🎶 Capítulo 9 🎶
Midoriya no tuvo más opción que recoger sus cosas bajo la atenta mirada de todos y uno que otro cuchicheo que llegó a sus oídos por parte de sus compañeros.
La tención entre Kirishima y él es más que palpable y no paso desapercibida por ninguna de las miradas que le dirigían a él.
Todoroki se notaba tensó y era más que obvio el por qué.
— No deberías de ir — dijo Denki llegando a su mesa donde se quedó parado pensando.
— Tengo que... Es trabajo y el director ya lo permitió así que no tengo más opción. — le respondió a su amigo
Denki suspiró mientras negaba con la cabeza.
— Te veo en casa... Supongo. — dijo un poco desconfiado.
— Sí... Nos vemos, comprare helado napolitano de regreso a casa... — así logró convencer un poco al rubio quien asintió con la cabeza para después tumbarse en su silla. Midoriya camino hacia la puerta para después voltear a ver al profesor que le miraba atentamente. — Antes de irme... Acepto el papel de segunda voz así que practicare la canción... Prometo traerla aprendida.
Todoroki no se vio muy seguro al asentir con la cabeza y solo levantó su mano para despedirse de él
Midoriya salió del salón de clases caminando rápidamente sin esperar a Kirishima hasta llegar al ascensor. Él llegó poco tiempo después y mientras el peliverde veía su celular, el alfa hacia una llamada con Sir. Nighteye para avisarle que ya iban en camino.
El elevador llegó al final de su recorrido y Izuku salió detrás de él para llegar al coche donde se apresuró para abrir la puerta trasera y subir antes que él le abriera la puerta.
Después de un suspiro, Kirishima subió al lado del piloto y puso en marcha el auto donde se escuchaba música pero realmente no le ponía demasiada atención ya que lo único que Midoriya quería era llegar al estudio rápidamente.
El Omega se puso sus audífonos y subió todo el volumen para no escuchar al pelirrojo por si se le ocurría hablar y para distraerse principalmente. El recuerdo de todo lo que pasó llegó a su memoria como valde de agua fría, sus ojitos querían volver a llorar pero al ver qué se estacionaba, no espero ni un segundo en bajar del auto y correr hacia dentro del edificio. No le importó escuchar los llamados del pelirrojo.
Cuando llegó a la recepción se acercó a la chica que le sonreía desde que puso un pie en el lugar.
— ¡Izuku! ¡Que alegría verte de nuevo! — exclamó la chica sintiéndose realmente feliz al verle.
— Mandalay, que gusto verte... ¿Cómo has estado? — le sonrió a la chica.
— ¡Super bien! ¿Y tú pelucita?
— He estado bien gracias... La escuela y mis nuevos amigos son geniales.
— ¡Me alegra saberlo!... — la chica observó atentamente a Midoriya — ¿Has subido de peso?
El peliverde ladeó su cabeza mostrando confusión y se volteó a ver a sí mismo.
— Eh... Creo que-
— Recuerda que eres un Ídol y necesitas tener el peso y talla adecuado — habló un tercero entrando a la conversación provocando que todos se quedarán quietos.
El peliverde asintió con la cabeza para después pellizcar su abdomen discretamente donde pudo sentir una pequeña lonjita, lo que le hizo fruncir su ceño y cerró sus ojos queriendo evitar pensar en eso.
— Sir... ¿Q-Queria verme? — habló el peliverde dirigiendo su vista al hombre que lo miraba literalmente inspeccionandolo.
— Sí... Subamos a la oficina.
Midoriya se despidió silenciosamente de Mandalay y siguió a Sir. Nighteye, seguido de Kirishima quien seguía en silencio.
Los tres subieron al ascensor hasta el último piso del edificio donde se lograban escuchar risas de diferentes personas.
Al dirigir su vista a la derecha pudo ver a Mirio platicando amenamente con un chico que jamás había visto pero parecía demasiado nervioso.
A su izquierda vio a Shindo, Sero y a los gemelos Tokoyami; estirando para comenzar alguna coreografía.
— La canción que escribiste... — habló Sir; cerrando la puerta llamando la atención de ambos chicos que le miraban atentamente. — ¿La cantarías tu solo o con alguien de grupo?
— Es una canción solista... Así que sería únicamente yo.
— Bien, no preguntaré por la letra pero es buena así que espero que te esfuerces por conseguir transmitir lo que escribiste.
