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Capítulo 14

—¿Este caballo es mío?

—Sí, no me preguntes cuando lo adquiriste porque ya lo tenías cuando nos conocimos y jamás me lo contaste

—Quizás me lo regaló el padre de Camilo y por respeto a ti no te lo mencioné –supuso Julieta inocentemente, Aurelio sabía que si Osorio le hubiera regalado a Soberano nunca lo habría conservado

—Él no te lo regaló

—¿Cómo lo sabes?

—Tu primer marido nunca se preocupó por ti ni por Camilo, llevaba una vida desenfrenada y cuando murió los dejó en la miseria con deudas, debiste trabajar para conseguir cada centavo que te transformó en la Reina del Café

—Parece una persona horrible, mi finado marido, ¿te conté por qué me casé con él? –preguntó acariciando a Soberano quien estaba inquieto y emocionado al ver a su dueña, se había ido sin explicaciones y ahora regresaba

Por supuesto que sí, recordaba esa noche en la mansión de Sao Paulo, cuando intentaron hacer el amor, ella se levantó asustada y al tratar de salir del cuarto, él la llamó, atrayéndola, pidiéndole que lo hiciera entender su actitud y cómo entre lágrimas le contó los horrores que sufrió, pero no se lo diría, al menos no en ese momento

—Fue un matrimonio arreglado por tus padres –dijo al fin –y tú no tuviste otra opción que aceptar

—¿Por qué hicieron eso conmigo? –preguntó confundida –se supone que los papás sueñan con que sus hijos se casen por amor, ¿o no?

—Los matrimonios arreglados eran populares en esa época

—¿Y el tuyo con la madre de Emma?

—Fue por amor, amé a la madre de Emma profundamente, vivimos lo que debíamos vivir el tiempo que estuvo aquí, después llegaste tú, a alegrar mi vida y darle un sentido –dijo acercándose a ella

—Jamás imaginé que me amaras tanto mientras estuve en Santa Catarina, gracias por amarme

—Si supieras cómo es fácil, yo te admiré desde la primera vez que te vi

—Porque no conocías mis defectos

Al decir esas palabras a la mente de Julieta vino una imagen donde estaba sentada en las piernas de Aurelio en camisón y él le decía esas palabras mientras acariciaba su pelo y la miraba con amor

—¿No es la primera vez que decimos esto, verdad?

—No –respondió emocionado -¿recuerdas?

—Creo que sí, estábamos en un cuarto y yo estaba en tu regazo

—Sí, así fue mi amor, estás recordando

—¿De verdad? –exclamó emocionada -¿dónde fue?

—En mi cuarto de soltero, aquí en la mansión, la mañana siguiente al hacer el amor por primera vez

—¿En serio? –preguntó mientras sentía que se sonrojaba

—Sí, fue una de las mejores noches de mi vida y esa mañana te veías tan linda durmiendo y decidí sorprenderte con un desayuno en la cama, dijiste que nunca lo habías tenido, fue una tradición que empezamos

—¿Y no quisieras volver a hacerlo?

—Claro y por eso quiero tratarme para recuperar la vista, le pedí a Emma que sacara una cita con Rómulo

—Me da gusto, no mereces estar ciego

—Necesitaba un incentivo –dijo con una sonrisa que a Julieta le pareció encantadora

—Es muy cariñoso –dijo acariciando la crin de Soberano quien se impulsó hacia adelante

—Reconoce a su dueña, es tu caballo favorito

—Entiendo por qué

—Yo he cuidado de él, una vez se puso grave, lo curé y me diste empleo aquí

—¿Dónde trabajabas antes?

—En ningún lado, tenía formación de botánica pero en realidad no había trabajado debí buscar uno después de que nos quedamos en la calle

—Ni me lo recuerdes, siento vergüenza, ¿dónde vivieron después de que los expulsé?

—En el hotel del valle, mi padre y yo, Emma se fue a Sao Paulo molesta conmigo

ella se dio cuenta el mismo día que nos expulsaste, mi padre no quiso decirle nada y se decepcionó

—¿No se quedó en mi casa?

