Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11

Luna Dorada...

— ¿Qué han averiguado en Eris? Nadie puede encontrar al príncipe Eidon antes de que yo cumpla mi cometido. ¡Tráiganme al rey Zeimin!

Hedas, ocupante del cuarto lugar en la línea de sucesión al trono de Luna Dorada, caminaba de un lado hacia otro, arrastrando su extravagante cobertor azul oscuro y negro mientras esperaba que entrara su primo, el rey de Luna Dorada.

Zeimin se convirtió en rey por derecho de nacimiento y consolidó su título al casarse con Atemin hacía casi treinta años atrás, antes de la llegada al mundo de Eidon, su príncipe heredero y único hijo. Sin embargo esta era una línea de sucesión con la que Hadas no estaba de acuerdo.

Él estaba por detrás de sus dos primos Zeimin y Kore, quien ya había perdido todo su derecho a manos de sus tíos, antiguos gobernantes del reino y padres de Zeimin, luego de cometer por aquel entonces un desacato, el mayor acto impuro que se pudiera conocer y del que irónicamente nadie tenía conocimiento, se hablaba del acto pero no sabía qué era específicamente.

Tras ellos seguían sus descendencias pero como Kore no tenía una, solamente quedaba el príncipe Eidon, Jungkook, quien era la mayor amenaza para los planes de Hedas. Este a pesar de tomar el trono por la fuerza, no podía burlar la línea y reglas establecidas aunque quisiera, porque de hacerlo, no recibiría ningún tipo de poder y no podría regir como era debido, por lo que si quería llegar allí, primero debía deshacerse de aquellos que estaban por delante de él y tomarlo legalmente.

Jungkook era lo único que en esos momentos se interponía entre él y su trono, por eso debía hacerse con él, antes de que este procreara o se uniera definitivamente con su alma gemela. De ocurrir cualquiera de estas dos cosas, aunque Hedas se deshiciera de él su cónyuge e hijo heredarían el reino y no podría hacerse con ello hasta que el nuevo príncipe cumpliera la mayoría de edad y se rompieran las barreras de protección.

Definitivamente él no estaba dispuesto a esperar todo ese tiempo.

El sonido de los pasos resonantes de su primo acompañado por los guardias lo sacaron de sus pensamientos.

— Y bien su alteza... ¿Ya se decidió a decirnos hacia donde mandó a su hijo? ¿Dónde está el príncipe heredero.

Caminó rápidamente hacia él, deteniéndose justo a pocos centímetros de su rostro esperando una respuesta. Enarcó una ceja al observar la sonrisa que el rey llevaba en su rostro, odiaba que no le temiera o respetara. Quería borrar esa estúpida y prepotente sonrisa de su rostro, muy pronto el sería el rey, pero hasta que no pudiera serlo, se entretendría humillándolo. Levantó su mano con fuerza y lo golpeó pero solamente logró que este volteara su rostro, ni siquiera mostró rastro de dolor.

Le pegó una y otra vez mientras que el rey solamente se reía, enfureciéndolo más, llevándolo hasta el borde de sus estribos.

— ¿Dónde está Eidon? — Lo golpeó nuevamente tras hacer cinco segundos de pausa, ya había logrado que este sangrara pero su semblante permanecía igual, irritándolo. — ¡Contesta de una maldita vez! Será mejor que me digas antes de que lo averigüe por mi cuenta, mientras más pasa el tiempo peor se pone mi carácter.

— ¿Realmente crees que yo te revelaré esa información? Si defiendo a mi reino hasta el final, no eres capaz de imaginarte hasta el grado que defenderé a mi hijo. Ningún padre delata a su hijo y menos yo.

— Tarde o temprano lo encontraré ese será el final del reinado de tu línea genética. — Con una sonrisa ladina lo observó, apretando su mandíbula, con los dedos índice y pulgar haciéndole daño a las ya rajadas comisuras de su boca. — Devuélvanlo a la habitación de donde lo sacaron.

...

