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32.

"Un mes y dos días sin Jimin." Mi diario resucitó de entre los muertos, después de años de estar tirado dentro de una caja polvorienta. Todavía tiene la mitad en blanco. Recuerdo cuando escribía todos los días, intentando alejar la ansiedad de mi cuerpo. Desde que Jimin se fue, tuvo que volver a servirme de herramienta, todo el tiempo siento el agujero en mi estómago, contando los días que faltan para volverlo a ver. Revertir el proceso, volver a trabajar sobre la ansiedad es algo que no pensaba tener que hacer otra vez, pero maldita sea que lo extraño como una condenada y estoy horriblemente triste.

"Un mes y dos días sin Jimin. La peor parte de todo esto es que hoy es mi cumpleaños, pero él no lo sabe, ni tampoco voy a decírselo. No tiene manera de enterarse por nadie, así que no he recibido su saludo en el día de hoy. A esta hora debe estar durmiendo como un bebé, mientras mi día (tristemente) acaba de empezar. Las video llamadas esporádicas cada vez me saben a menos, no puedo contentarme con solamente ver su rostro en la pantalla. Sus labios carnosos y rellenos tan cerca, pero tan lejos de mí, me están haciendo enloquecer. Cómo desearía que esté aquí en el día de hoy, despertándose junto a mí, besándome y cantándome el feliz cumpleaños con esa vocecita chillona que pone a veces.

Las chicas me invitaron a salir, quieren ir a un bar para festejar. Motivos de festejo tenemos de sobra, no solamente mi cumpleaños si no también que nuestro proyecto está saliendo tan redondo que es increíble. El corredor inmobiliario que Jimin nos recomendó, nos consiguió la casona perfecta para poder llevar a cabo nuestros planes. En un mes más vamos a poder abrir nuestras puertas, con una Yuuko felizmente instalada frente al hermoso mar de Jeju. Por suerte no necesité aceptar la oferta de dinero...

Ahora, retrocediendo, no tengo muchas ganas de salir en realidad. Preferiría quedarme en mi apartamento, trabajando hasta el cansancio con los videos que me siguen llegando de la compañía. Viendo su hermoso rostro y escuchando su risa quince mil veces en repetición. Festejar sin él no es algo que realmente quiera hacer. En estos momentos está en Sudamérica, para ser más precisa en Argentina justamente. Una lástima que mi hermano no pueda ir a verlo, me hubiera gustado que se conocieran. Sobre todo desde que Benjamín se convirtió en mí más grande consuelo cada vez que me siento como la mierda. Sería un bonito regalo de cumpleaños.

Quizás no estaría mal aceptar la salida, quizás sería un buen momento para tomar el alcohol que no tomo y cerrar este agujero en el medio de mi vientre, que no me permite respirar. Esa Victoria 2.0 está siendo difícil de conseguir, pero estoy intentando por todos los medios hacer algunas mejoras. Por lo pronto es un mes y dos días sin Jimin, algunos kilos menos, un proyecto en ciernes y una espera interminable para que me devuelvan a mi hombre. En fin... Solo un mes más y otras treinta fotos que enviarle "

Cerrando mi cuaderno con total resignación y bufando de fastidio, me levanto del piso para ir a guardarlo al cajón de mi mesa de luz, donde descansa últimamente. Al pasar por el espejo grande de mi habitación, me miro de pies a cabeza intentando reconocer a esta nueva Victoria a la que la ropa le queda grande, pero el corazón le queda chico. «Feliz cumpleaños a mí... », Pienso amargamente, mientras intento encontrar en el espejo algún rastro de sonrisa. Nada.

Son apenas las tres de la tarde, el sol de la primavera entra por todos los ventanales de mi habitación llenándome de luz. Mi cara se ve bastante demacrada, ahora que me fijo bien. No son los años, es la ausencia. Las ojeras se hacen profundas y oscuras bajo mis ojos, de no poder dormir como es debido, el hecho de que mi rostro se haya afinado deja todavía más en evidencia mi cansancio físico y mental. No extrañaba para nada esta sensación. Si Jimin me viera, no me reconocería entre tanta cosa. Afortunadamente, cada vez que hablamos está demasiado cansado como para andar fijándose en pequeños detalles. No se dio cuenta de nada, gracias a eso y a mi nueva costumbre de maquillarme las ojeras para que no se noten. Me deja tranquila que, al menos, esté disfrutando el último recorrido de su carrera. Se merece todo y más.

Finalmente decido hacerle caso a mis amigas y salir de mi casa. Pero mientras tomo mi celular para enviarles un mensaje, noto un mensaje de texto de mi querida Jade en la barra de notificaciones.

J: Perra. Estaré ahí el 16 de Junio. Llego por la mañana al aeropuerto de Seúl, así que más te vale que estés ahí con mi alfombra roja y las luces de Neón. No veo la hora de que nos encontremos... Esperame con un buen vino, ya sabes lo que me gusta.

Vic: Zorra! Si. Sé lo que te gusta, maldita ebria. Te espero con ansias, además de tu alfombra roja y las luces de neón. Después no digas que te doy vergüenza cuando veas esas cosas en el lobby del aeropuerto.

