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🎶 Capítulo 7🎶

Los días libres no son de todo el tiempo y lo único que quieres es dormir hasta tarde, quedarte en pijama y prácticamente únicamente salir de la cama para comer pero existía un pequeño porcentaje de la población que obligaban a sus mejores amigos a levantarse temprano para practicar un dichoso baile que ni siquiera le gustaba.

— Debe subir más su pierna, Todoroki-san — exigió la pelinegra

No puedo, Martha — se dejó caer de lleno en el suelo.

— ¿Quién es Martha?

No se... Pero es que no puedo... Es lo más que sube mi pierna.

La pelinegra se cruzó de brazos haciendo un tierno puchero con sus labios.

— Cuando éramos niños podías subir más...

Momo, ¿Estás consciente que ahora soy un adulto de veinticinco años que lo más que sabe hacer es reprobar a Kaminari?... Ya no soy un niño y no tengo la misma flexibilidad... — se levantó del suelo para intentar alzar más su pierna derecha — a parte... ¿Puedes recordarme por qué estoy practicando esto?

— Por qué me quieres mucho — comentó totalmente orgullosa pero al escuchar lo que no sucedía todos los días y hablamos de la risa de Todoroki solo se dio la vuelta indignada — y por qué te obligué prácticamente... Es que enserio es muy importante para mí este concurso...

El bicolor suspiró para después dejarse caer nuevamente en el suelo lamentando el día en que conoció a Momo.
Totalmente resignado por qué sí quería a Momo, se levantó y volvió a hacer los calentamientos correspondientes e intentar alzar aún más su pierna dejando facinada a su mejor amiga.

— ¡Ves como si puedes!... ¡Ese es mi mejor amigo!

El movimiento le dolió y bastante pero al ver la sonrisa de Yaoyorozu valió toda la pena.

Y con toda la resignación del mundo, volvieron a practicar la coreografía que poco y la soñaba de tanto hacerla.

Se desplomó por quita vez en el suelo sintiendo como su cuerpo clamaba por un descanso y su estómago exigía alimento.

Enserio, por favor... Necesito comida, voy a desmayarme.

— Que exagerado apenas son las 4:00 de la tarde.

¡Pero no hemos ni siquiera desayunado!

— Detallitos Todoroki-san, detallitos... Pero está bien, yo también tengo hambre.

¡Gracias espítirus del cielo! — se arrodilló el bicolor alzando sus manos al cielo agradeciendo por la misericordia que le tenían a ese vil pecador.

Ambos enfriaron su cuerpo y decidieron ordenar algo por internet pagando la mitad y la mitad de la cuenta... El bicolor entró a bañarse con agua fría para variar y debido a la época hacía más frío que de costumbre así que fue un baño realmente expréss.

Cuando salió de bañarse, la comida ya estaba en la mesa y Momo le dijo que podía comer sin ella ya que tenía que irse a bañar urgentemente, así que sin esperar que le rogaran para que comenzará a comer, agradeció por la comida y antes de dar el primer bocado, sonó el timbre.

Espero que sea importante... — dijo levantándose de la mesa caminando hacia la entrada.

Sin ver por la mirilla, abrió la puerta dejándolo algo sorprendido y confundido.

Amm... ¿Hola?  — preguntó viendo a la persona que estaba frente a él usando cubrebocas, lentes oscuros y una sudadera con gorro.

Soy Midoriya, Todoroki-san...

¿Midoriya?

El llamado sonrió bajando su cubrebocas y quitándose los lentes oscuros que traía.

B-buenas tardes, Todoroki-san... Espero no estar interrumpiendo. — dijo algo avergonzado.

No te quites eso afuera, pasa — el más alto jaló prácticamente a Midoriya para que entrara. — ¿A qué se debe tu visita?

"¿A qué santo debo hacerme devoto para que me haya dado el honor de tenerte en mi pobre hogar?" Quiso preguntar.

¿Recuerda que habi -?

Sin honoríficos fuera de la escuela, por favor...