Tellus...

Taehyung todavía no podía creer el cambio de actitud tan brusco que tuve Jungkook con él. No es que hubiera estado riéndose pero parecía sereno y le hablaba relajadamente, sin esa cara agria que casi siempre lo caracterizaba, y no la neutra que lo humanizaba más, esa que había estado viendo todo el día anterior cuando pensó que finalmente se habían acercado.

No solamente cambió de opinión y no lo llevó, sino que lo estuvo ignorando mientras le tocaba las ventanillas de su auto, sino que también al arrancar lo empapó de agua sucia, parecía un guiñapo del que todos se alejaban ene l metro dándole miradas de repulsión.

Aún así, si pensaba que se iba a quedar tranquilo y no le iba a decir nada por su actitud estaba totalmente equivocado. Aunque tuviera que irse de su casa lo iba a escuchar. Aunque si lo pensaba bien no podía molestarse tanto porque él tuviera un imprevisto, tal vez era serio y por eso su cambio de actitud hacia él. Lo del charco de agua sucia en el que lo bañó también era cuestionable, él no estaba mirándolo.

Bufó mientras apoyaba su cabeza a uno de los tubos del autobús donde podía agarrarse, esperando finalmente llegar a su última parada antes de tener que caminar loma arriba. Esa era definitivamente la peor para, sin la propina del trabajo no podía darse el lujo de tomar un taxi. Y pensar que en la mañana se había hecho a la idea de que regresaría a casa con su compañero de casa.

Media hora después, entraba finalmente por la puerta de la casa agotado, se percató de que el auto de Jungkook estaba parqueado en la entrada del garaje, lo que significaba que ya había regresado. ¿Estaría todo bien con él?

Se quedó en la entrada analizando si debía ir a ver como se encontraba o no, pensó en ignorarlo e ir a su habitación pero no pudo, iría a la primera planta por primera vez, invadiría su espacio para hablar con él, una de las reglas que le había puesto cuando le permitió quedarse en su casa. Le dejó claro en aquel momento que no eran amigos pero quería confían en que en algo habían avanzado, así que no se iba a quedar preocupado por él cuando podía simplemente preguntarle por su estado.

Dio pasos temblorosos, sin entender por qué temía ir hablarle. ¿Quizás porque se podía quedar en la calle? Sí, esa era una buena razón. Salió del elevador en la primera planta y no pudo evitar quedarse contemplando todo a su alrededor, todo era diferente, desde el tono y color de las luces hasta la decoración de la casa. Parecía que había entrado a una película de ciencia ficción donde todo estaba completamente fuera de su imaginación, sin embargo, no pudo detallar su entorno cuando lo vio.

Su cabello aún goteando, manteniendo todo su torso mojado, unos músculos increíblemente marcados y esa toalla con la que se secaba su fina cintura lo dejaron petrificado. ¿Quién salía del baño mojado y se terminaba de secar desnudo camino a la habitación o paseando por los pasillos?

No recordaba qué estaba haciendo ahí o de quién era ese cuerpo tan perfecto que tenía delante de él. Sin duda alguna era envidiable para la mayoría de los hombres, incluso él podría envidiarlo pero no era el caso. Ese cuerpo le resultaba totalmente atractivo, cada centímetro de él. No supo en qué momento mordió sus labios y saboreó con su lengua.

— ¿Cómo te atreves a entrar sin mi autorización? — Reclamó en un grito Jungkook haciendo reaccionar al intruso. — ¿Qué estás haciendo aquí?

— Yo... esto yo... — ¿Cómo demonios quería que hablara si se había quedado con la toalla en la mano dejando todo al completo descubierto? No podía concentrarse en decir nada coherente. — De la universidad, te fuiste y yo, no sabía cómo estabas, vine a preguntarte, ya sé que estás bien. Me... me voy.

Se dio la espalda sonrojado y se apresuró a entrar al elevador. No entendía el por qué de su reacción, ni su torpeza para hablar. No era la primera vez que veía un hombre desnudo, él mismo era hombre y se veía constantemente pero algo Jungkook...