—Sí pero después se fue a Sao Paulo

—¿Qué fue a hacer en Sao Paulo?

—Vivir, se fue con Elisabetta, estuvieron juntas en una pensión con Jane y Camilo

—¿Por qué mi hijo vivía en una pensión si podía estar aquí conmigo?

—Ya te comenté que no aprobabas a Jane, pues él no quiso dejarla, se fue de la casa y le retiraste el apoyo económico, no consiguió trabajo porque les pediste a tus contactos que no se lo dieran

—¿Qué? –exclamó dejando de acariciar a Soberano

—Actuaste como una madre posesiva pensaste que lo perdías y esa fue tu forma de castigarlo

—Pero fue injusto Aurelio

—Errores que se hacen por amor

—¿Tú tienes caballos? Me refiero a si montas –dijo para cambiar el tema

—Lo hacía antes de perder la vista, mi caballo está dos establos más allá, el que sigue es Glorioso, el caballo de Camilo

—¿Glorioso?

—Sí

—Soberano, Glorioso ¿y cómo se llama el tuyo?

—Spirit

—¿Spirit? Es un lindo nombre para un caballo

—¿Puedes mostrarme a Spirit?

—Claro que sí, acércame

Julieta guio a Aurelio hasta donde él le dijo y abrió la puerta y se encontró con un hermoso caballo café con crin color crema, una sonrisa se dibujó en su rostro Spirit se inquietó un poco con la apertura de la puerta, pero de inmediato se tranquilizó al reconocer a los dos que estaban frente suyo, sacó la cabeza fuera de la caballeriza y reaccionó con Aurelio igual que Soberano con Julieta ambos caballos sentían la ausencia de sus dueños, pues desde el accidente Aurelio no se había acercado a Spirit

—Hola amigo –dijo acariciando su frente -¿cómo estás? Perdona que no vine antes pero no estoy en condiciones para montar, mira, Julieta regresó ¿la recuerdas?

—Es muy hermoso Aurelio –dijo tocando su crin

—Lo tengo desde los 20, ha sido mi compañero de aventuras

—Fue un lindo compañero

—Sí, después tuve dos buenas compañeras la madre de Emma y tú

—¿Hace cuánto murió la madre de Emma?

—Cuando era una niña de 10 años, desde entonces se dedicó a mi padre y a mí

—¿No eras tú el que debía dedicarse a ella?

—Sí, pero Emma le prometió a su madre en su lecho de muerte que nos cuidaría y lo hizo, tanto que no pensaba casarse y se convirtió en la casamentera del Valle

—Tan joven siendo casamentera

—Sí, pero eso cambió cuando se fue

—Puedo verlo, vi a Ernesto en la mansión Oro Verde, es un buen hombre y el alcalde

—Ha hecho un trabajo increíble

—¿De casualidad también actuó de casamentera con nosotros?

—Lo nuestro se fue dando poco a poco, el primer paso fue nuestro primer beso

—Espero que el resto no haya sido tan doloroso

—No, no lo fue

—¿Y qué aventuras tuviste con Spirit?

—Bueno una vez nos quedamos atrapados en una tormenta y tuvimos que guarecernos en una cueva, llovió toda la noche, volvimos a la Hacienda hasta el día siguiente, todos pensaron que me había sucedido lo peor, en especial mi madre, corrió a abrazarme apenas me vio –dijo sonriendo al recordar la escena

—Las madres se preocupan por sus hijos, espero que las otras no hayan sido tan riesgosas

—No, unas fueron hermosas, como las vividas contigo, cabalgábamos juntos a veces antes de la cena y veíamos el atardecer, Soberano, Spirit, tú y yo

—¿Antes o después de estar en el jardín?

—A veces antes, otras después –dijo sonriendo –y espero que todavía sean muchas más –se acercó a Julieta y tomó sus manos –porque extraño nuestra vida juntos, despertar contigo, besarte, acariciarte

—Aurelio yo...