Cierto, lo siento — soltó una risita — ¿Recuerdas que habíamos hablado en mi casa sobre una mudanza al edificio de enfrente?

Lo recuerdo, sí... — dijo el mayor acomodando un poco su departamento ya que estaba echo un desastre y lo bueno es que no había algo de color verde a la vista.

Pues, hoy fue mi mudanza... Estoy viviendo con Denki y tengo un guardaespaldas recién contratado.

Eso es bueno... Ammm, no quiero ser grosero al interrumpirte... ¿Quieres acompañarme a comer? Es que la verdad no he comido nada en todo el día y estoy muriendo...

El peliverde asintió con una linda sonrisa en sus labios y siguió al bicolor hasta la mesa del comedor donde le compartió de la comida que había que era para Momo pero después le compensaría... Y hablando de ella debe llamarla 

— Permíteme un momento, debo hacer una llamada. — comentó levantándose de la mesa.

— Adelante...

El bicolor agarró su celular y prácticamente corrió hasta el otro extremo de su departamento para llamarle.

En la llamada:

— Todoroki-san, estaba apunto de llamarle, no podré ir nuevamente... Llegó ya sabe quién y vamos a salir.

Okey, no hay problema pero recuerda no ir a un lugar concurrido y cercano a la escuela... No quiero que te corran.

— Lo tengo muy presente así que no se preocupe... ¿Por qué me llamo?

EsquevinootravezMidoriyayleditucomida, perdón— dijo rápidamente que ni siquiera él se entendió pero la pelinegra con sus poderes mágicos logró entender.

— Me debe una comida pero está bien... — escuchó un suspiro — Solo ten mucho cuidado... Aparte de que es tu alumno, es del mundo del espectáculo... — habló sin formalidad dejando al oído su preocupación.

Lo sé Momo, solamente es mi amigo.

— Pues como me contó su sueño no es de muy amigos. — bromeó la pelinegra provocando que el bicolor se sonrojara.

Adiós

Fin de la llamada.

Cortó sin esperar contestación y no es como que la quisiera después de haberle recordado aquel sueño no apto para niños menores de 18 años.

Volviendo a su gesto serio de siempre, caminó hasta el comedor donde Midoriya le esperaba viendo su celular con un gesto triste.

Lamento la demora... Puedes seguirme contando sobre lo de tu mudanza... Aunque no creo entender del todo el "por qué" — dijo lo último... Pero realmente quiso pensarlo, no decirlo.

El pecoso suspiró algo triste y dejó a un lado sus palillos con lo que estaba comiendo, el bicolor al ver esa acción del contrario, dejó sus propios palillos para ponerle toda la atención del mundo.

Supongo que puedo confiar en ti... ¿Cierto?

Claro, no tengo por qué contar algo que me confían.

Bien, amm... Lo que pasa es que, bueno, mi exnovio me fue infiel... El fue el primero y más reciente, duramos cinco años y me engañó dos años

El bicolor abrió su boca por la impresión pero no dijo nada, únicamente se dedico a escuchar.

Kirishima fue-

Ahora sí lo interrumpió.

¿Kirishima? ¿Tu manager? — al ver el asentimiento de cabeza del Ídol tuvo varios sentimientos encontrados.

Bueno, fue más que nada por mi hermanastro... No quiero verlo tanto tiempo después de lo que hizo... Estoy muy decepcionado de él, sabía que me odia pero no pensé que al punto de querer lastimarme así...

Realmente no tenía palabras, primero: los rumores eran ciertos ¡Si estaba junto con el Manager! Pero... Lo odiaba, quería salir corriendo de su casa con todo y chanclas para irle a a romper mínimo 10 huesos. "¿Puedo golpearlo?" ¡Y aparte el hermano! Esto realmente parecía sacado de una novela de Wattpad. Pero lamentablemente era la vida real...

No se dio cuenta en qué momento Midoriya había terminado de contar hasta que vio como se limpió una lágrima que bajo de sus ojos.