J: Por cierto. Ese era mi regalo de cumpleaños :P Feliz cumpleaños idiota!!!!

Vic: Gracias estúpida. Ya me darás mi regalo de verdad el próximo mes ;)

Ahora si, después de haber recibido tan buena noticia le envío mensaje a las chicas, arreglando nuestra cita para esta noche. Me da lo mismo adonde quieran ir o que quieran hacer, que ellas elijan. Lo estoy haciendo por ellas más que nada. Me acabo de dar cuenta de que, la supuesta vuelta de Jimin a Corea es el 18 de Junio. «Que lejos está la fecha. Mierda. », pienso amargándome nuevamente.

Las chicas van a pasar a buscarme a las nueve, para ir a cenar y a tomar algo en un restaurante que ellas mismas eligieron. Mejor va a ser que me ponga a rebuscar en mi ropa. No quiero nada que llame la atención, pero esta vez porque no quiero que nadie que no sea Jimin, pose sus ojos sobre mí. Tres mujeres solas en la noche de Seúl, no son más que una invitación para algunos lobos hambrientos. No me molestaría si ellas consiguen algo que "comer" en el proceso, pero claramente conmigo no cuentan. Me decido por un jean azul, unas botas de caña alta sin taco y una camisa de manga corta color negro. Simple, sencillo y para nada llamativo. Perfecto.

El tono de llamada de mi celular, me saca la concentración mientras estoy mirando mi figura en el espejo nuevamente. Tratando de pensar cómo voy a hacer para que el jean calce bien. No me compro ropa hace años, pero ahora las cosas me quedan enormes... Es Jimin. Mi rostro se ve bien, no hay ojeras a la vista en este momento gracias a la iluminación. Deslizo mi dedo sobre la pantalla para responder.

— FELIZ CUMPLEAÑOS A TIIII, FELIZ CUMPLEAÑOS A TIIIIIII —del otro lado aparecen los siete fantásticos con una torta de chocolate en la mano, llena de velitas. Son más de las tres de la mañana en Argentina, no sé qué hacen despiertos pero no es momento de andar preguntándose estupideces. Unas cuantas lágrimas de emoción se me escapan mientras terminan de cantar a coro el feliz cumpleaños para mí, con un sonriente y hermoso Jimin en el centro de la escena.

— ¡Gracias chicos! —respondo, mientras limpio mis lágrimas con el dorso de mi mano — ¿Cómo lo supieron?

— Fácil, cariño —todos ríen de manera cómplice mientras mi querido responde como si fuera el mismísimo Sherlock Holmes— Lo supimos en el mismo lugar del que saqué tu número de teléfono: el registro de empleados.  Sabía que era hoy desde ese momento — «Y lo recordó», pienso emocionándome otro poco, sonriendo por dentro. 

— ¿Vas a soplar las velas o no? —pregunta Namjoon.

— Si, si. Pediré mis tres deseos primero.

— Cuando los tengas cuenta hasta tres —acota Yoongi.

— Ok. Ya los tengo. 1...2...3... —todos a la vez soplan las velitas por mí, haciendo que me emocione nuevamente, volviendo a llorar como una estúpida.

— Mira, la hicimos llorar y eso que todavía no le tocaron el timbre —Tae saca a relucir su cuadrada sonrisa, mientras recibe un golpe en el brazo por parte de Hobi, que se encontraba a su lado.

— ¿Timbre, de que hablan?

— Tae... voy a.... —Jimin es interrumpido por el sonido del timbre de mi apartamento. Con el teléfono aún en la mano, miro por el visor de la cámara que es lo que sucede afuera. Hay un hombre del correo sosteniendo una caja de tamaño importante.

— ¿Hola, quién es?

— El correo, señora —responde el hombre en la puerta.

— Señora.... MIERDA —Se me escapa frente al celular haciendo que todos se rían. Ya saben que la cosa que más odio en este mundo, es esa palabra inmunda que me hace sentir como si tuviera ochenta años.

— ¿No vas a atender, Noona? —se nota la anticipación en la voz de Jungkook, que tiene los ojos tan brillantes como un niño pequeño en navidad.

— S-si... Dejo el celular aquí mirando el techo, que se diviertan mientras regreso —respondo, abandonando el celular sobre la mesada de la cocina. Al alejarme escucho sus cuchicheos, pero no puedo entender que están diciendo.

Al llegar a la puerta el hombre me entrega la enorme caja que, para mi sorpresa, no está casi nada pesada. Me pide firmar un formulario y se retira, dejándome parada y totalmente pasmada en el lobby del edificio. Al llegar nuevamente a mi apartamento, me acerco a tomar mi celular apoyando la caja a su lado. "¿Le gustará?", escucho nuevamente sus susurros  llegando a captar sólo esa frase.

— Aquí estoy. Espero que esto no sea una bomba... —interrumpo su pequeño jolgorio, colocando mi celular en un soporte, causando las risas de todos del otro lado. 

— Sabes que los asiáticos no abrimos los regalos enfrente de las personas ¿verdad? —un muy serio Namjoon, está frenándome de hacer exactamente eso.

