Elisabetta, Darcy, Julieta, Emma y Camilo regresaron al valle del Café esa misma noche y se dirigieron a la Hacienda Oro Verde, estaba silenciosa, a esa hora solo una empleada estaba despierta, no se asustó al ver a Julieta pues era nueva en el valle y no la conocía, Emma le dijo que ya podía irse a dormir Julieta veía todo como si fuera la primera vez que estaba ahí, era evidente que no recordaba

—Qué casa tan linda y elegante

—Sí, es la casa donde nací y crecí –dijo Emma –viví aquí por muchos años hasta que mi abuelo se endeudó y perdimos todo

—Lo siento

—No lo lamentes, me sirvió para madurar, de no haber sido por eso, no me habría convertido en la diseñadora que soy ahora, ¿qué pasa? –dijo al ver a Julieta mirar al fondo del pasillo como si buscara a alguien

—¿Tu padre está aquí?

—Está en la mansión Bettancourt,

—¿Por qué no están aquí? –preguntó confundida

—Bueno, es que no le hemos dicho nada, queríamos estar completamente seguros de que eras tú, te trajimos aquí porque debemos decirle antes

—Julieta –dijo Darcy -¿nada de esta casa te resulta familiar?

—No, disculpen –dijo al ver la decepción en sus caras –en serio trato, pero no lo consigo

—Tranquila doña Julieta, no la estamos juzgando, no se sienta obligada a nada –dijo Elisabetta

—¿Qué dijiste?

—Qué no se sienta forzada a nada

—Tengo la impresión de que ya me han dicho eso antes, ¿estaré comenzando a recordar?

—Seguramente –dijo Elisabetta sonriendo -no se preocupe todos vamos a ayudarla, será cuestión de tiempo pero volverá a ser la Reina del Café que conocemos

—Gracias, aunque no los recuerdo siento que puedo confiar en ustedes

—Puedes, verás que recordarás todo –dijo Camilo –porque te extraño

—Gracias, ¿podrían llevarme a descansar?

—Claro –dijo Emma –tengo el lugar perfecto para ti, ¿nos acompañas Elisa?

—Se ve tan perdida –dijo Camilo cuando su hermana y Julieta desaparecieron por la escalera

—Perdió la memoria por supuesto se siente así, sin recuerdos perdemos nuestra identidad

—¿Cómo le daremos la noticia a Aurelio?

—Emma tendrá que hacerlo, es su hija

—Y yo tendré que decirle a Jane, se sorprenderá

—Como todos –dijo Darcy

—Hasta que todo se calme y mi madre recuerde es mejor que nadie más en el valle sepa que mi mamá está aquí, podría asustarse, aunque sería bueno que Rómulo la revisara

—Esperemos un poco a que Julieta se asiente en el valle, ya llevó un tratamiento en Santa Catarina, quizás sea bueno hablar con quien la atendió en el instituto

—Tienes razón, le enviaré una carta al director para que el doctor que atendió a mi madre me conteste

—Es una buena idea amigo

Elisabetta y Emma llevaron a Julieta y Melissa al cuarto que la hija de Aurelio compartía con Ernesto en el tiempo que vivieron ahí, en cuanto vio la cama Julieta se recostó en el respaldar se sentía exhausta, física y emocionalmente

—Van a quedarte aquí

—Es una habitación muy amplia

—La que compartes con mi papá en la mansión es más grande, como es para dos personas

—Háblame de tu padre

—¿Qué quieres saber? –preguntó interesada

—Todo, es mi marido y no sé nada de él

—Bueno –dijo sentándose –es el mejor papá y abuelo del mundo, es veterinario, o lo era antes del accidente como ya no puede ver es imposible hacer su trabajo

—¿En serio no quiso operarse por mí?

—En serio, mi papá te ama con todo su corazón, desde tu supuesta muerte no ha vuelto a ser el mismo

—¿Y yo lo quería?

—Quizás al principio no, pero después él te fue conquistando, pero es mejor que él mismo te lo cuente

—¿El no sabe que estoy aquí?

—Voy a decírselo mañana y si quieres mi consejo arréglate porque conociéndolo querrá venir en cuanto lo sepa

—Emma, es que no sé si estoy preparada

—¿Quieres recordar quién eres?

—Por supuesto

—Bueno, como motivación, algunos de tus recuerdos más dulces son con mi papá, ustedes son la pareja más amorosa que he visto después de Ernesto y yo

—No, después de Darcy y yo –dijo Elisabetta riendo contagiando a Julieta y Emma

—Entonces, piénsalo y me dices

—No hay mucho que pensar, tráelo quiero conocerlo

—No te arrepentirás, ojalá en cuanto lo veas recuerdes todo

Elisabetta y Emma se fueron después de unos minutos para que Julieta pudiera descansar, Elisabetta fue a con Darcy y Emma fue a uno de los cuartos de huéspedes pues no estaba preparada para enfrentar a su padre pues como hija le correspondía darle la noticia de que su esposa vivía

—¿Cómo está Julieta? –le preguntó Darcy a Elisabetta cuando se reunió con él en el cuarto

—La dejé durmiendo –dijo acostándose a su lado –estaba muy cansada que en cuanto se acostó quedó rendida, todavía estoy impactada

—Es de no creerse, ¿verdad?

—Sí, estos tres años creímos que estaba seis metros bajo tierra y resulta que una extraña ocupa su tumba, no es posible que Jane, Emma y yo no hayamos notado la diferencia cuando preparamos el cuerpo para el entierro

—El dolor nos deja ciegos amor –dijo Darcy –así como Aurelio

—Él es otro que me preocupa, será una conmoción muy grande cuando lo sepa

—Sí amor –dijo mientras abrazaba a su esposa

Mientras tanto en el cuarto de Emma, la diseñadora no conseguía dormir estaba nerviosa ante la inevitable conversación que debía tener con su padre, pues no sabía su reacción, seguramente sería una mezcla de emociones, confusión, nostalgia y por supuesto alegría, el sufrimiento de su padre terminaría en unas horas, antes de dormir Julieta tomó el cuadro de Aurelio que había traído de Santa Catarina y lo recorrió con las manos, pero ahora no debía preguntarse quién era porque ya lo sabía, ahora deseaba tener una conversación con él.

—Mañana voy a conocerte en persona, sabré si tu voz es tan dulce como la imagino