Yo amm... No soy bueno con los consejos pero no necesitas contener tus lágrimas conmigo, si necesitas llorar, hazlo. Ayuda muchísimo sacar todo el sentimiento que traemos dentro... No será algo que superes de un día a otro y eso te lo digo por experiencia pero de que se puede, se puede.

El peliverde asintió tratando de reprimir sus lágrimas que le era imposible pero era comprensible.

Todoroki se estiró lo suficiente como para alcanzar el cabello de Midoriya y acariciarlo... Era su sueño hacerlo pero no quería que fuera por consolación.

Izuku al sentir el tacto del más alto, levantó su vista y vio una media sonrisa dedicada a él lo que hizo que su corazón palpitara un poco más fuerte y rápido de lo normal.

Un tierno sonrojo se implantó en sus mejillas haciendo que desviará la mirada tratando de pensar el algo más que no fuera el tacto del profesor.

Cierto... Su profesor. No era correcto aunque había escuchado a varios de sus compañeros que tenían un amor imposible en él, es decir, es guapo, alto y es una muy buena persona... Es el cupo completo. "Al parecer yo también tengo un amor imposible con él" dijo a sus adentros devolviendo la sonrisa que le era ofrecida.

Lo siguiente que hicieron fue ir a la sala para ver una película y gracias a los dioses Midoriya fue al baño para que le diera tiempo de cambiar fondos de pantalla, y borrar el historial de navegación.

Con todo listo vieron una película que hizo llorar al peliverde por qué se había muerto un personaje que apenas si salió 5 minutos.

A las 7:30 de la noche, tocaron la puerta del departamento donde se dejó ver a un hombre grande... Bastante grande, rubio, de ojos azules y se veía amigable... Su apariencia se le hacía conocida a un personaje de una serie que vio de niño.

— ¿Es la casa del Joven Todoroki? — preguntó aquel hombre.

Amm.. sí, ¿Que necesita?

— Muy buenas noches, joven Todoroki, vine por-

Fue interrumpido

—¡Toshinori-san! ¿Ya es hora? — comentó el peliverde agarrando su suéter.

— Ya estoy aquí Joven Midoriya, ¿Nos vamos?

El menor aceptó con una gran sonrisa y antes de salir del departamento, volteó a ver al bicolor que miraba atentamente al rubio como si quisiera tal vez reconocerlo.

Ah, lo olvidé... Todoroki, él es mi guardaespaldas — señaló al rubio — Toshinori Yagi.

Mucho gusto — saludó el bicolor con una reverencia

El rubio soltó una sonora carcajada mientras se ponía sus manos en la cadera.

— ¡El gusto es mío! — exclamó sonriendo más ampliamente si es que era posible.

Bueno Todoroki, nos vemos mañana en la escuela ¿Cierto? — preguntó el peliverde.

Así es, mañana en clases nos vemos Midoriya.

Dedicándose una sonrisa mutua se despidieron en la puerta y el mayor cerró la puerta en cuanto Midoriya desapareció de su campo de visión.

Con gran pereza se dejó caer en el sillón donde Migth JR se desplomó en su pecho buscando cariños después de no estar en casa todo el día.

Le llegó el olor dulce que dejó Midoriya en el sillón... Provocando que sonriera y se sintiera en completa paz.

No lavare este sillón en la vida — dijo viendo a su gatito que ladeó la cabeza tratando de comprenderle.

El sonido de su celular sonó anunciando un mensaje así que sacó su móvil para ver quién había sido.

Sin abrir el mensaje, leyó lo que decía y casi avienta a su gato debido a lo rápido que se levantó al ver lo que más temía en la vida.

Genial, no había cambiado el nombre de Momo, ni tampoco había preparado nada y seguramente debería de presentar la canción que debería de cantar junto con sus alumnos.

¿Y ahora que carajos voy a hacer?

Una idea brillante se le vino a la mente y buscó en YouTube a su segundo grupo favorito donde seguramente encontraría la canción perfecta.

Claramente así fue, en menos de diez minutos tenía la melodía perfecta.