— Lo sé. Lo abriré cuando corte con ustedes...

— Tú no eres asiática. Abre ya ese paquete Noona —punto para el WWH.

Con las manos totalmente desesperadas, empiezo a desatar el moño de cinta de raso roja que la caja tiene sobre la envoltura, mientras mi teléfono descansa en su soporte permitiendo que los chicos vean la escena. Agradezco tener puesta esta camiseta gigante, no quiero que se den cuenta del cambio, pero no lo logro...

— ¿Soy yo, o esa camiseta te queda gigante Victoria? —Jimin frunce el entrecejo, mientras me observa abrir el paquete.

— Eres tú. Déjame abrir esto y calla, pequeño salvaje.

Al fin consigo llegar a las tapas de la caja, abriéndola para encontrar dentro una sudadera negra con el logo de la banda en ella. La saco de ahí para mirarla, dándome cuenta de que debajo está lleno de muñecos de felpa.

— Esos son nuestros muñecos, los diseñamos nosotros mismos —una mueca de orgullo se dibuja en el rostro de Tae mientras lo dice. 

— Awwww, son tan lindos!!! Gracias!!! —los saco uno por uno, mirándolos atentamente. "Chimmy", reza la caja de un hermoso perrito amarillo. No es difícil adivinar a quien le pertenece ese diseño, sólo con el nombre es suficiente para darme cuenta — A qué este es el tuyo, Jimin... —mostrando el pequeño perrito a la pantalla, Jimin asiente.

— Hay algo más, al fondo de la caja —agrega.

Un sobre color morado se encuentra al fondo de todo. Lo abro para encontrar dentro cuatro entradas VIP y cuatro pases para el backstage del último concierto aquí, en el estadio olímpico de Seúl. Ahora sí, las lágrimas de felicidad empiezan a correr por mi rostro sin control. Voy a poder ver el final en persona, verlo a él haciendo lo que sabe hacer mejor enfrente de mis narices.

— Eso es para ti y para quienes quieras que te acompañen —Namjoon se dirige a mí sonriendo, como buen líder que es, mientras el resto me mira con el rostro enternecido a causa de mis lágrimas idiotas que se niegan a dejar de salir —Ahora sí, los vamos a dejar solos unos minutos. Ten un feliz cumpleaños, Noona. Nos vamos a ver muy pronto.

— Gracias chicos... No tengo palabras.... Nos veremos pronto —respondo, sollozando como niñita pequeña. 

Con un saludo general y bastante escandaloso, los seis agitan sus manos frente a mí, dejando a una sorprendida Victoria saludando con una mano, mientras se limpia las lágrimas con la otra.

— ¿Te sorprendiste? —la sonrisa de Jimin ilumina la pantalla, la habitación y mi encogido corazón que, de repente, comenzó a latir como un desbocado.

— Ahora eres tú el que me da ganas de cruzar el Atlántico a nado para besarte todo ese hermoso rostro que tienes. Es el mejor regalo que me hayan hecho y no tanto por lo que contiene, sino porque se nota que lo planearon a la perfección. Gracias, cariño. A ti y a los chicos —todavía estoy tratando de llevar mi respiración al ritmo normal, controlando los últimos sollozos.

— Queda algo más, pero supongo que llegará en un rato. Nos quedamos despiertos hasta ahora, porque estábamos rastreando el paquete. El otro regalo, lo dejo para que lo veas sólo tú...

— ¿Algo más? ¿Es una caja más grande contigo adentro? Di que sí.

— No exactamente —responde, entre carcajadas —Pero es exclusivamente de mi parte. Te amo, Vicky. Lamento no estar allí contigo hoy, pero festejaremos muchos cumpleaños juntos.

— Lo sé... Te amo, Park Jimin. No me alcanzan las palabras para agradecerles esto.

— Debo irme, pero ya me cuentas cuando llegue mi regalo personal. Es hora de dormir un poco, tenemos un largo día de ensayo por delante.

— Ve, cariño. Espero tu regalo entonces —una sonrisa triste se dibuja en mis labios, sólo por tener que despedirme de él. Aunque por el otro lado mi corazón está brincando de felicidad dentro de mí por el hermoso gesto que acabo de recibir de todos ellos. Realmente no lo esperaba.

— Ten un hermoso día, mi amor. Hablamos pronto ¿Sí? Recuerda lo mucho que te amo.

— Lo recuerdo, espero que tú no te olvides de que siento lo mismo por ti. Descansa, Jiminie.

Dos horas después, un ramo de rosas se presenta ante mi puerta con un sobre rojo pegado a él. Una carta de Jimin, escrita a mano en un hermoso papel reciclado se asoma por la solapa. Después de leerla, sentada sobre mis almohadones, lo único que puedo hacer es llorar a mares. 


 Acá les dejo el Chimmy del amors. De regalo para quienes siguen leyendo! 

Comentarios sobre el cap, opiniones, abrazarme a lo lejitos o lo que sea que quieran: Aquí mismo. 

Abrazos violetas, voladores y kilométricos.

Noona ♥


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