Aurelio se encontraba en un jardín de rosas, muy parecido al invernadero que había en la mansión de Sao Paulo, las flores tenían un color rojo vivo y expedían un delicioso aroma, mariposas volaban por doquier, había un sendero pedregoso y el botánico lo siguió, cuando llegó al final del camino, sus ojos se llenaron de lágrimas: en una banca estaba Julieta, llevaba un vestido blanco; su cabello estaba suelto como él lo recordaba y le dedicaba una sonrisa radiante, Aurelio corrió hacia ella y abrazó:

—Mi amor, estás aquí –dijo entre sollozos

—Hola mi amor no llores, estoy muy bien, mírame

—No puedo evitarlo mi amor, te extraño demasiado, perdóname por lo que hice

—No tengo nada que perdonarte Aurelio, lo único que recibí de ti fue amor, me sacaste del abismo donde estuve por tantos años, viví lo que tenía que vivir y solo puedo sentir por ti agradecimiento, ya que gracias a ti los últimos años de mi vida fueron los más felices

—Lo hice porque desde el primer momento te amé Julieta y hasta el final de mis días lo haré

—No, más allá de la muerte porque aquí nos amaremos –dijo besándolo –voy a esperarte y nunca nos separaremos, dile a Camilo cuánto lo amaba a él, a Jane y a Charles, cuéntales a tus nietos nuestra historia, esa será la forma en que seguiré viva

—Buenos días señor Aurelio –dijo Dolores entrando en el cuarto y sacándolo del sueño

—Buenos días Dolores –dijo incorporándose y colocando la foto de Julieta, con la que siempre dormía a un lado de su cama

La sirvienta traía el desayuno y le daba de comer, lo colocó sobre una mini mesa y lo puso frente al botánico, Dolores lo conocía desde niño y como Emma estaba preocupada por él, Aurelio estaba muy vulnerable, primero la muerte del barón y ahora doña Julieta.

—Está delicioso Dolores, como siempre

—Gracias señor Aurelio

—¿Sabes? Soñé con Julieta

—¿En serio? ¿Quiere contarme?

—Sí, estábamos en el jardín de la casa, rodeados de las rosas que tanto le gustaban, sentados en la banca ella con su vestido blanco y me dijo que no me culpaba por su muerte, que solo sentía agradecimiento por haberla hecho feliz –dijo sonriendo

—Es lo que le hemos dicho todos señor, quizás solo debía escucharlo de los labios de doña Julieta para convencerse

—Tal vez Dolores, me gustó verla bien, estaba tan linda, tan serena, con esa sonrisa que llenaba mi vida todos los días, dice que me espera

—Pues, si me permite, ¿no cree que debe vivir bien y recordándola por lo que era?

—Sí, Dolores lo haré, pero seguiré firme en mi decisión de quedarme ciego, eso no cambiará

La sirvienta no dijo nada y siguió alimentando a Aurelio, ella lo conocía desde niño y sabía que cuando decidía algo nada podía hacerlo cambiar de opinión y prefirió no insistir

Mientras esto sucedía, en la sala Emma, quien se encontraba diseñando los vestidos de su próxima colección en la sala, recibió la visita de Elisabetta y Darcy, la cual cambiaría su vida y la de los demás

—Emma –dijo Elisabetta

—Elisa, Darcy, qué bueno verlos, bienvenidos –dijo abrazándolos -¿cómo te fue amiga, terminaste el libro?

—Sí Emma, lo terminé, debo llevarlo al editor para poder publicarlo–dijo nerviosa

—Elisa, ¿estás bien? ¿Por qué tienes esa expresión en tu cara?

—¿Dónde está Camilo? –preguntó Darcy –Necesitamos hablar con él lo antes posible y contigo también pero en un lugar donde tu padre no nos escuche

—Camilo está en el negocio del café Tres Mosqueteros, pero, ¿por qué mi papá no puede escuchar lo que quieren decirnos?

—Porque no queremos esperanzarlo –dijo Elisabetta

—Amiga por favor habla me estás asustando

—Por el momento solo puedo decirte que su infelicidad y la de todos tendrá fin si hubo un error en el hospital donde lo llevaron cuando ocurrió el accidente

—Elisa, Darcy ¿pueden hablar claro por favor? No entiendo

—Aún no, necesitamos que Camilo esté presente para poder hablar –dijo Darcy –y que viajen con nosotros lo antes posible

—Pero... -comenzó a decir Emma

—Darcy, ¿eres tú? –dijo Aurelio bajando con ayuda de Dolores

—Sí, Aurelio, vine con Elisabetta

—¿Cómo está Aurelio?¿Dolores? –dijo Elisabetta

—Bien gracias –dijo Dolores

—Bien gracias, ¿cómo te fue en tu gira por Brasil?

—Bien, terminé el libro y solo falta editarlo

—¿Muchas historias asombrosas?

—Sí, más de las que esperaba

—Perfecto, cuando lo edites tráeme una copia, alguien me lo puede leer

—¿No le gustaría leerlo usted mismo?