— Así será... — habló firmemente pero después se sonrojó y jugó con sus manos viendo el suelo —¿Puedo pedir algo?
El hombre se quedó en silencio dándole el permiso de seguir hablando.
— E-en la UA harán un festival en el que irán muchas personas de muchos lugares del mundo y me gustaría dar la primera presentación de la canción ese día... — ambos le voltearon a ver sorprendidos — S-sí no es m-mucha molestia... Y también me gustaría que fueran en el club de canto haremos una presentación donde soy una de las voces principales...
El peliverde se sonrojo esperando una respuesta, solo cerró sus ojos pero al escuchar un suspiro de Kirishima mostrando alivio, volvió a abrir sus ojos y vio una ligera sonrisa en Sir. Nighteye.
— Ahí estaremos todos... Así que más te vale apartarnos buenos lugares.
El peliverde sonrió ampliamente mostrando todos sus dientes blancos y dando un brillo en sus ojos que se achicaron por sonreír.
— Muchas gracias...
El adulto volvió a gesto serio, no podía decirle que no a esa pelucita verde que se balanceaba de adelante para atrás queriendo calmar un momento su felicidad.
— Ya que estás aquí, vamos a qué te presente al nuevo integrante del grupo.
Midoriya siguió al adulto hacia afuera de la oficina seguido de Kirishima quien los seguía unos metros atrás.
Los tres entraron a la sala de prácticas donde los miembros del grupo practicaban la última coreografía de su nuevo disco que sería lanzado al mercado en unos cuantos meses.
Los chicos que bailaban en cuanto vieron a Midoriya aparecer, dejaron lo que estaban haciendo y corrieron a él para abrazarlo.
— ¡Broo! ¡Hermano! ¡Que gusto verte! — gritó Sero corriendo hacia el peliverde pero fue lanzado por Shindo.
— ¡Pelucita! — exclamó Shindo apachurrando la cabeza del peliverde
—Midoriya te extrañe mucho — exclamó uno de los gemelos Tokoyami mejor conocido en la industria como Dark Shadow
— Dejenlo respirar. — pidió el segundo gemelo quedándose frente a la bola humana que no dejaba respirar al peliverde.
— Hey, hermano ¿Cómo estás? — dijo Sero levantándose del suelo y sobandose su codo donde se lastimó al caer. Después volteó a ver a su amigo y sonrió un poco para después caminar hacia Kirishima.
— Bien... — desvió la mirada viendo a Izuku riendo con los demás — o al menos lo estaré.
La conversación quedó desviada en cuanto vieron a Mirio prácticamente arrastrando a alguien hacia el salón de prácticas.
— Bueno... Presentate por favor. — habló Sir. Nighteye dirigiendo su vista hacia el chico.
— Ho-Hola... M-mi n-nombre es T-tamaki A-Amajiki... — comentó jugando con sus dedos índices.
"Vaya... Alguien más penoso que yo... Me agrada " pensó Midoriya antes de sonreírle y estirar su mano para estrecharla con el nuevo miembro.
— ¡Hola! Me llamo Midoriya Izuku... Un gusto en conocerte, Amajiki-san. — dijo el peliverde tratando de transmitirle confianza — Bienvenido a la familia My Hero Academia
— Gracias... Por favor cuida de mí — sonrió el chico tímido.
Todos sonrieron y volvieron a su práctica donde buscaron la manera de incrementar a Tamaki en las coreografías.
Murió varias veces se equivocó al bailar por estar viendo al chico nuevo pero solo se limitaba a pedir perdón y sonreír.
Al paso de dos horas y media, los siete miembros del grupo quedaron medio muertos ya que Sir; les obligó a repetir como veinte veces la misma coreografía.
— Bien... Eso es todo por hoy, vayan a descansar y Midoriya recuerda que debes seguir la dieta, necesitas estar en forma.
El peliverde asintió con la cabeza tratando de hacer memoria de ¿Cuando rompió aquella dieta?... Según sus recuerdos solo una vez y eso por que Todoroki le invito a desayunar y después no comió en todo el día... Pero, cambiando un poco de razón... ¿Por qué no ha llegado su celo? Tal vez debería ir al doctor.
Me restó importancia y se despidió de todos para después volver a subir al auto en la parte trasera. Espero a que Kirishima subiera y armándose de valor volteó a verle.
— Oye — trato de sonar frío — ¿Me puedes llevar a comprar helado?
