás c-confundiéndote... Y-yo no s-soy tu e-enemigo...

— Dime quién carajos eres y de dónde mierda saliste, hedio asqueroso. — Presionó más su cuello sin importarle lo rojo que estuviera Jimin y que casi no pudiera hablar. Si ese hombre estaba ahí por parte de Hedas y le ocurría por su culpa algo a Taehyung, su padre o a él, si ponía en peligro todo su reino lo iba hacer pagar y arrepentirse del día en que él y toda su familia nacieron en aquel mundo.

— V-voy hablar... — Golpeó su brazo pero Jungkook no cedió. — S-suéltame p-para po-poder ha-hablar... — Dijo casi sin poder respirar, no quería usar la fuerza para combatir a su propio hijo y reforzarle sus pensamientos.

Todo se había enredado y de alguna manera Jungkook había descubierto que lo conocía y ahora pensaba que formaba parte del ejército de Hedas. Jamás podría dañarlo a él, era su tesoro más preciado.

El luniano aflojó un poco su brazo y se separó unos centímetros de él, vigilando que no tramara o intentara hacer nada.

— ¡Habla!

Tur Dorkia: Maldito imbécil.
Sproch: Habla.
Na: Ahora.

Hallo meine lunianos! 👋🏾

No iba a publicar otro capítulo hoy ya que tenía pensado dejar este para mañana pero debido a todos sus comentarios que me motiva y me hace querer complacerlos aquí está...

¿Qué les pareció? ¿Qué creen que ocurra en los próximos capítulos? Muero por leer sus comentarios 😂

Nos vemos en el próximo capítulo...
¡Lored! 💙💜❤️💋🌕

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