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Capítulo 12

-Papá

Camilo, Emma y Aurelio volvieron a la Hacienda Sampaio-Cavalcante, los ánimos estaban un poco bajos pues les habría encantado que Julieta fuera con ellos pero había decidido permanecer en la Hacienda Oro Verde con Elisabetta y Darcy, quienes prometieron cuidarla bien hasta que Julieta se sintiera lista para volver, cuando llegaron, Charles estaba en la sala y al verlo corrió a darle la bienvenida, Camilo amaba a su hijo era el regalo más grande que Dios le había dado por medio de Jane, su gran amor.

-Hola hijo, ¿cómo te va?

-Bien, ¿qué estás haciendo?

-Jugando con Afránio, ¿quieres jugar con nosotros?

-Claro que sí, pero primero necesito hablar con mamá, ¿dónde está?

-En su cuarto

-Bien, iré a hablar con ella y después bajo a estar contigo, ¿te parece?

-Sí -dijo animado

-Emma, ¿puedes llevarme a mi cuarto? Estoy cansado

-Claro papá, vamos

Camilo subió y encontró a Jane donde su hijo le había dicho, estaba acostada leyendo, se sorprendió al ver a Camilo en la casa a esa hora

-Mi amor -dijo dejando el libro en la mesa de noche -volviste

-Sí, era un viaje corto -dijo sentándose en la cama

-¿Qué te pasa? -preguntó al verlo tan abatido

-Ay Jane, acaba de descubrir algo impactante, hermoso, reconfortante pero aún así impactante

-Camilo me asustas, dime de una vez

-Mi mamá está viva

-¿Doña Julieta? ¿Viva? ¿Estás seguro?

-Sí Jane acabo de verla, hablar con ella, abrazarla

-¿Pero cómo?

-La confundieron con otra mujer, esa noche nos dieron el cuerpo de Victoria San Magno, que era casi idéntica a mi madre, por eso nunca aparecieron sus pertenencias

-Sí, ya me acuerdo, ¿pero dónde estaba, por qué no nos dijo que estaba viva?

-Porque perdió la memoria, estuvo en Santa Catarina todo este tiempo, Darcy y Elisabetta lo descubrieron hace dos días, por eso volvieron para decirnos a Emma y a mí

-Así que por eso Elisabetta estaba tan nerviosa, estaba segura de que ocultaba alguna cosa y no una cualquiera, ¿Ernesto fue con ustedes?

-No, él fue a Sao Paulo a averiguar en el hospital, ay fue muy fuerte verla y que no se acordara de mí, lo único que me consuela es que olvidó lo que sufrió a manos de mi padre, ese cobarde

-¿Por qué estaba en Santa Catarina?

-Porque además de perder la memoria quedó inválida, estuvo así un año, recibió tratamiento en un instituto de esa ciudad y ya camina

-Gracias a Dios, ¿y estuvo ahí todo este tiempo?

-Sí, creyendo que se llamaba Victoria San Magno, el director del Instituto les dio la dirección de su casa y se llevaron la sorpresa de que era mi madre, la trajimos ayer a la Hacienda Oro Verde

-¿Aurelio sabe?

-Sí, estuvo con ella, lo hubieras visto estaba impaciente cuando escuchó la voz de mi madre la abrazó con fuerza

-¿Se acordó de él?

-No, pero causó un impacto en ella porque se desmayó

-¿Cómo está?

-Tranquila, Mariko la revisó, fue la impresión

-Me gustaría verla, ¿volverá a vivir aquí?

-No tengo idea, por el momento no, a mí me encantaría pero la decisión es suya, no debemos presionarla, tenemos que darle tiempo amor, pero sí me gustaría que viera a Charles, talvez recuerde cuando lo cuidaba y mimaba, también los hijos de Emma, por cierto, debemos decirles para que nos ayuden, serán muy importantes

-Todos vamos a ayudarla, somos su familia

-Ojalá Jane, porque es desesperante que tu madre te vea y no sepa quién eres, tenemos un largo camino por recorrer, la buena noticia es que Aurelio decidió operarse para recuperar la vista

-¿De verdad? -exclamó Jane emocionada -tanto que se negó después de pensar a doña Julieta muerta

-El motivo ya desapareció, además dice que así será más fácil reconquistarla

-Puede ser, pero pienso que no es indispensable

-¿Por qué?

-El amor que se tienen es muy grande, era evidente desde el momento en que estuvieron juntos como marido y mujer, pasaban abrazados, besándose con pasión igual que tú y yo, estoy segura de que en el fondo de su corazón doña Julieta sigue enamorada de él

-Ruego porque tengas razón, con el favor de Dios volverá a ser la misma de antes y mi hermana se adapte aquí

-¿Hermana? -preguntó Jane confundida

-Mi mamá estaba embarazada cuando ocurrió el accidente, soy hermano de una niña de tres años

Cuarto de Aurelio

-Y, ¿cómo te sientes? -le preguntó Emma cuando estuvieron sentados en la cama

-No sabría describirlo hija, es muy fuerte creer a tu esposa muerta tres años y de pronto descubrir que está viva

-¿No estás molesto conmigo?