Presionó casi con desespero varias veces el botón con el tres dibujado que lo llevaría a su piso, sin embargo la puerta no cerraba y el dueño del lugar volvió a pasar por delante, dándole una mirada antes de seguir caminando. Juraba que su mirada había sido fría y amenazante pero su cuerpo se sentía vibrante y ese trasero que acababa de perder de vista cuando las puertas finalmente se cerraron lo habían hecho tragar la saliva que no sabía que se le había acumulado en su boca.

...

Después de lo ocurrido al regresar de la universidad le había costado mucho decidirse a salir de su habitación y de no haber sido por el hambre que tenía no hubiera salido hasta el sábado en la tarde para trabajar. No estaba avergonzado, tampoco traumatizado por lo visto, sin embargo temía de lo que su compañero le pudiera decir ya que había desobedecido su regla y para colmo de males, terminó viéndolo justo como había llegado al mundo.

Miró las pocas cosas que quedaban de la última compra hecha por él días atrás y escogió los ingredientes más sencillos y fáciles de elabora para una rápida comida. Necesitaba cocinar, comer y recoger la cocina antes de encontrarse con Jungkook por lo que sin perder tiempo puso sus manos a la obra.

Para Jungkook el hecho de ser visto desnudo fue incómodo, ya que solamente su padre, junto algunos empleados que se encargaban de su cuidado físico minuciosamente lo habían visto así. En un comienzo le iba a continuar reclamando pero no supo si fue la preocupada reacción de su cuerpo o los provocantes gestos que realizó el chico al verlo de esa forma, solamente supo que se quedó viéndolo como un idiota y después simplemente se decidió a dejarlo pasar. Eso sí, si se repetía no se iba a quedar tan tranquilo.

Un exquisito aroma comenzó a invadir sus sentidos mientras recordaba lo sucedido y estudiaba algunos minerales con los que no había tenido la oportunidad de trabajar o ver antes. Su casa nunca contó con un olor tan delicioso como ese. Observó el panel de control que tenía a su lado y se percató de que Taehyung estaba en la cocina.

No le había interesado antes ver como los humanos elaboraban sus alimentos pero ahora que estaba ocurriendo en su propia casa podía darse la oportunidad para verlo directamente y quizás ver algo interesante. Solamente necesitaba una excusa para ir a la cocina...

¿Por qué necesitaba una excusa para ir a su propia cocina? Eso era algo idiota, un príncipe y dueño de propiedades no tenía que dar explicaciones de nada. Tomó el vaso de agua que tenía a su lado y se encaminó a la cocina con sus dedos tamborileando en el cristal.

Taehyung estaba tan concentrado cortando los condimentos que le añadiría a la carne que no sintió la presencia de Jungkook, quien no interfirió en su tarea y solamente se limitó a observarlo desde una de las sillas de la mesa del comedor. Le agradó esa imagen del chico sonriendo y tarareando despreocupadamente mientras deambulaba preparando su cena. Estudió con la vista cada una de las cosas que le vio utilizar y quería saber un poco más.

— ¡Oh por dios! — Exclamó Tae sorprendido al voltearse y chocar con quien él menos deseaba ver en ese momento.

Jungkook no se inmutó en lo más mínimo, en cambio observaba como se cocinaba la carne que estaba puesta sobre aquella cocina eléctrica que él jamás había prendido. La elaboración de los alimentos en su mundo era diferente, más en el palacio. Escogías qué querías comer y le ordenabas a una especie de horno inteligente el plato que debía preparar, decías para la persona que era y cuando estaba lista salía totalmente preparada al gusto de quién la comería. Ver como todo se cocinaba era fascinante, el olor, como burbujeaba la salsa, el humo que salía, todo era nuevo para él.

— ¿Qué estás cocinando? — Preguntó sin apartar la vista de aquella cazuela.