—¿Cómo puedo si no veo?

—Hay un sistema para que las personas invidentes puedan leer los libros, se llama braille, puedo pasar el libro a ese sistema si gusta

—No lo había pensado, tendría que aprenderlo pero sí está bien

—Claro señor Aurelio

—¿Estás bien Elisabetta? Te escucho nerviosa

—No, es que estoy emocionada porque ya terminé mi segundo libro es todo

—Ya verás que será un éxito como el otro –dirigiéndose a Dolores dijo -¿puedes llevarme al jardín?

—Claro señor

—¿Al jardín? –exclamó Emma

—Sí, ¿por qué te extraña?

—Durante tres años no quisiste salir al jardín porque te recordaba a doña Julieta

—Sí, pero eso cambió Emma, soñé con ella anoche y entendí que debo seguir viviendo para que donde quiera que esté no sienta dolor al verme triste

—Me alegra mucho papá, en serio

—Lo sé, vamos Dolores

—Darcy, Elisa, ¿por qué dicen que Camilo y yo deberemos viajar con ustedes? –dijo Emma después de que Dolores y Aurelio salieron

—Cuando hablemos lo entenderán, pero debemos hacerlo pronto

—Está bien, vamos a la Hacienda Oro Verde, ahí nadie nos molestará –dijo Emma

—Perfecto, yo iré a buscar a Camilo y nos vemos allá –dijo Darcy –con permiso

—Aquí está el banco señor –dijo Dolores

La anciana sirvienta llevó a Aurelio al jardín de la mansión y lo sentó en una banca, la vista era hermosa, había rosas rojas por todas partes ya que estaban en época de floración y además Aurelio dio instrucciones para cuidar el rosal y que las flores que Julieta amaba no murieran, desde su regreso a la mansión del hospital, no había vuelto a ese jardín pues le dolían los recuerdos al imaginar a Julieta ahí, solo después de ese sueño tenía el valor de regresar.

—Gracias Dolores

—Usted sabe que lo hago con mucho gusto

—Lo sé y te lo agradezco

—¿Necesita que le traiga alguna cosa?

—No Dolores gracias, ahora quisiera estar solo puedes volver después o mandar a alguien a buscarme

—Muy bien

Cuando se sintió solo, Aurelio cerró los ojos e inhaló el aroma de las rosas a su alrededor y recordó el sueño que tuvo con Julieta y sonrió al imaginarla en ese mismo banco a su lado y pudo sentir su presencia en ese lugar, por primera vez en tres años recordarla no le causaba dolor, ni tenía ganas de llorar por ella, solo quería homenajearla por lo que le restaba de vida, tal como se lo pidió en el sueño.

—Cumpliré lo que me pediste mi amor, lo prometo

Debido a que Januario inauguró su galería en Londres y Ernesto se convirtió en alcalde, Camilo debió asumir la industria del Café Tres Mosqueteros, que había tenido un auge en el país y estaba en proceso de exportación lo que lo tenía muy feliz, su madre, doña Julieta estaría muy orgullosa, desearía que estuviera ahí, viendo su triunfo, aconsejándolo cuando tuviera dudas o problemas en el negocio y como venía ocurriendo desde hace tiempo, abrazarlo cuando necesitara consuelo, tenía una foto suya en su escritorio al lado de la de Jane y Charles, para sentirla cerca suyo, la observaba en el momento en que llegó Darcy

—Darcy mi amigo, qué gusto tenerte de regreso

—Hola Camilo –dijo abrazándolo

—¿Quieres tomar algo, café?

—No gracias

—¿A qué debo el honor de tu visita a mi oficina?

—Necesito que vengas conmigo a la Hacienda Oro Verde, ahora mismo

—¿Para qué?

—No puedo decírtelo en este momento, solo confía en mí, es importante

—Darcy, no puedo dejar los negocios

—Créeme esto es mucho más importante

—Espero que valga la pena

—La vale amigo –dijo sonriendo

—¿Todo está bien Darcy? Te noto extraño

—Sí, todo está bien, es que Elisabetta y yo necesitamos hablar contigo y Emma no hagas preguntas ahora y ven conmigo, ¿de acuerdo?

—De acuerdo

Camilo estaba tan confundido como Emma, sus amigos actuaban muy extraño y no hablaban claro, parecía que querían hacerlo pero se contenían hasta estar solos con ellos. Cuando llegaron a la hacienda, Elisabetta y Emma ya estaban esperándolos, luego de saludarse, entraron y se sentaron en la sala.