-¿Por qué lo estaría?

-Por no distinguir a doña Julieta y condenarte al sufrimiento

-Emma, no fue culpa tuya ni de ninguno de ustedes, no podían saber, no estoy molesto sino asustado

-¿Por qué?

-Le propuse volver a conquistarla que si no funcionaba nos divorciáramos, ¿qué pasa si ese es el resultado?

-Se enamoró de ti una vez, volverá a hacerlo, lograste algo que parecía imposible, conquistar el corazón de la Reina del Café

-Yo la vi como era en realidad, una mujer necesitada de amor, eso le di y eso le daré ahora

-Todos estaremos aquí para ayudarte

-¿Viste el cuadro que pintó de mí?

-Sí, te retrató exactamente como eres

-Me gustaría verlo

-Pues ya estás progresando al querer operarte

-¿Crees que aún se pueda? Ha pasado tres años

-No lo sé, pero inténtalo, la razón para quedarte ciego se fue, tu reina regresó a tus brazos

-Sí y para hacerlo necesito estar entero -dijo cerrando los ojos -debo recuperar la vista, debo hacerlo a como dé lugar

-Esa es la actitud papá

-¿Los niños ya lo saben?

-No, pensamos decirles ahora

-Háganlo, esos niños han sufrido tanto o más que yo, ve hija

-Bien, descansa -dijo besándolo en la frente

Volver a ver, durante tres años no había extrañado ver el rostro de su hija, de sus nietos, ni de la gente a su alrededor tampoco despertar con la luz del sol ya que ni siquiera lo calentaba, estaba seguro de que al morir volvería a ver en el cielo y se reencontraría con Julieta, pero esa mañana todo había cambiado

-Te enamorarás de mí otra vez Julieta -prometió mientras se quedaba dormido

Sala

-Acérquense niños, necesitamos hablar con ustedes -dijo Camilo llegando con Ernesto, Jane y Emma

Antes de que Julieta volviera los padres debían hablar con Charles, Afranio y Catarina para prepararlos y no se asustaran cuando la vieran

-¿Qué pasa papá? -preguntó Afranio

-Tenemos que darles una noticia muy importante -dijo Jane -que les va a dar mucha alegría

-¿Qué? -preguntó Catarina

-¿Recuerdan a su abuela Julieta? -dijo Camilo después de un rato

-Sí -dijo Charles -tu mamá

-Se fue al cielo -dijo Catarina -mi abuelo ha estado muy triste desde entonces con sus ojitos sin luz

-Pues hace unos días descubrimos que... ella no murió, solo estaba perdida

-¿Mi abuela Julieta está viva? -exclamó Catarina

-Sí mi amor -dijo Ernesto

-¿Dónde está? -preguntó la niña emocionada -quiero verla

-En la hacienda Oro Verde, donde vivíamos antes

-¿Por qué no está aquí con nosotros? -preguntó Charles

-Ella va a venir, pero deben saber que por el accidente, ella se olvidó de nosotros, así que talvez no vaya a tratarlos como antes cuando llegue, ¿comprenden?

-¿Tampoco se acuerda del abuelo? -preguntó Charles

-No -dijo Camilo

-Pero cómo, si ellos se aman

-Eso no tiene que ver hijo

-¿Podemos olvidar a las personas que amamos? -preguntó Catarina

-Me temo que sí -contestó Ernesto

-¿La abuela nos recordará? -preguntó Charles

-No sabemos -dijo Jane -pero debemos acogerla, recibirla y lo más importante quererla

-¿Cuándo viene? -preguntó Catarina

-No sabemos, debemos darles un poco de tiempo

-Yo ya quiero abrazarla -dijo Charles

-Te entiendo hijo -dijo Camilo -yo tenía deseos de abrazarla y al hacerlo me sentí renovado

-Llévennos a verla -pidió Charles

-Sí -lo secundó Afranio

-Ahora es muy tarde -intervino Emma -además ella necesita descansar, en cuanto esté mejor los llevaremos a verla, ¿de acuerdo?