Y para los vocalistas pondría a sus mejores cantantes:

Iida Tenya o Geten
Uraraka Ochako
Midoriya Izuku  o Monoma Neito o en su defecto Kaminari Denki

Me hace falta una voz... — dijo para si mismo volviendo a escuchar la canción.

— ¿Y por qué no cantas tú? — preguntó Touya apareciendo de la nada a un lado de él.

Shōto se sobresalto y casi pega un gritó para nada masculino pero se limitó a poner su mano en su pecho.

Primero: ¿A qué hora entraste?, Segundo: Sabes que yo no canto en público.

— Primero: acabo de entrar, Segundo: el director dice Alumnos y profesor... Y para tu buena o mala suerte eres el profesor.

Primero: Lárgate de mi casa, Segundo: comeré mucho helado para enfermarme de la garganta y no cantar.

Touya sonrió y se puso los audífonos para escuchar la canción donde únicamente cerró los ojos y se dejó disfrutar por el coro de la melodía.

Ambos hermanos siguieron platicando sobre la voz que podrían implementar pero Touya siempre llegaba al mismo punto.

— Deberías de cantar tú.

Que no, yo no canto.

— Eres el profesor de canto, idiota.

¿Y eso que? Nada me obliga a cantar en público, a ver ¿Cuando has visto a un profesor de educación física correr o hacer ejercicio?... Exacto ¡Nunca!

El peliblanco rodó los ojos y se levantó del sillón dirigiéndose a la salida seguido de su hermano bicolor.

— Por cierto, mamá no lo dijo con esa intención. — dijo Touya a punto de salir.

— Ya vete, no iré a casa de papáenfatizo la palabra "papá" — en unos meses... Hasta que se le pase el coraje de que llegue oliendo a Omega.

El mayor de los Todoroki suspiró y se despidió de su hermano con un gesto de su mano...

Cerró nuevamente la puerta sintiéndose algo cansado de su vida, nuevamente la ventana le decía "Ven y avientate"

Sin cenar, se subió a su habitación y se recostó debajo de sus sábanas buscando algún tipo de calor que le permitiera descansar, pero como todos los días, no lo encontró.

La alarma nuevamente sonó, dando inicio a un nuevo día recargado de energías y seguir nuestro maravilloso día escolar... o eso decía el libro de autoestima que se compró.

Con pereza salió de sus frías sábanas y fue a la cocina para preparar su café sin azúcar de todos los días.

Poco tiempo después, tocaron el timbre y obviamente sabiendo quién era, salió con todo listo encontrándose a Momo con una sonrisa.

Ambos fueron camino a la escuela como todos los días y en cuanto llegaron, se separaron para irse a sus salones correspondientes.

Durante toda la mañana se mantuvo escuchando la canción, sacando copias, viendo como serian los coros, como los acomodaría pero lo que más le causó problemas fue la voz que le quedó pendiente.

Con sus manos temblando, tomó una hoja donde venía la letra de la canción, puso la pista y comenzó a cantar... Su voz sonaba genial y no lo dijo por verse egocéntrico pero es que en verdad quedaba perfecto... Pero no, no quería cantar.

— Solo queda escuchar a los demás chicos o en su defecto pedirle ayuda a Aisawa...

Después de decir eso, sus alumnos comenzaron a llegar sentándose en sus lugares correspondientes.

Saludó a todos cordialmente dedicándoles un asentimiento para acompletar su saludo.

Cuando todos estuvieron sentados, se levantó y antes de que pudiera hablar, tocaron la puerta dejando ver a una muy sonriente Momo llegando con un café americano... Eso no era buena señal.

— Buenas tardes chicos — saludó la pelinegra al grupo.

— ¡Buenas tardes profesora YaoMomo! — saludaron los chicos al unísono.

— Todoroki-san... Le traje su café tal y como le gusta — dijo Momo sonriendo

Dinero no tengo, permisos no doy y no presto carro... ¿Que necesitas? — dijo Todoroki provocando que sus alumnos soltaran una carcajada.

— Grosero — hizo un puchero la pelinegra — Vine a AVISARTE que vas a participar conmigo para el festival en una canción para el club de teatro.

No...

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