— E- — Tosió para aclarar su garganta. — Estofado de cerdo con champiñones. — Tae entrecerró los ojos extrañado por su comportamiento, como si estuviera viendo eso por primera vez. — ¿No lo has comido antes? — Kook solamente negó con la cabeza con deseos de meter la mano pero sabía perfectamente las consecuencias de introducir su mano en algo que estaba en ebullición.

— ¿Qué tiene adentro? Es decir... los nombres de los ingredientes.

— Ahm... — Hizo una leve mueca con la boca y luego se rascó la cabeza mirando alrededor para acordarse de todo lo que había utilizado. — Carne de cerdo, cebolla, patatas, jengibre, tomates, limón, ajo, leche, curry, paprika, especias, sal y champiñones. Ya casi está. ¿Te apetece comer conmigo?

— ¿Yo? ¿Comer eso contigo? — Miró extrañado, desconfiaba un poco del arte culinario en Tellus pero no solo estaba intrigado y deseoso por probar esa comida, mirando a Tae no quería decirle que no. Así que solamente asintió mirándolo fijamente durante algunos segundos para después volver a dedicarle toda su atención a lo que se estaba cocinando.

— Sabes, puedes esperar sentado en la mesa o en una de las islas, yo prepararé la mesa y te lo llevaré. — Se estaba poniendo nervioso con el comportamiento de Jungkook, y su cercanía tampoco ayudaba.

Desde que lo vio tras de él pensó que le reclamaría por lo ocurrido pero parecía más preocupado por la comida que cualquier otra cosa. Preparó la mesa dejando a Jungkook observar un rato más, faltaban aproximadamente tres minutos para que la comida estuviera lista.

Fue imposible deshacerse del intruso en la cocina mientras terminaba de cocinar, por lo que no le quedó más remedio que aceptarlo sin protestar pero siempre que este pasaba su cabeza por encima de su hombro y dejaba salir su respiración para observar lo que estaba haciendo se ponía nervioso.

— ¿Me permites llevar los platos a la mesa? — Preguntó Tae recibiendo un asentimiento de cabeza por parte del luniano. — ¿Entonces podrías hacerte a un lado? Necesito pasar.

— ¡Oh! Lo siento. — Se disculpó rápidamente al notar que estaba interrumpiéndole el paso y lo siguió hasta la mesa.

Tomó asiento a la cabecera de la misma y esperó a que Tae le pusiera los alimentos en frente para degustarlos. Sin embargo al ver nuevamente su actitud de príncipe de Inglaterra Taehyung rodó sus ojos. ¿Acaso él pensaba que tenía sirvientes?

— Mínimo trae las bebidas por favor. — Espetó Taehyung sirviendo el arroz y el kimchi.

El luniano iba a reclamarle por su atrevimiento de mandarle a él a traer las cosas pero se recordó que estaba en Tellus y que ahí muchas cosas funcionaban diferentes. Suspiró a modo de quejido y se levantó.

— De verdad... ¿Este quién se ha creído? Él no es de la realeza ni yo su fiel servidor. — Murmuró entre dientes tomando asiento.

Desde la primera probada de comida Jungkook no supo cómo describir lo que estaba sintiendo. Toda la textura de la comida, su sabor, era... simplemente maravilloso, increíble. Fuera de las sopas y caldos todos los alimentos de su reino tendían a ser totalmente secos, en cambio lo que había cocinado Taehyung era completamente diferente.

Este último lo volvió a mirar extrañado, no entendía sus reacciones, como si nunca hubiera comido carne, arroz y kimchi con anterioridad... Fue entonces que Tae se acordó que nunca lo había visto comiendo algo que no fuera sopas o ensaladas. Sonrió al verlo gemir del gusto y permaneció embelesado observándolo comer lo que había hecho.

Dos repeticiones después ya no quedaba absolutamente nada de comida. Jungkook se había comido todo lo que Taehyung había cocinado, la comida que pensaba guardar y recalentar los días siguientes. Incluso no se terminó de comer su propia comida a propósito.

