Volví al cuarto y Aurelio aún dormía, me acerqué y me senté a su lado, agradeciendo a Dios por haberme dado a ese hombre tan maravilloso y que me ama con todo su corazón.

—¿Cómo pude olvidarte mi amor? –pensé mientras acariciaba su pelo –no te preocupes, recuperaremos nuestra vida y recordaremos esto como un mal sueño, yo aliviaré tu dolor así como tú aliviaste el mío desde esa noche en que te confesé sobre mi pasado.

A los pocos, Aurelio fue despertando y se incorporó, cómo disfrutaba ver a mi amor, pensar que estuve tres años sin saber de él, cuando veía ese cuadro sentía que sufría por mí y no me equivoqué, él estaba aquí, sin ver y con una profunda tristeza y culpa, mi corazón duele al imaginar el dolor de Aurelio, tanto que lloré sin más.

—¿Julieta?

—Aquí estoy mi amor –dije secando una lágrima que corría por mi mejilla –y siempre voy a estar

—¿Estás llorando Julieta? –dijo pasando su mano por mi cara –Mi amor, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?

—No es nada –dije cubriendo su mano con la mía

—Mi amor te conozco, aunque no puedo verte sé que te pasa algo, ¿es porque no recuerdas? No te preocupes Julieta, todo está bien, de verdad –dijo poniendo sus manos sobre mis hombros

—No, no es eso es que... te amo con todo mi corazón, te amo, te amo –dije abrazándolo fuerte–te amo, te amo, te amo

—Yo también te amor –dijo abrazándome con fuerza –calma - sé que lo confundí, mi mayor deseo en ese momento era decirle que había recordado todo, pero debía hacerlo de la forma como lo acordamos hace tres años, mientras nos divertíamos en la playa, sin imaginar lo que ocurriría horas después, pero necesitaba ayuda para hacerlo.

Flashback on

La playa Utatuba estaba hermosa como siempre, me encantaba el mar, desde niña, antes de que ocurriera esa tragedia íbamos muy seguido y no volví durante todo mi calvario con Osorio, ni después porque me enfoqué en los negocios, solo volví para mi luna de miel con Aurelio y ahora cinco años después para nuestro aniversario, me liberé, abrí los brazos y me dejé tocar por la brisa marina y la sensación del agua en mis pies.

—¿En qué piensas? –dijo Aurelio mientras rodeaba mi cintura con sus brazos

—En todo lo bueno que ha pasado conmigo desde que te conocí, mi vida era tan negra y tú llegaste a darle color

—Porque lo mereces mi amor, nunca debiste usar el negro, sino todos los colores del mundo, en especial el rojo

—Si quieres hago que Emma cree toda una línea de vestidos rojos, solo para mí

—¿En serio? –dijo emocionado

—No

—Julieta

—Me vería muy monótona, ¿no te cansarías de verme de rojo siempre?

—Yo nunca me cansaría de verte mi amor, de hecho, prefiero quedarme ciego si ya no puedo volver a ver, esos ojos, esa boca que tanto amo besar

—¿Tanto me amas? –dije volteándome a verlo

—Sí mucho, tanto que mi corazón duele

—Yo también te amo –dije besándolo –y mucho también

Nos besamos como si al segundo siguiente fuéramos a separarnos, pero el asunto me corroía y debía preguntar

—Mi amor, ¿qué pasaría si uno de nosotros perdiera la memoria? No hablo por una demencia, sino debido a un accidente

—¿Por qué piensas eso?

—No sé, es que todo está tan bien entre nosotros que me puse a pensar si algún día todo terminara

—Mi amor no pienses esas cosas, no sucederá nada, no te olvidaré y nunca me olvidarás

—Pero en el hipotético caso de que ocurra, ¿qué harías para demostrarme que la recuperaste?

—Ya que insistes, te daría rosas rojas, una por cada día que estuviera sin memoria

—Rosas rojas, excelente elección, las rosas rojas significan para mí

—Lo sé, por eso lo haría, ¿y tú mi amor?

—Pues, te mostraría lo que me hizo recuperarla y después te diría un momento en nuestra historia que solo nosotros sepamos

—¿Cuál momento sería?