— ... Seguro, pero recuerda lo que te dijo Sir.
— Que no te importe eso, solo llévame a comprar helado.
El pelirrojo asintió con un sonido y llevo a Midoriya al lugar donde pidió dos litros de helado napolitano y uno de limón con menta.
Con las compras listas regresaron al departamento donde Denki le esperaba en el pasillo sentado en el suelo. Cómo perrito esperando a su dueño así que cuando escucho el timbre no dudo en correr y abrir la puerta.
No espero a que Kirishima le saludara, solo cerró la puerta en cuanto jalo a Izuku.
— ¿Estás bien?¿No te hizo nada? ¿Te toco? ¿Respiro cerca de ti? ¿Lo mato? Lo mato.
— ¡N-no!... No me hizo nada — dijo Midoriya tratando de alejarse.
— ¿Entonces por qué estás llorando?
Aquella pregunta le sorprendió y tocó sus mejillas sintiendo la calidez de sus lágrimas recorrer su rostro. Solo pudo taparse queriendo ocultar su llanto.
Kaminari suspiro y abrazo al peliverde con fuerza sintiendo sus ojos picar. Quería llorar con su actual mejor amigo.
— Ya... Ya... — trato de consolar a su amigo.
— ¿No soy suficiente? — preguntó Midoriya escondiendo su rostro en el hombro de Kaminari
El contrario soltó un jadeo enojado y separó a Midoriya de su hombro para que volteara a verle directamente a los ojos.
El rubio le dio un pequeño golpecito en la frente dejando una marquita roja en el lugar.
— ¡No es tu culpa! — gritó el rubio con el ceño fruncido.
— Pero...
— ¡Que NO es tu culpa!... Repite conmigo. — le tomo de las manos — No es mi culpa.
— No es mi culpa.
— Pero creelo. — dijo Kaminari con un puchero en sus labios.
— ¡No es mi culpa!
— ¡Eso! ¡Una vez más! ¡No es mi culpa!
— ¡No es mi culpa!
— Una ma-
— Ya con eso... — dijo el peliverde limpiando sus ojos para después sonreír — No es mi culpa... ¿No es así?
El rubio sonrió y asintió con la cabeza...
— Ahora, comamos ese delicioso helado que compraste.
El peliverde asintió con la cabeza y aceptó tener una pijamada con el rubio quien sacó un montón de mascarillas para el rostro y cabello, esmaltes para uñas, unos juegos de mesa, sus pijamas que eran iguales únicamente cambiaba el color. La de Denki era morada con detalles lilas y la de Midoriya era roja con rayas blancas.
Mientras estaban es su pijamada cantaron a todo volumen canciones de Adele, Sam Smith y Morat, aunque este último no muy bien pronunciadas pero contaba el sentimiento.
Cuando se cansaron de cantar y bailar, se recostaron viendo el techo donde platicaron sobre algunas cosas banales sin mencionar el tema del amor.
— Oye — dijo Kaminari apoyando su cabeza en su mano — ¿Por qué no me cuentas de ese amigo secreto tuyo que vive cerca?
— Dijimos que nada de amor.
— ¿Y quién menciono amor? — dijo burlón el Rubio. Midoriya hizo un puchero y desvió la mirada. — ¿Te gusta ese chico?
— ¡No!
— ¿Pero entonces por qué te sonrojas? — jugó el rubio con un ricito del peliverde — Ya cuéntame... ¿Quién es?
— No te puedo decir pero es un amor imposible...
— ¿Alguien de MHA?
— ¡No! Ellos son como mis hermanos
— ¿Entonces? ¡Dime Izu! — zarandeo al mencionado — ¿O que ya no me tienes confianza?
— ¡Claro que sí! ¡Eres la única persona en la que confío!... Pero es que enserio no te puedo decir... Lo que si puedes saber es que vive cerca de aquí.
— Entonces vive en el edificio de enfrente ¿Cierto?
— Ajá...
— ¿Que departamento?
— 512
Algo en el cerebro de Kaminari hizo clic y se levantó para comenzar a cantar a todo pulmón.
— ¡El chico del apartamento 512! ¡Él que hace a mi pobre corazón saltar!
— ¿Que cantas?
— El chico del apartamento 512 de Selena Quintanilla... ¿No la conoces?
El peliverde negó con la cabeza sonriendo al ver la expresión de su mejor amigo totalmente indignado.
— ¡En este preciso momento la escuchamos!
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