-Sí

Pero, como buenos nietos de Julieta que eran no desistían de lo que querían tan fácilmente y en sus cabecitas empezaron a idear un plan para ver a su abuela

Julieta narrando

Me dolía hacer a este hombre sufrir porque no lo merecía, era tan amoroso y gentil, esos ojos tan azules cautivaban a cualquier mujer, entendí por qué me enamoré de él, al parecer no había sido muy fácil conquistarme, deseaba con desesperación recordarlo, quería irme con él, pero no quería entristecerlo ni decepcionarlo al no recordar los momentos compartidos a los demás igual, quería volver a ser esa Julieta que todos extrañaban y se encontraba perdida en mi memoria, me sujeté el cabello y repetía como hacía en mis noches de insomnio tanto en el instituto como en la pensión

-Tienes que recordar por favor vamos Julieta, hazlo por el bien de todos

Pero como las otras veces no llegó ningún recuerdo a mi mente y lloré frustrada abrazándome a la almohada

-No debe sentirse mal por no recordar a doña Julieta -le dijo Elisabetta cuando desayunábamos al día siguiente

-Es difícil no hacerlo, ver a Camilo y Aurelio y no saber quiénes son, es horrible, ustedes lo experimentaron cuando fueron a Santa Catarina y me vieron también Emma, al encontrarme con ella en el parque fue como si la hubiera conocido recién

-¿Qué te dijo el médico? -preguntó Darcy

-Que quizás cuando se desinflamara el golpe iba a recordar pero han pasado tres años y aún nada, bueno ya se dieron cuenta

-¿Mamá? ¿Me das un bollo? -preguntó el hijo de Elisabetta

-Claro -dijo ella sonriendo y pasándole el bollo

-¿Ya conocía a tu hijo?

-¿A Thomas? No, él se fue muy niño de aquí a Pemberly en Inglaterra, de donde es Darcy, volvimos hace tres años, para la firma de mi libro, fue un día alegre pero a la vez triste

-¿Por qué?

-Ese fue el día del accidente, después de la firma ustedes se fueron a un viaje para celebrar su aniversario de bodas

-¿A dónde fuimos?

-A la playa donde fue su luna de miel, estarían todo el día, estábamos en la Hacienda Bettancourt, cuando nos avisaron, fuimos todos al hospital de Sao Paulo y ahí no dieron la trágica noticia, el señor Aurelio ciego y usted muerta

-Pero no lo estaba Elisabetta

-No, fue difícil para todos, en especial para el señor Aurelio, Emma nos contaba que al volver del hospital, parecía otro, callado, triste, estuvo días sin comer, tanto que pensaron que moriría, lo obligaron después de una conversación muy seria con Emma

-¿Y mejoró?

-En parte, no sé muy bien los detalles porque casi de inmediato volvimos a Inglaterra y nos comunicábamos con Emma y Ernesto por cartas, mejoró un poco pero la tristeza estaba ahí y la oscuridad también no solo en sus ojos, también en su corazón por no tenerla con él

-¿Creen que hice mal en no irme con él?

-Era decisión suya, doña Julieta y conociendo al señor Aurelio la esperará toda la vida si es necesario

-Eso me dijo

En ese momento tocaron a la puerta y Elisabetta fue a atender porque no había servidumbre en la casa

-Elisabetta es muy agradable -dije a Darcy

-Estoy de acuerdo, ustedes se convirtieron en grandes amigas

-No me sorprende

-Charles, Afránio, Caterina qué hacen aquí?

-Vinimos a ver a mi abuela, ¿ella está aquí? -se escuchó la voz de un niño

-Sí, pero, ¿dónde están sus padres?

-No vayas a enojarte tía -esta vez se escuchó la voz de una niña -pero nos escapamos de la mansión

-¿Cómo se les ocurrió hacer eso?

-Queríamos verla

Me levanté y fui hacia la sala donde estaban conversando

-¿Qué pasa?

Elisabetta se volteó y vi la cara de los niños, eran dos niños y una niña, eran muy lindos, sus caras me resultaban conocidas, en especial la del rubio, en cuanto me vieron corrieron a abrazarme, sentía sus bracitos alrededor de mi cintura abrazándome con amor, me sentía extrañada pero también emocionada al sentir el cariño de esos niños.

-Te extrañamos mucho abuela -dijo el rubio

-¿Abuela? ¿Tú eres mi nieto? ¿El hijo de Camilo? -dije bajándome a su altura

-Sí, Charles

Ya entendía porqué me resultaba conocido ese niño, seguro se parecía a Camilo cuando era pequeño, les sequé las lágrimas a los tres, los otros dos niños eran muy lindos y se parecían, seguro eran hermanos.

-¿Y ustedes cómo se llaman? -les pregunté

-Afranio

-Catarina, acuérdate

-Niños -dijo Elisabetta acercándose -su abuela no los recuerda

-Papá, el tío Camilo y mis papás nos contaron -dijo Caterina y dirigiéndose a mí siguió -abuela todos te extrañamos, ¿por qué no quisiste volver a la casa con el abuelo?

-Es complicado -dije levantándome

-Él ha estado muy triste sin ti -dijo Afranio

-Sí -dijo Charles

-Yo no quiero ver a mi abuelo triste regresa con nosotros abuela por favor te lo pedimos

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