—Este que estamos viviendo, prometamos algo, no mencionaremos esta conversación a nadie, será nuestro secreto

—Como ordene su majestad –dijo besándome con amor como siempre

Flashback off

Parece que tenía el presentimiento de que iba a suceder esa tragedia y me estaba preparando, nadie había tenido la culpa de lo sucedido, ni siquiera Aurelio, me dolía que se culpara y debía convencerlo de una vez por todas.

Narrador:

Ese día Camilo regresó a casa un poco después de la hora de comer, cuando entró fue recibido por Mercedes quien le indicó que fuera al estudio, cuando llegó estaban reunidos Jane, Emma, Tenoria, Estilingue, Elisabetta y su madre, ellos se veían emocionados, pareciera que estuvieran llorando.

—Hola, ¿qué sucede? Mercedes me dijo que viniera

Julieta avanzó hacia su hijo con una sonrisa y llorando sin más lo abrazó

—Hijo querido, mi amor, mi tesoro –ella se sentía feliz de reconocer a su hijo al fin –te amo Camilo, mi dulce Camilo

—Hace tanto que nadie me llama así

—3 años, ¿no?

—Sí, ¿te lo dijeron? –dijo viendo a los demás

—No –dijo apartándose del abrazo

—¿Entonces? –dijo intrigado, Camilo cambió su expresión de desconcierto a sorpresa y de ahí a felicidad –mamá, no me digas que...

—Sí hijo, recuperé la memoria

—Ay mamá –dijo abrazándome fuerte –dime que es cierto que me reconoces

—Sí Camilo sí, sé quién soy, te reconozco hijo mío –dije secando sus lágrimas –no tengo más sombras en mi mente, recuerdo todo, te recuerdo a ti, a todos los del valle, justo les estaba contando a ellos

—Mamá, es maravilloso, pero cómo, ¿cuándo?

—En la mañana, estaba con Aurelio viendo unas fotos, cuando fui a guardarlas mientras él dormía descubrí un libro escrito por mí, en donde estaban registrados todos los momentos importantes de esa época y los ruines, como mi oposición a tu matrimonio con Jane, el matrimonio falso y cuando supiste de mi pasado y cómo me acogiste después, porque aquel mini recuerdo que tuve, donde ambos llorábamos, no fue por mi torcedura

—Perdón por ocultártelo, es que te veías tan serena que no quise angustiarte

—Esa fue la razón de no decirte nada antes pero ya lo sabes

—Sí lo sé y ya está aclarado y perdonado

—Si hubiéramos sabido de ese libro desde el principio, se lo habríamos mostrado –dijo Emma secándose las lágrimas

—Ay mamá gracias a Dios, estoy tan feliz

—Sí yo también, todo ya está en su sitio me siento completa y feliz como hace mucho tiempo no era, saber quién es cada persona las veo y escucho su nombre, es maravilloso

—Dime, ¿cómo reaccionó Aurelio al saberlo? –dijo Camilo emocionado

—Él todavía no lo sabe –dije paseándome por el escritorio

—¿Cómo? –exclamó Emma levantándose -¿por qué?

—¿Aurelio todavía no sabe que recobraste la memoria?

—No hijo mío

—Pero qué estás esperando vamos anda díselo

—Es que quiero que sea especial, del modo que él merece, ha sufrido tanto con su ceguera y por mi supuesta muerte que quiero que el fin de ese sufrimiento sea inolvidable, por eso necesito la ayuda de todos, así como ayudaron a Aurelio en el picnic

—Sí claro, ¿qué quiere hacer doña Julieta?

—Una cena, esta noche si es posible

—Claro que sí doña Julieta cuente con nosotros –dijo Elisabetta

—Sí, solo no les digan nada a los niños, ellos podrían decirle a Aurelio antes de tiempo

—Claro que sí, prepararemos una cena fabulosa Julieta –dijo Emma –no tienes que preocuparte por nada

—Gracias a todos, en serio

En el transcurso del día todos preparamos la cena y cuando llegó la hora de cenar, todos se fueron para que Aurelio y yo estuviéramos solos, yo subí a mi habitación, me coloqué mi mejor vestido, me perfumé y fui a buscarlo, me paré frente a su puerta y entré, él estaba sentado sobre la cama, terminando de ponerse su saco

—Hola mi amor, ¿ya está lista la cena?

—Sí, ya está, vine a buscarte para llevarte, ¿vamos?

—Vamos

—Hoy tu vida cambiará mi amor, te amo –pensé mientras lo llevaba