—Pero entiendo que no estás lista, como te dije antes espero el tiempo necesario siempre que esté a tu lado

Aurelio acercó su rostro al de Julieta, ella se puso nerviosa, su corazón latía pensó que la besaría en los labios, lo quería pero a la vez no, cerró los ojos esperando; sin embargo, sintió el beso en la mejilla y la sien, fue tan cálido y suave que Julieta deseó que no terminara nunca

—No te imaginas cuánto extrañaba sentir tus mejillas –dijo apartándose sin dejar de sujetar sus manos –perdona si me excedí pero no pude contenerme

—Está bien, no me molestó fue... lindo y lo sentí familiar, así como esto –dijo viendo sus manos

—Lo hice varias veces, cuando no estabas segura de aceptarme, te quedabas quieta como ahora, disfrutándolo tanto como yo y después nos despedíamos

—¿Por qué nos despedíamos?

—Porque nos íbamos a dormir

Julieta se preguntó cómo no podría estar segura de aceptar a Aurelio, era apuesto, amoroso y gentil, cualquier mujer querría estar con él, aún sin recordarlo comenzaba a sentirse atraída por él, liberó su mano derecha y la puso en el rostro de Aurelio, él al sentir ese toque, cerró los ojos y puso su mano sobre la de ella, la llevó a su nariz y sintió su olor, Julieta entonces, tuvo un flashback donde le secaba la frente con un pañuelo, él le cogía la mano y la besaba, así como ahora estaban en un jardín de una mansión.

—Ya habíamos hecho esto antes, ¿verdad?

—Sí, en tu casa de Sao Paulo, una mañana cuando me estaba ejercitando en ese jardín tú saliste, conversamos y al verme empapado en sudor, sacaste un pañuelo y me limpiaste la frente, entonces yo tomé tu mano y percibí tu dulce aroma, después nos besamos, en un momento te apartaste porque los empleados podían vernos

—Entonces puede decirse que te la pasabas robándome besos

—Sí, aunque una vez tú me robaste

—¿Fue en esa casa?

—No en esta, fue el mejor beso porque me lo diste tú, en sala, te morías por mí y en ese momento lo reconociste

—Eres un petulante, ¿lo sabías? dijo y al ver la sonrisa en su rostro añadió -¿por qué sonríes?

—Hace tanto que no me llamabas así

—¿Petulante?

—Sí, es tu adjetivo favorito

—¿No es un insulto?

—En nuestro caso no, lo dijiste antes de besarnos por segunda vez

Flashback on

—Quiere decir que confundo sus pensamientos, que nublo su raciocinio

—¡Petulante! Soy dueña absoluta de mis emociones, en verdad cree que pensar en usted me hace... dudar de mis emociones

—No se angustie, es bueno saber que compartimos el mismo pensamiento que también piensa en mí y hace que su respiración vaya rápido, que sus manos transpiren y que su cuerpo vibre

Flashback off

—Tomé tu rostro entre mis manos, tú completamente rendida, cerraste los ojos y nos besamos, estuvimos así un rato y después saliste corriendo y yo quedé con una sonrisa pero me duró muy poco porque enseguida me enteré que mi padre nos vio y estaba muy molesto creyó que éramos amantes

—Si salí corriendo lo dudo, tengo la sensación de que pensé en ese beso durante mucho tiempo

—Tengo la sensación de que sí

—Ojalá se acuerde de él y que Soberano ayude –dijo Camilo cuando llegó y le pusieron al tanto de lo que había pasado

—Tengo la impresión de que le agradó, el hecho de que haya soñado con él y haya pintado un retrato suyo, ayuda mucho

—Sí, es cierto, pero no significa nada, talvez solo siente curiosidad por haberlo pintado

—Todos debemos poner de nuestra parte para ayudar a mi padre a reconquistar a Julieta –dijo Emma –ellos se aman

—Y yo que lo creía imposible, pero empecé a percibirlo en tu baile de compromiso al verlos bailar pero me convencí en la cena en la vecindad, a pesar de que ella lo negó, apenas se estaba abriendo al amor de Aurelio y volverá a abrirse con nuestra ayuda, mi madre descubrirá porqué se enamoró de Aurelio

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