—Ahora sí Darcy, Elisa, ¿qué es eso tan importante que deben decirnos que debe ser en privado? –dijo Emma

—Bien, primero no es una broma, jamás bromearíamos con un asunto tan delicado –dijo Elisabetta

—Pueden hablar de una vez por favor, no nos tengan en suspenso –dijo Emma exasperada

—Está bien –dijo Elisabetta en tono solemne

Flashback on

Elisabetta continuó con su profesión de escritora su libro Orgullo y Pasión estaba entre los más vendidos del país, eso la tenía muy contenta, Darcy y su hijo Thomas estaban orgullosos de ella, ahora estaba trabajando en su próximo libro, trataba sobre personajes destacables de Brasil, recorrió cada provincia y afortunadamente las personas se mostraron accesibles, acababa de llegar a Santa Catarina, su último destino, después podría editarlo y publicarlo y esperaba que fuera igual de exitoso que el primero

—Este recorrido por Brasil fue divertido aunque un poco agotador –dijo Darcy cuando llegaron al hotel esa noche

—Si quería las mejores historias de Brasil debía hacerlo, además insististe en acompañarme, pudiste quedarte con Thomas en el valle

—No podría soportar tanto tiempo sin verte, además lo considero una segunda luna de miel como no pudimos disfrutar mucho la primera

—Sí, cuando te apuñalaron y casi mueres

—Sí, pero gracias a Dios y a la sangre de Camilo me recuperé, mi amigo es un gran hombre

—Es el hijo de la Reina del Café, no podía ser de otra forma –dijo Elisabetta con un dejo de tristeza –a veces me parece mentira que doña Julieta ya no esté

—Todos extrañamos a Julieta mi amor, dejó una huella en quienes la conocimos

—Para algunos la indomable Reina del Café para nosotros nuestra amiga Julieta Sampaio Cavalcante –dijo sentándose en la cama

—Se nota

—Me inspiró en mi primer libro y fue mi impulso para escribir este, porque pensé cuánta gente admirable hay en el mundo como Julieta pero como no tienen un apellido o un imperio como ella pasan desapercibidas para la mayoría, por eso este libro "Historias asombrosas", será dedicado a ella y también pienso pasarlo al sistema braille para que Aurelio pueda leerlo

—Me parece bien mi amor, aunque sigo sin entender por qué no quiso curarse y condenarse a la oscuridad

—Se siente culpable por su muerte y también no quería volver a ver a ninguna mujer por el resto de su vida y mantener la imagen de doña Julieta en sus retinas del amor de su vida

—Camilo tampoco es el mismo sin Julieta, lo vi decaído cuando volvimos

—Era su madre, mis hermanas y yo tampoco seríamos las mismas sin nuestra madre –dijo quitándose los zapatos

—Doña Ofelia, aunque hayan pasado años sigo extrañando a mi madre

Al día siguiente se levantaron y como las otras veces fueron al centro a preguntar, un señor les dijo que podrían encontrar buenas historias en el instituto para personas discapacitadas, Elisabetta le pidió la dirección y se dirigieron ahí, era un edificio nuevo ya que no tenía ni diez años fundado

—¿Puedo ayudarlos? –les preguntó el guarda

—Sí, necesitamos hablar con el director del lugar, soy escritora y me dijeron que aquí puedo encontrar buenas historias, él es mi marido Darcy Williamson

—Encantado

—Síganme, los llevaré a su oficina

El instituto era amplio, parecía un hospital, con las paredes blancas, pero con pinturas y estaba lleno de esperanza, la transmitían todas esas personas quienes realizaban los ejercicios de rehabilitación para contribuir a la sociedad

—El señor que les dijo de que aquí había historias asombrosas tenía razón, en diez años tenemos muchas

—¿Alguna en especial?

—Sí, hace tres años llegó una mujer procedente de Sao Paulo, había sufrido un grave accidente en el que había perdido la memoria y la movilidad en sus piernas

—Oh por Dios –dijo Darcy

—Sí, no tenía parientes, por esa razón la trajeron aquí, entró al programa y en un año ya estaba caminando, porque puso mucho empeño

—Con esfuerzo todo se puede lograr –dijo Elisabetta -¿y su memoria?

—Hasta donde sé, aún no se recupera

—¿Cómo, ella no está aquí?

—No, cuando se recuperó, rentó un cuarto en una vecindad y desde entonces se dedica a pintar, de hecho la mayoría de pinturas de aquí las pintó ella

—Pues es muy talentosa

—Tan talentosa como Januario –dijo Darcy

—Sí, Victoria pinta muy bien

—Ah, se llama Victoria, ¿podría darnos su dirección?

—Claro

En cuanto les dio la dirección de la pensión, fueron ahí, preguntaron donde estaba la habitación de Victoria.

—¿Aún está ahí?

—Casi nunca sale –le contestaron

Darcy y Elisabetta se dirigieron a la puerta que les dijeron y tocaron

—Un momento –dijo una voz femenina en el interior

—Darcy, ¿no te suena conocida esa voz?

—Sí, pero es imposible, no puede ser ella

Victoria abrió segundos después, al verla el inglés y su esposa quedaron sin habla

—¿Puedo ayudarlos?

Flashback off

—¿Quién era la mujer? ¿Y por qué les causó tanta conmoción? –preguntó Camilo

—Julieta, tu madre