— Yo no puedo comer más... ¿Deseas comerte lo que queda en mi plato?

Eso era una locura, una persona de la realeza no comía sobras de nadie. ¿Cómo podía hacer algo así? Negó rápidamente con la cabeza pero una angustia comenzó a formarse en su pecho al ver a Taehyung levantarse, dispuesto a llevarse la comida. Cerró sus ojos con fuerza y estiró sus manos para quitarle el plato de las manos a Taehyung sin mirarlo. El terrícola luchó por ocultar la risa, sin embargo una sonrisa disfrazada de mueca apareció en su cara mientras se sentaba nuevamente para verlo comer.

Jungkook devoró lo que quedaba con rapidez, feliz y satisfecho. Quería definitivamente volver a comer eso en otro momento. Limpió su boca con la servilleta pero cuando la estaba bajando notó la mano de Tae como se posó en su rostro, dejándolo paralizado.

La intención inicial era solamente eliminar un grano de arroz que se había quedado pegado a su mejilla pero al rozar su piel y encontrarse con su mirada perdió la noción de lo que estaba haciendo por completo. Se inclinó hacia adelante sin apartar la mirada de aquellos ojos que se estaban volviendo de un color rojo que en su vida había visto antes, deteniendo sus movimientos una vez que sus labios chocaron.

Un fuerte zumbido apareció en los oídos de Jungkook, quien se había quedado mirándolo sorprendido, para después volver a desaparecer a la velocidad de la luz literalmente.

Taehyung reaccionó asustado e intentó alejarse una vez que se dio cuenta lo que había acabado de hacer pero fue sostenido por Jungkook con una fuerza que no le permitió alejarse un solo centímetro. Su nuca fue agarrada y una lengua intruso entró con fuerza en su boca.

Si fisicamente no fuera imposible habría jurado que sintió el tiempo detenerse justo en ese instante. Quería alejarse pero lo único que hizo fue imitar los movimientos de aquella lengua, fundiéndose en un beso que les robó a ambos la noción del tiempo y sus movimientos.

Se limitaron a seguir las directrices que las vibraciones de su cuerpo le indicaron en ese momento.

Cuando Jungkook aflojó su agarre las manos de Tae al momento se apropiaron de su cintura, no sabía cómo fue que llegó a su regazo pero ahí estaba sentada, acariciando bajo la camiseta que llevaba Kook hasta el más mínimo músculo. Rodeado por eso fuertes brazos, uno en su espalda y el otro apretando más su cabeza contra él, sentía como si se fueran a fusionar en ese instante.

Ahora conocía el saber de esos labios tan provocativos, el luniano no podía parar de besarlos, lamerlos, morderlos y succionarlos, nunca había probado unos labios iguales. Tae por su parte reaccionaba a cada cosa, todas las sensaciones se sentían duplicadas, jamás le había ocurrido eso y le fascinaba, no quería que se acabara pero...

Justo en ese momento sintió un zumbido tan fuerte en sus oídos que lo hizo reaccionar, desprenderse de aquel beso y mirar a Jungkook, quien se había quedado con su boca entreabierta, no estaba preparado para separarse de aquellos, labios, no lo quería hacer.

¿Qué le estaba ocurriendo? Tae miró a Jungkook confundido y se levantó velozmente de su regazo, echándose a correr hacia el ascensor. Una vez que las puertas de este se habían cerrado el zumbido en su cabeza aumentó, vio como todo se ponía borroso a su alrededor hasta que finalmente la oscuridad se apropió de su vista y no supo más.

¡Hola mis lunianos!

Aquí les dejo un capítulo más de esta historia que espero esté siendo de su agrado...

Me gustaría conocer su opinión... ¿Qué opinan de Amor Lunar hasta este punto?🙈
Les mando muchos besos y nos vemos en el próximo capítulo, ya las cosas se comenzaran agitar un poquito así que no se me pierdan mucho. 🙈🤪😂😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro